Saturday, January 25, 2014

JAMES PLOTKIN y PAAL NILSSEN-LOVE o la música progresiva como estremecimiento


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos en las manos un catálogo de viajes sónicos experimentales perpetrados por el guitarrista estadounidense JAMES PLOTKIN y el baterista noruego PAAL NILSSEN-LOVE: este catálogo se congrega bajo el título de “Death Rattle”, disco publicado por el sello Rune Grammofon a fines de 2013. Ninguno de estos tipos es un novato. PLOTKIN tiene una trayectoria sólida como integrante de bandas (los metaleros industriales de OLD y los doom metaleros de KHANATE, por ejemplo) y como solista desde la segunda mitad de los 80s, jugando con los discursos del metal, el post-metal y el noise en contextos diversos pero haciendo gala de las mismas dosis de solvencia e ingenio. NILSSEN-LOVE, por su parte, es un baterista bastante curtido en la escena jazzera noruega, con algunos años de estudios académicos en su currículum, además de varios premios a la excelencia musical. Su amor por las áreas más desafiantes del jazz contemporáneo y el noise lo movieron a fundar proyectos interesantes de free-jazz como ELEMENT y THE THING (este último incluye al saxofonista MATS GUSTAFSSON, otra figura omnisciente de la vanguardia jazzera nórdica), y lo convierte en el cómplice ideal de PLOTKIN en esta gallarda aventura musical que es “Death Rattle”, una aventura diseñada para que el oyente de turno la experimente como un desafío radical.


Bueno, vayamos ahora a los detalles del disco. ‘The Skin, The Colour’ da inicio al repertorio elaborando una extravagante armonización de instrumentos que buscan encontrarse mientras dan vueltas en derredor de sus propias vibraciones individuales. Tras un largo tiempo tanteando el fortalecimiento del encuentro deseado, la amalgama de batería y guitarra se concretiza en un frenesí denso y brumoso donde el discurso del free-jazz se alimenta crucialmente de ambientaciones neuróticas propias de la eterna escuela de la psicodelia. La segunda pieza, titulada ‘Primateria’, expone una estrategia semejante a la del primer tema pero con un énfasis mayor en lo psicodélico, lo cual implica un realce de las atmósferas cósmicas: éstas se basan fundamentalmente en los fraseos filudos y múltiples efectos de guitarra, mientras que la batería desestructura continuamente cualquier posibilidad de esquema rítmico para hacer que los tambores y platillos se eleven hacia un vuelo expresivo deconstructivo. Los coqueteos con el krautrock según el modelo del primer GURU GURU son evidentes, y en líneas generales, este tema constituye una estupenda odisea progresivo-psicodélica. Hasta ahora tenemos 23 ½ minutos de experimentación aguerrida y nos espera otro tanto con los dos temas que habrán de completar el repertorio del disco: ‘Cock Circus’ y el que justamente le da título. ‘Cock Circus’ se encarga de retomar la lógica exploratoria de ‘The Skin, The Colour’ para darle una refrescante robustez, incluso brindarle un dinamismo más árido: se trataría, pues, de un clímax especial del álbum. En fin, ‘Death Rattle’ ocupa los últimos 10 minutos y pico del disco con una nueva aventura que redondea exitosamente los parámetros de vitalismo posmoderno que el dúo se ha trazado. La primera mitad se focaliza en un retrato de estremecimientos y arrebatos que se explayan entre lo tanático y lo voraz; la segunda se relaja para plasmar el desvanecimiento definitivo en los brazos de la muerte.   


Esta asociación de JAMES PLOTKIN y PAAL NILSSEN-LOVE ha logrado gestar en “Death Rattle” una obra sabiamente diseñada para usar el arte del sonido como mecanismo para estremecer oídos y conciencias. Esto es experimentación progresiva llevada hasta límites extremos de su genuinidad.


Muestra de “Death Rattle”.-

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