Wednesday, June 11, 2014

Desde los cuatro vientos, sobre las alas de MASAL


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy estamos de buenas nuevas porque MASAL, el proyecto progresivo de corte Zeuhl-jazz concebido por el multi-instrumentista francés Jean-Paul Prat reemerge de las cenizas con un muy bello disco titulado “Viens De Quatre Vents”, el mismo que ha sido publicado por Musea Records a mediados de abril pasado. Jean-Paul Prat se concentra casi exclusivamente en el piano de cola Bösendorfer (añadiendo solamente una intervención al bajo en un tema) mientras su hijo Jean Prat se encarga de la batería Vincent Brizoux de los saxofones y Steve Marsala de las guitarras; Jérôme Trigon  y Julien Sarazin se alternan en el rol de bajista en los cuatro temas restantes. Técnicamente hablando se trata del segundo disco de MASAL en tanto que este ensamble fue creado por Jean-Paul Prat a fines de los 70s a partir de sus múltiples experiencias integrando bandas de estilo Zeuhl y jazz-rock, e incluso llegó a grabar un disco en 1982, pero este mismo disco pasó a ser atribuido al Sr. Prat como solista, siendo el título del álbum justamente “Masal”. En los 90s, el disco “Masal” será editado con bonus tracks completando un repertorio de 75 minutos. Bueno, yendo a “Viens De Quatre Vents” en concreto, lo que encontramos allí es un catálogo de estilizados viajes sónicos donde el ensamble muestra su absoluto oficio a la hora de darle vueltas a ciertas ideas centrales y mantenerlo con atractivo vigor de principio a fin: de hecho, son los viejos discursos del jazz-fusion y del rock sinfónico los que promueven la limpieza melódica que Prat pone en sus creaciones. Las referencias estilísticas a ZAO (de las épocas de “Shekina” y “Kawana”) y a POTEMKINE no son fáciles de ignorar, así como a entidades más recientes del avant-progresivo francés como CUCCI-BAND y NAOM, pero ante todo vale la pena situar a este disco como un ejemplo de música progresiva vanguardista inundada de una actitud contemplativamente serena.


Durando casi 6 minutos, ‘A Pied Sec’ abre el disco con un groove llamativo y sólido donde el engarce entre el piano y la dupla rítmica permite al núcleo melódico del saxo asentarse confiadamente. El manejo de las métricas inusuales tiene gancho, nunca ostentando excesivamente su evidente pulcritud performativa. Tras la hermosa coda de piano de ‘A Pied Sec’ sigue la pieza homónima, la cual recoge el espíritu de la pieza de entrada y la lleva hacia un nivel más elevado de esplendor sónico, incorporando incluso algunos recursos de densidad emocional a través de su desarrollo temático, pero sin llegar a parajes de opresiva oscuridad, manteniendo la densidad en una instancia constreñida. La extrovertida expresividad de la banda se hace bien patente en el esquema sonoro elaborado por los instrumentistas a la par que sus interacciones guardan siempre un acertado sentido del equilibrio. Tras los dos primeros temas, ‘Mer Suspendue’ cambia de registro totalmente para tornarse hacia las orillas de la introspección, donde la pauta del piano parece retratar el acto de mirar al mar y reflexionar en el horizonte que se muestra a lo largo del final del cielo. Portando un aura crepuscular, ‘Mer Suspendue’ nos invita a reposar cándidamente antes de recibir el resto del repertorio.

 

Los dos últimos temas, ‘Ayer, Hoy Y Siempre’ y ‘Paysages Du Ciel III’, duran más de 10 ½ minutos cada uno. ‘Ayer, Hoy Y Siempre’ se define inicialmente por un colorido sereno donde el swing cálido del jazz y la belleza estilizada del sinfonismo se conjugan amablemente. Imaginemos una cruza de POTEMKINE y HAPPY THE MAN y podremos hacernos una buena idea de lo que sucede en el foco temático de ‘Ayer, Hoy Y Siempre’. Más tarde, a poco de pasada la barrera del séptimo minuto, se perpetra un notorio cambio de ambiente en la pieza que la traslada a una dimensionalidad densa semejante a la que había marcado el núcleo temático de ‘Viens De Quatre Vents’. Pero… se trataba solamente de un interludio que antecedía a la retoma del motivo central para los minutos finales. Por su parte, ‘Paysages Du Ciel III’ redondea la faena mostrando al ensamble en los topes necesarios de inspiración y energía para llevar el esquema sonoro hacia su máxima expresión de exuberancia. De hecho, la guitarra de Marsala se hace notar más que nunca en los fraseos que añade como oportunos contrapuntos a las líneas centrales del saxo; también es oportuno resaltar que el ensamblaje de bajo y batería se oye más poderoso en la mezcla. Como siempre, el piano llena espacios en la dimensión melódica y completa el groove en el esquema rítmicos. Y bueno, así acaba este bellísimo disco que es “Viens De Quatre Vents”. Se sienten muy cortos los 44 minutos y pico que ocupa el repertorio, pero es tiempo más que suficiente para constatar que MASAL es capaz de representar a parte de lo mejor de la vanguardia progresiva francesa del momento.  


Muestras de “Viens De Quatre Vents”.-

Viens De QuatreVents [en vivo]: http://www.youtube.com/watch?v=XgjuCM5d_T0

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