HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy es hora de
presentar a un trío escandinavo que realmente es un súper-grupo donde se
congregan luminarias progresivas de Noruega y Suecia a partir de experiencias
en bandas tan variopintas como JAGA JAZZIST, MOTORPSYCHO, THE OPIUM CARTEL,
ÄNGLAGÅRD y WHITE WILLOW: nos referimos a KAUKASUS, que ha publicado su primer
disco titulado concisamente “I” a inicios de mayo pasado. ¿Y quiénes son estas
luminarias? Pues… Ketil Vestrum Einarsen [flautas alto
y soprano, corno tenor, flauta preparada, hulusi, piano eléctrico, saxxy,
spektrals, sintetizador EWI],
Rhys Marsh [voz, guitarras eléctrica, acústica y pedal
steel, bajo, pianos acústico y Fender Rhodes, mellotrón, caja de ritmos ] y Mattias Olsson [batería,
percusión, marimba, mellotrón, Orchestron, Optigan, pedales Moog
Taurus, sintetizadores VCS3 y Mother modular system, guitarra barítono].
Pues sí, la palabra «luminarias» ha sido bien empleada. Se ha utilizado nada
menos que tres estudios para registrar y producir el repertorio del álbum: Hestehagen Studio (en Oslo), Autumnsongs Recording
Studio (en Trondheim) y Roth Handle V (Estocolmo). En efecto, se trata de un
proyecto de estudio concebido y grabado por tres mentes ubicadas en tres
lugares distintos… y aún así, la sinergia musical plasmada en el repertorio del
álbum da buena fe de la sintonía intelectual y estética que congregaba a estas
tres mentes a través de la distancia. El resultado es una musicalidad sinfónica
peculiar y moderna, de innegable raigambre escandinava, sensible al ingreso de
recursos propios de la psicodelia suave, el pop-rock aventurado y ciertas
tonalidades ocasionales propias del krautrock sintético.
‘The Ending Of Open
Skies’ abre el álbum mostrando una musculatura rotunda y efectiva tras unos
segundos iniciales signados por climas cósmicos aleatorios. La vitalidad
desarrollada por Olsson desde su asiento detrás de los tambores y platillos
sirve para impulsar la energía exhibida por el bloque instrumental íntegro. El
canto de Marsh se sitúa cerca de DAVID SYLVIAN estilísticamente hablando aunque
su rango y tonalidad ligeramente ronca lo aproximan más a (del grupo polaco
QUIDAM). Luego sigue ‘Lift The Memory’, canción que dura casi 9 minutos y que
constituye un pináculo dentro del repertorio general. Su mezcla de fuerza de
carácter y oscuridad emocional ubica al grupo en un cercano parentesco con el
espíritu de los últimos discos de WHITE WILLOW y de ANEKDOTEN, tal vez con una
mayor cercanía a la solemnidad etérea al primero de estos grupos mencionados.
Las capas de teclado y los retazos de color dibujados por los vientos sirven
para hacerse eco del aura melancólica explícita en el canto de Marsh, mientras
que la labor de la batería se instala y diversifica según se da la ocasión de
centrarse en los aspectos más apasionados o más lánguidos de la canción. ‘In
The Stillnes Of Time’ y ‘Starlit Motion’ se suceden para seguir reforzando y
ampliando la visión musical de la banda. El caso de la primera de estas
canciones se basa en una confluencia entre la emotividad dinámica del mejo prog
moderno (QUIDAM, RPWL) y la patente vulnerabilidad espiritual de unos
RADIOHEAD; por su parte, ‘Starlit Motion’ es todo un trance electrónico
flotante que nos remite a los tiempos del krautrock electrónico de tendencia
minimalista (TANGERINE DREAM, CLUSTER).
‘Reptilian’ – que es,
dicho sea de paso, la canción más larga del álbum con sus más de 9 minutos de
duración – focaliza sus energías en sembrar nuevos recursos de colorido sonoro
después del peculiarmente intenso viaje introspectivo que supuso la dupla
precedente. Lo que nos brinda ‘Reptilian’ es un nuevo cénit de expresividad y
musicalidad exquisita donde la tensión emocional se recubre de elegantes capas
de niebla sobre un esquema rítmico urgente, que no abrumador. El breve interludio basado en capas de
mellotrón sugiere una cierta aureola amenazante, pero en realidad se trata de
un recurso para generar una expectativa nueva para el oyente; de hecho, el
clímax sónico en 7/8 nos ofrece un agradable recordatorio de aquellos tiempos
en los que las huestes de LANDBERK y ANEKDOTEN mostraban un ímpetu nuevo y
peculiar del paradigma Crimsoniano en la provincia escandinava del revival de
los 90s. ‘The Witness’ regresa a atmósferas del tipo de ‘In The Stillness Of
Time’, incluso ahondando más en su neblina introspectiva. La manera en que se
interconectan los ornamentos de viento y guitarra pedal steel es crucial para
completar el retrato emocional que se basa en el dueto de voz y teclado. En
fin, ‘The Skies Give Meaning’ cierra el álbum casi aparentando que cierra la
idea de ‘The Witness’, pero su climática exaltación grisácea y densa conforma una
entidad perfectamente autónoma, empapada (una vez más) de medidas influencias
Crimsonianas filtradas a través de los paradigmas de WHITE WILLOW y LANDBERK.
Pocas veces puede la melancolía revestirse tan genuinamente de vigor, pero
ciertamente eso es lo que hace este trío con el cénit conclusivo del disco.
Han sido poco más de
45 minutos de gloria progresiva los que nos han regalado KAUKASUS con “I”, un
disco que reactiva y condensa algunas de las cualidad más notables que habían
convertido a la ola revivalista escandinava como un referente esencial para el
rock progresivo de los últimos cinco lustros. Ojalá KAUKASUS tenga más
iniciativas en su horizonte cercano, pues “I” nos ha gustado bastante… ¡y de
hecho, lo recomendamos!
Muestra de “I”.-
Lift The Memory: https://www.youtube.com/watch?v=t2_xpSZ_h4w
In The Stillness Of Time + Starlit Motion: https://www.youtube.com/watch?v=m8mBwdphyRc
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