HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Desde
Argentina llega KAI D’RAÍZ, un nutrido grupo avant-jazz-progresivo de Buenos
Aires formado en marzo del año 2014. El octeto original estaba conformado por
Nicolás García Médici [saxos tenor y soprano], Juan Ignacia Sánchez [saxo
alto], Pablo Quiñones [trompeta], Manuel Calvo [trombón], Pablo Butelman
[guitarra], Emiliano Spadaccini [piano], Fabricio Fuentes Pereira [contrabajo]
y Mariano Sánchez Tejeira [batería]. A inicios del año 2015, el grupo publicó
en formato físico su disco homónimo de debut, el mismo que había sido grabado
el 2 de diciembre del 2014 en Fort Estudios; previamente a la edición física,
había sido difundido en la red de Bandcamp del grupo. Estaba claro que el
ensamble había logrado forjar en pocos meses un material muy sólido que dignifica
notoriamente a la escena contemporánea de su país. García Médici es el autor de
todos los temas excepto ‘Espejo’, compuesto por el guitarrista Butelman.
Podemos adelantar que la virtud nuclear del estilo así como del talento
creativo de KAI D’RAÍZ es la elegancia: elegancia es la palabra que con mayor
precisión designa el modo que el grupo tiene de ver el horizonte del sonido
articulado y el modo de convertirlo en performance dentro de las coordenadas
amplias que ofrecen al unísono el jazz contemporáneo, la fusión y la vanguardia
progresiva. El nombre del grupo se inspira en la palabra quechua Kay que
significa ser, estar, haber, y con dicho nombre el grupo declara su intención
de hacer que su música refleje su asentamiento en las raíces de las diferentes
vidas que cada integrante individual trae a la asociación. Bueno, veamos cuáles
resultaron ser los rasgos específicos de esta declaración musical.
‘La
Interminable’ abre el repertorio de “Kai D’Raíz” con una aureola de sobria
gracilidad, elaborando un esquema de trabajo muy equilibrado en el que los
saltarines colores del nutrido ensamble de vientos se compenetran a las mil
maravillas con el inteligente swing armado por la dupla rítmica: fungiendo como
eficaz embajador entre ambas instancias, el piano asume un rol especialmente
protagónico mientras la guitarra se complace en crear intrigantes texturas
abstractas. ¡Qué gran inicio!... Pero calma, que aún falta el resto del disco,
y de hecho, lo que sigue a continuación es la pieza tripartita que da nombre a
la banda: las secciones se titulan ‘Intro’, ‘Transición’ y ‘Fuga’. ‘Kai D’Raíz’
comienza con un talante patentemente sombrío, como asumiendo una actitud
sigilosa en un lugar pesadamente nublado que parece esconder un peligro
inminente. Pero de repente, con unas exultantes escalas de piano, las nubes se
disipan instantáneamente y el ensamble se dispone a retratar un escenario muy
distinto, uno iluminado y vibrante de espiritualidad extrovertida. Todo suena
muy a la onda del rock-in-opposition ahora, con varios toques Zappianos que
entran a tallar con suprema efectividad. Este renovador momentum se refuerza
decisivamente cuando se instala una estupenda amalgama de los metales y los
latidos arquitectónicos de la batería para la tercera sección, cuyo cuerpo
central recupera en cierta medida la ansiedad misteriosa de la primera, pero
sin duda ahora la banda está definitivamente concentrada en elaborar
sonoridades celebratorias. Variando dramáticamente de registro, ‘Espejo’ se
mete en aguas introspectivas para empaparse de vibraciones solipsistas en una
conmovedora atmósfera contemplativa. Estando el piano a cargo de sustentar la
delicada armazón instrumental global, la guitarra cuenta con espacios
suficientes para flotar y dibujar hermosos retazos sónicos en el aire, los
mismos que se sienten reforzados por las sobrias intervenciones de los
vientistas. ‘Hugo’ también preserva algo de la aureola contemplativa de la
pieza precedente, pero esta vez la espiritualidad reinante se siente más
relajada. El saxo solista se encarga de transmitir le mayor parte de esta
expresividad nuclear de la pieza mientras el contrabajo delinea una base
cautivadora.
‘Jojo’
dura poco más de 9 ½ minutos, lo cual la convierte en la pieza más extensa del
disco. Si las dos piezas anteriores estaban marcadas por un espíritu
contemplativo, ‘Jojo’ capitaliza toda esta serenidad que ahora se ha hecho
predominante y la lleva hacia el terreno del estoicismo plácido. El swing
meticulosamente lento sobre el cual se desarrolla el motif central de este tema
define un modus operandi
autoconstreñido de parte del ensamble; eso sí, en algunos parajes minúsculos se
despliega algo de densidad, pero son solo momentos efímeros de inescrutable
aturdimiento en medio del sosiego. Los solos de contrabajo y trompeta parecen
transmitir las pulsaciones del corazón que acompaña a la mente que observa
tranquilamente los rincones más oscuros de sí misma. El pasaje de cierre es
arrebatadoramente majestuoso, una bella capilla hecha sonido. En fin, el
repertorio del disco concluye con ‘Acechando’, tema que remodela la
extroversión sobria y colorida con la cual había comenzado el álbum, dándole
así la estructura de un círculo que se cierra. Los sucesivos solos de piano,
saxo y trompeta transportan los recursos de vitalidad necesarios para enfatizar
los aspectos centrales del motif central. Un gran cierre para un álbum
indudablemente hermoso. Nos han causado una muy grata primera impresión estos
enormes músicos de KAI D’RAÍZ, un ensamble que recientemente se ha ampliado a
noneto con la incorporación de Sebastián Tozzola al clarinete bajo y el saxo
barítono. De un grupo tan grosso como éste esperamos que nos pueda dar más
sorpresas musicales agradables como ésta: nos alegra mucho haber conocido el
repertorio de “Kai D’Raíz”, un disco que ejemplifica a las mil maravillas el
tipo de creatividad que late perpetuamente en la escena jazzera vanguardista
argentina. Anotemos este nombre en nuestras agendas melómanas: KAI D’RAÍZ… no
es una orden, pero casi.
Muestras
de “Kai D’Raíz”.-
Kai
D’Raíz (Transición + Fuga): https://www.youtube.com/watch?v=vz3-bLfkoiw
2 comments:
Gracias César.
Acá es link para escuchar el disco entero.
https://soundcloud.com/nicolas-garcia-medici/sets/kai-d-raiz
Nada que agradecer; más bien, gracias por el link, amigo Nicolás.
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