HOLA, AMIGO DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy
traemos a colación al grupo italiano COSARARA y a su homónimo primer disco, uno
de los ítems que más sensación han causado en nosotros durante nuestro disfrute
y repaso de la producción progresiva del año 2016. “Cosarara” fue publicado por
vía de la asociación de Btf y AMS a poco de pasado el ecuador del año pasado. Este
grupo instrumental originario de la ciudad de Asti (Piamonte) está conformado
por Andrea Onesti [guitarras], Francesca Goria [teclados y sintetizadores],
Aluffi Paul [bajo] y Maurizio Pinna [batería]. Este cuarteto tiene sus raíces
en el año 2005 y recién ahora, con una alineación modificada a través de todos
estos años, ha podido exponer su propuesta musical al mundo… y nos alegramos
mucho por ello. Esta propuesta refleja un interesante híbrido de psicodelia,
post-rock, sinfonismo y elementos pesados de la tradición progresiva, pero
entenderemos mejor cómo maneja el grupo su propio eclecticismo entusiasta
cuando revisemos paso a paso el repertorio de “Cosarara”.
Durando
poco menos de 10 ½ minutos, ‘Havismat’ abre el repertorio con una prestancia
envolvente, moderadamente majestuosa, portando un nervio que nunca se
sobresalta. Trabajando meticulosamente con un cuerpo central cuyas ulteriores
transformaciones son manejadas con grácil fluidez, el cuarteto sabe crear una
sensación de elegante tensión que nunca llega a soltarse. El gancho de los
sencillos fraseos de guitarra y los múltiples ornamentos de teclado – que van
desde el space-rock hasta el jazz – se unen en un matrimonio sónico muy
efectivo. Poco antes de llegar a la frontera del séptimo minuto y medio se da
un brevísimo momento de reposo desde el cual el grupo capitaliza la máxima
expresión de su vigor rockero en camino directo hasta su abrupto final. Luego
sigue ‘Serenloonies’, bello y misterioso interludio de piano (acompañado de
efectos flotantes de guitarra) donde se parece evocar la memoria de una
temporada en el Limbo: añorar y sentirse abrumado al unísono. Cuando llega el
turno del tercer tema, el cual se titula ‘Miraggio’, el grupo parece hacerse
eco de la otoñal nostalgia del mencionado interludio en su primera sección,
claramente diseñada como un híbrido de space-rock y sinfonismo. Para cuando
llegamos al cuerpo central, la banda vira hacia algo más explosivo creando una
mezcla de psicodelia y post-metal sin abandonar la claridad melódica de talante
sinfónico que se había iniciado en el prólogo. Si ‘Havismat’ podía sonar a un
jam perdido de HAWKWIND meticulosamente remodelado por una asociación de músicos
de RED SPARROWES y MOGWAI, lo que tenemos ahora en ‘Miraggio’ es como si la
maqueta de un jam abandonado por el CAMEL de la etapa 76-78 hubiese caído en
manos de los músicos de MY SLEEPING KARMA y ellos, junto a un par de invitados
de ASTRA, lo hubiesen completado a su modo. Como sea, tenemos en esta pieza un
momentum espléndido del álbum, un cénit decisivo con el que la banda muestra su
mejor baraja.
Como si el título estuviera para reflejar el hecho de que la mente musical está proyectándose hacia una observación introspectiva, ‘Io’ desarrolla un clima señorial que es, a la vez, robusto e intimista. Como si se estuviera haciendo una traducción del legado de los PINK FLOYD de la fase 71-75 al lenguaje del post-metal bajo la inspiración de unos RUSSIAN CIRCLES, el cuarteto elabora un jam señorial bajo la imperante guía de la guitarra, la cual se luce como nunca antes en el disco. La sección final es un poco más impetuosa, mostrando lo que resulta cuando una luminosidad espiritual que ha pugnado por varios minutos por mostrarse tal cual logra abrirse campo con la solvencia deseada. ‘Totentanz’, por su parte, nos muestra directamente las facetas más ágiles y extrovertidas del ideario musical de COSARARA. Volviendo a la estrategia de mezclar psicodelia y sinfonismo con un cierto predominio del último en cuanto a la elaboración de los motifs y de sus respectivos desarrollos, la banda nos brinda momentos solventemente expandidos de calidez sonora, calidez que adquiere su debida cuota de sofisticación expresionista con el empleo estratégico de algunos quiebres rítmicos a lo largo del camino. Tras un minúsculo interludio marcado por un sereno recogimiento emerge una coda poderosa en la que el grupo vuelve a jugar con sus inquietudes post-metaleras. En suma, dado el excelente manejo de prestancia ecléctica que se da en ‘Totentanz’, éste resulta un nuevo cénit del disco. Durando poco más de 8 minutos, ‘Innisfree’ cierra el álbum creando una suerte de síntesis entre la magia de ‘Havismat’ y el exquisito refinamiento exhibido en ‘Miraggio’. Una vez más, la guitarra se luce de forma especial durante el desarrollo temático.
Todo esto es lo que la gente de COSARARA nos ha brindado con su homónimo disco debut, una de las sorpresas más agradables (y para nada rara) que se han gestado en el variopinto escenario progresivo italiano en el pasado año 2016. Vale la pena anotar el nombre de este grupo y de este disco en nuestras agendas melómanas, y cómo no, seguir la pista al cuarteto con miras a próximas producciones en años venideros.
Muestras
de “Cosarara”.-
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