HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
METAMORFOSI,
la veterana banda italiana que creó algunas de las páginas más intensas y
bellas de la primera generación del rock progresivo de su país, sigue siendo
una fuerza vital bajo la guía bicéfala Jimmy Spitaleri [canto] y Enrico Olivieri [piano, órgano
Hammond y sintetizadores], y con la dupla rítmica del baterista-percusionista
Fabio Moresco y el bajista Leonardo Gallucci (tocando también algo de guitarra
acústica), el colectivo de METAMORFOSI completa su tripartito concepto dantesco
basado en la inmortal obra La Divina
Comedia con “Purgatorio”. Básicamente, éste ha sido el leitmotiv del
regreso a la actividad musical de este grupo: terminar el tríptico conceptual
iniciado con su obra magna “Inferno” (disco de 1973 que marcó a la vez su cénit
en los 70s y, a la vez, su despedida de la escena rockera de entonces) y
continuado ya en el nuevo milenio con “Paradiso”. En este segundo ítem del año 2004 participaron los mismos cuatro músicos que entran en acción ahora para “Purgatorio”: como es habitual, el teclista Olivieri es el más prolífico compositor del nuevo material. El disco que tenemos en nuestras manos fue publicado en octubre del 2016 (un año después de terminado) por vía de una coproducción de los sellos Sony y BMG, tanto en vinilo como en CD: la ventaja de este segundo formato es que contiene todas las 19 piezas creadas para el concepto en cuestión, teniendo el vinilo 7 canciones menos. Bueno, repasemos ahora los detalles del repertorio íntegro.
El disco se inicia con
la tetralogía de ‘Eco Dagli Inferi’, ‘Catone’, ‘Angelo Nocchiero’ y
‘Negligenti’, 9 ½ minutos bastante estupendos para atraer nuestra atención y
satisfacer nuestras más ambiciosas esperanzas melómanas. ‘Eco Dagli Inferi’ es
el prólogo pomposamente ceremonioso que el disco exige, portando un aura
cósmica en el núcleo temático basado en las capas de sintetizador que también
tiene algo de sombrío; ‘Catone’ emerge con un fragor llamativo que inunda
espacios de ímpetu rockero con buen pulso, mientras que ‘Angelo Nocchiero’ trae
algo de calma introspectiva dentro de un contexto manierista muy propio de la
tradición progresiva italiana. El personal de METAMORFOSI estaba totalmente
dispuesta a demostrarnos que en el momento presente sigue siendo amo y señor de
su juego musical. Cuando llega el momento de ‘Negligenti’ el aura manierista por
ahora imperante se torna dramática, debidamente apoyada en las suntuosas
orquestaciones de los diversos teclados que Olivieri tiene a su disposición.
Con ‘La Malastriscia’, el grupo crea un pasaje juguetón donde impera el
barroquismo a fin de que el variado esquema rítmico escogido para la ocasión pueda
ser manejado con un sentido claro de la luminosa suntuosidad, y así, el
reinante vigor rockero puede arroparse de convincente exquisitez. A
continuación llega la dupla de ‘Porta Del Purgatorio’ y ‘Superbi’, la cual
cumple con la misión de seguir ahondando en las arrolladoras armazones sonoras
que el grupo se proyecta para el disco: el primero de estos temas regresa de
lleno a lo ceremonioso con un toque extra de sombría emotividad mientras que el
segundo exhibe una vitalidad aseñorada bien elaborada para el medio tiempo
escogido para la ocasión. ‘Invidiosi’ se centra mayormente en un hermoso motif
de piano oportunamente arropado por flotantes orquestaciones de sintetizador:
para la instancia final, el grupo elabora una rotunda algarabía rockera... ¡Qué
pena que tenga que ser tan breve! ‘Iracondi’ sigue a continuación para
restablecer una atmósfera grandilocuente que lleva un poco más allá los legados
de ‘Catone’ y ‘Superbi’: esta canción resulta ser la sucesora perfecta de
‘Invidiosi’.
‘La Chiesa E l’Impero’
ofrece una atmósfera etérea con su oportuna dosis de vibraciones tétricas
mientras la ingeniería rítmica crea un dinamismo casi mecanicista; se engarza
con esta canción ‘Accidiosi’,
tema que sirve para que el cuarteto se disponga a potenciar el dinamismo ahora
reinante con una acrecentada fastuosidad. La coda de clavicordio es muy bella,
preparando el terreno para el arribo de ‘La Femmina Balba’, canción hermosa
marcada por una mezcla de manierismo y romanticismo. Su gancho bien pudo
explotarse con una mayor expansión del arreglo instrumental, pero así quiso el
grupo que quedara la canción. Las orquestaciones de teclado se sienten
particularmente cálidas aquí. ‘Avari E Prodighi’ surge después para crear un
paraje de amable extroversión que incluye un fabuloso solo de sintetizador,
siendo así que ‘Golosi’ toma de inmediato la posta para darle a esta línea de
trabajo un matiz un poco más complejo a través del empleo de grooves
jazz-rockeros en el esquema rítmico y un dinamismo más exigente en el
desarrollo melódico. ‘Lussuriosi Purgatorio’ se hace eco de esta algarabía y
regresa a las estructuras sonoras más grandilocuentes que habían hecho acto de
presencia en el repertorio precedente: hay un aura espacial en esta canción que
responde al empleo de ritmos programados para sostener las capas y fanfarrias
de los sintetizadores. Durando 5 ¼ minutos, ‘Paradiso Terrestre’ se erige como
un instrumental excelso y cautivador, inicialmente centrado en los serenos
pasajes de piano, los cuales oscilan entre lo barroco y lo flotante con total
naturalidad. Luego sigue un breve interludio de órgano de claro talante gótico,
el cual es sucedido por el cuerpo central, el cual ostenta una vivacidad
elegante e imponente. Influencias del legado de RICK WAKEMAN hay, sin duda.
Tras este momentum tan rotundo emerge la dupla de ‘Beatrice’ e ‘Il Carro E
l’Aquila’: la primera es básicamente un leve preludio a la segunda, la cual
está signada por una grisácea grandilocuencia. En medio de la parsimonia
esencial de ‘Il Carro E l’Aquila’ brillan estupendos solos de órgano y de
sintetizador. Los últimos 5 ¾ minutos del disco están ocupados por ‘E Rinnovato
Volo’, una bella canción con estructura de himno: su patente solemnidad tiene
total sentido pues su letra expone el anuncio de la siguiente fase en el
trayecto de Dante, el paseo por el Cielo. El arreglo coral del final resalta la
conmovedora magnificencia del himno.
Con este disco, la música del Purgatorio solo puede sonar celestial: esto es precisamente “Purgatorio”, un símbolo de la trascendencia mística traducido al lenguaje del rock progresivo en su dimensión más holística que incluye no solo características musicales sino también poéticas, arquitectónicas y pictóricas. METAMORFOSI sigue siendo, tal como lo señalamos en el primer párrafo de la presente reseña, autora de algunas de las páginas más bellas de la historia del rock progresivo italiano y sigue manteniendo su vigencia en la escena actual.
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