Tuesday, January 31, 2017

METAMORFOSI: música celestial para el Purgatorio


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

METAMORFOSI, la veterana banda italiana que creó algunas de las páginas más intensas y bellas de la primera generación del rock progresivo de su país, sigue siendo una fuerza vital bajo la guía bicéfala Jimmy Spitaleri [canto] y Enrico Olivieri [piano, órgano Hammond y sintetizadores], y con la dupla rítmica del baterista-percusionista Fabio Moresco y el bajista Leonardo Gallucci (tocando también algo de guitarra acústica), el colectivo de METAMORFOSI completa su tripartito concepto dantesco basado en la inmortal obra La Divina Comedia con “Purgatorio”. Básicamente, éste ha sido el leitmotiv del regreso a la actividad musical de este grupo: terminar el tríptico conceptual iniciado con su obra magna “Inferno” (disco de 1973 que marcó a la vez su cénit en los 70s y, a la vez, su despedida de la escena rockera de entonces) y continuado ya en el nuevo milenio con “Paradiso”. En este segundo ítem del año 2004 participaron los mismos cuatro músicos que entran en acción ahora para “Purgatorio”: como es habitual, el teclista Olivieri es el más prolífico compositor del nuevo material. El disco que tenemos en nuestras manos fue publicado en octubre del 2016 (un año después de terminado) por vía de una coproducción de los sellos Sony y BMG, tanto en vinilo como en CD: la ventaja de este segundo formato es que contiene todas las 19 piezas creadas para el concepto en cuestión, teniendo el vinilo 7 canciones menos. Bueno, repasemos ahora los detalles del repertorio íntegro.


El disco se inicia con la tetralogía de ‘Eco Dagli Inferi’, ‘Catone’, ‘Angelo Nocchiero’ y ‘Negligenti’, 9 ½ minutos bastante estupendos para atraer nuestra atención y satisfacer nuestras más ambiciosas esperanzas melómanas. ‘Eco Dagli Inferi’ es el prólogo pomposamente ceremonioso que el disco exige, portando un aura cósmica en el núcleo temático basado en las capas de sintetizador que también tiene algo de sombrío; ‘Catone’ emerge con un fragor llamativo que inunda espacios de ímpetu rockero con buen pulso, mientras que ‘Angelo Nocchiero’ trae algo de calma introspectiva dentro de un contexto manierista muy propio de la tradición progresiva italiana. El personal de METAMORFOSI estaba totalmente dispuesta a demostrarnos que en el momento presente sigue siendo amo y señor de su juego musical. Cuando llega el momento de ‘Negligenti’ el aura manierista por ahora imperante se torna dramática, debidamente apoyada en las suntuosas orquestaciones de los diversos teclados que Olivieri tiene a su disposición. Con ‘La Malastriscia’, el grupo crea un pasaje juguetón donde impera el barroquismo a fin de que el variado esquema rítmico escogido para la ocasión pueda ser manejado con un sentido claro de la luminosa suntuosidad, y así, el reinante vigor rockero puede arroparse de convincente exquisitez. A continuación llega la dupla de ‘Porta Del Purgatorio’ y ‘Superbi’, la cual cumple con la misión de seguir ahondando en las arrolladoras armazones sonoras que el grupo se proyecta para el disco: el primero de estos temas regresa de lleno a lo ceremonioso con un toque extra de sombría emotividad mientras que el segundo exhibe una vitalidad aseñorada bien elaborada para el medio tiempo escogido para la ocasión. ‘Invidiosi’ se centra mayormente en un hermoso motif de piano oportunamente arropado por flotantes orquestaciones de sintetizador: para la instancia final, el grupo elabora una rotunda algarabía rockera... ¡Qué pena que tenga que ser tan breve! ‘Iracondi’ sigue a continuación para restablecer una atmósfera grandilocuente que lleva un poco más allá los legados de ‘Catone’ y ‘Superbi’: esta canción resulta ser la sucesora perfecta de ‘Invidiosi’.

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‘La Chiesa E l’Impero’ ofrece una atmósfera etérea con su oportuna dosis de vibraciones tétricas mientras la ingeniería rítmica crea un dinamismo casi mecanicista; se engarza con esta canción ‘Accidiosi’, tema que sirve para que el cuarteto se disponga a potenciar el dinamismo ahora reinante con una acrecentada fastuosidad. La coda de clavicordio es muy bella, preparando el terreno para el arribo de ‘La Femmina Balba’, canción hermosa marcada por una mezcla de manierismo y romanticismo. Su gancho bien pudo explotarse con una mayor expansión del arreglo instrumental, pero así quiso el grupo que quedara la canción. Las orquestaciones de teclado se sienten particularmente cálidas aquí. ‘Avari E Prodighi’ surge después para crear un paraje de amable extroversión que incluye un fabuloso solo de sintetizador, siendo así que ‘Golosi’ toma de inmediato la posta para darle a esta línea de trabajo un matiz un poco más complejo a través del empleo de grooves jazz-rockeros en el esquema rítmico y un dinamismo más exigente en el desarrollo melódico. ‘Lussuriosi Purgatorio’ se hace eco de esta algarabía y regresa a las estructuras sonoras más grandilocuentes que habían hecho acto de presencia en el repertorio precedente: hay un aura espacial en esta canción que responde al empleo de ritmos programados para sostener las capas y fanfarrias de los sintetizadores. Durando 5 ¼ minutos, ‘Paradiso Terrestre’ se erige como un instrumental excelso y cautivador, inicialmente centrado en los serenos pasajes de piano, los cuales oscilan entre lo barroco y lo flotante con total naturalidad. Luego sigue un breve interludio de órgano de claro talante gótico, el cual es sucedido por el cuerpo central, el cual ostenta una vivacidad elegante e imponente. Influencias del legado de RICK WAKEMAN hay, sin duda. Tras este momentum tan rotundo emerge la dupla de ‘Beatrice’ e ‘Il Carro E l’Aquila’: la primera es básicamente un leve preludio a la segunda, la cual está signada por una grisácea grandilocuencia. En medio de la parsimonia esencial de ‘Il Carro E l’Aquila’ brillan estupendos solos de órgano y de sintetizador. Los últimos 5 ¾ minutos del disco están ocupados por ‘E Rinnovato Volo’, una bella canción con estructura de himno: su patente solemnidad tiene total sentido pues su letra expone el anuncio de la siguiente fase en el trayecto de Dante, el paseo por el Cielo. El arreglo coral del final resalta la conmovedora magnificencia del himno.

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Con este disco, la música del Purgatorio solo puede sonar celestial: esto es precisamente “Purgatorio”, un símbolo de la trascendencia mística traducido al lenguaje del rock progresivo en su dimensión más holística que incluye no solo características musicales sino también poéticas, arquitectónicas y pictóricas. METAMORFOSI sigue siendo, tal como lo señalamos en el primer párrafo de la presente reseña, autora de algunas de las páginas más bellas de la historia del rock progresivo italiano y sigue manteniendo su vigencia en la escena actual. 

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