HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy presentamos al ensamble estadounidense HILLMEN, conformado
por el baterista Peter Hillman, el teclista Gayle Ellett, el guitarrista
Mike Murray y el bajista Ralph Rivers. Dos de estos nombres nos suenan
conocidos de DJAM KARET y, en efecto, este grupo brotó en el año 2007 en buena
medida por el impulso de Ellett de explorar a fondo sus intereses como teclista
dentro de un contexto jazz-progresivo afín a ocasionales factores psicodélicos y
con un fuerte componente de improvisación, siendo así que el baterista Hillman
resultaba ser su socio ideal para esta ocurrencia. Esta alianza musical se
completó cabalmente con las apariciones de Murray y Rivers: la visión
estética del cuarteto logró finalmente plasmarse en un disco en el año
2011, siendo publicado por Firepool Records (el sello de los DJAM KARET,
justamente): su título es “The Whiskey Mountain Sessions”. De los cuatro
temas contenidos en este álbum, dos de ellos cuentan con la participación
de otro bajista, Steve Re, y en el segundo se encarga del piano acústico un
señor llamado Brian Carter.
Durando 8 ½ minutos, ‘Lights On The Bay’ abre el repertorio con un ímpetu inapelable que se hace patente a través de su solemne serenidad. El esquema sonoro de este tema nos remite en parte a la elegancia cósmica de la faceta más flemática de DJAM KARET, pero principalmente nos lleva hacia el paradigma de AGITATION FREE (especialmente, su glorioso álbum “2nd”) y una versión más refinada del estándar Floydiano de la fase 69-71. De hecho, es a partir del cuarto minuto en que el factor cósmico se acentúa con solvente gracilidad. La magia sonora del ensamble se pone más expansiva e intensiva cuando llega el turno de la maratónica pieza ‘The Fire Burns’, la cual se prolonga por 16 ¼ minutos. Aquí el ensamble juega sus fichas más extrovertidas e incorpora elementos inspirados en la fase inicial de los legendarios WEATHER REPORT mientras añade al conjunto sonoro un punche rockero notorio, especialmente cuando estamos acercándonos a la frontera del décimo minuto. También se abre campo a algunos momentos en los que el órgano asume el rol protagónico dentro del entramado grupal aunque siempre está activa la luminosidad de la guitarra como jefa principal al frente de la trama sonora. El vigor y la vitalidad que el cuarteto invierte en este ítem se traduce efectivamente en una inteligente confluencia de jazz-rock, psicodelia comedida y sobrios toques latinos (particularmente, en el intensivo groove que preserva Hillman a lo largo del extenso camino que traza esta pieza). No solo por su duración sino por su fuerza de carácter es que esta pieza se erige como el momento decididamente climático del álbum. El tercer tema del disco se titula ‘Patio View’ y su esquema de trabajo resulta más relajado que en cualquiera de los dos temas precedentes, lo cual es bastante efectivo a la hora de desarrollar una musicalidad más matizada desde la cual el teclado y el bajo puedan aportar gradaciones y matices muy interesantes en medio de los riffs y fraseos de la guitarra.
Las cosas llegan a su necesario final con ‘Summer Days’, tema que dura poco menos de 9 minutos y cuya función central es la de exponer la faceta más alegre del ideario musical de la banda. El swing es contagioso a través de su patente sofisticación de talante jazz-rockero, pero sobre todo llama la atención el modo en que el teclado lidera el jam durante los primeros minutos: su único momento de imponente garra a lo largo del disco, lo cual permite que cualquier rezago de densidad psicodélica que haya podido estar presente en las tres piezas precedentes se borre del mapa. Ahora todo es fulgor celebratorio y nada más, algo tan simple como eso. Pasado el ecuador de la pieza, hay algunos pasajes estratégicos en los que la batería activa su genio; también es de destacar el modo en que la guitarra impulsa algunas de sus intervenciones más pirotécnicas alrededor de la frontera del sexto minuto. Todo esto es lo que se nos brindó en “The Whiskey Mountain Sessions”, un álbum que muestra la vitalidad tan contundente y envolvente que los HILLMEN son capaces de aportar a la caleidoscópica escena progresiva de nuestros tiempos. Dicho sea de paso, un nuevo disco de este grupo acaba de salir del horno a mediados de marzo de este mismo año, pero eso será motivo de otra reseña.
Muestras de “The Whiskey Mountain Sessions”.-
Lights On The Bay: https://hillmen2.bandcamp.com/track/lights-on-the-bay
The Fire Burns: https://hillmen2.bandcamp.com/track/the-fire-burns
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