HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Lo que reseñamos ahora es un disco muy significativo pues se trata de
la centésima publicación de parte del magnífico sello difusor de música
vanguardista MoonJune Records, a cargo del magnífico y entusiasta personaje Leonardo
Pavkovic. Pero claro, no solo se trata de eso, pues de hecho, lo mejor es que
se trata de un disco del insigne maestro de la Touch Guitar MARKUS REUTER. El disco
en cuestión se titula “Truce” y nos muestra a un REUTER muy bien acompañado por
la dupla rítmica de Fabio Trentini [bajo sin trastes y sintetizador] y Asaf
Sirkis [batería]. “Truce” fue publicado el pasado 17 de enero a partir de unos
registros en vivo que tuvieron lugar en el estudio barcelonés La Casa Murada
(en Banyeres del Penedes), en una sesión organizada a mediados de mayo del año 2019. O sea, el mundo tuvo que esperar varios meses para descubrir la magia musical que ocurrió en esa ocasión, pero la espera valió muchísimo la pena, no solo porque se trata de una publicación especial dentro del catálogo de MoonJune Records, sino también porque se trata de una obra magnífica. Permítasenos adelantar que REUTER nos brinda una labor absoluta genial en este nuevo trabajo solista mientras aprovecha al máximo los aportes de Trentini y Sirkis: de hecho, la autoría de las siete
piezas aquí contenidas están atribuidas al trío en conjunto. Bueno, pasemos ahora a los detalles de “Truce”, ¿vale?
Con sus
casi 12 minutos de duración, ‘The Truce’ abre el álbum estableciendo un groove tan
llamativo como sofisticado, el mismo que tiene un empuje tan contundente que
REUTER no necesita mucho tiempo para elaborar riffs en la base y,
consecuentemente, explayarse en fraseos incendiarios signados por un
expresionismo deliciosamente rimbombante. Desde antes de la mitad, el trío se
desboca en un clima de señorial caos dentro de un breve puente que, al
encenderse con una nueva llama, obliga al groove a intensificar su aureola
sofisticada. Aunque hay un pasaje donde el grupo explora algunas vibraciones un
poco más controladas – incluso etéreas –, el asunto es que los tres músicos articulan
un poderío común impregnado por una aristocrática virilidad. Estamos en
territorio fronterizo entre los STICK MEN del “Deep” y los ATTENTION DEFICIT
del primer álbum. ‘Swoonage’ se encarga de hacer virar las cosas hacia una
dimensión más calmada, incluso rayando con lo misterioso. Los bellos y
evocadores solos de guitarra, grácilmente articulados dentro del swing
controladamente lento armado por la dupla rítmica, parecen extraídos de un
atardecer otoñal dentro de un universo alternativo psicodélico. Hay algo de vitalista
en esos solos que no se puede negar, pero su misión no es la de exhibir fuerza
de carácter sino la de retratar esbozos bien desarrollados de alguna inquietud
interior. Una pieza muy bella, claro que sí, y además, sirve como eficaz vía de
entrada para el tercer tema del álbum, ‘Bogeyman’, el cual acentúa esta vía de
exploraciones introspectivas hasta convertirse en algo vehementemente
crepuscular. Aunque el título aluda a un espectro terrorífico, en realidad
lo que se destila aquí no es un aura ominosa sino una turbación solipsista
signada por una enérgica expresión de psicodelia refinada. ¿La MAHAVISHNU
ORCHESTRA retorcida por el horno industrial de KING CRIMSON? Sí, algo así.... y de paso, una extensión del cénit iniciado por el tema precedente. ‘Be
Still My Brazen Heart’ esá diseñado para que el trío siga internándose aún más
en la noche oscura del alma y proyectar una dimensión melancólica y
contemplativa. A través de
sus exuberantes sus estremecimientos free-jazzeros, el bloque rítmico establece
un swing calmado que permite a la guitarra soltarse en un despliegue de
texturas agitadas por la añoranza; también el bajo gesta algunos colores
adicionales que completan la paleta sonora en curso.
Con la dupla de ‘Power Series’ y ‘Let Me Touch Your Batman’, REUTER y
sus compañeros de viaje refuerzan su estrategia de organizar encuadres jazz-prog-psicodélicos dentro de atmósferas aguerridas y elegantes. El primero de estos temas mencionados nos remite a una síntesis de las piezas #2 y #3 con una dosis extra de luminosidad que permite a los tres instrumentos, tanto en sus lucimientos individuales como en su ingeniería comunal, establecer una arquitectura fulgurosa. El dinamismo es obvio a pesar de no tener un esquema rítmico intrépido; el nervio y la garra hacen valer su muscularidad inherente mientras el jam saca buen provecho de su andamiaje de 9 minutos. Dicho sea de paso, en el último tercio de esta pieza tenemos uno de los solos más sólidos y extravagantes de REUTER. Por su parte, ‘Let Me
Touch Your Batman’ se mueve hacia un terreno más extrovertido,
añadiendo dosis de sensualidad y animación a los viajes cósmicos diseñados para
la ocasión. Lo que suena ahora está más en línea con una encrucijada entre la
faceta jazz-rockera de los KING CRIMSON de los 90s, la línea de trabajo del proyecto
WINGFIELD REUTER STAVI SIRKIS y el estándar de un visionario como RAY RUSSELL. El
esquema sonoro está meticulosamente preparado para que se geste un crescendo
rotundo y absolutista, y es eso justamente lo que pasa ante nuestros oídos
mientras la maquinaria triádica preserva con pulso de hierro la
retroalimentación de su propio remolino. Los dos últimos minutos sirven para
atenuar sostenidamente la garra en aras de acentuar la combinación de free-jazz
y sonoridades cósmicas. Si el tema más extenso del disco estuvo a cargo de
abrirlo, será el segundo más largo el que lo cierre: éste se titula ‘Gossamer
Things’ y dura poco más de 11 ¾ minutos. Si el tema más extenso del disco estuvo a cargo de
abrirlo, será el segundo más largo el que lo cierre: éste se titula ‘Gossamer
Things’ y dura poco más de 11 ¾ minutos. En lo referente al groove, sigue la pauta de ‘Power Series’ a la hora de gestionar una parsimonia muscular, mientras que en lo referente a los matices, fraseos y efectos de la Touch Guitar, el asunto va más por el lado de una síntesis entre las piezas primera y penúltima; así las cosas, la ocasión es propicia para que REUTER dé rienda suelta a su virtuosismo técnico de forma coherente bajo las pautas de tensión inherentes al cauce temático. En el
lapso que se extiende entre poco antes de pasar la frontera del quinto minuto y
antes de llegar a la frontera del séptimo, tenemos un altísimo nivel de
incandescencia de la Touch Guitar. Ya un poco más adelante, el groove se deriva
hacia una gama más sutil y espaciosa, lo cual permite que los elementos
flotantes de la instrumentación pasen holgadamente al frente... Y así persiste la cosa para que se dé un cierre ensoñador para el álbum.
Todo esto es lo que se nos ha brindado a lo largo del repertorio de “Truce”, un disco absolutamente brillante, demoledor en su prestancia aventurera y hercúlea, convincente en su garra intensa: un disco que no da tregua en su exhibición de genialidad experimental. Música jazz-progresiva de óptimo nivel a cargo de MARKUS REUTER y sus magistrales compañeros de travesía Fabio Trentini y Asaf Sirki contenida en un disco que solo nos queda recomendar al 500%.
Muestras de “Truce”.-
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