Sunday, January 05, 2020

Una vuelta por el mundo avant-progresivo a través de dos suites de ERIK HAMMARSTRÖM



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos el placer de presentar el disco solista del baterista y compositor sueco ERIK HAMMARSTRÖM “Glödhet Rytmisk Svärta”, el cual fue publicado a inicios de julio del pasado año 2019 en formato de CD y de vinilo en el sello AMS Records, siendo así que el sello italiano BTF también colaboró en la difusión de este trabajo. De todas maneras, el material ya estaba disponible en el blog de Bandcamp de HAMMARSTRÖM desde el 28 de junio. HAMMARSTRÖM no solo se encargó de tocar la batería y las percusiones, sino que también añadió el bajo eléctrico, la guitarra e-bow, el clarinete, el arpa y la celesta a su arsenal performativo. Si su nombre nos suena de algo es que se trata del baterista-percusionista de la banda retro-prog sinfónica BRIGHTEYE BRISON, y ahora se sale totalmente de la línea de trabajo del susodicho grupo para explorar su propia vía avant-progresiva centrada en una cruza de chamber-rock, RIO y avant-jazz. Todo un protagonista  del rock progresivo escandinavo de estos últimos años, el buen ERIK también fue el baterista-percusionista de ÄNGLAGÅRD en su última etapa (apareció en el disco en vivo en Japón del 2014 y en el DVD en vivo en Noruega del 2017), además de aparecer en el proyecto de Johan Brand ALL TRAPS ON EARTH (con un muy celebrado disco “A Drop Of Light” de fines del año 2018). El disco que aquí reseñamos salió a la luz dos meses después de que el colectivo de BRIGHTEYE BRISON hiciera lo propio con su más reciente disco “V”, el cual fue muy bien recibido por los fans progresivos del mundo. Nos parece que, por su parte, “Glödhet Rytmisk Svärta” también merece su buen aluvión de elogios: por lo pronto, anticipamos que la escucha de este disco nos ha entusiasmado sobremanera, pero lo mejor que se puede hacer a partir de ahora es revisar las dos suites que lo conforman. 


La primera de las dos piezas de este disco es la titular, ocupando un espacio de casi 34 minutos. ‘Glödhet Rytmisk Svärta: A Piece For Strings, Brass, Clarinet, Flute, Celesta, Percussion And Drums’ consiste de las nueve secciones ‘Intro’, ‘Blåsmaskinen’, ‘Räckhammaren’, ‘Vattenhjulet’, ‘Strävansfull Lunk’, ‘Stålets Uppvärmning’, ‘Smältpunkten’, ‘Rinnande Smälta’ y ‘Flamugn’. Los primeros 3 ¾ minutos de esta pieza sirven para que los armazones de cuerdas y maderas exhiban un cuadro de sombría seriedad arropada bajo un halo de misterio, el mismo que se arma con recursos de muscular solemnidad cuando la batería entra a tallar con su compás cuasi-marcial. Así las cosas, algunas cuerdas empiezan a instalar armonías y capas plagadas de un talante urgente, lo cual sirve para que el empuje impulsado por la batería lleve al bloque instrumental a llenar espacios con total soltura. A partir de allí, el terreno está preparado para que el ambiente se llene de pulsaciones fluidamente oscilantes entre lo místico y lo tétrico – al modo de una cruza entre los UNIVERS ZERO de los tres primeros discos y el paradigma actual de los FIVE-STOREY ENSAMBLE –, siendo así que se siente algo de fulgor en medio de los aparentemente amenazantes golpes de niebla. Poco antes de llegar a la frontera del sexto minuto y medio, el ensamble establece un breve clímax antes de disolverse en un momento de calma desencajada, un momento que en realidad es un puente para una sección un poco más sobria. En todo caso, esta sobriedad está alimentada por parajes complejamente pulsátiles (al modo de un híbrido de SIMON STEENSLAND y YUGEN). Es en este pasaje donde la batería de HAMMARSTRÖM hace sentir más patentemente su rol dentro del nutrido entramado sonoro, y, claro está, aprovecha la ocasión para jugar con recursos polirrítmicos y trucos de variantes rítmicas. Lo predominante es jugar con espacios vacíos en medio de los golpes de los tambores y los platillos, lo cual da la sensación de que la atmósfera general está cerca de desmoronarse pero, a pesar de ese peligro, persiste en su extravagante resistencia.  Alrededor de la frontera del decimotercer minuto, el ensamble vuelve a la mezcla de neblina y fulgor mientras insiste en la atmósfera de hipotética disolución, algo que se extenderá altivamente durante tres minutos. A partir de ahí, el ensamble emprenderá una serie de motif marcados por una espiritualidad gloriosa y reflexiva (sin dejar atrás la tensión y los coqueteos con lo sombrío). Ahora estamos metidos en la ceremoniosidad del esplendor palaciego, no de la oscuridad de un paisaje indefinido. A poco de pasada la frontera del minuto 24, las cosas se ponen cálidas en base a una inaudita pero efectiva mezcla de impresionismo, dodecafonismo y avant-jazz; hay un momento en el que los puntillismos del bajo y del fagot salen al frente en medio del imperio de las cuerdas, la percusión tonal y los metales. Mientras esta fase de la suite avanza, el cromatismo reinante expande su potencial evocador mientras va alternando sus pautas entre lo candoroso y lo extrovertido. De hecho, este último factor es el predominante en los bloques temáticos que se suceden durante los cinco últimos minutos; el penúltimo motif es un ejercicio de intrincado vitalismo mientras que el último se focaliza en una espiritualidad señorial. La acogedora magnificencia con que todo termina implica un meticuloso labrado de palpitaciones sonoras perfectamente enmarañadas en camino hacia el golpe final. 

La segunda suite del disco dura poco más de un cuarto de hora y se titula ‘Iskallt Mörkt Vatten: A Piece For Strings, Brass, Harp, Bassoon, Percussion And Drums’. Sus cuatro secciones se titulan ‘Intro’, ‘Abstraktion’, ‘Nära Nollpunkten’ y ‘Hundra Meters Djup’. La primera sección entra muy pronto en una acción contundente de síncopas y capas orquestales tan ambiciosas como sobrias, tras un muy breve prólogo marcado por leves toques de percusión tonal. El piano ocupa un rol protagónico dentro de la bizarra maraña sonora. Tras un puente relativamente calmado, la segunda sección ofrece un esquema musical aún más complejo en cuanto a la estructuración de las innumerables síncopas dentro de la ingeniería rítmica así como en la elaboración de un clima etéreamente denso, abriendo espacios para recursos de free jazz. Todo aterriza en un fastuoso solo de batería desde el cual habrá de proyectarse la tercera sección, cuya ambientación es muy semejante a la de la primera, aunque su pasaje final deriva hacia unas ensoñadoras capas provistas por el ensamble de cuerdas. La última sección retoma y mantiene el dinamismo primordial de la suite, casi como haciendo una síntesis cohesiva de las dos primeras partes. En varios pasajes ocupó el fagot un rol muy relevante para el desarrollo temático, y ahora, en las últimas instancias de la suite, establece con su mecanicista parquedad un eficaz contraste frente a las florituras del piano y de la percusión tonal. Todo termina de manera casi abrupta, pero con una solidez convincente: esta vez no hubo un clímax para el cierre, sino un último resplandor efímero. En conclusión, la oferta de “Glödhet Rytmisk Svärta” es una de las muchas obras notablemente destacadas dentro de la prolífica y variada escena progresiva escandinava del pasado año 2019. ERIK HAMMARSTRÖM se ha mostrado al mundo como alguien capaz de crear una obra magnífica que le da una nueva vitalidad al ideal de la vanguardia progresiva de corte chamber-rock, lo cual también implica que es un compositor y músico con una fuerte personalidad propia. Una sorpresa sumamente gratificante para nuestros deleites melómanos más osados en el año 2019. Muchas gracias a este maestro por habernos brindado “Glödhet Rytmisk Svärta”, un disco que recomendamos al 200%.


Muestra de “Glödhet Rytmisk Svärta”.-

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