Wednesday, January 22, 2020

El electrizante encuentro de DAVID CROSS y ANDREW BOOKER


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hubo un tiempo en que DAVID CROSS y su banda de apoyo fungieron de teloneros para el trío HARMONY IN DIVERSITY, capitaneado por Peter Banks, exintegrante de YES y FLASH. En ese tiempo, cuando faltaba poco para que el baterista ANDREW BOOKER abandonara HARMONY IN DIVERSITY por su hartazgo de las manías y contramarchas de Banks, el susodicho baterista se acercó a DAVID CROSS para expresarle su admiración por sus discos solistas y por la obra de KING CRIMSON en general, y de paso, proponerle compartir una sesión de grabación de composiciones libres y espontáneas por el simple gusto de hacerlo. Dada esta ocasión de crear algo juntos, la tarea se concretó en la tarde del viernes 13 de octubre del año 2006 en el estudio de BOOKER Dawns Sounds, en Londres. Con la tarea concluida, CROSS y BOOKER dejaron un testimonio de su química musical en la elaboración de proyecciones rockeras donde se combinan formas libres cercanas al jazz-rock vanguardista, psicodelia progresiva y atmósferas modernistas de raigambre electrónica. Un violín eléctrico, una batería electrónica y unos cuantos artilugios de efectos, feedback y demás fabricaciones cibernéticas de sonidos adicionales: para esta logística, bastaba con que estos dos señores hicieran confluir sus ideas de atmósfera, ritmo y textura. Este testimonio recién se hizo público a fines de octubre del año 2018 por vía del sello Noisy Records, el cual publica material solista de CROSS, de la DAVID CROSS BAND y otros proyectos que él tiene por aquí y por allí: el título de esta publicación es “Ends Meeting”. Hoy tenemos la ocasión de presentar un disco muy especial pues es el resultado de un extraordinario y electrizante encuentro entre estos dos visionarios del rock experimental pertenecientes a dos generaciones distintas; bajo la firma conjunta de DAVID CROSS & ANDREW BOOKER, tenemos a nuestro alcance este ítem cuyos detalles ahora pasamos a reseñar. 




Los primeros 4 ¼ minutos del repertorio están ocupados por ‘Loopscape A’, una pieza que, más que nada, sirve como carta de presentación de la dimensión más discreta del enfoque estético que el dúo se propone gestar: grooves misteriosos y evocadoramente alucinadas líneas de violín que se congregan dentro de una atmósfera que tiene mucho de mágico y también mucho de señorial. Con la dupla de ‘The Shakes Rattled’ y ‘Sleek’ – que ocupa conjuntamente un espacio de 19 minutos – el dúo ya entra en un sendero de exploraciones más sesudas e intensivas dentro de su propia proyección musical. ‘The Shakes Rattled’ establece un ejercicio sublime y encantador de hibridización entre jazz-rock y psicodelia mediante la filtración modernista de atmósferas y enclaves melódicos de inspiración arábiga. Es como hacer una cirugía drástica al patrón del clásico Crimsoniano ‘The Talking Drum’ a través de un majestuoso esquema de parsimonias cibernéticas de talante fusionesco. Aunque el esquema rítmico no es muy frenético, se nota que aquí late una soltura persistente en las sólidas interacciones entre los dos músicos. Por su parte, ‘Sleek’ ahonda en lo parsimonioso hasta tornarse envolventemente ceremonioso, con un BOOKER que hace gala de un swing lento y sofisticado que, desde sus ornamentos electrónicos, establece el paisaje perfecto para los parajes que habrán de dibujar las sobrias florituras del violín de CROSS. Sobrias, pero que conste, capaces de ostentar una genuina energía expresiva (como lo que encontramos en algunas obras solistas de un TREY GUNN o un TONY LEVIN). La breve pieza ‘Spared Bhangra’ establece un cálido viaje sonoro a atmósferas hinduístas, tal vez se trate de un preludio a un tema más muscular como es ‘Worship The Gourds’. Éste ostenta aires de familia con ‘The Shakes Rattled’ pero con una aureola un poco más amenazante, pues ahora el violín explora su dimensión más furiosa mientras los arreglos percusivos adoptan un tenor tribal. Es como un ritual sórdido revestido de una cósmica elegancia, llenando su espacio de poco más de 8 minutos con un motif consistente que nunca se agota.

La pieza más extensa del repertorio es la que justamente da título al disco y dura poco menos de 11 ½ minutos. ‘Ends Meeting’ encarna la última proyección ambiciosa, y de hecho, lo hace desarrollando la faceta más exuberante del esquema sonoro del dúo mientras le da una nueva vuelta de tuerca a sus recurrentes recursos de ceremoniosa estilización y aires fusionescos filtrados a través de una óptica prog-psicodélica. Hay momentos en los que CROSS sondea y exalta sus aristas más aguerridas, mientras que en otros, se centra en el enaltecimiento de una gracilidad lírica que se sitúa en medio de lo ensoñador y lo luminoso. Poco antes de llegar a la frontera del octavo minuto, el foco temático adquiere una especie de calma tentativa por unos breves instantes, los cuales motivan el impulso de ulteriores ejercicios expresionistas. En líneas generales, la vitalidad sutil que se dinamiza en las pulcras interacciones entre los dos músicos permiten que esta pieza en cuestión instaure el cénit decisivo del álbum. ‘Loopscape B’ cierra el álbum con un tenor introspectivo, centrado en las flotantes líneas de violín que, en su adustez impresionista, se multiplican a sí mismas a través de efectos electrónicos. “Ends Meeting” es una obra excelente y, como dijimos antes, electrizante que logra capturar fehacientemente las dimensiones más evocadoras y modernistas de DAVID CROSS y ANDREW BOOKER. Más que un dúo, este ensamble se ha comportado como una mesa de diálogo a la hora de crear toda la música misteriosamente bella que se aglutina en este disco. Es un ítem muy recomendable para los amantes del rock artístico que se proyecta frontalmente hacia los encumbramientos tecnológicos de la creación musical.


Muestras de “Ends Meeting”.-
Ends Meeting: https://www.youtube.com/watch?v=bHn1opZEPPc  


[Dedicamos esta reseña a los Reyes Magos en gratitud por habernos obsequiado este fabuloso ítem fonográfico el pasado 6 de enero.]

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