Hoy tenemos el agridulce deleite de comentar la reedición especial y masiva del último disco de JETHRO TULL de la década de los 70s, “Stormwatch”: publicado en el 14 de setiembre de 1979 simultáneamente en los mercados británico y norteamericano, este disco signó la culminación de una etapa musical de JETHRO TULL en un ambiente tan tenso que también conllevó la ruptura (momentánea) de camaraderías otrora fuertes como el más resistente de los hierros. Parece como que incluso el fragmento de la canción ‘Dun Ringill’ (“Lines joint in faint discord and the stormwatch brews / A concert of kings, as the white sea snaps / At the heels of a soft prayer / Whispered…”) que está transcrito en la parte inferior de la portada manifiesta la mezcla de desazón y frustración que Anderson estaba padeciendo mientras sus ideales musicales y el ethos colectivo que siempre gustó de impulsar dentro del seno de JETHRO TULL se estaba desmoronando de manera escalonada e imparable. Bueno, por lo pronto, cabe destacar que existe un ítem remodelado y ampliado de “Stormwatch” que viene como cuádruple CD y doble DVD, estando los dos últimos CDs dedicados a plasmar el concierto que el grupo dio, todavía como sexteto, el día 16 de marzo de 1980, en un local situado en la hermosa ciudad neerlandesa de La Haya, llamado Congreßgebouw. Esta masiva y meticulosa reedición, publicada a mediados de octubre del pasado año 2019, se titula “Stormwatch – The 40th Anniversary Force 10 Edition”. Ya para el tiempo del concierto antes mencionado, el lugar del difunto John Glascock estaba ocupado por Dave Pegg, amigo de la banda y también miembro itinerante de FAIRPORT CONVENTION. Glascock todavía estaba presente cuando el material del nuevo disco se estaba ampliando de a pocos mientras aún no terminaba la serie de giras promocionales para “Heavy Horses” y “Bursting Out”; además, aparece registrada su labor de bajista en tres de los temas que componen el disco ahora homenajeado, pero Anderson terminó haciéndose cargo del bajo en el resto del disco tras despedirle de la banda. Así, el buen Ian añadía un elemento más a su arsenal de flautas y guitarra acústica, además del canto. El resto de la banda todavía seguía integrado por Martin Barre [guitarras eléctricas y clásica, y mandolina], John Evan [piano y órgano Hammond], David Palmer (ahora Dee) [sintetizadores, órgano de fuelles portátil y arreglos orquestales] y Barriemore Barlow [batería y percusión]. El ahora quinteto todavía operaba mentalmente como sexteto pues la urgencia de contar con un nuevo bajista permanente en sus filas tenía que dar resultados pronto... y así fue con el ingreso de Dave Pegg, quien también sabía tocar mandolina y aportaba eficazmente voz de coro. De hecho, este señor no era ningún extraño dentro de la órbita musical donde se movía JETHRO TULL pues había sido integrante del grupo de folk-rock FAIRPORT CONVENTION. La portada fue hecha por David Jackson (homónimo del legendario vientista de VAN DER GRAAF GENERATOR, por favor, que no haya confusiones).
Técnicamente hablando, el disco “Stormwatch” tuvo un proceso de grabación muy expansivo entre agosto de 1978 y julio del año siguiente, mientras la temática ecológica iba perfilando y orientando el material a ser concretamente incluido en la versión final del disco. En estos once meses, el grupo estuvo bastante prolífico y, pensando solo en el aspecto práctico de mostrar al público lo que se ha creado, el material compuesto y ensayado durante esa temporada daba para un doble álbum de estudio sin ningún problema, pero el buen Ian se esmeró en hacer del disco uno explícitamente enfocado en el drama y la incertidumbre de la especie humana y del medio ambiente, al menos, en su mayor parte. La maquinaria de JETHRO TULL seguía
operando con el cronograma de sesiones de grabación de nuevo material seguidas
de una gira para volver a repetir el círculo a fines de los 70s, y tanto la
intensidad del trabajo como la buena recepción del público seguían con el buen
ímpetu de siempre. Pero, de alguna manera, lo que se esperaba que se pudiese culminar antes no llegó a un nivel satisfactorio: según palabras de Barre, en una entrevista que concedió a la revista Melody Maker una vez publicado el álbum, el grupo tenía listo mucho material para llenar un álbum a fines de 1978 pero, tras una exhaustiva gira estadounidense en los meses de abril y mayo de 1979, el grupo regresó a los estudios de grabación y se dio cuenta de que no era mucho lo que tenía de real valor grandioso para los estándares de la banda. Al final, todos los temas que entraron en el disco fueron grabados en los Maison Rouge Studios de Fulham y en el Maison Rouge Mobile del propio Anderson; antes del arribo del año 1979, también tuvieron lugar sesiones de grabación en los Townhouse Studios de Shepherd’s
Bush, pero el grupo no volvió allí al año siguiente. De todas formas, el grupo se dio abasto para publicar el
single ‘A Stich In Time’; más adelante, un mes y medio después del lanzamiento
de “Stormwatch”, el grupo publicó el EP “Home”, que incluía ‘King Henry’s
Madrigal’, tema no aparecido en el álbum
en cuestión. Esa gira estadounidense a la cual hizo mención Barre culminó en el Centro de Convenciones de San Antonio, Texas, el 1 de mayo de 1979: se trataba del último concierto del grupo con John Glascock como integrante. Fue
durante las primera semanas de preparación del nuevo material para el siguiente álbum que Ian
Anderson hizo lo que nadie más quería hacer: despedir a Glascock de la banda
para que su muy probablemente cercana muerte (un señor con problemas cardíacos
congénitos y que, habiendo pasado recientemente por el quirófano, seguía fielmente
adicto al alcohol y a las drogas, además de tener que consumir fármacos por
prescripción médica) no manchara de sangre a la congregación grupal. A pesar de
eso, todavía se hizo presente en un documental de la BBC que se realizó durante esa
gira y que recién se proyectó en enero de 1980.
Anderson no se refiere
exactamente a un despido sino a un
periodo indefinido de descanso (o tal vez prefiere recordarlo así), aunque realmente Glascock debe haberlo sentido
como un despido cuando, a pocos minutos de escuchar las palabras directivas de
Anderson, se cruzó con Palmer y se despidió de él portando su bajo en el
estuche. Anderson recuerda que Glascock siempre era profesionalmente puntual en los ensayos y las sesiones de grabación, pero que cada vez más se sentían sus manos
temblorosas y que necesitaba de un trago o dos para tocar bien: “Él iba un rato al bar del estudio Maison
Rouge en su intento de sobreponerse a su incomodidad consigo mismo a través del
alcohol. Era algo muy triste de ver.” Palmer también recuerda una
conversación durante esa gira, mientras se realizaba una prueba de sonido, en
la que John le confesó que “sentía miedo
de que pudiese saltar por el borde lateral del escenario y caer al vacío como
un saco de huesos”. Palmer, en medio de su propio desconcierto, le
recomendaba que probara beber un día sí y un día no, y que no dejara de hacerse
sus chequeos médicos. Barre lo recuerda como un músico totalmente dedicado a
JETHRO TULL y siente que sus compañeros pudieron haberse esforzado más por
presionarle para que mejorara su estilo de vida. Barlow, tal vez su amigo más
cercano, recuerda haber tenido varias discusiones serias con él desde un rol de
hermano mayor que da una reprimenda al menor. Pero bueno, nada de esto sirvió
de mucho y, a fin de cuentas, lo probable se cumplió en el cumpleaños #33 de
Barre mientras la banda estaba de gira nuevamente en los EE.UU. con el nuevo
bajista Dave Pegg. En efecto, al terminarse un concierto en la ciudad de San Diego,
Anderson comunicó a los demás integrantes del quinteto que Glascock había
fallecido. Barre, hasta el día de hoy, prefiere no hablar mucho del tema aparte
de decir que fue uno de los días más tristes de su vida y que John fue una de las
personas más amables que conoció jamás: “¡No le merecíamos! ¡Realmente no le merecíamos!” Barlow fue el más afectado, y de hecho, lloró muchas
veces durante el concierto del día siguiente, en la ciudad de Oakland. Como dato adicional, resulta que él se había mantenido en contacto con John y había coordinado con David Allen
(excolega de John en CARMEN) la formación de un trío como un proyecto paralelo:
“Llamé a David y él estuvo de acuerdo con
eso. Hablamos los detalles durante un almuerzo y… al día siguiente, John murió.
Todavía quedaba un concierto de TULL por hacer pero yo no quería tocar, así que
el management me tuvo que obligar a
hacerlo. Yo estaba como un zombie.”
Volviendo un poco atrás, a mayo de 1979, Anderson asumió el rol de bajista para los temas que aún no estaban terminados para
“Stormwatch”, siendo el Gibson Firebird su ítem escogido para la ocasión. De hecho,
ya lo tenía en su arsenal personal desde los tiempos del “Songs From The Wood”,
donde aparece una canción donde Ian toca todo: ‘Jack-In-The-Green’. Ian describe
al instrumento de manera poco elogiosa: “el
intento de Gibson de imitar el sonido del Fender Jazz Bass”. En todo caso, con un plectro y cuerdas nuevas, el instrumento podía adquirir una fuerza expresiva requerida para la ocasión. Dadas las
circunstancias, Ian tuvo que trabajar con el maestro Barriemore muy estrechamente para
elaborar los registros de los esquemas rítmicos de las canciones (más allá de lo muy cuestionable que es la apreciación de Ian de que el bajo es muy fácil de tocar pues, al fin y al cabo, solo tiene 4 cuerdas). Dada esta labor añadida de Ian dentro de la logística de JETHRO TULL, Barre tuvo la ocasión única de tocar todas las partes de mandolina en el álbum; la mandolina no era precisamente un instrumento ajeno a JETHRO TULL, no solo desde los tiempos de su glorioso segundo
álbum “Stand Up”, sino también de algunos singles previos al mismo (como el
single que contenía ‘Love Story’ y ‘Christmas Song’), pero era la primera vez
que Anderson no se hacía cargo del susodicho instrumento. Una vez terminados los procesos de grabación, mezcla y producción de “Stormwatch”, había que convocar al sexto miembro faltante, un bajista. Entra en escena Dave Pegg, quien venia del recientemente disuelto grupo de folk-rock FAIRPORT CONVENTION y quien habrá de quedarse en las filas de JETHRO TULL hasta mediados de los 90s. Fue mediante una recomendación de Barlow que Anderson acogió la idea de tenerlo como reemplazante de Glascock, y claro está, la línea de trabajo de FAIRPORT CONVENTION pintaba al buen Dave como alguien capaz de absorber y realzar los elementos folclóricos que los mismos TULL desarrollaron durante el 99% de su carrera musical. La
primera sesión de grabación con Pegg (o Peggy, como le apodaban sus amigos
dentro del entorno musical) en la banda fue el registro de ‘King Henry’s
Madrigal’ (‘Pastime With Good Company’ es su título verdadero), mientras que su primer concierto tuvo lugar el 5 de octubre de 1979
en los Maple Leaf Gardens de Toronto, Canadá. ¡Y pensar que Pegg casi no entra a JETHRO! Resulta que las primeras veces que Ian le llamó para hacerle la propuesta profesional correspondiente, él no estaba presente y, más bien, desestimó las llamadas porque pensó que se trataba de un tal Ian A. Anderson que le había enviado un disco de su grupo, llamado ENGLISH COUNTRY ROCK BAND, y quería telonear a FAIRPORT CONVENTION. Ian, cuando ya pudo localizar a Dave, le dijo algo así como “te he llamado cuatro veces en estos últimos días y no
estoy acostumbrado a que no me devuelvan las llamadas”. Tras pedir las disculpas de rigor, Pegg escuchó y
aceptó gustosamente la propuesta. Muy pronto hizo buenas migas con los demás
integrantes de la banda, especialmente con Barre y con Barlow, pues los tres
son de Birmingham y eso les brindaba una sensación de camaradería. Eso sí, el
único de ellos que compartía parcialmente su gusto por unas buenas cervezas era
Barlow. Pegg siempre ha sido un buen bebedor y, encima, el usualmente distante y
disciplinario Ian, no tardó mucho en unirse a sus sesiones cerveceras en algunas ocasiones. Según se veía, sus hábitos de consumo de licor no atentaban contra su salud ni su técnica performativa, así que no había peligro de que se repitiera el destino mortal de Glascock.
Nos acercamos al final del disco cuando nos topamos con su segunda mini-suite, la misma que se titula ‘Flying Dutchman’. Esta canción que dura alrededor de 7 ¾ minutos arrastra sobre sus magníficos hombros el más abundante despliegue de atmósferas y emociones nostálgicas del disco. El pasaje inicial de piano tiene obvias connotaciones inspiradas en la academia romántica, pero pronto el cuerpo central de la canción exhibe su alternancia de pasajes en clave de blues-rock y otros de tenor folk-rockero. Además, este último factor adquiere unas trazas exóticas durante el interludio, el cual mezcla lo céltico con ciertos aires del Extremo Oriente. La letra tiene claras invocaciones a la conciencia social y la exigencia de solidaridad en medio de un sistema socioeconómico que se centra en la producción en masa y el consumismo, algo que se puede retratar en cualquier escena urbana donde se ve a alguien con solvencia económica y otra persona homeless que busca qué hay de aprovechable en un vertedero de basura: “Old lady with a barrow; life
near ending. / Standing by the harbour wall; warm wishes sending. / Children on
the cold sea swell, / Not fishers of men. / Gone to chase away the last herring;
/ Come empty home again.” – “So
come all you lovers of the good life, / Your children playing in the sun, / Set
a sympathetic flag a-flying / And be there when the Dutchman comes.” El final del disco, al igual que con el final del lado A, viene de parte de una pieza instrumental, esta vez compuesta íntegramente
por Palmer: ‘Elegy’, el trazo definitivo de nostalgia de este álbum. Es muy común que algunos melómanos despistados piensen, teniendo en cuenta el fallecimiento de Glascock durante esta época crepuscular de JETHRO TULL, que esta pieza instrumental está dedicada a la memoria de él... ¡pero si es que él toca allí! En realidad, este hermoso tema de talante a lo BACH comenzó como una balada fúnebre con letra que el entonces David Palmer escribió en memoria de su recientemente fallecido padre. Fue algo casi instantáneo: a poco de recibir la triste noticia, Palmer encargó a su entonces esposa que comunicara la mala nueva a otros familiares mientras él componía los primeros esbozos de esta pieza en el piano de su casa. Esta elegía está bien encuadrada dentro un equilibrio finamente orgánico entre los instrumentos acústicos y eléctricos, dejando que el entramado de órgano portátil de fuelles y piano clásico se encargue de la base armónica mientras la flauta, las guitarras eléctricas y acústica, y algunos tenues arreglos de cuerda completan el esquema melódico en curso asumiendo conjuntamente el rol protagónico. El cierre con fade-out viene muy bien como símbolo auditivo del carácter transitorio de los asuntos humanos, incluyendo a la misma vida que los abarca.
El CD 2 de esta reedición está
muy nutrida, y por supuesto, se daba por descontado que aparecieran allí las
canciones que fueron bonus tracks de
la edición de “Stormwatch” de inicios del milenio: ‘Stitch In Time’, ‘King Henry’s Madrigal’, ‘Kelpie’ y ‘Crossword’. Pero además, también está aquí ‘Broadford
Bazaar’, una canción que inicialmente conocimos por una reedición del “Heavy
Horses”. En fin, tiene más sentido porque su letra expone un grave lamento por la ominosamente veloz expansión de la industrialización y el mecanicismo macroeconómico a través de Gran Bretaña. ‘Kelpie’ tiene una
letra referente a la leyenda celta sobre los espíritus del agua (“Well, I’m a man when I’m feeling / The urge
to step ashore, / So, I may charm you, not alarm you, / Tell you all fine
things and more.” – “Say goodbye to all your dear kin / For they hate to see
you go. / In your young prime to this place of mine / In the still loch far
below.”), mientras que ‘Crossword’ se remite directamente al estrés típico de la
vida urbana (“Typewriter turk, telephone
terror takes / Time to wind down, pushbutton finger shakes. / City of dreams
back to your quiet nightmare. / Life is a clue in the crossword.”). Originada a partir de una de las partes estructuradas del solo de flauta que creó Ian para los conciertos de 1978, ‘Kelpie’ evolucionó como una canción inspirada en los espíritus animados del agua imaginados por la mitología pagana escocesa, se convirtió en una celebración juglaresca y saltarina que no hubiese estado fuera de lugar en esa joya de 1977 “Songs From The Wood”. ‘Crossword’, en lo estrictamente musical, es un ejercicio de rock melódico con cierto talante progresivo en el esquema rítmico creado por Barlow y Glascock; una pieza agradable, que no extraordinaria, lo que sí son ‘Kelpie’ y ‘King Henry’s Madrigal’. Por
su parte, el Madrigal es justamente lo que dice el título, una alegre pieza
musical de temática secular compuesta por el rey Enrique VIII a inicios del
siglo XVI; fue idea de Palmer llevarla al repertorio de JETHRO TULL y fue quien se encargó de preparar el arreglo grupal. Jovialidad renacentista y finura barroca se funden en esta gozada progresiva que también pudo estar en un disco de GRYPHON o THE ENID. A propósito, se trata de la primera participación en estudio de Pegg en una grabación de JETHRO TULL. ‘A Stitch In Time’ tiene una letra preciosa de temática simultáneamente ecologista y proletaria donde el buen Ian hace un guiño a William Blake: “I work in dark
factories, a cog in the Big Wheel / Driving gray satanic mills and weaving sad
stories. / And faceless masters, oh, they pay me plenty / Crumbs from their
luncheon packs, / Harsh wine from bottles half empty.” ‘A Stitch In Time’ y ‘Broadford Bazaar’ se ajustan más propiamente a la línea de trabajo folk-rockera proseguida sistemáticamente por el grupo desde 1975. Incluso notamos algunos aires de familia que vinculan a ‘A Stitch In Time’ con ‘Old Ghosts’ en algunas progresiones armónicas que tienen lugar en las mudanzas, pero su talante más recio entra a tallar cuando llega el momento de un gran solo de guitarra eléctrica en medio. Lo que nos suena extraño es el empleo de coros femeninos en los estribillos, pero... bueno... ‘Broadford Bazaar’ es una canción más sencilla y serena, para nada melancólica, pues destila un patente fulgor expresionista a través de su atractivo desarrollo temático. En cuanto a su espíritu, esta canción pudo estar muy a gusto como parte de “Minstrel In The Gallery” o en algún lugar de “Heavy Horses” antes del esplendor épico de la canción titular; como dijimos antes, su temática es anti-industrialista.
Pero eso no es todo, pues también
tenemos aquí versiones iniciales de ‘Dark Ages’ y ‘Orion’, ambas más largas que
las que hemos conocido de siempre (¡el ‘Orion’ primigenio dura más de 9
minutos!), además de una composición de Palmer titulada ‘Urban Apocalypse’. ‘Dark Ages’ exhibe en esta maqueta original un talante un poco más adusto que el que usualmente conocemos, siendo así que la guitarra se siente más presente en algunos de los pasajes sutiles. Además, ocupa un rol más abrumadoramente protagónico en las secciones pesadas, muy a tono con lo que entonces se cultivaba en el gueto de la nueva ola del heavy metal británico (o sea, IRON MAIDEN, por ejemplo). Como es de esperar, la distinguida agilidad de la dupla Barlow-Glascock resulta esencial para la concreción de esta garra rockera a fin de que pueda explotar compactamente el aspecto necesariamente explosivo de las secciones más tormentosas, incluso en el contexto de esta maqueta tentativa. En el caso de ‘Orion’, hay más ideas melódicas desconocidas, tanto en el breve preludio de talante bélico como en el amplio y tortuoso interludio instrumental que se desarrolla después de la segunda mudanza. Es algo así como el intermedio de ‘No Lullaby’ pero llevado hacia una efervescencia vivaz y polícroma al estilo del álbum “Songs From The Wood”. El hecho de que esta versión ampliada tenga registrada la coautoría de Barre es bastante significativo. ‘Urban Apocalypse’ es la composición de Palmer que mencionamos más arriba, y tiene una letra muy penetrada de conciencia social: “«Halt the ringing cry of progress» / Sang the
horseman riding by. / They’ve used up all the good God gave us, / Now we’re
riding back to yesterday. / Turn the tables in the temples, / Break the holy
trinity / Of life assurance, General Motors / And silicon efficiency.” Tras un preludio de piano de tenor impresionista, emerge una canción sobriamente compleja de talante folk-progresivo que se extiende hasta
los 4 ¾ minutos de duración. También hay un efectista preludio jazzero en medio
de toda la magnética fastuosidad que signa a la canción. Esta canción merecía ser lado A de un single, o parte de un EP, no una simple joya escondida por varias décadas dentro del canon Tulliano. Otros ítems son las piezas instrumentales ‘The Lyricon Blues’ y ‘A Single
Man’: esta última, compuesta por Barre, se tocaba mucho en conciertos entre los años 1978 y 1980, y de hecho, es la pieza que suena al final de la emisión televisiva del concierto que el grupo dio en el Madison Square Garden a inicios de octubre de 1978. La introducción de piano a cargo de Evan le da un aire galante a este jam, mientras que las adiciones de flauta brindan un grácil colorido al bloque sonoro. Otra novedad retrospectiva es la primera versión de ‘Dun Ringill’, que fue originalmente arreglada para algo más que dos guitarras; en esta maqueta hay una guitarra acústica, una mandolina doblada y una flauta traversa, además de un flautín, y además, el canto es más ceremonioso que en la versión definitiva. En cuanto a ‘The Lyricon Blues’, se trata de un promisorio jam bluesero que Ian impulsó para experimentar con el Lyricon, un instrumento de viento electrónico que funciona como una especie de saxo soprano sintetizado. El esquema musical es interesante, e incluso hay un viraje hacia el compás de 11/8 en el último tercio, pero pronto Ian se aburrió del instrumento así como de esta idea, así que la cosa quedó así, sin cocinarse del todo. ‘Man Of God’ es una canción rockera de cercanía con URIAH HEEP y los propios JT de la época del “Benefit”, siendo su letra de temática anticlerical. La pieza de 3 ½ minutos que porta el conciso título de ‘Rock
Instrumental’ tiene, a despecho de lo displicente del título, un desarrollo
melódico que se siente bien trabajado, y es una pena que no haya sido un poco
más extenso, y no menos de lamentar es que no se haya trabajado a fondo para
convertirse en una canción con personalidad definitiva.
En lo
relativo a las anécdotas significativas de esta época final del JETHRO TULL
hexagonal y otros eventos colaterales, el primer dato histórico relevante que
se menciona en el libro acompañante es la encomienda que Ian Anderson recibió
para hacer la música para una de las tres breves piezas de ballet subsumidas bajo
el título de Underground Rumours de
parte de su hermano mayor Robin, administrador general de The Scottich Ballet. Anderson compartió con Palmer y Barre la labor
creativa para la pieza que finalmente se tituló The Water’s Edge.** Ian quería titularla Kelpie, pero la
decisión del director Peter Darrell fue la que, naturalmente, prevaleció. Además,
ese título de todas maneras iba a ser parte del repertorio de JETHRO TULL en el
futuro próximo. También hay algunas páginas dedicadas a la emergente e
inicialmente exitosa empresa de pesca, procesamiento y enlatado de salmones que
Ian inició a fines de los 70s. Habiendo decidido expandir sus actividades
extracurriculares rurales hacia esta industria, Ian pasaba mucho de su tiempo
fuera del rock cerca de las aguas que circundan a la isla escocesa de Skye. Ian
atribuye el predominio de las temáticas ecológicas y marinas no solo a este
hecho sino también a sus recuerdos de infancia. Palabras del propio Ian: “Como siempre, las canciones pueden haber tenido
su origen en un lugar, o ser el resultado de un momento de imaginación en el
que se vuela a otro país ubicado a miles de millas de distancia. Pero de eso se
trata a la hora de escribir canciones, uno toma las ideas consigo a donde uno
vaya, y algunas de ellas pueden estar enraizadas en las etapas tempranas de tu
vida. El haber crecido en Fifeshre al borde del Estuario de Forth, y luego,
unos pocos años más tarde, en Edimburgo, tenía la sensación de que pasé toda mi
infancia junto al mar. […] Por supuesto, más crecido, mi familia se mudó a
Blackpool, que también está junto al mar, aunque con corriente menos
hospitalarias – una zona sucia y turbia con varios desechos, algo que no
animaba mucho a pasear en bote.” Algo que recuerda la banda, pasando a lo estrictamente
musical, es que la camaradería prevalente seguía siendo más o menos la misma,
pero había tensiones inocultables, las mismas que se exacerbaron con la muerte
de Glascock. Más adelante, cuando Pegg entró a la banda, su carácter
extrovertido y su afable sencillez de carácter le permitieron ganarse pronto la
confianza de sus nuevos compañeros de grupo, quienes a veces le tenían como su
confidente para las cosas que les disgustaban de Ian. Eran, más que nada,
catarsis que eficazmente impedían que se produjera discusiones altisonantes. Pero
se respiraba en el ambiente que esta época del grupo tenía sus días contados. La
última actuación del sexteto de Anderson, Barlow, Barre, Evan, Palmer y Pegg
tuvo lugar a fines de abril de 1980, como parte del programa radial Richard Digance
And Friends, en la emisora Capital Radio. El grupo tocó cuatro piezas acústicas y la misma Dee llevó su órgano de fuelles portátil porque no estaba familiarizado con el staff de la radio. Poco antes de eso, el grupo había
realizado una serie de ocho actuaciones de siete actuaciones en Glasgow, Manchester
y Londres para cerrar la gira de “Stormwatch”. Antes de eso, el grupo tocó a lo
largo de todo el mes de marzo y los primeros días de abril en escenarios de
Noruega, Suecia, Países Bajos, Bélgica, Alemania, Suiza y Francia. Y eso fue todo, así quedó todo, así fue la despedida de un integrante que entró al grupo en 1970, otro que ingresó a fines de fe 1971 y un tercero que comenzó como músico ocasional para la gira de
1976 y ya ingresó como miembro a tiempo completo al año siguiente.
Barlow (quien siempre ostentará el privilegio de ser el mejor baterista que ha pasado por las filas de JT en toda su historia) había anunciado en algún momento de inicios de 1980 que tenía la firme intención de
dejar la banda, y además, encaró a Ian por el hecho de que John Glascock ganara menos que los demás
en la banda; tras la muerte del susodicho, Barrie descubrió que sus deudos no tenían
medios para enterrarlo debidamente, así que él mismo pagó con su bolsillo el entierro. Lo que
él había visto por tantos años como una confraternidad era, en realidad, un
régimen.*** Por su parte, Palmer y Evan se guardaron para sí sus propias
sensaciones de descontento con lo que pasaba en el colectivo así como en sus
propias vidas personales. Palmer quería volver a vivir una vida sedentaria tras
haber probado por unos años lo que es hacer giras, mientras que Evan estaba
atrapado en su propio mundo, afectado simultáneamente por una crisis de la mediana edad y por
un mal matrimonio. Hoy en día, sabemos que John Evans (usamos ahora su nombre real) tuvo un exitoso
negocio de bienes inmuebles en Australia con un nuevo y longevo matrimonio,
mientras que Dee Palmer siguió teniendo trabajo estable en el negocio musical como compositora y arreglista (incluyendo un disco orquestal con música de JETHRO TULL). Pero en aquel entonces, tanta
era la anticipación de Dee por escapar de la maquinaria de JETHRO TULL que, en
esa nefasta noche en que se anunció la muerte de Glascock, él inicialmente
pensó que Ian había convocado una reunión para disolver al grupo. En sus
propias palabras: “Yo pensé «Bien, gracias a Dios que nos van a dar la patada final en el trasero y
bien que nos la merecemos», porque había
un poco de descontento en la gente y ya no tocábamos tan bien como antes. Y no
me habría sorprendido que Ian tuviese la intención de formar un nuevo grupo y
que todos estábamos fuera de él – que no estuvo muy lejos de lo que realmente
sucedió poco después.” El 16 de mayo de
1980 se iniciaron las sesiones de grabación para el primer disco solista de Ian
Anderson en el Maison Rouge Fulham Studio, en lo que él pensaba que era un buen
momento para poner un hiato a la banda (y no tanto un nuevo disco de JETHRO
TULL, aunque fue justamente eso lo que pasó cuando se publicó el disco “A”. En
fin…). Palmer recuerda el extenuante periodo de conciertos en Canadá y los
EE.UU. que tuvieron lugar en dos periodos (entre el 1 de abril y el 1 de mayo y
entre el 5 de octubre y el 18 de setiembre de 1979), teniendo al trío UK como
banda telonera: “No soy una gran fan del
estilo musical de Eddie Jobson, pero pude percibir que Ian estaba muy
impresionado por él, y que estaba tal vez pensando en hacer un proyecto con él.
De hecho, Ian quería trabajar con Terry Bozzio también, pero Terry no estaba
interesado pues él era un músico más enfocado en la técnica del jazz-fusion.”
Según ella, la banda ya estaba perdiendo parte de su clase y su sentido de la
argucia en los escenarios: “Yo estaba al
tanto de que muchos músicos venían a vernos porque éramos muy cohesionados, y
solíamos tocar las partes más complicadas de nuestro repertorio como un
mecanismo de relojería. Estaba orgullosa de pertenecer a una banda porque
podíamos hacer cosas excitantes sin necesidad de convertirlas en algo árido ni
inaudible. Pero ya estábamos empezando a perder el brillo, y creo que eso se
debía a que sentíamos que nuestro destino estaba sellado.”
¿Cómo
fue la reacción de la prensa profesional? El nuevo romance con JETHRO TULL que
surgió en los años 1977 y 1978 terminó, tal como se manifiesta en las reseñas
expuestas en New Musical Express (“El disco consiste en cuatro canciones y un
instrumental por lado, sin títulos que valga la pena mencionar. […] Ian tiene
las indulgencias monetarias de un agricultor nuevo rico convertido en megalómano, cuya sinceridad sobre la visión ecológica
llega no más lejos que añadir otra capa de polución auditiva al mundo.”);
Record Mirror (“Ian Anderson parece hallarse
en la incómoda posición en la que se terminó de arrinconar a sí mismo. Stormwatch es meramente un álbum de canciones de
relleno que solo sirve para demostrarnos que sigue vivo. […] Las canciones del lado 1 son desencajadas, sin espontaneidad y aburriiiiidas. [...] Las canciones del
lado 2 son refritos a medio completar de viejas composiciones de Anderson.”);
Sounds (“El Sr. Anderson todavía está
atrapado en los fines de los 60s. […] Fracasa en su intento de introducir
algunos ornamentos modernos de sintetizador en el grupo. ¿The Human League con flauta? No.”) Por fortuna, Karl
Dallas, de Melody Maker, vio con
buenos ojos la temática ecológica aunque expresó que varias canciones del álbum
no igualaban el poder evocativo de la portada y la contraportada. Con todo, a
pesar de que “las letras de las canciones
no dejan en claro si el deterioro de la humanidad se debe a nuestra propia
culpa, o si es algo escrito en las estrellas, o si se trata del fin del
universo”, señala que en el disco “hay
algunas canciones que están entre las más inspiradas desde Living In The
Past, las melodías son pegadizas, a
menudo con su encanto folclórico bien intensificado.” Este álbum suele ser
percibido como un ítem conectado con los dos discos de estudio precedentes,
pero eso es algo que tanto Barre como el propio Anderson cuestionan: el primero
señala que hay una clara conexión en cuanto a estilo, formato y sentimiento
entre “Songs from The Wood” y “Heavy Horses”, pero “Stormwatch” tiene su propia
posición, separada de los otros dos. Bueno, desde nuestra óptica, nosotros
validamos la opinión popularizada de los fans de que “Stormwatch” es la versión
más sobria, grave y apocalíptica de una mirada sistemática a nuestro entorno
natural que comenzó con un clima de predominante algarabía en “Songs From The
Wood” y que en “Heavy Horses” añadió un toque de vibraciones reflexivas más
algunas ocasionales connotaciones melancólicas. En lo que respecta a la
reacción del público, Pegg recuerda vívidamente la excitación que le producía
el ser bien recibido por una enorme legión de fans, algo a lo cual no estaba
acostumbrado dentro del circuito donde se movía FAIRPORT CONVENTION. En los
conciertos que se realizaron en Alemania, el público aplaudía y pateaba el
suelo hasta por diez minutos después de que el grupo abandonase el escenario. Una
muestra del entusiasmo del público se tradujo en un percance que afectó a un
ojo de Anderson, el 12 de octubre de 1979 en el Madison Square Garden. Una fan particularmente impetuosa quería obsequiar un ramo de rosas a Ian antes del inicio del evento, pero la
gente de seguridad no le permitió acercarse al frontman, por lo que ella le
arrojó una flor… y su tallo se metió en su ojo. Aunque Ian decidió que de todas
formas se debía realizar el concierto, al día siguiente asistió al oculista y
se tuvo que cancelar el concierto siguiente. Durante el resto de esa gira, Ian
usó lentes de contacto que permitían la curación de la córnea herida y unas
gafas de sol photobrown.
¿Y qué piensa la gente de JETHRO TULL sobre “Stormwatch”? Dee
Palmer asevera que se trata de un valioso pero relativamente fallido álbum que
se halla separado de los álbumes precedentes del grupo. Para ella, el disco es
el resultado del deseo de Ian de querer esculpir nuevas canciones con nuevos
mármoles porque él sentía que “Heavy Horses” se había orientado excesivamente
hacia el lado folk. “Pero no era así. Lo que
se había hecho en ese álbum era un refinamiento del aspecto folk-rockero, y la
combinación de lo que había estado buscando JETHRO TULL después de “Stand Up” y
“Benefit”, donde las marcas esenciales de la banda ya resultaban fáciles de
identificar. […] Pero dado que Ian tenía ganas de intentar algo nuevo, se puso
a saltar una valla que no existía, y en cambio, el grupo acumuló 10 canciones
de las cuales solo la mitad, o como mucho 6, dan en el clavo, mientras que otras
resultan demasiado largas. Y pudimos haber mejorado el material de haber
contado con más tiempo de ensayos y grabaciones, pero los continuados tours no
lo hicieron posible.” Barre coincide en el balance de que pudo ser mejor: “Mientras los estábamos grabando, no todo
encajaba bien, y cuando terminó de grabarse, nadie pensó «Buen trabajo, muchachos, ahora vamos a tocar todo
esto en la gira.» Sin querer ser demasiado negativo con este disco, afirmo que
las únicas canciones realmente buenas son estas tres: ‘Home’, ‘Elegy’ y ‘Dun
Ringill’. […] No es un disco innovador para el estándar de TULL, nunca superó a
otros discos espectacularmente buenos que hicimos antes. Pero tenía la misión
de estar a la par con otros discos que estaban muy por encima.” Anderson, el autor principal de todo este material,
afirma que, de habérsele preguntado qué le parecía este disco un par de años
atrás, él hubiese respondido que lo colocaba en la mitad inferior del catálogo
del grupo, pero al haber escuchado meticulosamente el disco en la preparación
de esta reedición, lo sitúa ahora en el lado inferior de la mitad superior. Sus
propias palabras: “Contiene varias
canciones con las cuales estoy muy satisfecho, incluso algunas con las cuales
volé tal vez demasiado – por ejemplo, ‘Orion’, que me parece que abarca varias
ideas inteligentes y no es para nada una mala canción. ‘North Sea Oil’ es muy
buena, y ‘Dun Ringill’ está entre mis favoritas. Y ‘Dark Ages’ es brillante.”
Todo este espíritu optimista y positivo que expresa Ian se oscurece un poco
bajo una nube de infortunio: “En líneas
generales, este álbum está marcado en mi memoria y en las de los demás
integrantes del grupo a esta desafortunada nube de problemas por los que pasó
John Glascock. […] En retrospectiva, siempre persiste esa triste asociación con
este álbum.”
Muestras de “Stormwatch”.-
North Sea Oil: https://www.youtube.com/watch?v=qZxaH8SQgs8
Dark Ages [primera maqueta]:
https:/ /www.youtube.com/watch?v=qP-SNqniAIw
Old Ghosts: https://www.youtube.com/watch?v=aunTuNo1r8c
Old Ghosts: https://www.youtube.com/watch?v=aunTuNo1r8c
Flying Dutchman:
https://www.youtube.com/watch?v=Br_-a21Myls
King Henry’s Madrigal: https://www.youtube.com/watch?v=vamGz6Ls2yY
Orion
[versión larga, primera maqueta]: https://www.youtube.com/watch?v=-1RkCV80ios
Urban Apocalypse:
https://www.youtube.com/watch?v=miYoG_rkiQk
A Single Man: https://www.youtube.com/watch?v=LxjGYdmBUbs
A Single Man: https://www.youtube.com/watch?v=LxjGYdmBUbs
* La pieza en sí misma incluye la participación de gaiteros en algunos pasajes. Ian Anderson indica que es toda una pesadilla tratar de grabar gaitas porque la peculiaridad de su diseño y de su técnica hacen que el instrumento no esté totalmente afinado de forma consistente. Su estándar de afinación es un intermedio entre la y si bemol, por lo que, a la hora de registrar los aportes de los gaiteros, los ingenieros de sonido tenía que modificar la velocidad de las cintas de grabación de esta pieza instrumental para que se pudiese adaptar a la naturaleza de este noble y complejo instrumento celta.
** Las otras dos piezas de ballet usaron, respectivamente, una composición de Jon Anderson (no el de YES) llamada Ursprung y una selección de composiciones de Duke Ellington.
** Las otras dos piezas de ballet usaron, respectivamente, una composición de Jon Anderson (no el de YES) llamada Ursprung y una selección de composiciones de Duke Ellington.
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Más detalles en la entrevista hecha a Barriemore Barlow para el blog Penny Black
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