Sunday, October 29, 2023

FISTFIGHTS WITH WOLVES: en la barricada de la vanguardia progresiva estadounidense

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy toca viajar por el escenario de la vanguardia progresiva estadounidense y nos topamos con la banda FISTFIGHTS WITH WOLVES, asentada en San Diego (California) y cultora de una propuesta híbrida de RIO, jazz-prog y Zeuhl bastante intensa y colorida. También nos topamos con su más reciente trabajo fonográfico, el cual se titula “The Sheep That Eats The Wolf” y data del 24 de febrero último; permítasenos adelantar que se trata de un disco alucinante que pone bien en alto a la comunidad de conjuntos musicales que operan tras la barricada del rock artístico estadounidense. La alineación de FISTFIGHTS WITH WOLVES está actualmente conformada por Mathew Rakers [teclados], Ryan Bradley [guitarra], Nathan Robinson [bajo], Kevin Capacia [batería], Sam Cohee [batería], Anastasya Korol [canto], Latifah Smith [canto] y Jesus Cervantes [violín]. Los orígenes de FISTFIGHTS WITH WOLVES se remontan al año 2010, con el nombre inicial de INTERROBANG, siendo Rakers y Bradley los originales instigadores de la idea de llevar sobre sus espaldas la misión de hacer música avant-progresiva para nuestros tiempos. Justamente hace 10 años (y un poco más) se publicó el primer álbum del grupo, titulado “A Tale Of Two Interrobangs”. Ya más adelante, su tercer disco “Bone Script”, que data del año 2019, fue el que más llamó la atención dentro de los blogs y redes de difusión de música experimental, aumentando el público de culto que la gente de FISTFIGHTS WITH WOLVES ya tenía como interlocutor fiel para su osada propuesta musical. Este cuarto disco “The Sheep That Eats The Wolf” es, permítasenos adelantar, una obra bien lograda que debería ir por esta misma senda de celebraciones y elogios; vayamos ahora los detalles de nuestra inspección de su repertorio.
 
“The Sheep That Eats The Wolf” comienza con ‘Skeletons’, que es su pieza más extensa al ocupar un espacio de 7 minutos y pico. Sobre un compás calmado en 6/8, el ensamble realiza sonoridades densas para desplegar un bloque temático que tiene tanto de suntuoso como de embrujador; el rol destacado del canto le da un aura exorcista al asunto. Funciona aquí una cruza entre FALLING INTO BIRDS, ESKATON, DR. NERVE y NATIONAL HEALTH: así de señorial, así de punzante, así de exuberante. Luego sigue la pieza homónima, la cual prosigue por la senda trazada por el tema de entrada para darle una gracilidad reactivadora. En efecto, ‘The Sheep That Eats The Wolf’ gesta unos motivos elegantemente ágiles y meticulosamente sinuosos en base a un refuerzo del aspecto avant-jazzero, lo cual la sitúa simultáneamente en diálogo con el paradigma de los THINKING PLAGUE de la fase 1998-2003 y el del FRANK ZAPPA de la fase 1969-73. Las vibraciones complejas del esquema rítmico creado para la ocasión ayudan bastante en la concreción del palaciego surrealismo que define al desarrollo temático. Tal vez sea este tema el cénit definitivo del disco. La suite RMFP contiene 12 secciones que se titulan desde N1 hasta N12: las duraciones de estas secciones oscilan entre los 12 segundos y el minuto y medio. Todo comienza con una fluidez tensa y juguetona, la cual activa efectivos recursos de complejidad en los centros temáticos y síncopas que se van a ir sucediendo. Las secciones N2, N5 y N11 son las más particularmente incendiarias en clave Zeuhl, mientras que las secciones N3 y N8 basan su fuerza de carácter en una fulgurosa altivez, y la N6 se explaya en un jolgorio dadaísta donde el potencial acogedor es alevosamente saboteado por una urgencia tremendamente neurótica. ¿Puede ser posible que se esté celebrando el triunfo de la alegría por la alegría misma en el palacio de MAGMA bajo la organización conjunta de WEIDORJE y la primera generación de ESKATON? La última sección funciona como el adecuado epílogo para el crescendo organizado a través de la secuencia de N9 a N11.
 
El final del repertorio llega de la mano de la dupla de ‘Rondo’ y ‘Five’. El primero de estos temas mencionados establece una perfecta combinación entre el arrebatado señorío de la pieza inicial y el laberíntico esplendor del tema homónimo, añadiendo algunos toques de la faceta más ceremoniosa de MAGMA en el armazón de un hermoso interludio y del pasaje epilogar. Un tema de tan gran calibre no puede sino erigirse como otro pasaje determinantemente destacado dentro de un repertorio que no cuenta con ningún momento de flaqueza. En cuando a ‘Five’, se trata de una exhibición de calculadas agitaciones avant-progresivas que están signadas por un espíritu jovial. No faltan los recursos de densidad en la manera en que la triangulación de canto, teclado y batería encuadra al sonido global, pero hay ciertamente un predominio de lo cálido dentro del operativo melódico. La creciente intensidad del arreglo coral en la sección final y la espectral manipulación de la última nota sostenida brinda un cierre surrealistamente inquietante al disco. ¿Está emergiendo algo que va a quebrar la reinante jovialidad? La pregunta quedará en el aire para siempre, pues así se llega a la conclusión de “The Sheep That Eats The Wolf”, un disco tan complejo como fabuloso que sitúa a la gente de FISTFIGHTS WITH WOLVES como una comunidad imponente dentro del actual escenario de la vanguardia progresiva estadounidense. ¡¡Totalmente recomendable en cualquier buena fonoteca de música progresiva experimental!!
 
 
Muestras de “The Sheep That Eats The Wolf”.-
Skeletons: https://fistfightswithwolves.bandcamp.com/track/skeletons
The Sheep That Eats The Wolf: https://fistfightswithwolves.bandcamp.com/track/the-sheep-that-eats-the-wolf
Rondo: https://fistfightswithwolves.bandcamp.com/track/rondo

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