Tuesday, February 20, 2024

El cuarto vuelo del proyecto italiano ELLESMERE a través de los cielos progresivos



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy tenemos el gusto de presentar el nuevo disco de ELLESMERE, el proyecto progresivo del músico y compositor italiano Roberto Vitelli; el disco en cuestión se titula “Stranger Skies” y fue publicado el pasado 12 de enero (hace muy poco) en CD y vinilo por vía del sello EMS Records. Vitelli toca los bajos Rickenbacker y Fender y los teclados (incluyendo sintetizadortes Moog y Yamaha), siendo así que el cuarteto central de ELLESMERE se completa con Giacomo Anselmi [guitarras], Mattias Olsson [batería y percusión] y John Wilkinson [voz]. Sí, aquí está el mismo Olsson que hallamos en varios grupos y proyectos dentro y fuera de su Escandinavia natal desde los inicios de los 90. También hay otros invitados ilustres de diversas generaciones y nichos progresivos en la lista de colaboradores ocasionales: los teclistas Tomas Bodin, Clive Nolan, Bob Hodges y Stefano Vicarelli, el flautista John Hackett, el maestro David Jackson al saxofón y la flauta, y Riccardo Romano a las guitarras acústicas de 6 y 12 cuerdas, además de los coros. “Stranger Skies” sucede a su muy celebrado antecesor “Wyrd”, disco del año 2020 que recibió mucha atención de parte del público adepto al prog de todo el mundo y que, al igual que éste, contaba con una pléyade de veteranos del género en sus diversas áreas: VAN DER GRAAF GENERATOR, THE FLOWER KINGS, ARENA, STEVE HACKETT BAND, FONDERIA, LA BATTERIA, RANESTRANE, etc.  Las sesiones de grabación del nuevo material aquí contenido se realizaron entre los años 2022 y 2023 en varios estudios, estando los ulteriores procesos de mezcla y masterización a cargo de Riccardo Romano. Rodney Matthews es el autor del arte gráfica. Bueno, veamos los detalles del repertorio contenido en “Stranger Skies”.


Todo comienza con ‘Northwards’, una pieza típicamente encuadrada bajo los coordenadas del paradigma prog-sinfónico con sus estereotipos de preciosismo fastuoso. La parte introductoria se deja llevar por una magnificencia cinematográfica que nos puede hacer recordar tanto a UK como a los IQ de los dos últimos discos. El cuerpo central, movido sobre un agitado compás de 7/8, sigue una senda híbrida de los ARENA del nuevo milenio y los PALLAS de la fase 1998-2005, añadiendo a la receta varios tintes de los GENESIS de 1978. En este momento, la pieza es un sólido ejemplo de vitalismo suntuoso dentro de un bien delineado esquema progresivo cuya patente ortodoxia no es ajena al ingenio desarrollado en la interacción entre los instrumentos. La batería se luce en varios momentos, logrando que las orquestaciones armadas por los teclados hagan sentir su propia fuerza expresiva. La sección epilogar redondea inspiradamente la faena con sus oscilaciones reflexivas, siendo así que las vibraciones palaciegas que han sido dominantes a lo largo de la pieza llegan a concretar una eficaz efusividad. Sigue ‘Tundra’ a continuación para explorar más a fondo la faceta neo-progresiva del proyecto, tendiendo puentes con GALAHAD y con los antes mencionados PALLAS con unas nociones más sofisticadas del groove y de los desarrollos melódicos. Hay una contundencia rotunda en la amalgama instrumental que subyace al canto, pero dicha amalgama que tanto coqueta con el prog-metal melódico sabe ceñirse muy rígidamente a la esencia de lo sinfónico en clave modernizada. Hay que hacer una mención especial al excelente solo de guitarra que emerge en la sección final, llenando espacios con una inteligente combinación de sentido melódico y llamativo virtuosismo. ‘Crystallized’ es un fabuloso instrumental cuya primera parte se concentra en climas bucólicos muy a lo GENESIS para luego ceder el paso a un dinámico ejercicio de preciosismo melódico donde los teclados, el saxofón y la guirarra organizan un armazón magnético. Con la soltura exhibida por la dupla rítmica, se garantiza la fluidez en la ilación entre los pasajes más aguerridos y los más serenos. Cuando llega el turno de ‘Artica’, el ensamble se dispone a gestar una cruza entre los espíritus de los dos primeros temas del álbum, reforzando de manera muy convincente el colorido sónico que es tan predominante en el ideario de Vitelli.
 
La segunda mitad del repertorio está ocupada por las dos piezas más extensa del mismo: ‘Stranger Skies’, que dura 12 ¼ minutos, y ‘Another World’, que ocupa un espacio de casi 11 ¾ minutos. La pieza homónima comienza con una solemnidad contemplativa ornamentada con unos ribetes cuasi-góticos que se emparentan con el PÄR LINDH PROJECT. No tarda mucho el ensamble en hacer valer su vigor colectivo mientras transporta a la solemnidad inicial a un nivel más elevado de señorío. La sofisticación melódica y el carácter razonablemente intrincado de la ingeniería rítmica son concretados con refinada precisión en medio de la sucesión de los diversos motivos. De hecho, a poco de pasada la frontera del tercer minuto, el ensamble se pone a jugar con una alternancia entre estándares Tullianos y Emersonianos a fin de darle un giro definitorio a los versátiles climas que van apareciendo a lo largo del tema. Todos los esquemas de trabajo predominantes en los dos primeros temas del álbum vuelven a activarse, esta vez, con un manejo más sosegado de las manifestaciones y eclosiones de fastuosidad. Los ornamentos de los vientos ayudan mucho a fomentar la magnificencia deseada para el ambicioso paisaje a ser plasmado en el corazón de la segunda mitad. El epílogo es meditabundo, a medio camino entre lo romántico y lo pastoral, al modo de un filtro Yessiano del paradigma de LE ORME. En cuanto a 
‘Another World’, comienza con el pasaje más aguerrido de todo el disco sobre un compás inusual que sabe alternar grooves orgánicos con otros más mecánicos. Comenzando todo con un momentum tan asertivo, éste se mantiene e incluso se va enriqueciendo continuamente con sucesivos solos de sintetizador, saxofón y guitarra. Aquellos momentos en los que el frenesí estructural se deja contener un poco abren paso a la inserción de matices melódicos envolventes: no son recursos de contrapeso sino de complemento a la ambientación predominante. Eso sí, a poco de pasada la barrera del noveno minuto, surge un calmado intermedio de piano y orquestaciones sintetizadas donde parece que nos adentramos en el terreno de THE ENID con añadidas tonalidades surrealistas. Casi sin darnos cuenta, hemos llegado al aterrizaje final de esta última excursión grupal. De esta manera termina “Stranger Skies”, el cuarto vuelo del colectivo de ELLESMERE a través de los cielos progresivos de nuestos tiempos, aterrizando como lo hace en un terreno de grandiosidad musical. El Sr. Vitelli y sus ilustres secuaces se han vuelto a lucir con esta nueva obra fonográfica: ya mencionamos que “Wyrd” había recibido bastantes elogios en las comunidades de apreciación  de rock progresivo y nos parece que Stranger Skies” merece una recepción similar, especialmente si la incrementada fuerza expresiva dentro de la línea de trabajo de ELLESMERE es considerada como un punto a favor.

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