HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy es el turno de MACHINE MASS y su reciente publicación fonográfica
“Inti”, la cual sucede por dos años y pico a “As Real As Thinking”, el cual fue
firmado por MACHINE MASS TRIO. Para esta nueva ocasión, el núcleo dual de Tony
Bianco [batería, percusión y loops] y Michel Delville [guitarra,
guitarra-sintetizador y loops] se asocia con el maestro saxofonista-flautista
Dave Liebman. Aunque el material de “Inti” fue grabado allá en octubre de 2012
en una única sesión vespertina en los Red Rock Recording Studios de Saylorsburg
(en Pennsylvania), recién ahora a inicios de 2014 nos lo trae MoonJune Records
como ítem físico. ¡Y mil gracias por ello! El sonido del trío se siente muy
lleno, y en eso colaboran las programaciones de loops y ornamentos
computarizados de parte de Bianco y Delville: capas sintetizadas, bases de
piano e ingeniosas líneas de contrabajo (muchas veces incluyendo pliegues de
las cuerdas) operan como ingredientes esenciales para que se armen los viajes
musicales perpetrados por este alucinante trío a lo largo del repertorio de “Inti”.
Bueno, vayamos ahora mismo al repertorio en sí, ¿vale?
La pieza homónima abre el disco con un aura cósmica que resulta a la vez
etérea e incandescente: el ensamble está empezando a conocerse y viaja en plena
consonancia mientras se sostiene vivazmente sobre un groove sólido, el mismo
que recibe de la mano de Bianco una estructuración intensa y compleja. Con
‘Centipede’, el trío encara una dimensionalidad más extrovertida de su núcleo
sonoro: los solos alternados de Delville y Liebman son monumentalmente
magistrales, homenajes geniales a la mejor tradición del free-jazz. Delville le
da una musculatura particular a su guitarra, y esto justamente parece motivar a
Liebman para explorar las cadencias más explosivas de su saxo. Cuando entra a
tallar ‘Lloyd’, la banda se interna por un sendero marcado por una sofisticación
imponente, dejando que los juegos de síncopas del esquema rítmico básico y la
atmósfera de extravagante elegancia (muy a lo WEATHER REPORT de la época del “I
Sing The Body Electric”) impongan las reglas para la expresividad. Lo siguiente
que hace MACHINE MASS es rendir un tributo a la inmortal pieza ‘In A Silent
Way’, un clásico inapelable del jazz de vanguardia que Joe Zawinul creó para el
repertorio de Miles Davis: en manos de Delville, Bianco y Liebman, esta pieza
se convierte en un viaje místico desde donde el oyente es invitado a explorar
su faceta reflexiva dentro de una oscuridad espiritual que aspira a ser
iluminadora. Se nota el nervio tribal en los instrumentistas, claro que sí,
pero sobre todo, se nota su gran inteligencia para mantener bajo control los
efluvios sónicos que tienen lugar en un nivel lisérgico. Cuatro primeros temas
grandiosos para un disco del cual solo conocemos hasta ahora sus primeros 25
minutos. ¿Qué sigue después? ‘A Sight’, un tema que sigue en cierta medida la
huella de ‘Lloyd’ pero con una aureola ceremoniosa más pronunciada: tal vez
tengamos aquí los mejores solos de saxo soprano de todo el disco.
‘Utoma’ y ‘The Secret Place’ son los siguientes temas del repertorio. El
primero de estos temas mencionados recibe un impacto de ‘Inti’ en tanto que
combina exploraciones aventureras y atmósferas etéreas. Como siempre, la
batería de Bianco instaura su compleja majestuosidad señorial: si la
mencionamos en este caso particular es porque nos parece que aquí se desarrolla
uno de sus momentos más decisivos de lucimiento, ostentando su intrincada
musicalidad al servicio del diálogo integral entre los tres ejecutantes. Por su
parte, ‘The Secret Place’ nos revela un momento de lirismo introspectivo donde
el trío se sumerge en una atmósfera calmada: el canto de la invitada Saba
Tewelde sirve para redondear la faena con un toque adicional de magia. Con una
extensión de 12 ¾ minutos, ‘Elisabeth’ resulta la pieza más extensa de “Inti”.
Su estructura musical es estrictamente obediente a la ideología de las libres
formas en tiempo real: Bianco construye y deconstruye pautas rítmicas, Delville
elabora ornamentos y fraseos psicodélicos con claro tenor futurista, y por su
parte, Liebman se da buena mañana para lucirse en algunos momentos estratégicos
sin romper con el dinamismo ensoñadoramente surrealista que tiene lugar. Durando
cerca de 5 minutos, ‘Voice’ cierra el álbum con un swing contagioso,
moderadamente extrovertido: la prioridad que se da a la constricción no es
obstáculo para que Liebman dé rienda suelta por última vez a su electrizante
dimensionalidad performativa. En todo caso, resulta adecuado que un tema como
éste dé el broche final tras la exigente aventura que supuso ‘Elisabeth’.
Todo esto fue “Inti”, una obra genial que refuerza el rol de MACHINE
MASS como una fuerza musical sólida y valiente que llena de luminosidad la
vanguardia jazz-progresiva de nuestros días. Al fin y al cabo, con un título
que designa al astro rey en el idioma quechua… ¿qué se puede esperar sino
esplendor de un disco como éste?
Muestras de “Inti”.-
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