HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
El año 2013 supuso el
retorno de FATES WARNING al ruedo fonográfico, y lo hizo armado de una
alineación que recupera a 3/5 de la formación clásica: el vocalista Ray Alder y
los guitarristas Jim Matheos y Frank Aresti… aunque este último ya venía colaborando
con la banda en las últimas giras. El actual quinteto de FATES WARNING se
completa con el bajista Joey Vera (fiel escudero de Matheos desde aquellos
tiempos de “A Pleasant Shade Of Gray”) y el ingresante baterista Bobby
Jarzombek. Este disco resuena con bastantes ecos del sonido grupal conquistado
entre “Perfect Symmetry” e “Inside Out”, además de una buena dosis de la
polenta emotivamente grisácea que se manifestó en los momentos más crudos de
“Disconnected”. No cabe duda que el trabajo realizado por la dupla de Jim
Matheos y el primer frontman de FATES WARNING John Arch en “Sympathetic Resonance”
(publicado en setiembre de 2011) ha sido una motivación inspiradora para la
expresividad rockera exhibida en el repertorio de “Darkness
In A Different Light”. Vayamos al repertorio del disco en sí, ¿vale?
‘One Thousand Fires’
abre el álbum con total literal fidelidad al enunciado de su título: abriendo
fuego por todos los costados por vía de aguerridos riffs y rotundas armazones
rítmicas, mientras las oportunas variantes de compases y ambientes se van
hilando con pulcra fluidez. ‘Firefly’ sigue a continuación para continuar
explorando la rica emotividad iniciada en el primer tema, pero esta vez con una
dinámica rítmica más comedida y un esquema compositivo menos complejo: eso sí,
no faltan esos momentos donde el grupo luce su gusto por las síncopas
sofisticadas, que es lo que pasa en el primer segmento del interludio
instrumental. ‘Desire’ nos remite a aires de familia compartidos con el que era
el mejor QUEENSRŸCHE, además de la vibración poderosa de los momentos más
notables de “Parallels” – ya a estas alturas del partido se nota que las
guitarras de Matheos y Aresti han resucitado a plenitud el vigor de su
hermanamiento de antaño. La balada acústica ‘Falling’ brinda un minuto y medio
de meditabunda introspección, abriendo así la vía para que emerja ‘I Am’ con su
vitalidad contundente e incandescente. En verdad que ‘I Am’ encapsula la
energía esplendorosa de las dos primeras canciones y la lleva hacia un nuevo
cénit, aportando además algunos pasajes de psicodelia tribal en el inicio y
otros momentos. ‘Lighthouse’ regresa a la aureola introspectiva de ‘Falling’
dándole un aire añadido de angustia reposada, una sensación de soledad que
atraviesa todo el discurso musical sostenido sobre la base de una secuencia de
arpegios a doble guitarra. Virando el registro nuevamente hacia otro más
explícito en términos de vigor rockero, ‘Into The Black’ reconduce la sensación
de soledad hacia una emotividad explosiva, que no trepidante, pues el esquema
rítmico de esta canción no es precisamente demasiado frenético.
‘Kneel And Obey’ es la
primera canción del álbum que da espacio patente a ciertas texturas de
sintetizador en algunos pasajes estratégicamente ubicados: situándose a medio
camino entre la emotividad exultante de ‘Firefly’ y la grisácea de ‘Into The
Black’, el principal propósito de ‘Kneel And Obey’ consiste en extender la
tipología predominante del álbum. ‘O Choloroform’ es una canción originalmente
concebida para O.S.I., y de hecho, la letra pertenece a Kevin Moore. Es una
suerte que a Ray Alder le gustara la letra de la canción (especialmente, el
título), y por tanto, estuviera totalmente dispuesto a integrarla en este
disco. Con un esquema rítmico que alterna 5/4 y 6/8, esta canción exhibe su
intensidad a plena luz del día pero la desarrolla de manera relativamente
contenida, logrando así que la musicalidad en curso se haga debido eco de la
actitud de reproche retratada en la letra. ‘And Yet It Moves’ ocupa los últimos
14 minutos del álbum. Abriendo con un hermoso preludio de guitarras clásicas
con claro sabor barroco, pronto se manifiestan las erupciones metaleramente
sofisticadas que van arrollando todo a su paso. No es hasta pocos segundos
antes de la barrera del cuarto minuto que empieza el canto de Alder, y para
entonces, el clima general de la canción, potente y majestuoso como es, se
halla debidamente instalado y meticulosamente reforzado. El motivo que irrumpe
exactamente en el sexto minuto es fabuloso: apabullante como una metralla,
plenamente orgánico en su ingeniería sónica. En la frontera del noveno minuto
se da un dramático viraje hacia un pasaje sereno, inundado por una
espiritualidad contemplativa: FATES WARNING siempre ha tenido un criterio sólido
para meterse en este tipo de atmósferas sin caer en la languidez, manteniendo
siempre una fuerza de carácter, y esto se cumple también aquí. Tras un breve
crescendo, finalmente el grupo regresa al nivel de vitalidad que llenó el
cuerpo central y así se dispone a finalizar la faena con un esplendor bastante
pulido.
Bueno, hemos tenido
una gozada con “Darkness In A Different Light”, una experiencia melómana
cargada de intensidad y electricidad: FATES WARNING renace dispuesto a darle a
una nueva y revigorizada luz a su propio viejo paradigma metal-progresivo.
Muestras de “Darkness In A Different
Light”.-
O Chloroform: http://www.youtube.com/watch?v=k65MUkjiXs0
And Yet It Moves: http://www.youtube.com/watch?v=1WiIUQ4X-i4
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