HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy miramos hacia el pasado de la escena progresiva mexicana,
deteniéndonos específicamente en la década de los 80s, para apreciar la
homónima obra fonográfica del quinteto 0.720 ALEACIÓN. Formado por Eduardo Zamarripa [guitarras,
piano y violín], Carlos Castro [batería y percusión], Job Hernández [bajo y guitarra],
Abraham Viñas [flauta] y Carlos Torres [violín y quinta huapanguera] en 1984
con la intención de amalgamar los lenguajes del rock y del jazz en una
perspectiva modernizada del folklore mexicano, 0.720 ALEACIÓN logró concretar
una de las propuestas más notables del escenario progresivo que se iba forjando
y reforzando, a trancas y barrancas, en ese país. La propuesta artística de
este cuarteto es vital sin llegar nunca a lo agresivo, rico en matices,
complejo a su manera, siempre atento a conservar un núcleo melódico sencillo a
partir del cual puedan los instrumentos volar conjuntamente: fineza compositiva
y compactos diálogos entre los músicos, éstas son las cualidades esenciales del
repertorio que conforma el disco debut homónimo del grupo, publicado en 1986.
Durando poco menos de
minuto y medio, ‘Caifán’ abre el disco con un imponente aire de algarabía, una
vitalidad alegre donde lo lúdico se muestra con suprema exquisitez. La cosa se
torna un poco más grisácea con ‘Tarahumara’, tema adonde la banda explora el
desarrollo de algunas atmósferas densas mientras preserva hábilmente la calidez
inherente a su propuesta musical. Con ‘Antes Que Amanezca’ nos topamos con una
dimensión más serena del ideario musical de 0.720 ALEACIÓN: la presencia del
piano añade una cierta profundidad al sonido grupal, donde también se destaca
el carácter etéreo de las líneas de la flauta y las del violín mientras se
entrecruzan cuales nubes que atraviesan el cielo en una tarde otoñal. Cuando
surge ‘Danzante’ nos reencontramos con la alegría frontalmente celebratoria de
‘Caifán’, esta vez con recursos más expansivos debido a que el grupo saca
provecho a la mayor duración proyectada para este viaje musical específico. La
dupla que inicia la segunda mitad del disco, ‘Templo Mayo’ y ‘Campana Del Silencio’,
ahonda en el paradigma estético de la banda y le brinda un fabuloso dual:
‘Templo Mayo’ es el epítome del folclorismo festivo cuyo lenguaje traslada tan
solventemente 0.720 ALEACIÓN a su propio discurso, mientras que ‘Campana Del
Silencio’ es un exquisito ejercicio de cómo pintar un paisaje sonoro donde los
colores provistos por los instrumentos se explayan en consonancia mutua. ‘El
Corredor’ recapitula la faceta extrovertida la banda con la adición de un breve
intermedio reposado, mientras que el tema que cierra el disco, ‘Para Estos
Tiempos Tan Ciertos’, se ajusta al formato de canción trovera con añadidos
aires jazzeros.
Hay varios bonus
tracks breves que conforman minúsculas excursiones de fusión arqueológica
diseñadas para poner fondo musical al documental “Memorias Del Olvido”. Aquí
encontramos desde armazones rituales de percusiones y vientos ancestrales (‘Y
Retiemble En Su Centro’) hasta desarrollos líricos inundados de plácida
candidez (‘Todos Otra Vez’, ‘San Juan De Letrán’), además de ideas cercanamente
emparentadas con la línea de trabajo plasmada en el álbum (‘Y Ahora Pa’ Dónde’,
‘Pese A Todo’, ‘Huapango De la Reconstrucción’). ‘Hijos Del Averno’ es un
interesante ejercicio de disonancias, mientras que ‘Eolo Aquí’ es una muestra
de pura abstracción sónica: es muy revelador que el ensamble se muestre
genuinamente entregado a este tipo de experimentación, y a la vez es una pena
que esta línea de trabajo no haya encontrado un mayor espacio de expansión. La
serie de bonus tracks se cierra con los ceremoniosos redobles de batería de
‘Las Casitas’.
Esto no fue lo único
que hizo 0.720 ALEACIÓN: en 1986, ingresó al grupo el percusionista Gerardo
Batíz, quien también tocaría algo de bajo, y en 1989 saldrá el segundo trabajo
“Leyenda”, en formato de casete. En ese momento, el grupo tenía una alineación
un tanto distinta a la que grabó el primer disco, pero eso será motivo de otra
reseña en otra ocasión. Por ahora, nos quedamos con la idea de que “0.720 Aleación” es una joya mexicana que merece un
sitio dentro de cualquier buena colección de música progresiva.
Muestras de “0.720 Aleación”.-
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