HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
La
gente de CRISÁLIDA reinventa su maquinaria musical mientras la va asentando
dentro de la provincia sonora que cada vez se siente más íntima dentro de su
modus operandi y su creatividad compositiva: “Terra Ancestral” es un álbum que
exhibe un fidedigno testimonio de esto que acabamos de decir, siendo
‘Hidromachi’ y ‘Kawesqar’ dos de las canciones que más poderosamente reflejan
la aureola de furia indomable y el espíritu reivindicativo que la banda expone
a través del repertorio. También hay un consistente trabajo de inserción de
cadencias propias del folklore del sur chileno en varias instancias de “Terra
Ancestral”, algo muy a tener en cuenta a la hora de entender el lugar musical
donde CRISÁLIDA ha estado situándose desde los días de “Solar”, su disco anterior
del año 2012. La línea prog-metalera del grupo ahora se centra más en lo
atmosférico que en lo clasicista, y esto supone un acercamiento a los modelos
de OPETH, ANATHEMA, KING’S X y, colateralmente, la última etapa de PORCUPINE
TREE. Este disco “Terra Ancestral” tiene una edición especial de CD+Bluray, así
como otra de CD y vinilo: estos formatos expandidos permiten al grupo dar
rienda suelta a la imaginería ambientalista que reivindica la urgencia de
proteger la dimensión de la esencia de lo chileno desde fuera de los paradigmas
del modelo urbano moderno. Reducido actualmente al cuarteto de Cinthia
Santibáñez [canto], Rodrigo Sánchez [batería y efectos], Damián Agurto
[guitarras] y Braulio Aspé [bajo], se contó con las colaboraciones del
guitarrista Cristián Castillo y del teclista Felipe Troncoso para la compleción
del repertorio de este disco grabado. Troncoso, quien estuvo en la banda hasta
el año 2008, también se encargó de componer las partes de teclado que terminó
ejecutando para la grabación del álbum.
Durando
poco menos de 7 minutos, ‘Cabo De Hornos’ da inicio al repertorio con un
majestuoso dramatismo que halla en la robustez rockera en curso su locación
idónea: el swing de la dupla rítmica ostenta una solemnidad poderosa en un
recurrente compás de 6/8, mientras que los riffs y bases armónicas de los
guitarreos se asientan con una solidez inapelable. El canto de Cinthia, una vez
que entra en acción para adueñarse del centro neurálgico del sonido grupal,
despliega un escenario poético cautivador. Esta solemnidad intensa se eleva
hacia un nivel de desgarro vibrante en ‘Morir Aquí’, una pieza que canta el
desasosiego del espíritu humano en medio del dinamismo estresante de la vida
urbana: la arquitectura pesada de la instrumentación se torna más densa a la
par que ostenta una intuición estética más refinada en su ingeniería musical.
¡Si tan solo hubiera sido un poco más larga! Con estas dos canciones, la gente
de CRISÁLIDA nos ha puesto en autos sobre la aureola de reflexividad
existencial que se impone como leitmotiv del álbum, y es justamente con la
tercera canción ‘Bosque Triste’ que dicha actitud de mirar hacia el bosque
interior de las propias ansiedades goza de una refrescante luminosidad. Con
esta luz no hay esperanza sino autoafirmación de las ganas de gritar las
ansiedades motivadas por el triste espectáculo del deterioro del mundo que se
despliega alrededor. ‘Hidromachi’ funciona prácticamente como un recurso de
continuidad de ‘Bosque Triste’ a la par que recoge el aura de sofisticada solemnidad
que antes percibimos en ‘Morir Aquí’. Hay espacio para un breve pero eficaz
pasaje solista del bajo, así como la edificación de una hermosa coda
instrumental; de esta forma, ‘Hidromachi’ se erige como un cénit bien definido
del álbum. ‘Lágrimas Negras’ tiene como misión la de aligerar un poco – solo un
poco – las vibraciones espirituales mientras incursiona en nuevas arquitecturas
rítmicas que ostentan la complejidad estilizada propia del género progresivo.
El rol de los teclados tiene más relevancia dentro del desarrollo temático que
en las canciones precedentes, mientras Cinthia explora matices más serenos de
su siempre expresivo canto.
Los
últimos 11 ¼ minutos del disco están ocupados por la dupla de ‘Kawesqar’ y
‘Violeta Gris’. La primera de estas canciones funciona como una perfecta
síntesis de la dimensión emocionalmente pesada y los recursos sinfónicos que
han estado alternando el protagonismo a lo largo del repertorio precedente. El
ensamblaje de los arreglos instrumentales y los juegos de contrastes entre las
diversas atmósferas que emergen a lo largo de los 7 ¼ minutos que dura esta
canción son simplemente fenomenales: sin duda, se trata de otro cénit
incuestionable del disco. ‘Violeta Gris’, que es un homenaje a la figura de
Violeta Parra, es una power-ballad diseñada para brindar un talante elegíaco
para un álbum que, como repetimos ahora, ha hecho del desgarro existencial su
leitmotiv: en este caso específico, el tenor elegíaco de la letra marca el aire
de añoranza tormentosa del cual se hace cargo el bloque instrumental. En cuanto
al vídeo de Blu-ray, éste contiene un minucioso documental sobre el proceso de
producción y grabación de “Terra Ancestral”, con un especial énfasis en el reto
que suponía trabajar bajo la guía del productor portugués Daniel Cardoso
(mayormente conocido por ANATHEMA). También hay oportunas explicaciones sobre
los conceptos referentes a las letras de algunas canciones, las cuales están a
cargo de Cinthia. También hay pequeños documentales sobre los procesos creativos
del arte gráfica del álbum y del hermoso vídeo-clip para la canción ‘Morir
Aquí’, así como el vídeo-clip mismo, cómo no.
Como
síntesis final, solo nos cabe reiterar que “Terra Ancestral” es un trabajo
musical lleno de pasión y músculo que permite a CRISÁLIDA afianzar su posición
destaca dentro de la escena progresiva chilena del nuevo milenio. Es un disco
simple y llanamente imperdible.
Muestras
de “Tierra Ancestral”.-
Morir
Aquí [vídeo-clip]: https://www.youtube.com/watch?v=5iXw6mQAHRA
Hidromachi [en vivo]:
https://www.youtube.com/watch?v=GarICDfCZio
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