HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
SETI,
el proyecto neo-progresivo del talentoso músico y compositor chileno Caludio
Momberg, volvió a la carga en el pasado año 2016 con un nuevo disco conceptual
titulado “Bold Travels”: se trata del tercer trabajo de estudio de SETI tras
“Life Signs” (2005) y “Discoveries” (2010). Momberg se hace cargo de los teclados, los pedales bajos,
algunas partes de guitarras elétrica y acústica, y también algo de bajo, pero
la mayor parte del tiempo le acompaña a la guitarra Gabriel Hidalgo mientras
que José Luis Ramos hace lo propio con el bajo. También cuenta con Juan Ricardo
Weiler como baterista recurrente mientras los vocalistas Jaime Scalpello y
Paula Vilches alternan roles en la primera voz. Como invitados ocasionales de
lujo aparecen Damian Wilson, Clive Nolan y Steve Rothery, un dato que es muy
revelador pues el esquema sonoro de SETI recibe en altas dosis los impactos
influyentes del MARILLION de los 80s, el ARENA de la etapa 98-05 y del
PENDRAGON más épico, con ciertos coqueteos momentáneos con la faceta melódica
del prog-metal de vieja escuela.
Con
la dupla inaugural de ‘The Hidden Messenger’ y ‘Children’ disfrutamos de un
ingreso oportuno al cosmos sonoro del álbum. Ambas canciones coinciden en
realizar un convincente centramiento en esquemas melódicos bien delineados,
siendo la peculiaridad de esta última la de emplear quiebres rítmicos con mayor
entusiasmo, incorporando pasajes en 7/8
que aportan una agilidad motivadora al asunto. Antes de que nos olvidemos, la
canción de entrada es la primera en incluir una intervención de Nolan. ‘Cascade
Of Changes’ vira hacia algo más intimista, siguiendo el molde Genesiano de
‘Entangled’ y ‘Ripples’: bases armónicas de guitarras acústicas que transmiten
una aureola de relajada serenidad mientras los ornamentos y orquestaciones de
sintetizadores se asientan en una encrucijada entre lo sinfónico y lo cósmico.
Durando casi 6 minutos, ‘Divine Decision’ vuelve en pleno al imperio del rock y
lo hace con una hipnótica parsimonia que nos remite por igual al PINK FLOYD de
la etapa del “Wish You Were Here” y al ARENA del “The Visitor”. Dado que los
teclados ocupan aquí un rol protagónico dentro del punche ceremonioso que signa
a la estructura esencial de la canción en cuestión, podemos muy bien describir
a esta canción como una remodelación Emersoniana de la visión etérea de Richard
Wright mientras persiste el influjo del estándar de ARENA en su faceta más
ceremoniosa. Damian Wilson canta aquí y también lo hace en la canción que sigue
a continuación, ‘The Third Gate’, la cual tiene un esquema rítmico más
marchoso. Comienza con una estructura menos épica que cualquiera de las que se
emplean en las dos primeras canciones del álbum, por lo que se función
principal inicial dentro del repertorio del álbum parece ser la de proponer
algo ameno y llamativo: pero desarrollos ulteriores muestran serios recursos de
sofisticación, incluyendo un magníficamente complejo interludio que marca
decisivamente lo que será el último tercio de la canción. Una mención especial
debe ir para el bello solo de sintetizador que aporta Nolan en ésta, su segunda
aparición invitada: alimentado por un manierismo bien cuidado, dicho solo
brinda una vibración flotante que enriquece al esquema grupal.
Cuando
llega el turno de ‘Them’, el ensamble instrumental se propone gestar un híbrido
entre los grooves y ambientaciones predominantes en las dos canciones
anteriores. Con este híbrido de neo-prog y prog-metal melódico instalado sobre
un esquema rítmico sobrio y parsimonioso, los quiebres rítmicos que
ocasionalmente tienen lugar crean un buen efecto al igual que las capas y solos
de teclado que van entrando a tallar durante el desarrollo temático. Los dos
temas siguientes son sendos instrumentales: ‘Evolution’ y ‘The Great Conflict’,
siendo así que en el primer caso tenemos al ilustre invitado Steve Rothery. ‘Evolution’
comienza con un absorbente despliegue de atmósferas cósmicas. Elaborando un
curioso híbrido de VANGELIS, PINK FLOYD y TANGERINE DREAM, Momberg crea una
atmósfera convincente mientras la guitarra aparece de vez en cuando dibujando
retazos sutiles. Teniendo en cuenta que los últimos minutos de ‘Evolution’
aumentan el groove debido al sustento que da un loop sintetizado, el asunto se
torna un poco más extrovertido, lo cual da pie al surgimiento de ‘The Great
Conflict’, el otro instrumental, el cual muestra un punche contundente y
consistente. En no poca medida, la inspiración para esta pieza proviene de los
aspectos más potentes de las canciones 4-6, pero teniendo en cuenta que se
trata de un tema netamente instrumental, los guitarreos y las intervenciones de
los teclados cuentan con un campo de expresión mucho mayor, circunstancia que
es debidamente aprovechada. Tal vez tengamos aquí el clímax decisivo del disco,
pero aún queda el cierre definitivo, la canción ‘Anguish’, el cual se inserta
con el final de ‘The Great Conflict’. Contando nuevamente con la participación
de Rothery, el bloque instrumental desarrolla un clima de balada sinfónica al
modo de una cruza entre PINK FLOYD y THE ALAN PARSONS PROJECT. El canto de
Scalpello ostenta la expresividad correcta para la ocasión, la cual está
diseñada para darle una aureola ensoñadora y melancólica al concepto del disco.
Todo
esto fue “Bold Travels”, un magnífico viaje progresivo por el cual Claudio
Momberg y sus colaboradores nos llevan hacia la tercera puerta del universo
musical de SETI. Esperemos que el destino no tarde mucho en mostrarnos otros
tránsitos futuros pues este disco nos ha dejado un muy buen sabor de boca.
No comments:
Post a Comment