HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
NICOLAS
MEIER, el virtuoso guitarrista suizo-británico que tiene a sus espaldas un estupendo
trayecto ecléctico en las áreas del rock metalero, el jazz-progresivo y la fusión,
publicó en el pasado año 2016 un hermoso disco titulado “Infinity”. Con el
apoyo de los magistrales veteranos Vinnie Colaiuta [batería] y Jimmy Haslip
[bajo], más las adicionales aportaciones que hacen varios violinistas a lo
largo del repertorio, MEIER concreta un despliegue único e impecable de
vitalidad musical donde el jazz-rock y la fusión contemporánea conviven
naturalmente, a veces recurriendo a esquemas de trabajo estilizados y eruditos
al modo del discurso progresivo para obtener el resultado deseado. Quienes
apoyan con sus respectivos violines en casi todos los temas del álbum son Richard Jones, Lizzie Ball, Sally Jo y
Gregor Carle. El repertorio contenido en “Infinity” consta de diversas ideas
que MAIER concibió en su inquieta cabeza a lo largo de los tres años que pasó
tocando alrededor del mundo liderando su propia banda, como parte de la JEFF
BECK BAND, como integrante de un dúo con otro genio de la guitarra que es PETE
OXLEY y como miembro de la banda de metal SEVEN 7 (también toca allí la antes
mencionada Sally Jo). Las bases del material del disco fueron grabadas en
sesiones que tuvieron lugar en los Megatrax Studios de Los Ángeles en los días 26 y 27 de setiembre del 2015, con
mezclas añadidas 13 meses después en los MGP Studios de Guildford (la ciudad
natal del propio MEIER). Repasemos ahora los resultados fácticos de esta larga
labor de inspiración musical plasmada en este disco.
Abre el repertorio ‘The Eye Of Horus’, tema que a través de sus 5 ¾ minutos de duración nos brinda un tremendamente vistoso despliegue de sonoridades jazz-rockera en base a motivos de inspiración arábiga. El asunto comienza con un tenor muy robusto, tornándose agresivo en algunos pasajes particularmente exultantes. En una segunda instancia, el ensamble vira hacia una modalidad más contenida, permitiendo que se despliegue un señorial solo de bajo así como que la guitarra guíe al ensamble hacia un desarrollo temático de matices aflamencados. Luego sigue ‘Still Beautiful’, una pieza serena cuya espiritualidad contemplativa. Ostentando un lirismo sencillo y envolvente, el groove lento permite al bajo disponer de otro cálido momento de lucimiento en medio del desarrollo temático: claro está, MEIER también está para brindarnos un par de solos increíbles a la guitarra acústica. Con la dupla de ‘Riversides’ y ‘Yemin’, MEIER y sus secuaces se aprestan a ampliar la paleta sonora. El primero de estos temas constituye un cénit de sofisticación dentro del disco con su agilidad a la hora de ensamblar un motif fusionesco de inspiración oriental dentro de un swing contenido con un tempo inusual. Luego sigue ‘Yemin’, un tema que en su momento MEIER aportó para la JEFF BECK BAND y que ahora aparece en una versión más personal. La pieza en cuestión también tiene inspiración arábiga y se inicia con una exhortación mágica a cargo de la guitarra de nailon, abriendo paso luego a un cuerpo central signado por una vibración meditabunda. El matrimonio de guitarra y violín funciona con total eficacia. ‘Legend’, el quinto tema, está justamente inspirado en JEFF BECK, un regalo de un amigo genio a otro. Durando poco más de 5 ½ minutos, este tema exhibe una vivacidad muy juguetona a través de la inspiración mediterránea de su cuerpo central. Los recursos virtuosos de la guitarra se ponen sabiamente al servicio de los desarrollos melódicos y del enriquecimiento del swing central en curso.
Cuando
llega el turno de ‘Tales’, MEIER y sus compañeros de viaje regresan a los
senderos de espiritualidad contemplativa y focalización reflexiva. Los fraseos
y armonías de la diversas guitarras acústicas que entran en acción se instalan
en el esquema melódico como reposando en una dejadez poética. También se une el
bajo en algún pasaje del desarrollo temático. Al emerger ‘Flying Spirits’ un
poco más adelante, el ensamble comienza con una eficiente y bien definida
retoma del talante contemplativo que había caracterizado al tema antes
mencionado, pero en una ulterior instancia vira hacia una mesurada extroversión
orientada a un nuevo ejercicio de magníficas modulaciones fusionescas de
inspiración arábiga, la cual hará prevalecer su carácter decidido hasta el
final del trayecto. Es así que la banda logra concretar otro cénit de elegante
expresionismo sonoro para el repertorio de “Infinity”. En medio de estas dos
piezas se sitúa ‘Rose On Water’, el tema más breve del álbum, durando poco más
de 2 ½ minutos: se trata también de una pieza atípica dentro del contexto
particular de este álbum porque se orienta hacia lo barroco bajo la guía del
violín. La guitarra sirve ahora de complemento a la hora de añadir cromatismos
pulcramente estilizados al canon desarrollado por el violín. Nos vamos
acercando al final del disco cuando surge la dupla de ‘Serene’ y ‘Kismet’. El
primero de estos temas hace honor a su conciso título desplegando otro claro
ejemplo de la capacidad infinita que tiene MEIER para gestar ideas musicales
cuya belleza intrínseca puede ser eficientemente realzada con la naturaleza etérea
organizada para el arreglo general. Por su parte, ‘Kismet’ establece una
luminosa gracilidad para su motif arábigo, siendo así que la triangulación
entre guitarra acústica, violín y batería está armada de tal manera que la
candidez sea la reina absolutista del entramado sonoro. El bajo cumple
cabalmente con su doble misión de complementar el groove de la batería y llenar
los espacios melódicos fundamentalmente trazados por la guitarra. Para el breve
interludio, el ensamble se adentra en un recurso de otoñal introspección para
abrir campo a la segunda instauración del cuerpo central. En fin, cierra el
disco ‘JB Top’, composición dedicada a Billy Gibbons, el guitarrista de los
eternos ZZ TOP. La pieza se centra en un ejercicio de rock duro melódico con raigambre
bluesera: el compás es a medio tiempo pero el vigor reinante está bien
sustentado sobre los riffs básicos de guitarra y el tenor directo que la dupla
rítmica despliega a lo largo del jam. Todo esto mientras MAIER da una clase
maestra con cada solo que va elaborando en el camino. En realidad, el tema no
suena tanto a ZZ TOP como a STEVE VAI en su faceta más asequible.
Todo
esto fue “Infinity”, un disco bellísimo, pletórico de refinamientos y
exquisiteces: NICOLAS MEIER, con la invaluable ayuda de sus compañeros de
aventuras, ha gestado una obra genial que vale la pena difundir más
intensivamente en los círculos de apreciación del jazz y del rock del mundo.
Muestra de “Infinity”.-
Riversides:
https://www.youtube.com/watch?v=w2u8HQEMsYs
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