Thursday, August 16, 2018

TAUK: moldeando y construyendo nuevas formas para el jazz-rock



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos toca presentar al grupo estadounidense TAUK so pretexto del reciente lanzamiento al mercado de su cuarto trabajo fonográfico, el EP “Shapeshifter I: Construct”. Este ensamble conformado por el guitarrista Matt Jalbert, el bajista Charlie Dolan, el teclista Alric “A.C.” Carter y el baterista Isaac Teel se dedica a cultivar un ágil y atractivo híbrido de jazz-rock, funk, rock progresivo y space-rock dentro de un encuadre sonoro caracterizado esencialmente por una grácil combinación de vigor e inteligencia. Este cuarteto formado e instalado en Oyster Bay, Nueva York, a fines del primer decenio del nuevo milenio, debutó con un EP titulado “Pull Factors” en el año 2011, para luego ir publicando con segura regularidad una serie de cuatro discos de larga duración, siendo el primero de ellos “Homunculus” (2013) y el último, “Sir Nebula” (2016). El disco que reseñamos ahora es su segundo EP, el mismo que nos ha parecido muy interesante, mereciendo desde este primer párrafo un elogio sincero y directo. Tal como hemos indicado un poco más atrás, la principal cualidad de este ensamble jazz-rockero está en su refrescante eclecticismo: veamos ahora cómo se ha traducido este enfoque teórico al armazón de sonidos concretos enmarcados en el repertorio de “Shapeshifter I: Construct”.


Durando poco menos de 4 minutos, ‘Square 2’ abre el disco con un magnífico despliegue de polenta bajo un muy poderosamente llamativo manto de sofisticación estructural: la ilación de diversos motivos y el empleo de compases inusuales en varios pasajes de su tremendamente vivaz groove convierten a esta pieza en la perfecta encrucijada entre NIACIN y CAB. Sigue a continuación ‘Premises’, una de las piezas más decididamente alegres del repertorio debido a los matices de tenor reggae que empapan parcialmente al relativamente sencillo esquema rítmico. También hay momentos donde se nota que la ley del exquisito vigor jazz-rockero es la pauta que impone el desarrollo de la musicalidad vigente, especialmente en los referente a los riffs de guitarra y la musculatura de la labor del baterista. A mitad del camino, las cosas se calman un poco para que el piano dirija unos nuevos cimientos para que la guitarra elabore uno de sus solos más notables del disco. La cosa reggae regresa para la instancia final. ‘For Laughing Out Loud’ encarna una suerte de síntesis de los aspectos más esenciales de los dos primeros temas pues tiene un groove llevadero y también aprovecha su espacio de 5 ½ minutos para establecer un serio enfoque jazz-progresivo en los delineamientos y la ilación de los diversos motifs. Dicho sea de paso, tenemos aquí el solo más alucinante de sintetizador. Cuando llega el turno de ‘Stranger Danger’, el cuarteto se dispone a explorar lugares más cálidos dentro del imperio de la prestancia jazz-progresiva que la tercera pieza caba de validar con bombos y platillos. Esta vez utilizando alternadamente compases de 6/8 y 11/8, el grupo crea una perfecta cruza entre CAB, SNARKY PUPPY y los WEATHER REPORT de inicios de los 80s. Tal vez tenemos en estos dos temas a las máximas expresiones de creatividad de este repertorio. 



Los últimos 7 ¾ minutos del EP están ocupados por ‘Malware’. Si ‘For Laughing Out Loud’ contenía al solo de sintetizador más arrollador del disco, aquí están los más mágicos lucimientos de dicho instrumento; de paso, también tenemos otro solo particularmente brillante de guitarra. Hay al inicio algunos matices psicodélicos en ciertas bases armónicas de la guitarra donde se apunta hacia un encuentro entre lo Crimsoniano y el math-rock, aunque se trata de algo muy domesticado pues el swing es lento con el fin de enfatizar las vibraciones melódicas de turno que están a cargo entre el dueto de guitarra y teclado. Ya a partir del segundo minuto, el asunto vira hacia el terreno del jazz-rock con comedidos matices space-rockeros: el asunto comienza con talante bastante muscular pero no pasa mucho tiempo antes de tornarse sobrio, aunque, claro está, sin perder un ápice de vigor. El motif inicial regresa para el epílogo con un punche razonablemente aumentado, culminando todo con una coda robótica que se sitúa entre lo inquietante y lo travieso. Muy adecuada la elegancia meticulosa que se diseñó para la ingeniería ecléctica de esta pieza a la que se le otorgó el rol de culminar el repertorio. El repertorio de “Shapeshifter I: Construct” es breve pero muy impresionante: nos ha dejado muy gratamente satisfechos en éste, nuestro momento de tardío descubrimiento de TAUK. Todo este despliegue de vitalidad sonora hace que nos pique la curiosidad por explorar en todo lo que ha hecho este ensamble a lo largo de su aún vigente historia, así como también nos hace desear que no pase mucho tiempo antes de que nos brinde nuevos trabajos fonográficos. De hecho… ¡ya está saliendo del horno la secuela de este disco, el cual se titulará “Shapeshifter II: Outbreak”!


Muestras de “Shapeshifter I: Construct”.-



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