HOLA, AMIGOS DE
AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Un poco
tardíamente pero con genino entusiasmo comentamos hoy el estupendo tercer disco del ensamble francés de música
avant-progresiva DUSTMAN DILEMMA, radicado en la bella ciudad de Caen, región de Normandía. El disco en cuestión se titula “Third Sigh” y fue publicado el 9 de octubre del pasado año 2020 por el sello L'étourneur (que es, en realidad, una
asociación cultural que promueve las artes en general). Este disco sucede por
dos años a “On Second Thoughts”, cuando el grupo tenía una alineación bastante
nutrida en forma de sexteto. Ahora en “Third Sigh”, el grupo queda reducido al
trío de Pierre Blin [teclados, sintetizador, batería y percusiones], Samuel
Frin [saxofón, clarinete, flauta, tuba, trombón y teclados] y Nicolas
Tritschler [canto, batería, sintetizador y acordeón]. Este último también se
hace cargo de las letras. Se ve que con las responsabilidades multívocas de estos tres músicos hay una opulenta
logística sonora, pero el trío se da el lujo de contar también con las colaboraciones
ocasionales de Samuel Belhomme a la trompeta; Manuel Decocq, al violín; Maxime
Métais, a la guitarra y el bajo; y Andjelka Zivkovic, al canto y al piano. También hay efectos vocales de parte de Marine Petiot y Suzon Tritschler. La distribución de este
disco en formatos de CD y vinilo contó con el apoyo de RADAR, mientras que Atypeek
Music ayudó en la edición digital. El disco que ahora reseñamos sigue por la senda conceptual que el colectivo de DUSTMAN DILEMMA despliega en la secuencia de todos sus álbumes, un concepto centrado en los viajes que un personaje curioso y sensible realiza hacia realidades internas y externas: en este disco, su ciclo viajero se halla en un momento de quiebre interno, pues el protagonista, llamado Dustman, se halla conflictuado por la debacle de su relación amorosa con una dama metafísica llamada Soledad. Ese suspiro de nostalgia que culmina la última conversación con la distante Soledad e inicia una tortuosa experiencia de reflexiones y añoranzas es lo que se detalla a lo largo de todos los temas que conforman este álbum. Bueno, veamos ahora los detalles estrictamente musicales del
repertorio contenido en “Third Sigh”.
La pieza homónima da inicio al repertorio: ‘Third Sigh’ es, en realidad, un preludio de menos de dos minutos signado por la confluencia de suaves ornamentos percusivos y de piano eléctrico con etéreos arreglos corales. ‘The Bunk’ es la primera pieza de desarrollo razonablemente amplio (dura poco más de 7 minutos, siendo el ítem más extenso del álbum), caracterizándose por dar rienda suelta a atmósferas sombrías y nebulosas a la hora de encauzar el solipsista y casi minimalista desarrollo temático. Es como si el paradigma de HOPPER & GOWEN hubiese sido inundada por corrientes marinas de la faceta más crepuscular de unos CLUSTER. Ya en las últimas instancias, algunos recursos de fastuosidad sonora entran a tallar para brindar una variante intensa al asunto. ‘The Pack’ sigue a continuación para llevarnos a un terreno más extrovertido y jovial, aunque hay un cierto tenor enigmático en curso que preserva a la canción dentro de una estratégicamente bien delineada aura inquietante. Esto suena a un ejercicio de cabaret-rock al modo de SLAPP HAPPY remodelado por la gente de THE ORVALIANS bajo las gráciles guías alternadas de HATFIELD AND THE NORTH y KING CRIMSON. Algunos momentos ácidos que emergen cerca del final ostentan un señorial tufo neurótico, lo cual implica que lo inquietante termina imponiéndose con solvencia dentro del esquema expresionista donde se mueven los instrumentistas. Un primer cénit del álbum. Con la dupla de ‘Passemêche’ y ‘The Grip’, el ensamble se explaya en el empuje de varios recursos estilísticos. El primero de estos temas mencionados es un elegante ejercicio de tonalidades jazz-progresivas que se sitúan en una interesante cruza entre el nu-jazz y el retro-Canterbury (TORTOISE y MATCHING MOLE), organizadas para darle un aire sutilmente siniestro a un motif de tenor circense tanto en su motif como en su groove general. Es como un regreso a la espiritualidad definitoria del segundo tema, pero con un enfoque un poco más inquietante y surrealista... Y eso que no se trata de un tema realmente abstruso. Por su parte, ‘The Grip’ exhibe algunos aires de familia con las líneas de trabajo de BENT KNEE y la banda compatriota POIL en cuanto a que exhibe una agilidad llamativa que se deja arropar por un acicalamiento extravagante, a la par que muestra un talante modernista en sus arreglos instrumentales, enfocados en el mecanicista armazón de batería y sintetizador. Los impetuosos (y a veces agónicos) fraseos de los vientos aportan una incandescencia imponente al asunto, muy útiles para completar y ornamentar la expresividad esencial de la pieza.
‘The Hook’ dura poco menos de dos minutos y medio, pero tiene algo muy interesante que ofrecer. Regresando a la marca circense que signó al cuarto tema del disco, esta vez le da un aire cálido y melancólico; el centro temático gira en torno a los arreglos de vientos, mientras el canto ostenta una muy suave gracia. Con el final de este tema se engarza ‘The Backlight’, un tema centrado en pulsaciones cavernosas y relativamente siniestras, aunque no en un sentido tenebroso, sino con el conato de rabia y frustración propio de una pesadumbre que reflexiona sobre su propia lobreguez. Esta vez son las meticulosas orquestaciones de teclados los que preparan el camino para el inminente clímax parsimonioso que ha de sostener a las entrañas fundamentales de esta canción. La coda exhibe un distante arreglo pomposo de vientos en una indefinida lejanía. ‘Swamped’ exhibe el último hálito de legítimo esplendor sonoro del álbum, elaborando una estrategia de entrecruzamientos de avant-prog a lo KAYO DOT (etapa 2008-12) y chamber-rock a lo UNIVERS ZERO, en base a una señorial atmósfera lánguida muy emparentada con las modalidades contemporáneas de free-jazz. El crescendo que florece a mitad de camino garantiza una exhibición majestuosa de tensión emocional. Sin ser muy fulgurosa que digamos, esta pieza hace brillar su decisiva fuerza de carácter dentro de este paraje específico del repertorio, instalando así su último cénit. El epílogo del álbum es
la breve pieza de un minuto y tres cuartos de duración titulada ‘So And Then’, la cual reitera la espiritualidad envolventemente crepuscular del prólogo con un enfoque un poco más alumbrado; este detalle se nota en el tenor engañosamente juguetón del piano y la batería que subyace al arreglo coral. Todo
esto fue “Third Sigh”, un estupendo trabajo donde el colectivo de DUSTMAN DILEMMA, en poco más de 40 minutos, ha lucido sus galones como una importante fuerza creativa dentro de la vanguardia progresiva francesa contemporánea. Llega con unos meses de tardanza la presente reseña, pero nunca es demorada la ocasión en que se refrenda a este álbum como un ítem totalmente recomendable para cualquier buena fonoteca progresiva atenta a los diversos senderos de desarrollo estilístico para el rock artístico del nuevo milenio.
Muestras de “Third
Sigh”.-
The Pack: https://etourneur.bandcamp.com/track/the-pack
The Grip: https://etourneur.bandcamp.com/track/the-grip
Swamped: https://etourneur.bandcamp.com/track/swamped
The Pack: https://etourneur.bandcamp.com/track/the-pack
The Grip: https://etourneur.bandcamp.com/track/the-grip
Swamped: https://etourneur.bandcamp.com/track/swamped
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