Monday, January 20, 2025

El mercurio progresivo de los finlandeses VESILINJA



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy centramos nuestra mirada en el escenario progresivo finlandés y nos topamos con el tercer trabajo fonográfico del grupo VESILINJA, uno de los más notables que han emergido en el país escandinavo aludido en los últimos años. El disco en cuestión se titula “Merkurius” y fue publicado el 11 de octubre del pasado año 2024 por el sello Savusauna, tanto en CD como en vinilo. El personal de VESILINJA consta de Aake Salmi [voz, coros, guitarras eléctricas de 6 y 12 cuerdas, acústica y pedal steel, flauta, sintetizador percusivo y efectos de sonido], Niko Saarinen [órgano Hammond, pianos acústico y eléctrico Fender Rhodes, sintetizadores Moog y Korg String, mellotrón, coros y efectos de sonido], Jussi Portaanpää [batería, gong, triángulo, carillones, maracas y efectos de sonido], Artturi Sipilä [bajo y coros] y Antti Tuominen [voz, coros, guitarras eléctrica, clásica y acústicas de 6 y 12 cuerdas, piano acústico y mandolina]. Este grupo ha avanzado mucho desde su homónimo disco debut del año 2021 en lo referente a la gestación de ideas musicales atractivas que engalanen el ideal del rock artístico en nuestros tiempos, logrando con cada nueva obra aumentar las dosis de colorido musical y pulcritud sónica. El propio Salmi se hizo cargo de organizar las sesiones de grabación, producir el álbum y hacer la mezcla; las ulteriores labores de masterización estuvieron a cargo de Tuuka Nikunen en su Juun Studio. Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio contenido en “Merkurius”.


La dupla de ‘Pimeys Astuu Syrjään’ e ‘Illalla’ abre el disco con una actitud convincente. El primero de estos temas mencionados es un ágil instrumental que se sitúa en un intermedio entre los paradigmas de PREMIATA FOENERIA MARCONI y JETHRO TULL a través del filtro de BRIGHTEYE BRISON. Las infatigables florituras de la flauta y el clarinete son cruciales a la hora de perfilar las sofisticadas líneas melódicas, las mismas que se sienten bastante saltarinas al apoyarse sobre el complejo entramado rítmico diseñado para la ocasión. En cuanto a ‘Illalla’, se trata de una sólida excursión en la foresta del prog sinfónico de viejo cuño donde los músicos se asocian en una fraternidad perfectamente compacta a través de los cambios de ambiente y compás que se van sucediendo. Tras un inicio sigiloso con retazos solemnes, el cuerpo central se explaya ampliamente en una manifestación de grácil extroversión. ‘Ikuisuuden Puutarha’ apuesta por una atmósfera parecida a la de la canción precedente, pero esta vez con un talante un poco más calmado, el cual apunta a la focalización en una espiritualidad contemplativa. También es una ocasión idónea para que el grupo inserte vibraciones folklóricas en su esquema de trabajo sinfónico, y es justo este factor el que preserva algo de la vivacidad precedente. Cuando llega el turno de ‘Kultaiset Kehykset’, el grupo se dispone a reactivar su faceta extrovertida a todo dar con el empleo de un compás muy animado. El solo de clarinete en el intermedio es un recurso aguerrido que contrasta muy bien con la luminosa ligereza de la flauta. ‘Haaste Jumalille’ es el tema más largo de la primera mitad de “Merkurius” con su duración de cerca de 7 ½ minutos. Aquí reina de nuevo la ley del prog-folk y lo hace con la utilización de un dinamismo contenido sobre un compás de 3/4, siendo las guitarras acústicas quienes proveen el centro nuclear de la instrumentación. La fuerte presencia de los sintetizadores añade matices peculiares a la maraña grupal, la misma que se torna más sofisticada alrededor de la frontera del cuarto minuto cuando asume aires jazz-progresivos; en este último aspecto, también ayudan mucho los sucesivos solos de guitarar steel y saxo soprano.   


La suite homónima de poco más de 22 ½ minutos ocupa toda la segunda mitad del mismo. ‘Merkurius’ consta de las secciones tituladas ‘Caloriksen Airuet’, ‘Kuninkaan Peili Ja Klymenoksen Luvatut’, ‘Kenraalin Audienssi’, ‘Sankarin Peili’, ‘Säröt Ajassa’, ‘Hetki Ennen Aurinkoa’ y ‘Lupaus Ja Toive’. Todo empieza con un dinamismo muy semejante a la que signó al instrumental de apertura, teniendo la primera guitarra mayor presencia dentro del esquema colectivo que en cualquier otra pieza anterior del repertorio, aunque muy pronto, con la primera sección cantada, todo pasa a una ceremoniosidad cristalina con índices folk-rockeros muy afines a los de JORDSJØ. La siguiente sección es un poco más ágil y su armazón abre más espacios de soltura al saxo en los intermedios instrumentales, alternando momentos de protagonismo con la primera guitarra y el sintetizador. El esquema rítmico, siendo relativamente sencillo, nos recuerda a la línea de trabajo de YES en 1971 con añadidos aires de los alemanes NOVALIS de la etapa 75-77. Más adelante, se da una alternancia entre ambientaciones contemplativas moldeadas con mesurada gracilidad y breves puentes expresionistas que ostentan una convincente musculatura rockera. La cuarta sección emula la parsimonia Floydiana de inicios de los 70 mientras la recubre con una sosegada exuberancia propia del patrón escandinavo; ésta se manifiesta preferentemente en los vientos. Tras una clausura robusta y contundente emerge un armazón pastoral de cariz Genesiano que no tarda en ceder espacio a un nuevo ejercicio de sinfonismo signado por una fastuosidad que va creciendo de forma sostenida. Para la última sección, el grupo elabora un enclave de suntuosidad melódica donde convergen las agitaciones expresivas se vuelcan primeramente a una gentileza coral para terminar con una solemnidad que coquetea con lo grisáceo sin dejar de ser genuinamente fulguroso. En fin, todo estos fue lo que se nos brindó en “Merkurius” desde los cuarteles de VESILINJA, grupo afincado en la localidad sur-finlandesa de Tuusula, logrando elevar el nombre de su país dentro de la producción progresiva mundial a través del año 2024. Muy recomendable, la verdad que sí: de hecho, nos parece el mejor álbum que ha gestado este talentoso sexteto escandinavo hasta la fecha.


Muestras de “Merkurius”.- 

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