Thursday, February 27, 2025

La segunda caminata de DELVING



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy presentamos a DELVING y su segundo trabajo fonográfico, “All Paths Diverge”, el cual fue publicado el 23 de agosto del pasado año 2024. DELVING es el proyecto del multiinstrumentista estadounidense y residente en Alemania Nick DiSalvo, a quien conocemos de ELDER, WEITE, ELDOVAR  y otras bandas. De hecho, él era la figura central de ELDER, banda que asentó un revelador referente para la psicodelia progresiva estadounidense de última generación y que luego se mudó a tierras germanas. Siendo el prolífico y obsesivo compositor que es, DiSalvo gestó este proyecto donde se hace cargo de tocar las guitarras, el bajo, los teclados y la batería, además de hacer las programaciones, en tiempos de aquella inolvidable pandemia. En julio del 2021 se concretó la publicación de “Hirschbrunnen”, el álbum debut, y tres años después llegó el turno del disco que ahora nos ocupa, “All Paths Diverge”. Aquí aparecen como invitados Fabián De Menou (pianos acústico y eléctrico Fender Rhodes), Michael Risberg (efectos) y Richard Bahrens (efectos). Es un factor muy positivo y también muy admirable que este conjunto de músicos halle diversas maneras de mantener su creatividad musical. De hecho, De Menou recientemente se hizo integrante de WEITE. “All Paths Diverge” se editó en CD y vinilo (formatos negro, naranja y blaco, azul transparente y turquesa), tanto por vía del sello alemán Psychobabble como por el sello estadounidense Blues Funeral Recordings. El antes mencionado Behrens se hizo cargo de la ingeniería de sonido y la mezcla mientras que la masterización estuvo en manos de Carl Saffs.


Ya es hora de centrarnos en el contenido de este álbum de DELVING. Durando poco más de 7 ½ minutos, ‘Sentinel’ abre el repertorio con una encantadora secuencia sintetizada que estimula el presto arribo de adiciones sobrias de guitarra y piano. Una vez que la batería introduce un groove reconocible, el armazón general se sitúa convincentemente en una cruza entre el space-rock y al jazz-prog, y así, el motif central asume una refrescante vivacidad que capitaliza muy eficazmente su inherente gancho. Sigue a continuación ‘Omnipresence’ , pieza que ostenta una luminosidad más envolvente desde la emergencia del dueto de secuencia sintetizada y órgano, siendo así que el bloque sonoro se completa con unas vibraciones razonablemente gentiles. Mientras tanto, el esquema rítmico juega ampliamente con síncopas ingeniosas, estando éstas a cargo de sustentar el señorío multívovo de la instrumentación. ‘Chain Of Mind’ prosigue por esta senda fulgurosa y lo hace con una inspirada combinación de prog y post-rock: lo primero está apoyado en el manejo estilizadamente vigoroso del motif central creado para la ocasión, lo segundo está reflejado en la vitalidad contenida con la que se maneja las proyecciones atmosféricas de los arreglos de guitarra. Posiblemente sea el primero el factor predominante, algo a lo que ayuda mucho la presencia ostensiblemente relevante de las bases armónicas y secuencias básicas de los teclados. El uso de compases complejos en el cuerpo central tiene una eficaz contraparte en el esquema rítmico más relajado que opera en la sección intermedia. ‘New Meridian’ tiene una primera sección centrada en un groove electrónico de tendencia avant-jazz, algo así como una idea perdida de los AGITATION FREE de inicios de los 70 que fue remodelada por los AGITATION FREE de ahora. Una sección siguiente introduce unas capas mágicas de guitarras junto a una muscular labor de la dupla rítmica, acogiendo un aura exultante que, una vez más, goza con ese esplendor sonoro que ya hemos sentido desarrollado en los dos temas precedentes. Una vez más aclarado el paisaje, el entramado instrumental despliega un evocador ejercicio jazz-progresivo que se conecta con lo hecho por bandas como RED KITE y SOFT FFOG. La energía de las minimalistas líneas de la guitarra se compenetran muy bien con los sutiles ornamentos del piano eléctrico mientras la batería mantiene su nervio aguerrido con su relativamente complejo compás. 

La segunda mitad del repertorio se inicia con la pieza más extensa del mismo, durando más de 13 ½ minutos y portando el título es ‘Zodiak’. Desde el mismo punto de partida, el bloque sonoro se dispone dentro de una ubicación extrovertida bajo el ropaje de una atmósfera razonablemente aguerrida y tremendamente luminosa. Estamos presenciando el resultado del triple cruce entre MOTORPSYCHO, los CAUSA SUI de los tres últimos álbumes y los DJAM KARET de los 90. Las alusiones a índices temáticos amables alternan espacios con las expansiones de fortaleza señorial, igualándose a veces en intensidad y longitud. A poco de pasada la frontera del octavo minuto, el paisaje sónico vira drásticamente con la invasión de una neblina onírica que coquetea por igual con los paradigmas de ASH RA TEMPEL (71-73) y TANGERINE DREAM (73-74). Este despliegue de impalpable densidad transita por un ruidismo minimalista y abstracto cuyo oleaje transita entre la ansiedad y la contención, lo cual genera un epílogo tan  sugerente como solipsista. Un gran cénit del álbum. Los dos últimos temas del disco cuentan también con duraciones generosas de 9 ½ minutos y más de 9 ¾ minutos, respectivamente; sus nombres sucesivos son ‘The Ascetic’ y ‘Vanish With Grace’. El primero de estos temas mencionados parece orientarse hacia una remodelación de los aspectos más explícitamente líricos de las dos piezas precedentes dentro de un encuadre space-rockero oportunamente enriquecido con matices post-rockeros. Con la irrupción de la batería, las cosas asumen una magnética agilidad sin punto de retorno; los detalles electrónicos también resultan relevantes para ello. La sección final es, en verdad, apabullantemente embrujadora. En cuanto a ‘Vanish With Grace’, se basa en una retoma sistemática de los vértices más extrovertidos de los dos primeros temas del álbum, lo cual permite a los instrumentos actuantes armar una nueva maraña de exultante dinamismo. ¿A qué sonaría un jam de CAN del año 1975 tras la labor quirúrgica de RED KITE y el proceso de rehabilitación dirigido por HERD OF INSTINCT? A esto mismo, mire usted por dónde. El delicado cierre cibernético brinda una interesante variante de climas cinematográficos tras las últimas explosiones rockeras del cuerpo central: es como si la homogénea cohabitación de estrellas en el sereno manto de la noche pudiera mostrarse una vez finiquitada la absorbente algarabía rockera. El cénit adecuado para salir por la puerta grande con gran prestancia.
 

En fin, todo esto fue lo que se nos ofreció en “All Paths Diverge” desde los cuarteles de DELVING: una muy interesante serie de eclécticas exploraciones de rock psicodélico con ambiciones artísticas y motivaciones eclécticas. La larga extensión de esta caminata musical parece haberse consumido en pocos instantes. DELVING es un estupendo refugio para la hechura de álbumes que terminan ser bastante recomendables en cualquier fonoteca dedicada al prog y otras líneas experimentales del rock de ayer y hoy. 
 
 
Muestras de “All Paths Diverge”.-
Omnipresence: https://delving-music.bandcamp.com/track/omnipresence
Zodiak: https://delving-music.bandcamp.com/track/zodiak
Vanish With Grace: https://delving-music.bandcamp.com/track/vanish-with-grace


* La reseña en este blog sobre el más reciente disco de WEITE aparece en el siguiente enlace: https://autopoietican.blogspot.com/2025/02/segundo-viaje-al-oasis-progresivamente.html


Monday, February 24, 2025

BEARDFISH: el corazón retornado del rock progresivo sueco

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy celebramos el regreso de los maestros suecos de BEARDFISH a la palestra progresiva: en efecto, en el primer día de noviembre del pasado año 2024 se concretó la publicación de “Songs For Beating Hearts”, el noveno disco que terminaba el hiato del grupo desde el año 2015, cuando se publicó “+4626 -Comfortzone”. El ensamble de Rikard Sjöblom [voz, órgano, teclados y algunas guitarras], David Zackrisson [guitarras, efectos y coros], Robert Hansen [bajo y coros] y Magnus Östgren [batería] drums vuelve a la carga con un álbum que engalana su legado progresivo iniciado en las primeras instancias del nuevo milenio. “Songs For Beating Hearts” fue publicado en CD y en vinilo transparente naranja por el sello InsideOut Music en el primer día de noviembre del recientemente fenecido año 2024. Todo un evento fue la salida al mercado de este disco desde que se anunció la reunión de este grupo cuyos orígenes se remontan al año 2001 en la localidad de Gävle. Dos años después, se lanzaba al mercado el disco debut “Från En Plats Du Ej Kan Se...”, comenzando una trayectoria que llamó la atención de varios fans del género progresivo de todo el mundo, especialmente por sus celebrados dos discos del concepto de “Sleeping In Traffic” (de los años 2007 y 2008). Para este disco de retorno, la gente de BERADFISH recibió las ayudas ocasionales de la cantante Amanda Örtenhag, la cellista Anna Dager y la violista Hanna Ekström. El guitarrista Zackrisson se hizo cargo de organizar las sesiones de grabación y la mezcla del álbum en los Sound Society Studios; las ulteriores labores de masterización estuvieron en manos de Stefan Aronsson en el estudio Stupid Dream Records. Bueno, veamos ahora los detalles estrictamente musicales de este álbum.
 

Los primeros 4 ½ minutos del repertorio están ocupados por ‘Ecotone’, canción que empieza con un tenor bucólico marcado por un moderado dramatismo donde la emotividad se pronuncia de forma un tanto agria. No parece sobre el papel un inicio impactante para el disco, pero en sí misma, la canción tiene la virtud de arrojar un aura sobriamente sofisticada sobre un desarrollo melódico relativamente sencillo. Es casi como una semi-balada de PORCUPINE TREE filtrada a través de la influencia de los ANEKDOTEN de los tres últimos álbumes. Luego sigue la maratón musical de ‘Out In The Open’, una suite de 20 ½ minutos cuyas secciones se titulan ‘Overture’, ‘Oblivion’, ‘Hopes And Dreams’, ‘Oblivion (Reprise)’ y ‘Around The Bend’. Como es natural, ya se sitúa el colectivo sueco en un terreno de amplios espacios para la extroversión y la versatilidad patente. Con la triangulación intensa y muscular del piano y la dupla rítmica, los añadidos matices de guitarra y sintetizador completan el paisaje inicial con solvente agilidad, captando recursos afines a los que usualmente operan en los paradigmas de THE TANGENT y SPOCKS BEARD, añadiéndose ciertas tonalidades expresionistas que usualmente asociamos a THE FLOWER KINGS. Con oscilaciones entre variadas dosis de vigor expresivo, el grupo va hilando los motivos y encadenando los diversos grooves con impoluta fluidez, y, claro está, la cantidad de esquemas rítmicos inusuales es lo suficientemente generosa como para mantener el fulgor sónico de forma consistente de acuerdo a las exigencias épicas del largo aliento de la suite. Uno de los pasajes más intensos tiene lugar entre los minutos 6 y 8, tras el cual arriba un total cambio de registro al plantearse una parsimonia ceremoniosa bajo el mando de las sobrias escalas de las guitarras acústicas sobre un trasfondo grave de sintetizador. Es el momento de una balada acústica de carácter introspectivo donde los arreglos vocales emulan el patrón de CROSBY, STILLS & NASH. Cuando las cosas se vuelven a intensificar, regresan los modismos a lo SPOCKS BEARD con algunos toques Emersonianos extra. La sección final ‘Around The Bend’ recoge una sana mezcla de nervio rockero y solemnidad para finiquitar las cosas con inconfundibles vibraciones majestuosas.

  

‘Beating Hearts’, que cuenta con un considerable espacio de 11 minutos, desarrolla otra muestra de las inquietudes más fastuosas del grupo. La sección prologar está marcada por un exquisito arreglo de cuerdas que prepara el terreno para el arribo de una electrizante parsimonia del cuarteto que suena a una pieza perdida de YES del año 1973 que ha sido remodelada por DEEP PURPLE. Una vez que las escalas bucólicas de la guitarra acústica se empalman con los redobles marciales de la batería, entra a tallar el canto para brindar una vivacidad renovada al asunto. El ejercicio de sinfonismo delicado y palaciego delinea con impecable precisión los surcos del desarrollo temático para que éste se muestre asequible a través de su inocultable sofisticación. A poco de pasada la frontera del quinto minuto, aumentan al unísono las dosis de gracilidad y garra rockera, algo que resulta bastante oportuno para el asentamiento de un canto desgarrado que clama un vitalismo situado entre lo vehemente y lo trágico. Un exultante solo de guitarra completa el fuego sónico en curso. Aquí hay mucho músculo a pesar de que no opera una ingeniería rítmica impetuosa. En los últimos minutos, la garra decrece un poco, pero se redondea el centro melódico de forma coherente. ‘In the Autumn’ es una canción más alegre, siendo así que su patente luminosidad temática está eficazmente realzada por la presencia de la voz de Amanda Örtenhag. Existen afinidades con BIG BIG TRAIN y RESISTOR a la hora de dinamizar las texturas melódicas con un nervio especial. La miniatura ‘Ecotone (Reprise)’ instaura un ejercicio de solemnes orquestaciones de teclados. A partir de allí, emerge ‘Torrential Downpour’ trayendo consigo el cierre del repertorio oficial del álbum con un despliegue de pasión rockera que recibe ecos de las canciones #3 y #4. El pasaje final exuda una espiritualidad enérgicamente optimista. Hay un bonus track que es una versión antigua de la canción de apertura, exactamente, del año 1982, incluso durando un minuto y tres cuartos más. Con su logística de tecno-pop al modo de una síntesis entre los OMD de 1981 y los JAPAN del mismo años, la composición exhibe ambiciones prog-sinfónicas e incluye un enigmático solo de guitarra de brotes psicodélicos. ¡Nos gusta más esta versión!


En fin, todo esto fue lo que se nos brindó en “Songs For Beating Hearts”, un manifiesto genuino de la fuerza creativa que hace latir al corazón retornado de BEARDFISH después de tantos años de ausencia. Si se había generado bastante entusiasmo con el anuncio del retorno a la productividad de este grupo que llegó a situarse en la línea de frente de la popularidad internacional de la escena progresiva sueca, ese entusiasmo se justificó con creces por lo mostrado en el repertorio de este disco; lo recomendamos sinceramente para cualquier buena fonoteca de rock artístico de ayer y hoy.
 
 
Muestras de “Songs For Beating Hearts”.-
Beating Hearts: https://www.youtube.com/watch?v=YF6ELoqV_Ao
Out In The Open [en vivo en Uppsala, 25/10/2024]: https://www.youtube.com/watch?v=ZMCRgo9JE-A
 

Friday, February 21, 2025

La participación de ELECTRIC ORANGE en la escena psicodélica alemana a fines del año 2024


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Justo cuando el año 2024 se estaba acercando a su necesario fin, el colectivo alemán de rock prog-psicodélico ELECTRIC ORANGE publicó su nuevo disco de estudio. Éste se titula “Ada” y la fecha exacta de su lanzamiento al mercado fue el 6 de diciembre del 2024. El veterano cuarteto actualmente conformado por Dirk Jan Müller [sintetizadores análogos y modulares, órgano Farfisa Compact, mellotrón, generador de audio y bajo], Dirk Bittner [guitarras eléctricas, acústica y de 11 cuerdas, trompeta, banjo, percusión, khim tailandés y voz], Werner Wieczorek [bajo, guitarra eléctrica y coros] y Eric Karow [batería y coros] grabó el material contenido en “Ada” en varias sesiones de los años 2023 y 2024 en el Studio Fleisch de Aachen, estando el legendario Eroc a cargo de la ulterior labor de masterización en The Ranch. Harald Königs colaboró en algunos temas tocando la flauta, la flauta bajo y el saxofón bajo. Pasemos ya a los detalles específicos de este disco.

 
Los primeros 6 ¾ minutos del repertorio están ocupados por ‘Henry’s Bead’, una pieza fulgurosa cuyo swing a medio tiempo resulta bastante llamativo a través de su razonable sofisticación. Hay una cualidad etérea en el procesamiento de la mayoría de los sonidos de los guitarreos y las intervenciones de los teclados, pero eso, en lugar de suavizar, capitaliza eficazmente una aureola de misterio cósmico para las vibraciones expresionistas que son inherentes a la pieza. Dentro de esta ingeniería grupal marcada por un space-rock empapado de matices post-rockeros, la dupla rítmica es la parte más suntuosa. La inclusión de un diálogo y extraños arreglos vocales añade un cariz cinematográfico al asunto. Llega a continuación el turno de ‘Dead Farm’, una pieza más ágil y con un punche más explícito donde la banda parece estar exorcizando los fantasmas añejos de HAWKWIND en su etapa 71-75 mientras añade vibraciones al estilo stoner al entramado sonoro. Los ornamentos percusivos y sintetizados combinan muy bien lo orgánico del pathos grupal con lo abstracto que subyace a las florituras electrónicas: con toda naturalidad conviven lo tribal y lo futurista. ‘Erebus’, a pesar de su título alusivo a asuntos infernales, es, en realidad, una excursión prog-psicodélica en terrenos fusionescos. La banda apela a una espiritualidad ceremoniosa a la hora de articular este viaje musical donde las bases de guitarra acústica marcan la pauta a seguir para los demás instrumentos que la van tapando. Los ornamentos de flauta operan como un oportuno recurso de bucólico lirismo en medio de la magia exótica que irradia la pieza. ‘Card Punch’ permite a la banda regresar de lleno a su estilizada fiereza rockera, logrando gestar un esquema sónico más denso que el que ya se percibió en el tema #2. La segunda mitad del repertorio se abre con la pieza justamente titulada ‘Ada’. Éste porta un aura un tanto similar a la que signó a la pieza de apertura, pero con una capitalización de la dimensión ácida que el grupo puede gestar desde sus interacciones. El canto aporta un talante solemne que enriquece las proyecciones cósmicas de la composición. Dicho sea de paso, se nota que hay grandes dosis de sofisticación expresiva tanto en la labor de los teclados como en la de la batería.
 

‘Lucid Frames’ opera con un ágil compas en 6/8 para reactivar la dimensión fusionesca del space-rock ecléctico propio de la banda, algo que se hace notar desde el prólogo percusivo. Los mecanismos sónicos van ampliando sus dosis de expresividad y llegan a situarse en un área de aguerrida densidad que ya conocemos de otras piezas del álbum. El carácter exótico de la composición (al estilo mesoriental) se manifiesta cómodamente dentro de un armazón que se nos antoja muy afín al paradigma de los legendarios OZRIC TENTACLES en su etapa de 1989-97 mientras se preservan algunos ecos del legado de aquellos cuatro primeros discos de EMBRYO junto a algunos matices propios del estándar del jazz-fusion de los 70. Una pieza bastante colorida. Siendo el tema más largo del disco con su duración de más de 9 ¾ minutos, ‘Tage Der Selbstmumifizierung’ es también el encargado de cerrarlo. Siendo el tema más frontalmente experimental del álbum, su empuje expresivo se centra mayormente en el explayamiento de retazos aleatorios que se arrojan al viento para planear sus estructuras mientras el colectivo ondea la bandera de la psicodelia libre. Lo que suena se afilia con el más puro estilo de AMON DÜÜL II y GURU GURU en sus facetas más bizarras. También hay elementos del avant-jazz deconstructivo que emergió a partir de los 90, una intervención sónica que añade densidad a las constantemente sugerentes expansiones sónicas. Con este bizarro viaje a través del cosmos interior se completa esta oferta que se nos hace desde los cuarteles de la banda germana ELECTRIC ORANGE. “Ada” es un disco con muchos méritos estéticos, especialmente por el ambicioso nivel de eclecticismo plasmado en esta nueva serie de aventuras prog-psicodélicas a fines del pasado año 2024. Muy recomendable para cualquier buena fonoteca actualizada con lo mejor del rock artísticos de nuestros días. 
 
 
Muestras de “Ada”.-
Henry’s Bead: https://electricorange.bandcamp.com/track/henrys-bead-2
Ada: https://electricorange.bandcamp.com/track/ada
Lucid Frames: 
https://electricorange.bandcamp.com/track/lucid-frames

Tuesday, February 18, 2025

Segundo viaje al oasis progresivamente psicodélico de WEITE

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy echamos una mirada atrás al día 22 de noviembre del pasado año 2024 y nos topamos con el segundo disco de WEITE, ensamble germano-estadounidense de música prog-psicodélica que se inició por la iniciativa de integrantes de DELVING y ELDER (banda reubicada en Berlín tras sus iniciales años en la patria estadounidense): recordemos que el bajista Ingwer Boysen convocó al baterista Nick DiSalvo y a los guitarristas Michael Risberg y Ben Lubin para hacer algo de música en el invierno del 2022, lo cual dio como fruto el álbum “Assemblage” (2023). Pues bueno, lo que empezó como una idea para un proyecto ocasional terminó siendo algo más fructífero porque los músicos terminaron concordando en la idea de convertir a WEITE en un grupo real y seguir haciendo música. Para este segundo álbum “Oase”, el grupo aumentó a quinteto con el ingreso del teclista Fabien de Menou (integrante de PERILYMPH). Justamente este nuevo integrante se encargó, junto a Richard Behrens, de la ingeniería de sonido para las sesiones de grabación del material aquí contenido. Carl Saff realizó el ulterior proceso de masterización. El sello Stickman Records se hizo cargo de la publicación de este disco en CD y en doble vinilo de color marmoleado negro y rosado. Bueno, investiguemos ahora en los detalles estrictamente musicales de “Oase”.
 

Durando poco más de 9 ½ minutos, ‘Versteinert’ abre el repertorio con una sección inicial focalizada en grooves serenos y un tanto expectantes sobre los que se explayan unos dispersos riffs de las duales guitarras mientras una capa grave de sintetizador merodea en el trasfondo. Con el arribo del cuerpo central, las cosas se animan un poco y pasan a explicitar una refinada mezcla de space-rock y post-rock con un groove más ágil y una mayor dosis de vigor expresivo en los guitarreos. Es como el tránsito de un tímido amanecer a una mañana sobriamente luminosa dentro de un contexto plácidamente otoñal, un ascenso bien impulsado por la creciente sofisticación que se concreta en el swing de la batería. La última sección es reposada como un atardecer bien avanzado, trazando así un temple introspectivo que, en sus postreras instancias, abre camino a un esplendor de estrellas. Sigue a continuación ‘Time Will Paint Another Picture’, un tema diseñado para movilizar y proyectar las aristas más melódicas del ideario musical del ensamble. Ya desde su motif inicial, se nos muestra una serie de cadencias calmadas que fluyen sobre un suave swing jazz-progresivo. Los delicados enmarañamientos entre las dos guitarras se apoyan confiadamente sobre el sutilmente sesuda armazón rítmico mientras las labores del teclado se reparten entre acompañamientos armónicos y tersas cortinas que añaden un preciosismo peculiar al asunto. Es como si la gente de PAPIR se hubiese juntado con alguien de WHITE WILLOW para pasear un rato por el jardín de RAGNARÖK. Una pieza cautivadora y envolvente. ‘(Einschlafphase)’ es un interludio cósmico que nos remite a los tiempos del tercer álbum de CLUSTER, una inspección del cosmos exterior para enriquecer la potencial luz del interior. A partir de allí, emerge ‘Roter Traum’, una pieza que ocupa un espacio de poco menos de 11 minutos. Su espiritualidad expresiva está bastante emparentada con la de ‘Versteinert’, pero con una exuberancia más rutilante, especialmente en lo referente al funcionamiento de las líneas de bajo, tanto en su compleción del swing de la batería como en su eficiente asentamiento de las diversas ambientaciones que se van hilando mientras se desarrolla el esquema multi-temático. Transitando orgánicamente de pasajes suntuosos a otros un poco más áridos, la banda combina naturalmente recursos de jazz-prog, psicodelia y sinfonismo, añadiendo ocasionalmente algunos pasajes cósmicos heredados del interludio precedente. En general, el aumentado protagonismo de los teclados ayuda al quinteto a establecer vibraciones más majestuosas que en cualquier tema anterior. Todo un cénit del álbum.
 

‘Woodbury Hollow’ es una exploración de la faceta más introvertida del esquema de trabajo grupal, un oportuno momento de remanso tras la expansiva suntuosidad del tema precedente. ‘Eigengrau’ se erige como el tema más extenso del disco con sus cerca de 12 ¾ minutos de duración. Las capas minimalistas de teclado que signan a la sección prologar establecen un abierto contraste frente a la placidez casi pastoral del intermedio precedente, algo que parece anunciar cierta amenaza, pero que, en realidad, termina abriendo la puerta a una atmósfera flotante marcada por una gentil gracilidad crepuscular. Imaginemos a los MOGWAI de 1999 haciendo guiños a ELDER y RED KITE por igual. Los primeros efluvios ostentan un fulgor ensoñador, mientras que otros que emergen después se centran en una adustez refinada. El núcleo del último tercio se sitúa dentro de una estructura bien definida donde el índice melódico creado para la ocasión se amolda al dinamismo arquitectónico que hace que la pieza dé un giro de 180°; ahora, la banda establece nexos estilísticos con HOOFFOOT, capitalizando un fulgor renovado para el aterrizaje definitivo del vuelo musical en curso. Otro cénit decisivo del álbum. ‘The Slow Wave’ trae consigo el cierre del repertorio y lo hace con un regreso predominante al llano introspectivo que forma parte del paisaje grupal íntegro. La sección epilogar vira drásticamente hacia un impetuoso y muscular jam en clave stoner donde la electricidad rockera que emana de la asociación de las dos guitarras impele a la estrategia global a gestar una hoguera sónica contundente. Todo esto fue lo que salió de esta segunda aventura fonográfica del colectivo germano-estadounidense WEITE: “Oase” es muy fiel a su propio título pues se trata de un auténtico oasis de vitalidad prog-psicodélica para nuestros tiempos. El nuevo posicionamiento de WEITE como un grupo estable y la inclusión de un quinto integrante son decisiones que han rendido estupendos frutos para el beneplácito del rock artístico de nuestros días; definitivamente, la banda ha expandido su paleta sonora con creatividad y convicción. Por lo pronto, la banda ha realizado una gira en este último mes de enero. Un trabajo totalmente recomendable para cualquier buena colección de música progresiva. 

Saturday, February 15, 2025

Quinta estancia de la ECLECTIC MAYBE BAND en el cúmulo estelar de la vanguardia progresiva


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
¡Albricias!… Nos llegan buenas y ansiadas noticias desde los cuarteles del excelso músico y compositor belga Guy Segers: a fines del pasado mes de enero se publicó el nuevo trabajo fonográfico del ensamble avant-progresivo ECLECTIC MAYBE BAND, el cual se titula “Cosmic Light Clusters”. La edición de este disco corrió a cargo del sello Discus Music, aunque el propio Segers fue adelantando material del mismo en su propia página individual de Bandcamp en los últimos meses del pasado año 2024. En este quinto disco de la ECLECTIC MAYBE BAND, al igual que en todos los anteriores, nos topamos con que Segers se hizo cargo del bajo, los samples y varios instrumentos virtuales, y que también contó con una variable cantidad de colaboradores. La lista es siempre larga: Pierre Bernard (flauta), Michel Berckmans (oboe), Cécile Broch’e (violín), Jean-Pierre Soarez (trompeta), Franck Cottret (trombón), Andy Kirk (teclados), Michel Delville (guitarra), Ángel Ontalva (guitarra), Tatsuya Yoshida (batería), Catherine Smet (piano y teclados), Dirk Wachtelaer (batería), Dirk Descheemaeker (clarinetes), Fabrice Owerzarzak (batería), Joe Higham (teclados, clarinete y saxofón soprano), Eleni “Silena” Siozou (voz), Mami Foujita (voz), Cathryn Robson (voz), Rich O'Meara (marimba y vibráfono), Stephan Köhr (fagot), Sigrid Vandenbogaerden (cello), Mark Bogaerts (saxofones alto y barítono), Luc Mishalle (saxofón tenor), Emmanuel Cremer (cello), Jimmy Ågren (guitarra), Sean Rickman (batería), Paul Everaert (fagot), Luc Van Lieshout (fliscorno) y Marianne Denoïa (violín).
 

Una novedad que trae consigo “Cosmic Light Clusters” dentro del versátil y siempre aventurero canon de la ECLECTIC MAYBE BAND es una presencia importante de atmósferas contemplativas, además de un ahondamiento en los aspectos más texturales de los dos discos precedentes. Por otro lado, también se nota ocasionalmente que hay una renovación de los vértices más filudos de los dos primeros discos, pero mejor es que repasemos de una buena vez los detalles del repertorio de este disco en cuestión, el cual se abre con ‛Nébuleuse. Esta pieza se sostiene sobre unos cimientos minimalistas que abren campo al florecimiento de unos retazos impresionantes de claro talante oscurantista. La ceremoniosidad lóbrega es cautivadora e inquietante a la vez... como en la época de los cuatro primeros álbumes de UNIVERS ZERO. A continuación, llega el turno de ‛Cratère’, tema que se centra en una atmósfera abstracta cuyos ribetes flotantes son manejados con un swing oportunamente sutil en clave de avant-jazz. Los aportes de la flauta y la trompeta añaden un colorido especial a las predominantes vibraciones grisáceas, lo cual hace aumentar su misterioso potencial fulguroso. ‛Prisme Souriant’ es un majestuoso ejercicio de chamber-rock que se perfila por unos índices temáticos cargados de dramatismo. El pathos casi se puede tocar, como si adquiriese una forma sólida durante el desarrollo de su entramado instrumental. La tensión de ahora no es tenebrosa, sino deconstructiva dentro de su solipsismo líquido. Con la emergencia del cuarto tema, titulado ‘Mineral Is Growing Slowly’, el ensamble operante retoma algunos matices oscurantistas semejantes a los que signaron al tema de apertura, pero esta vez se hace con mayor suntuosidad. La atmósfera general es la de una inconmensurable nostalgia que hace gala de sus propios atavíos crepusculares mientras preserva algo de su misterio. El crescendo manifiesta un poco más de ese tormento interior, aterrizando todo en un remanso final que resuena como una amable sorpresa. ‘Calculations At The Space Center’ exhibe las primeras manifestaciones de genuina musculatura del disco, y lo hace sobre un enclave de densidad surrealista que no es muy ajena al estándar de los ART ZOYD de los 80. A través de la notable tendencia al mecanicismo estructural, los recursos de avant-jazz aportan unos traqueteos orgánicamente viscerales. Ya no es tiempo de amenazas latentes, es el momento del estallido de un grito rebelde contra las pretensiones preclaras del racionalismo. Dos cénit sucesivos del álbum.
 
‘Hypnopédie’ es una pieza muy peculiar, un ejercicio de jazz fusion experimental al modo de la faceta más moderada de los WEATHER REPORT de los primeros años que se deja remodelar por ambientaciones cósmicas. Mientras tanto, las evocaciones poéticas de una voz femenina se van apoderando del epicentro en varias instancias. Tanto el bloque instrumental como la voz van aumentando sigilosamente sus propias dosis de ceremoniosidad expresiva; el delicado manejo de la percusión virtual posibilita que unas emanaciones sonoras tan gaseosas hallen fácilmente su centro de gravedad, un centro moderadamente maleable en sí mismo. ‘Ordinary Undercover Radar’ nos muestra un viraje radical hacia un paraje extrovertido que se sitúa en un intermedio entre el jazz-prog y el dadaísmo celebratorio de semi-escondidos ribetes Zappianos. La vitalidad expuesta por el armazón rítmico permite a los teclados computarizados y las percusiones tonales elaborar sólidos recursos de soltura a lo largo y ancho de la compleja ingeniería sónica diseñada para la ocasión. Mientras tanto, con cada aparición del violín, el clima de júbilo va ampliando su propia luminosidad, una luz cuya extravagancia no estorba en la senda de la expansión celebratoria. Durando 10 minutos, ‘Elipse Sealed’ se erige como el tema más extenso del álbum. Su primera sección consiste en un retorno masivo al tenebrismo nebuloso que ya hemos apreciado en la secuencia de los dos primeros temas del disco, acercándose un poco más a la extraña exuberancia de ‛Cratère’. También hay elementos de fusión modernista en el armazón del groove general, el cual gana en colorido con las intervenciones de las cuerdas y las maderas. En una segunda instancia, las cosas se agitan con un coqueto fulgor de tendencia jazz-progresiva con claro talante avant-progresivo, siendo así que los ocasionales guitarreos ayudan a reforzar el caudal de contundente nervio que, de a pocos, se va apoderando del paisaje musical. De hecho, a poco de pasada la frontera del sexto minuto, el vitalismo creciente alcanza niveles de densa neurosis que coquetean abiertamente con el caos, pero sin llegan allí, más bien gestando una confluencia poco rígida de aportes instrumentales que han de conquistar un genuino punto de encuentro. Las agitaciones festivas de los últimos minutos suenan como un retorcimiento del patrón de SAMLA MAMMAS MANNA en manos de los UNIVERS ZERO del nuevo milenio. La coda escondida es como el eco de algo que se nos pasó de largo bajo el manto de la algarabía final. ¡Qué gran tema!... ¡Y aún hay más!

Los dos últimos temas del repertorio duran poco menos de 9 ¼ minutos y sus títulos respectivos son ‘Bottle Opener’ y ‘B2 Or Not 2B / Astrum Argentinum’. El primero de ellos sigue a paso firme por la senda trazada y desarrollada en ‘Ordinary Undercover Radar’, pero esta vez con un vitalismo más definidamente delineado y un vigor más extrovertido. La fastuosidad progresiva se revela persistente y ágilmente a través de la robusta fosforescencia inherente a los recovecos del desarrollo temático. Por aquí hay algunas confluencias con NATIONAL HEALTH, por allá hay unos aires de familia con ZAO, por otro lados se dejan notar algunas alusiones al ZAPPA de 1972-75, siempre opera una dinámica de efervescentes convulsiones agudas y festivas. Muchas veces se da el caso de que un laberinto musical sea osado, pero que además sea altaneramente gozoso, no tantas, y ‘Bottle Opener’ es una directa invitación a abrir botellas y llenar copas para el brindis melómano. En lo referente a ‘B2 Or Not 2B / Astrum Argentinum’, su misión consiste en perpetuar parcialmente esta línea de trabajo: las vibraciones celebratorias se constriñen ligeramente (muy ligeramente), y a cambio, la claridad melódica se hace más penetrante y el swing general se torna más sofisticado en clave jazz-progresiva. Este último factor hace que la transición a un groove más calmado en la segunda mitad del tema suceda con toda naturalidad. El canto femenino aprovecha su registro grave para dar una firme solemnidad al bloque epilogar. Todo esto fue lo que, a fin de cuentas, se nos brindó con “Cosmic Lights Clusters”, el nuevo viaje musical de la ECLECTIC MAYBE BAND, proyecto que ya tiene una cierta cantidad de años ocupando el trono de la élite de la avanzada musical europea (y del mundo entero, probablemente). De la mano del maestro Guy Segers, este colectivo de libres asociaciones de diversos músicos ha concretado una excelente quinta estancia en el cúmulo estelar de la vanguardia progresiva. Todavía no se completa el primer tercio del año 2025 y ya podemos presumir de haber conocido y disfrutado una obra notable muy difícil de igualar: un triunfo artístico que merece mil medallas de oro y millones de ovaciones. ¡¡Totalmente recomendable!!

Wednesday, February 12, 2025

Cuarta revelación en la granja jazz-progresiva de los geniales AMOEBA SPLIT


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
A inicios del último mes del pasado año 2024 se dio algo realmente espectacular dentro de la escena progresiva de España: la publicación del más reciente trabajo fonográfico del grupo gallego AMOEBA SPLIT, abanderado de la élite de la música jazz-progresiva en su país y en todo el mundo, para tal caso. El título del disco en cuestión es “Todos Los Animales Son Iguales” y su enfoque conceptual consiste, según palabras del propio grupo, una adaptación libre e improvisada del muy popular libro Rebelión en la Granja de GEORGE ORWELL, un libro demasiado actual tras 80 años de su primera edición, pero... bueno, ése es otro tema. Lo que aparece aquí se grabó en directo el 26 de diciembre de 2019 en el Jazz Filloa (A Coruña) y la edición física de este ítem se hizo exclusivamente en vinilo con un tiraje de 100 ejemplares (incluyendo una postal). El colectivo conformado por Alberto Villarroya López [bajo, guitarras y voz], Ricardo Castro Varela [pianos acústico y eléctrico], Fernando Lamas [batería y percusión], Iago Mouriño [piano eléctrico y órgano Hammond], Pablo Añón [saxo tenor y voz] y Dubi Baamonde [saxo soprano, flauta y percusión] vuelve a hacer gala de sus influencias recibidas de la así llamada escena Canterbury con varios toques de prog sinfónico de viejo cuño, jazz-fusion y psicodelia. La dirección musical y las letras del repertorio contenido en “Todos Los Animales Son Iguales” son de Villarroya López, aunque no se trata de piezas estrictamente compuestas, sino de labores de improvisación guiada; este factor resulta crucial para que el grupo se asiente en un área más vanguardista dentro de su consistente visión musical. Se nota una cierta predominancia de lo aguerrido en los matices que brotan de varias atmósferas creadas en el disco. Los procesos de mezcla y masterización fueron realizados por Ezequiel Orol en SAWStudio. Por su parte, Daniel Reboredo Raposo estuvo a cargo del diseño gráfico. 
 

Revisamos ahora el repertorio de este disco y advertimos que su primera mitad está íntegramente ocupada por ‘La Revolución’, una estupenda maratón que dura alrededor de 22 ¾ minutos y que muestra muchos de los fundamentos esenciales de la exquisitez musical de AMOEBA SPLIT. Veamos esto con mayor detalle. Todo empieza con una serie de flotante notas agudas de órgano que, de alguna manera, exhiben un aura expectante con un talante ceremonioso... Y mientras pasan los segundos, ya se va sintiendo la tensión mientras se va preparando el terreno para el gradual ingreso de los demás instrumentos. Poco antes de llegar a la frontera del cuarto minuto, el ensamble opera con un enfoque de densidad controlado que evoca a los SOFT MACHINE de la etapa 1970-71 en paralelo con los WEATHER REPORT de los dos primeros discos; las delicadas florituras del saxo articulan efectivos diálogos con los misteriosos fraseos del piano eléctrico. La narración revolucionaria es asertiva y conmovedora a la vez, anunciando no sólo lo que dice, sino también el arribo de una exploración en clave de free jazz que ya estaba operando en el trasfondo. Ahora, la tensión se convierte en la guía de los continuos aportes a la amalgama instrumental, la cual se enfila hacia una creciente vivacidad no exenta de cierta neurosis expresionista. Más adelante, las cosas viran drásticamente hacia un motif bastante vivaz instalado sobre un groove jazz-funky, un momento musical que refleja una instancia de arrebatada fogosidad que bastante tiene de celebratorio. El crucial dinamismo que tiene lugar aquí refleja la actividad ascendente de los revoltosos, una noción que cobra más fuerza cuando vuelven al ruedo los elementos de free jazz, esta vez, con un designio de caos fulguroso. Una vez pasada la frontera del minuto 18, se gesta un nuevo momento expectante donde se siembra un nuevo groove extrovertido, esta vez marcado por una aureola de gravedad espiritual que no anula a lo celebratorio, sino que lo potencia: lo que suena se sitúa en un área intermedia entre NUCLEUS y EMBRYO, hay como un artilugio de crudeza que se deja llevar por la algazara comunitaria del ensamble. La coda está trazada por decrecientes matices de piano eléctrico y flauta.

 
‘La Opresión’ es otra pieza extensa – esta vez, con un espacio de poco más de 18 ½ minutos – que sigue adelante con la mezcla de vitalismo y elegante exquisitez que caracteriza a la esencia artística de AMOEBA SPLIT. Los ornamentos de teclado apoyan un relato de la reorganización de la granja bajo la nueva administración; una vez terminada la declaración gubernamental, los instrumentos van armando un crescendo dialogante en clave de avant-jazz con la inclusión de ornamentos psicodélicos. Una sirena de alarma emerge a mitad de camino para convocar el armazón de un motif bastante llamativo, signado por una sobria expresividad que es concretada con suma elegancia. Esa misma elegancia se torna radiante y exuberante con el arribo de una  sección fusionesca cuyas sofisticadas vibraciones brindan un halo señorial a la sección final de la pieza antes de que surja una nueva coda etérea. En fin, todo concluye con ‘La Decepción’, iniciada con una alocución arrebatada que se apoya en bases minimalistas de piano eléctrico, para que luego se abra camino un juego de exploraciones abstractas donde parece primar una espiritualidad nihilista marcada por la decepción. En medio de los entresijos sonoros surge un terso esquema melódico bajo la guía dual del piano eléctrico y el saxo tenor: su delicadeza refleja la resistente permanencia del corazón aún en las más terribles situaciones, aunque sea para expresar añoranzas de un sueño de emancipación que no se cumplió. Así fue la experiencia de “Todos Los Animales Son Iguales” que se gestó en los cuarteles de AMOEBA SPLIT. Si la trágica e indignante lección que nos da el clásico de ORWELL es que, según parece, todos los animales son iguales pero algunos animales son más iguales que otros, el aprendizaje que adquirimos tras escuchar y analizar este hermoso disco de AMOEBA SPLIT es que su grandeza artística está más allá de la dualidad igualdad-desigualdad. Este grupo es grande bajo sus exclusivas reglas de reacomodo propio de influencias ajenas para convertirlas en algo peculiar y excelso.


Extractos de “Todos Los Animales Son Iguales”https://www.youtube.com/watch?v=1ypUvEVH7DU

Sunday, February 09, 2025

TONNEN VON HALL, una gran iniciativa alemana para el ideal del rock vanguardista


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Más y más cosas nuevas se vienen haciendo en la vanguardia rockera europea como, por ejemplo, el disco que publicó en el último día del recientemente fenecido mes de enero el proyecto alemán TONNEN VON HALL. Éste está conformado por Markus Reuter [Touch Guitars S8 y AU8, loops y soundscapes], Alexander Paul Dowerk [Touch Guitars U8 Deluxe y S8] y el baterista israelí-británico Asaf Sirkis [batería, percusión y konnakol], o sea, tres cuartas partes de ANCHOR AND BURDEN. El disco en cuestión se titula “Ein Abdruck Vom Messer Im Herzen” y su existencia es el síntoma positivo de una gran iniciativa para el ideal del rock vanguardista de nuestros días. Antes de la existencia de este álbum, el trío había publicado en el último tercio del año 2024 el EP “Antlitz” como un adelanto de lo que ahora tenemos aquí. El disco que hoy reseñamos fue producido por Reuter y Dowerk y sus intervenciones fueron registradas en sus sendos estudios caseros de Berlín y Schneckenhausen. Por otro lado, las partes de batería fueron registradas en el Horus Sound Studio de Hannover con Arne Neurand como ingeniero de sonido. El grupo agradece a Stefan Emig por proveer la batería en cuestión. El proceso de mezcla estuvo repartido entre Fabio Terentini y Reuter; el ulterior proceso de remasterización estuvo en manos de Erik Emil Eskildsen. El arte gráfica de la portada y el diseño del logo del grupo son de la autoría de Hajo Müller. Bueno, ya es hora de repasar los detalles estrictamente musicales de “Ein Abdruck Vom Messer Im Herzen”.


Son 21 piezas en total las que conforman el repertorio de este disco, alternándose miniaturas y temas con mayor desarrollo. ‘Erdmantel’ abre el camino con un electrizante juego de síncopas que aporta una inapelable sofisticación al swing en medio tiempo que el trío articula con convincente musculatura. La batería oscila entre la rigidez brutalista y el dinamismo frontal a la hora de completar el groove general de la pieza mientras las dos Touch Guitars tantean los espacios donde vale la pena añadir algunas virguerías. ¿Un estándar de ZORN traducido al lenguaje del death metal? Tal vez sea eso lo que tiene lugar aquí. ‘Vorhalle’ es la primera miniatura y su misión consiste en activar mecanismos ruidistas bastante ácidos. A partir de allí emerge ‘Antlitz’, una pieza razonablemente ágil que se siente cómoda manejando un estándar de inspiración Crimsoniana para ubicarla dentro de una vivaz confluencia de psicodelia pesada y jazz-prog. Así las cosas, el trío puede exhibir una soltura especial mientras va reforzando los índices temáticos en curso (de paso, también hacen alguna cita parcial al Marte de HOLST en ciertas bases armónicas). ‘Stahlhalle’ es una nueva exhibición de minúsculas proyecciones futuristas con una dosis incrementada de ruidismo, con lo cual se abren las puertas para ‘Kraken’, un tema que ostenta un colorido renovador tanto en su esquema melódico como en su bastante animado groove. El empleo de tempos inusuales en dicho groove permite a la pieza asumir un aura señorial bastante imponente mientras se encamina por una movilización rotundamente asertiva. ‘Mitralsaal’ propone un breve paisaje oscurantista con una inquietante base minimalista, y acto seguido emerge ‘Kanister’, una incandescente corpulencia sónica que sustenta un contundente ejercicio de garra meticulosamente sofisticada. En muchos aspectos, se hermana con la pieza de apertura y, de paso, instaura un cénit para el disco íntegro. Tras los destellos solipisistas de ‘Sockelwald’ llega el turno de ‘Kaiserlicht’, una pieza que muestra al trío dispuesto a mostrar una faceta más misteriosa de su complejo vigor rockero. De hecho, el esquema de trabajo diseñado para la ocasión consiste básicamente en un crescendo de un motif central bien perfilado que termina elevándose hacia un fortín consistente donde el enmarañamiento triádico resuelve un encuadre extrañamente cautivador; es como la conquista de un foco majestuosamente intrincado a la que se tuvo que llegar de a pocos. Resuenan aquí ecos tanto del KC de 1984 como del KC de la etapa 2000-03; otro cénit del álbum.  

 
Schacht’ es un retazo abstracto que recoge algo de las texturas razonablemente sutiles del tema precedente. Cuando emerge ‘Zivilisationsfolie’, el trío arma un nuevo ejercicio de texturas calculadamente crecientes, aunque a diferencia de ‘Kaiserlicht’, éstas portan una auténtica luminosidad al entramado sonoro. No sólo eso, también el carácter comedido del despliegue rockero y el empleo de cánticos rítmicos permite la inserción de recursos de calidez expresiva en el diseño y el trazo de este viaje musical específico. De hecho, se puede reconocer la presencia de elementos fusionescos en el desarrollo temático, el cual resulta, al fin y al cabo, bastante entrañable. ‘Nebelgarten’ es un efímero diálogo entre las dos Touch Guitars que se enfilan hacia cierto ambiente melancólico con un talante sigiloso. Durando cerca de 6 ¾ minutos, ‘Donnermesser’ es la pieza más extensa del disco, y ya desde la marca de los primeros golpes de batería da amplias muestras de que el grupo está decidido a retornar a la dimensión más inquietantemente psicodélica de su visión musical. En esta situación, el trío despliega recursos de prog-metal y brutal prog sobre un groove que, aunque es evidentemente vivaz, se arma con una soltura refinada que le permite liderar los niveles de agresividad expresiva a los que se arrojan las dos Touch Guitars. La magia típicamente progresiva de la composición se mantiene con impoluta consistentica a lo largo y ancho de los recovecos multitemáticos que se van explayando. Hay pasajes cacofónicos que sirve para impulsar los exquisitos delirios nerviosos con los que se va ornamentando el último tercio de la pieza. Otro de los muchos cénit del álbum. ‘Blutrille’, como si aún no se recuperara del impacto del tema anterior, es un agitado riff de Touch Guitar que clama su neurosis con desnuda visceralidad, pero es cuando llega el turno de ‘Rauschmitte’ que percibimos que ‘Blutrille’ no era sólo un eco de algo pasado, sino también un puente hacia una perpetuación. ‘Rauschmitte’, en efecto, capitaliza la ahora imperante energía rockera y la lleva a un terreno de masivo coqueteo con el death metal progresivo al estilo del primer CYNIC con algunos toques extra de la faceta más fiera de los STICK MEN. He aquí el traslado de la combinación del fuego de una tormenta eléctrica y el vértigo de un huracán al lenguaje del rock experimental, aterrizando todo en un brutal maelstrom math-rockero.


‘Klingensaal’ es un enano filudo y seco, algo que no se sabe si es un grito del espíritu o un desgarramiento de la máquina. Eso sí, impacta lo suficiente como para hacer que ‘Endgegner’, la pieza siguiente, remodele esa inescrutable furia hacia una poderosa combinación de prog metal y punk jazz con aires de tiránica solemnidad. Las síncopas realizadas por la batería recogen el poderío de las utilizadas en los temas #1 y #3. La miniatura ‘Ätzung’ gesta un retorno a la acidez futuristamente ruidista que marcó a las dos primeras. De esta manera, el grupo aborda la dupla de ‘Thronfolge’ y la pieza titular con nuevos despliegues de muscular inteligencia. La primera de ellas tiene un cercano parentesco con los temas #3 y #17 por causa de las saltarinas síncopas que abundan en su aguerrida ingeniería rítmica. En cuanto a ‘Ein Abdruck Vom Messer Im Herzen’, se trata de un ejercicio de free-jazz con un encuadre psicodélico que se basa en la preservación de un motif sutil donde se nota que hay algo arcano que late bajo la patentemente sencilla estructura. La batería se luce enormemente en este contexto de acción artística. El breve epílogo del álbum se llama ‘Herzkammer’: presenta unos amables acordes de Touch Guitar con una envolvente serenidad que parece difuminarse de a pocos como una nube vespertina de otoño. Ésta fue la inauguración oficial de TONNEN VON HALL como entidad musical dentro de la vanguardia rockera alemana del momento, una ceremonia melómana intensa y alucinante, una iniciativa valiente y exitosa. Tenemos en “Ein Abdruck Vom Messer Im Herzen” un testimonio genuino de la grandeza y la magnificencia a la que aspira el ideal del rock progresivo en sus vertientes más guerreramente vanguardistas... una aspiración cabalmente concretada en este copioso repertorio gestado por los Sres. Reuter, Dowerk y Sirkis. Recomendable al 300%: un ciento por cada integrante de TONNEN VON HALL.
 
 
Muestras de “Ein Abdruck Vom Messer Im Herzen”.-
Erdmantel: https://tonnenvonhall.bandcamp.com/track/erdmantel
Kanister: https://tonnenvonhall.bandcamp.com/track/kanister
Kaiserlicht: https://tonnenvonhall.bandcamp.com/track/kaiserlicht
Donnermesser: https://tonnenvonhall.bandcamp.com/track/donnermesser

Thursday, February 06, 2025

Tercer viaje tripulado al satélite musical de MOON X

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Que la escena vanguardista estadounidense es diversa e infatigable es una verdad que se viene confirmando año tras año, y ahora, en la recta inicial del año 2025, el ensamble MOON X está a cargo de renovar este mensaje. Su nuevo trabajo “Rocket To The Moon” – el tercero en lo que va de su discografía – se publica en este mes de febrero en CD y, desde antes, en vinilo de color morado brillante. El trío de Jerry King [guitarras eléctricas,  acústica y e-bow, bajo y trombón], Dave Newhouse [teclados, saxofones, flauta y clarinete] y George Newhouse [batería y percusión] nos brinda un nuevo catálogo de sus habituales composiciones eclécticas. Como es habitual también, Ian Beabout se hizo cargo de las labores de mezcla y masterización en The Rec. Room; por otro lado, el arte gráfica fue realizada por Phinbot Graphics. Bueno, vayamos ahora a los detalles estrictamente musicales de “Rocket To The Moon”.
 

Durando poco más de 5 ¼ minutos, ‘Advent Of The Moon’ abre el repertorio comenzando con una gentil aura jazz-progresiva que se suelta tanto en el grácil groove como en los coloridos juegos armónicos que sostienen a la estructuralmente sencilla línea melódica. Más adelante, con un moderado incremento de la agilidad en el swing de la batería y el ingreso de flotantes solos de guitarra, el ambiente se torna un poco más denso mientras preserva su cálido fulgor. Ahora la cosa es jazz-prog-psicodélica al modo de una extraña invasión de las huestes de AGITATION FREE en el mundo de HAPPY THE MAN. Muy buena apertura del álbum. ‘Astronomie Populaire’ sigue a continuación para presentar un vuelo sonoro mucho más ágil al modo de un jam de NEU! que ha sido oportunamente remodelado por agitaciones jazz-rockeras; además, el armazón grupal se enriquece enormemente con los aportes de los teclados, llegando todo a un culmen luminoso cuando entran a tallar cautivadoras líneas de saxofones. El uso de ocasionales quiebres rítmicos acentúa el potencial sofisticado de la composición y la coda nos sorprende con su minimalismo flotante. ‘Moon Dream’ desarrolla un lirismo envolvente y gentil que se eleva a una dimensión ensoñadora. Ello repercute en que el armazón instrumental explore matices introspectivos con un talante cordial que a veces raya con lo melancólico. El cuarto tema del álbum, ‘Cities Of Barsoom’, es el más extenso del mismo con sus casi 7 ¼ minutos de duración. También es una de las composiciones más vitalistas y desafiantes del álbum, jugando como lo hace con climas tensos y matices grisáceos mientras explora una inspirada mezcla de psicodelia progresiva y fusión contemporánea. Tras la frontera del cuarto minuto se crea un crescendo épico que replantea dinámicamente la ingeniería integral de la composición, pues la sección introvertida ulterior preserva una sutil tensión. Un cénit especial del álbum. Es todo un contraste frente a la calmada beatitud del tema que le precedió. ‘Dwarf Star (For Ian Curtis)’ es, tal como lo indica su título. un tributo al trágico líder de JOY DIVISION. Sus cimientos sonoros ostentan un talante rockero frontal que se apoya, en buena medida, en los armazones de guitarra y bajo, algo así como una remodelación de la faceta más vivaz del tema #2. Los retorcimientos de la guitarra en la coda manifiestan los vértices más salvajes del lenguaje space-rockero, un clímax eficientemente disruptivo.
 

‘Meteor Glide’ se inserta inicialmente en lo más hondo de la faceta reflexiva de la paleta sonora de la banda, logrando también conectarse parcialmente con el tenebrismo refinado que había signado a buena parte de la pieza anterior. En su sección epilogar, la neuroris pulsátil de la dupla rítmica obliga al esquema de trabajo grupal a desviarse hacia un frenesí  jubiloso en clave de krautrock (o algo así). La dupla final de ‘Ice-Nine’ y ‘Axial Tilt’ ocupa un espacio de conjunto de 10 minutos y pico a punta de seguir expandiendo las proyecciones eclécticas del trío. ‘Ice-Nine’ ostenta una muy peculiar intensidad que, no en poca medida, se apoya en las acentuaciones cuasi-tribales que emanan de la mayor parte del groove armado por la batería. Las interacciones entre guitarra, saxos y teclados recogen ecos de los inmortales legados de HENRY COW y THE MUFFINS. No es una travesura juguetona, es misteriosa y con latentes ansias anarquistas. Para el final, ‘Axial Tilt’ exhibe un vitalismo bastante lírico desde la que se proyecta una atmósfera de celebración surrealista. Las florituras de los vientos, las líneas de bajo y los ornamentos de sintetizador son cruciales para el continuo refuerzo de la sofisticación performativa del colectivo; también hay un par de exclamaciones satíricas con apuntes Zappianos desde los que se impulsa una extravagancia bastante efectiva. Un cierre por todo lo alto con este cénit final. Como balance general, testificamos que en un espacio de poco más de 42 minutos se nos ha brindado una serie de experiencias melómanas amenas, diversas y empapadas de un espíritu experimental que nunca deja de ser delicado y elegante. “Rocket To The Moon” es otra muestra de la gran creatividad que opera en el contubernio de mentes que habitan el hogar progresivo de MOON X. ¡¡¡Totalmente recomendable!!!


Muestras de “Rocket To The Moon” .-