Saturday, February 15, 2025

Quinta estancia de la ECLECTIC MAYBE BAND en el cúmulo estelar de la vanguardia progresiva


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
¡Albricias!… Nos llegan buenas y ansiadas noticias desde los cuarteles del excelso músico y compositor belga Guy Segers: a fines del pasado mes de enero se publicó el nuevo trabajo fonográfico del ensamble avant-progresivo ECLECTIC MAYBE BAND, el cual se titula “Cosmic Light Clusters”. La edición de este disco corrió a cargo del sello Discus Music, aunque el propio Segers fue adelantando material del mismo en su propia página individual de Bandcamp en los últimos meses del pasado año 2024. En este quinto disco de la ECLECTIC MAYBE BAND, al igual que en todos los anteriores, nos topamos con que Segers se hizo cargo del bajo, los samples y varios instrumentos virtuales, y que también contó con una variable cantidad de colaboradores. La lista es siempre larga: Pierre Bernard (flauta), Michel Berckmans (oboe), Cécile Broch’e (violín), Jean-Pierre Soarez (trompeta), Franck Cottret (trombón), Andy Kirk (teclados), Michel Delville (guitarra), Ángel Ontalva (guitarra), Tatsuya Yoshida (batería), Catherine Smet (piano y teclados), Dirk Wachtelaer (batería), Dirk Descheemaeker (clarinetes), Fabrice Owerzarzak (batería), Joe Higham (teclados, clarinete y saxofón soprano), Eleni “Silena” Siozou (voz), Mami Foujita (voz), Cathryn Robson (voz), Rich O'Meara (marimba y vibráfono), Stephan Köhr (fagot), Sigrid Vandenbogaerden (cello), Mark Bogaerts (saxofones alto y barítono), Luc Mishalle (saxofón tenor), Emmanuel Cremer (cello), Jimmy Ågren (guitarra), Sean Rickman (batería), Paul Everaert (fagot), Luc Van Lieshout (fliscorno) y Marianne Denoïa (violín).
 

Una novedad que trae consigo “Cosmic Light Clusters” dentro del versátil y siempre aventurero canon de la ECLECTIC MAYBE BAND es una presencia importante de atmósferas contemplativas, además de un ahondamiento en los aspectos más texturales de los dos discos precedentes. Por otro lado, también se nota ocasionalmente que hay una renovación de los vértices más filudos de los dos primeros discos, pero mejor es que repasemos de una buena vez los detalles del repertorio de este disco en cuestión, el cual se abre con ‛Nébuleuse. Esta pieza se sostiene sobre unos cimientos minimalistas que abren campo al florecimiento de unos retazos impresionantes de claro talante oscurantista. La ceremoniosidad lóbrega es cautivadora e inquietante a la vez... como en la época de los cuatro primeros álbumes de UNIVERS ZERO. A continuación, llega el turno de ‛Cratère’, tema que se centra en una atmósfera abstracta cuyos ribetes flotantes son manejados con un swing oportunamente sutil en clave de avant-jazz. Los aportes de la flauta y la trompeta añaden un colorido especial a las predominantes vibraciones grisáceas, lo cual hace aumentar su misterioso potencial fulguroso. ‛Prisme Souriant’ es un majestuoso ejercicio de chamber-rock que se perfila por unos índices temáticos cargados de dramatismo. El pathos casi se puede tocar, como si adquiriese una forma sólida durante el desarrollo de su entramado instrumental. La tensión de ahora no es tenebrosa, sino deconstructiva dentro de su solipsismo líquido. Con la emergencia del cuarto tema, titulado ‘Mineral Is Growing Slowly’, el ensamble operante retoma algunos matices oscurantistas semejantes a los que signaron al tema de apertura, pero esta vez se hace con mayor suntuosidad. La atmósfera general es la de una inconmensurable nostalgia que hace gala de sus propios atavíos crepusculares mientras preserva algo de su misterio. El crescendo manifiesta un poco más de ese tormento interior, aterrizando todo en un remanso final que resuena como una amable sorpresa. ‘Calculations At The Space Center’ exhibe las primeras manifestaciones de genuina musculatura del disco, y lo hace sobre un enclave de densidad surrealista que no es muy ajena al estándar de los ART ZOYD de los 80. A través de la notable tendencia al mecanicismo estructural, los recursos de avant-jazz aportan unos traqueteos orgánicamente viscerales. Ya no es tiempo de amenazas latentes, es el momento del estallido de un grito rebelde contra las pretensiones preclaras del racionalismo. Dos cénit sucesivos del álbum.
 
‘Hypnopédie’ es una pieza muy peculiar, un ejercicio de jazz fusion experimental al modo de la faceta más moderada de los WEATHER REPORT de los primeros años que se deja remodelar por ambientaciones cósmicas. Mientras tanto, las evocaciones poéticas de una voz femenina se van apoderando del epicentro en varias instancias. Tanto el bloque instrumental como la voz van aumentando sigilosamente sus propias dosis de ceremoniosidad expresiva; el delicado manejo de la percusión virtual posibilita que unas emanaciones sonoras tan gaseosas hallen fácilmente su centro de gravedad, un centro moderadamente maleable en sí mismo. ‘Ordinary Undercover Radar’ nos muestra un viraje radical hacia un paraje extrovertido que se sitúa en un intermedio entre el jazz-prog y el dadaísmo celebratorio de semi-escondidos ribetes Zappianos. La vitalidad expuesta por el armazón rítmico permite a los teclados computarizados y las percusiones tonales elaborar sólidos recursos de soltura a lo largo y ancho de la compleja ingeniería sónica diseñada para la ocasión. Mientras tanto, con cada aparición del violín, el clima de júbilo va ampliando su propia luminosidad, una luz cuya extravagancia no estorba en la senda de la expansión celebratoria. Durando 10 minutos, ‘Elipse Sealed’ se erige como el tema más extenso del álbum. Su primera sección consiste en un retorno masivo al tenebrismo nebuloso que ya hemos apreciado en la secuencia de los dos primeros temas del disco, acercándose un poco más a la extraña exuberancia de ‛Cratère’. También hay elementos de fusión modernista en el armazón del groove general, el cual gana en colorido con las intervenciones de las cuerdas y las maderas. En una segunda instancia, las cosas se agitan con un coqueto fulgor de tendencia jazz-progresiva con claro talante avant-progresivo, siendo así que los ocasionales guitarreos ayudan a reforzar el caudal de contundente nervio que, de a pocos, se va apoderando del paisaje musical. De hecho, a poco de pasada la frontera del sexto minuto, el vitalismo creciente alcanza niveles de densa neurosis que coquetean abiertamente con el caos, pero sin llegan allí, más bien gestando una confluencia poco rígida de aportes instrumentales que han de conquistar un genuino punto de encuentro. Las agitaciones festivas de los últimos minutos suenan como un retorcimiento del patrón de SAMLA MAMMAS MANNA en manos de los UNIVERS ZERO del nuevo milenio. La coda escondida es como el eco de algo que se nos pasó de largo bajo el manto de la algarabía final. ¡Qué gran tema!... ¡Y aún hay más!

Los dos últimos temas del repertorio duran poco menos de 9 ¼ minutos y sus títulos respectivos son ‘Bottle Opener’ y ‘B2 Or Not 2B / Astrum Argentinum’. El primero de ellos sigue a paso firme por la senda trazada y desarrollada en ‘Ordinary Undercover Radar’, pero esta vez con un vitalismo más definidamente delineado y un vigor más extrovertido. La fastuosidad progresiva se revela persistente y ágilmente a través de la robusta fosforescencia inherente a los recovecos del desarrollo temático. Por aquí hay algunas confluencias con NATIONAL HEALTH, por allá hay unos aires de familia con ZAO, por otro lados se dejan notar algunas alusiones al ZAPPA de 1972-75, siempre opera una dinámica de efervescentes convulsiones agudas y festivas. Muchas veces se da el caso de que un laberinto musical sea osado, pero que además sea altaneramente gozoso, no tantas, y ‘Bottle Opener’ es una directa invitación a abrir botellas y llenar copas para el brindis melómano. En lo referente a ‘B2 Or Not 2B / Astrum Argentinum’, su misión consiste en perpetuar parcialmente esta línea de trabajo: las vibraciones celebratorias se constriñen ligeramente (muy ligeramente), y a cambio, la claridad melódica se hace más penetrante y el swing general se torna más sofisticado en clave jazz-progresiva. Este último factor hace que la transición a un groove más calmado en la segunda mitad del tema suceda con toda naturalidad. El canto femenino aprovecha su registro grave para dar una firme solemnidad al bloque epilogar. Todo esto fue lo que, a fin de cuentas, se nos brindó con “Cosmic Lights Clusters”, el nuevo viaje musical de la ECLECTIC MAYBE BAND, proyecto que ya tiene una cierta cantidad de años ocupando el trono de la élite de la avanzada musical europea (y del mundo entero, probablemente). De la mano del maestro Guy Segers, este colectivo de libres asociaciones de diversos músicos ha concretado una excelente quinta estancia en el cúmulo estelar de la vanguardia progresiva. Todavía no se completa el primer tercio del año 2025 y ya podemos presumir de haber conocido y disfrutado una obra notable muy difícil de igualar: un triunfo artístico que merece mil medallas de oro y millones de ovaciones. ¡¡Totalmente recomendable!!

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