Friday, May 27, 2011

COMBAT ASTRONOMY y su nueva proyección para la avanzada progresiva actual


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

COMBAT ASTRONOMY, la banda que traemos hoy a colación, es el nombre de la criatura musical fundada por el bajista y experimentador de elementos electrónicos James Huggett: de hecho, el disco debut “Lunik” era resultado de una idea musical estrictamente solista. Pronto Huggett en Martin Archer un leal asociado: siendo éste un músico formado en instrumentos de cuerda y viento, además de experimentaciones de línea musique concrete, COMBAT ASTRONOMY contaba ya con el impulso adecuado para consolidarse como una propuesta de chamber-rock orientada al desarrollo y realce de las facetas más inquietantes y amenazadoras de la tradición progresiva dentro de la vanguardia del nuevo milenio. Aunque hay sin duda una dirección evolutiva y una actitud de continua auto-renovación en la obra de COMBAT ASTRONOMY, se puede advertir que los aspectos más recurrentes de la aventura progresiva que la banda ha asumido como misión artística propia son el ART ZOYD post-“Phase IV” (un chamber-rock revitalizado con recursos y atmósferas industriales), el vigor alucinado de PRESENT y UNIVERS ZERO en sus respectivas etapas iniciales, el delirio surrealista de unos DOCTOR NERVE (sin el factor cuasi-punk) y la faceta más abstracta de unos 5UU’s, amén de alusiones al vitalismo oscuramente opresivo del zeuhl estándar. Este último referente que menciono se nota de inmediato en el modo en que el bajo y el esquema rítmico se resaltan con tanta muscularidad en la instrumentación grupal, pero es el RIO más que el zeuhl el paradigma vanguardista donde se encuadra la obra de COMBAT ASTRONOMY. El disco que este grupo nos brinda para el año 2011 se titula “Flak Planet”, y la formación a cargo de engendrar este desafío consta, aparte de los ya mencionados Huggett y Archer, de Mick Beck (saxofón tenor y fagot), Derek Saw (trombón y trompeta) y Mike Ward (saxofón tenor, flautas alto y bajo, corno de alce, flauta africana). Las partes percusivas que suenan en el disco son mayormente programadas, aunque en las actuaciones en directo el grupo siempre cuenta con un baterista real.


‘The Stone Tape’ ocupa los primeros 6 ½ minutos del álbum, estableciendo una tensión agresiva con filos oscurantistas, al modo de la banda sonora de un ejército de iconoclastas dispuestos a derribar imágenes y castigar físicamente a los creadores de las mismas. En medio de los arreglos de metales se destaca inmensamente el trombón con sus alaridos híper-neuróticos, aunque de por sí la estructura rítmica de la pieza traspasa los límites habituales de la arquitectura rítmica propiamente dicha y también ocupa un primerísimo plano dentro del ensamble instrumental. A poco de pasada la barrera del quinto minuto, la ambientación opresiva empieza a atenuarse, como si la cacería de los malditos hubiera llegado a su fin. Luego sigue la pieza homónima, un ejercicio de puro misterio nebuloso e inescrutable a través de 7 minutos y pico de sonoridades prioritariamente focalizadas en una confluencia entre el UNIVERS ZERO 79-82 y la faceta más etérea de unos 5UU’s: la opresión no se ha desvanecido, sino que se ha transformado en una actitud de desafío cómplice sobre la base de un sofisticado swing (desarrollado en la percusión programada). Los arreglos de metales siguen siendo los principales portavoces de la tensión imperante. ‘Zona’ retoma en buena parte la filuda paranoia del primer tema aunque haciéndose eco del dinamismo retorcido que había marcado la esencia de ‘Flak Planet’; si a eso sumamos las ocasionales interferencias arrebatadoras del piano, las raramente mágicas capas de órgano y los inesperados ornamentos de flauta dulce bajo, tenemos aquí una situación donde el ensamble explora refrescantes posibilidades de colorido musical para darle un nuevo giro a su esencial dinamismo siniestro. Una vez que esta expansión de coloridos y matices inquietantes llega a su conclusión, el engarce con las cortinas minimalistas de ‘Infinity Decay’ establece una solución de continuidad con la calma cósmica que sigue a la destrucción de un universo sónico que se desgarra hasta reducirse a partes minúsculas carentes de vida.

Pero este desgarramiento no es el fin de definitivo de la totalidad del ser, sino un puente hacia una nueva realidad sónica – la de los cuatro últimos temas del disco, cuya ilación interna conforma el concepto ‘Inverted Universe’. La primera parte de ‘Inverted Universe’ consiste en una apabullante descarga de golpes de bajo y tambor (programado) que parece simbolizar el ímpetu pulsátil de una entidad magnífica que pugna persistentemente por brotar en todo su esplendor, eso sí, una entidad tenebrosa concebida en una comunión orgiástica de fuerzas del mal. Poco a poco se van acomodando los metales para aprestarse a la celebración tensa y crepuscular en torno a la cual se arma la segunda parte del concepto en curso. La tercera parte se centra en una secuencia de bajo en 11/8, un breve puente hacia la cuarta y última parte: ésta retoma la ágil intensidad infernal de la segunda parte, esta vez con una mayor presencia de los metales. Se trata de un final eficaz y coherente para un disco nada fácil de digerir y aún menos fácil de conceptualizar.


Más allá del hecho de que COMBAT ASTRONOMY asume con convicción e incluso desparpajo aventurarse hacia los terrenos más ominosos de la experimentación progresiva, su genialidad queda fuera de toda duda: para los eternos nostálgicos del RIO y el zeuhl de vieja escuela, COMBAT ASTRONOMY y este reciente disco “Flak Planet” son pretextos para seguir disfrutando de su combativa melomanía.


Muestras de “Flak Planet”.-
The Stone Tape: http://www.goear.com/listen/7687c2c/the-stone-tape-combat-astronomy
Zona: http://combat-astronomy.bandcamp.com/track/zona


[Dedico afectuosamente esta reseña a mi hermano progresivo Rodrigo González Zegarra]

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