HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Segundo o tercer CD del grupo noruego retro-progresivo WOBBLER (dependiendo de quien quiera considerar a “Afterglow” como un EP o un CD propiamente dicho), “Rites At Dawn” resulta uno de los ítems más esperados por los coleccionistas de rock progresivo que han venido pululando desde el periodo 90ero del revival progresivo que emergió mientras se asentaba la expansión de los medios de comunicación virtual. La escena escandinava se ha mantenido como una fuente importante de creatividad dentro de las vertientes más nostálgicas del género, lo cual es sin duda un eco natural de la relevancia tan peculiarmente gravitante que tuvo en el surgimiento y afianzamiento del revival 90ero: ÄNGLAGÅRD, SINKADUS y el WHITE WILLOW pre-“Storm Signal” se sentían como referencias fuertemente inspiradoras de la voz musical de WOBBLER, así como un poco del GENESIS pre-“Selling England”, pero ahora el grupo se apoya decisivamente en crear y sustentar ideas melódicas cálidas y coloridas con un claro tufo yessiano, lo cual a su vez implica un acercamiento a otras bandas como BRIGHTEYE BRISON (en su último disco “Believers & Deceivers”, de hace un par de años). Una circunstancia que robustece esta aura yessiana es el registro tenor alto y timbre amable que ostenta el nuevo vocalista principal Andreas Wettergreen Stromman Prestmo, aunque a fin de cuentas, es la instrumentación (las florituras más usuales de los solos de sintetizador y órgano a cargo de un siempre eficiente Lars Fredrik Frøislie, el estilo tan a lo Squire del bajista Kristian Karl Hultgren) la que consigna este factor específico con mayor contundencia que cualquier otra cosa.
‘Ludic’ abre el disco al modo de un breve ensueño onírico, manso con un leve toque de inquietud cósmica, sirviendo así como preludio a ‘La Bealtaine’, pieza que exuda entusiasmo pletórico y grácil colorido. Ya en el epílogo del disco, ‘Lucid Dreams’, ahondará patentemente en las texturas oníricas que en la pieza introductoria solo se habían asomado discretamente, cerrando así una especie de círculo. Lo que ocurre en el largo ínterin de más de 40 minutos es el giro de WOBBLER que mencionamos en el párrafo anterior, el cual se confirma instantáneamente al 100% en la ya mencionada ‘La Bealtaine’, canción que se encarga de marcar y asentar las orientaciones musicales más recurrentes del repertorio en tanto un todo integral. A pesar de que la sofisticación compositiva y la solvencia técnica de los intérpretes se notan a millas de distancia, la ampulosidad nunca se exagera, y más bien el dinámico swing de la dupla rítmica se hace cargo de mantener la complejidad reinante dentro de una estructura razonablemente compacta. Los siguientes 12 ½ minutos del disco están ocupados por ‘In Orbit’, pieza que enfatiza el factor yessiano y lo enriquece de forma sugerente con la incorporación de factores genesianos, e incluso algunos recursos sonoros emparentados al RENAISSANCE menos pastoral; adicionalmente, cabe señalar que los vericuetos que el grupo arma para encajar todos los motivos que han de ocupar un lugar determinado dentro de la armazón interna de esta pieza nos puede hacer recordar a CATHEDRAL, el grupo estadounidense que hizo del YES “Tales”-“Relayer” su paradigma. El motivo de los dos últimos minutos es hermoso, cálido y transmisor de genuina serenidad contemplativa a pesar de estar apoyado en un marchoso compás de 3/4… y con un solo de Moog muy a lo Wakeman. ‘This Past Presence’ ofrece una pauta diferente al comenzar con una calma introspectiva dirigida por la guitarra acústica, las sutiles intervenciones de la flauta y el canto suave, cambiando luego las cosas hacia un esquema eléctrico: en efecto, poco antes de llegar a la barrera del segundo minuto, el quinteto elabora una hipótesis de cómo hubiera sonado YES en los tiempos del “Time And A Word” sin la orquesta. La presencia de un breve preludio dirigido por un denso mellotrón sobre un compás ceremoniosamente lento aporta un aire propiamente escandinavo al asunto por un rato, pero la coda centrada en semi-jazzeados fraseos del piano de cola que ya habían hecho acto presencia en dos pasajes precedentes emerge antes de que el oyente se acostumbre demasiado a esa momentánea densidad. ‘A Faerie's Play’ nos devuelve a los aires de inspiración CATHEDRAL que habían ocupado un rol relativamente importante dentro del esquema sónico y estructura melódica del ambicioso tema ‘In Orbit’, pero esta vez el espacio de expresión para las ideas melódicas en curso es de “tan solo” 5 minutos y pico. ‘The River’, con su riff inicial que incluye presencia de saxos, ofrece una impactante entrada muscular en su prólogo que dura poco menos de minuto y medio. A partir de allí, surge un contrastado motivo cantado que parece más cercano a SINKADUS (y al viejo WOBBLER, a fin de cuentas) que al prototipo yessiano, a pesar de que no cabe duda sobre la presencia de los ingredientes sonoros desde hace rato se han vuelto inmediatamente reconocibles. Hay también algunos trucos de corte GENTLE GIANT que surgen por ahí (especialmente en un interludio instrumental entre cerca de los 5 ¾ minutos y un instante antes de pisar la barrera del octavo minuto, marcado por inteligente juegos de síncopas y contrapuntos melódicos entre la guitarra y el sintetizador), teniendo como utilidad principal la de aportar interesantes variaciones al desarrollo instrumental. En comparación con el otro tema largo, ‘In Orbit’, expone mejores sorpresas según la lógica progresiva, pero pierde en cuanto a la construcción de robustez rockera en pasajes climáticos: en conjunto, ambos se resaltan como los picos del disco.
Tenemos ahora una perspectiva completa de lo que nos ofrece “Rites At Dawn”: una celebración y nostalgia de los parámetros del viejo prog sinfónico de los 70s, lo cual redunda en el reforzamiento de WOBBLER como punto de referencia importante para las orientaciones de la escena retro-prog durante los últimos años.
Muestra de “Rites At Dawn”.-
Lucid / La Bealtaine: http://www.youtube.com/watch?v=16wTNsK7FUc
In Orbit: http://www.youtube.com/watch?v=RQz9X3u8A0I
Segundo o tercer CD del grupo noruego retro-progresivo WOBBLER (dependiendo de quien quiera considerar a “Afterglow” como un EP o un CD propiamente dicho), “Rites At Dawn” resulta uno de los ítems más esperados por los coleccionistas de rock progresivo que han venido pululando desde el periodo 90ero del revival progresivo que emergió mientras se asentaba la expansión de los medios de comunicación virtual. La escena escandinava se ha mantenido como una fuente importante de creatividad dentro de las vertientes más nostálgicas del género, lo cual es sin duda un eco natural de la relevancia tan peculiarmente gravitante que tuvo en el surgimiento y afianzamiento del revival 90ero: ÄNGLAGÅRD, SINKADUS y el WHITE WILLOW pre-“Storm Signal” se sentían como referencias fuertemente inspiradoras de la voz musical de WOBBLER, así como un poco del GENESIS pre-“Selling England”, pero ahora el grupo se apoya decisivamente en crear y sustentar ideas melódicas cálidas y coloridas con un claro tufo yessiano, lo cual a su vez implica un acercamiento a otras bandas como BRIGHTEYE BRISON (en su último disco “Believers & Deceivers”, de hace un par de años). Una circunstancia que robustece esta aura yessiana es el registro tenor alto y timbre amable que ostenta el nuevo vocalista principal Andreas Wettergreen Stromman Prestmo, aunque a fin de cuentas, es la instrumentación (las florituras más usuales de los solos de sintetizador y órgano a cargo de un siempre eficiente Lars Fredrik Frøislie, el estilo tan a lo Squire del bajista Kristian Karl Hultgren) la que consigna este factor específico con mayor contundencia que cualquier otra cosa.
‘Ludic’ abre el disco al modo de un breve ensueño onírico, manso con un leve toque de inquietud cósmica, sirviendo así como preludio a ‘La Bealtaine’, pieza que exuda entusiasmo pletórico y grácil colorido. Ya en el epílogo del disco, ‘Lucid Dreams’, ahondará patentemente en las texturas oníricas que en la pieza introductoria solo se habían asomado discretamente, cerrando así una especie de círculo. Lo que ocurre en el largo ínterin de más de 40 minutos es el giro de WOBBLER que mencionamos en el párrafo anterior, el cual se confirma instantáneamente al 100% en la ya mencionada ‘La Bealtaine’, canción que se encarga de marcar y asentar las orientaciones musicales más recurrentes del repertorio en tanto un todo integral. A pesar de que la sofisticación compositiva y la solvencia técnica de los intérpretes se notan a millas de distancia, la ampulosidad nunca se exagera, y más bien el dinámico swing de la dupla rítmica se hace cargo de mantener la complejidad reinante dentro de una estructura razonablemente compacta. Los siguientes 12 ½ minutos del disco están ocupados por ‘In Orbit’, pieza que enfatiza el factor yessiano y lo enriquece de forma sugerente con la incorporación de factores genesianos, e incluso algunos recursos sonoros emparentados al RENAISSANCE menos pastoral; adicionalmente, cabe señalar que los vericuetos que el grupo arma para encajar todos los motivos que han de ocupar un lugar determinado dentro de la armazón interna de esta pieza nos puede hacer recordar a CATHEDRAL, el grupo estadounidense que hizo del YES “Tales”-“Relayer” su paradigma. El motivo de los dos últimos minutos es hermoso, cálido y transmisor de genuina serenidad contemplativa a pesar de estar apoyado en un marchoso compás de 3/4… y con un solo de Moog muy a lo Wakeman. ‘This Past Presence’ ofrece una pauta diferente al comenzar con una calma introspectiva dirigida por la guitarra acústica, las sutiles intervenciones de la flauta y el canto suave, cambiando luego las cosas hacia un esquema eléctrico: en efecto, poco antes de llegar a la barrera del segundo minuto, el quinteto elabora una hipótesis de cómo hubiera sonado YES en los tiempos del “Time And A Word” sin la orquesta. La presencia de un breve preludio dirigido por un denso mellotrón sobre un compás ceremoniosamente lento aporta un aire propiamente escandinavo al asunto por un rato, pero la coda centrada en semi-jazzeados fraseos del piano de cola que ya habían hecho acto presencia en dos pasajes precedentes emerge antes de que el oyente se acostumbre demasiado a esa momentánea densidad. ‘A Faerie's Play’ nos devuelve a los aires de inspiración CATHEDRAL que habían ocupado un rol relativamente importante dentro del esquema sónico y estructura melódica del ambicioso tema ‘In Orbit’, pero esta vez el espacio de expresión para las ideas melódicas en curso es de “tan solo” 5 minutos y pico. ‘The River’, con su riff inicial que incluye presencia de saxos, ofrece una impactante entrada muscular en su prólogo que dura poco menos de minuto y medio. A partir de allí, surge un contrastado motivo cantado que parece más cercano a SINKADUS (y al viejo WOBBLER, a fin de cuentas) que al prototipo yessiano, a pesar de que no cabe duda sobre la presencia de los ingredientes sonoros desde hace rato se han vuelto inmediatamente reconocibles. Hay también algunos trucos de corte GENTLE GIANT que surgen por ahí (especialmente en un interludio instrumental entre cerca de los 5 ¾ minutos y un instante antes de pisar la barrera del octavo minuto, marcado por inteligente juegos de síncopas y contrapuntos melódicos entre la guitarra y el sintetizador), teniendo como utilidad principal la de aportar interesantes variaciones al desarrollo instrumental. En comparación con el otro tema largo, ‘In Orbit’, expone mejores sorpresas según la lógica progresiva, pero pierde en cuanto a la construcción de robustez rockera en pasajes climáticos: en conjunto, ambos se resaltan como los picos del disco.
Tenemos ahora una perspectiva completa de lo que nos ofrece “Rites At Dawn”: una celebración y nostalgia de los parámetros del viejo prog sinfónico de los 70s, lo cual redunda en el reforzamiento de WOBBLER como punto de referencia importante para las orientaciones de la escena retro-prog durante los últimos años.
Muestra de “Rites At Dawn”.-
Lucid / La Bealtaine: http://www.youtube.com/watch?v=16wTNsK7FUc
In Orbit: http://www.youtube.com/watch?v=RQz9X3u8A0I
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