HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Ya más de una vez hemos concentrado nuestros ojos y oídos a la escena progresiva chilena actual, hallando estupendos aportes fonográficos para el año 2011… y esta vez no es para nada una excepción, pues el excelente grupo ÁBRETE GANDUL ha vuelto a dejar constancia de su ingenio y creatividad con su tercer trabajo de estudio “Enjambre Sísmico”. Editado por el sello italiano AltrOck, este disco resulta especial en varios sentidos, especialmente porque se trata del testimonio de un grupo que ha sabido sobrevivir, reconstruirse e impulsarse con renovadores bríos creativos tras la crisis que supuso la partida del guitarrista Rodrigo Pinto. En vez de reemplazarlo, el grupo decidió quedarse como cuarteto mientras se disponía a gestar un digno sucesor del fabuloso segundo álbum “Cuentos Para Dormir”, el cual data del año 2005. Para esta nueva ocasión, el grupo sigue echando mano de sus afinidades hacia el jazz-rock, la psicodelia, el space-rock, el estándar crimsoniano y la fusión contemporánea, y es verdad que el rol de la guitarra no ha quedado disminuido merced a la decisión de Rodrigo Maccioni de doblar su presencia y redoblar sus esfuerzos mientras conserva su simultáneo rol de flautista. Pero también es verdad que se nota un posicionamiento más notable de parte de los teclados de Aime Acuña dentro del sonido global, algo que resulta muy útil a la hora de crear momentos particularmente coloridos o de explorar matices cósmicos en ciertos momentos proyectados hacia vuelos psicodélicos y atmósferas misteriosas. En general, el grupo sigue siendo capaz de funcionar a las mil maravillas como un bloque orgánico, no como el enjambre del título, sino más bien como una coalición armónica donde las sensibilidades paralelas e intercambios manejan exquisitamente las ideas compositivas y arreglos de cada pieza individual. La ocasional presencia del saxofonista invitado Leo Arias ayuda bastante a la hora de fortalecer el aura de equilibrada diversidad que se explaya a lo largo del repertorio.
El disco abre con un tema cuyo título resulta irónico: ‘Hacia La Nada’. La pieza refleja una armazón donde se conjugan cadencias jazz-rockeras, psicodelia y aureolas crimsonianas con una fineza tremendamente exquisita producto de la equilibrada interacción entre los músicos. El lugar predominante del compás en 5/4 dentro del entramado rítmico ayuda a crear y sostener un swing especial tanto en los pasajes líricos como en los agresivos. ‘Necro Sistema’ sigue a continuación, asumiendo la misión de ahondar en la sofisticación musical en curso de acuerdo a parámetros cercanos al sinfonismo de vieja escuela pero con una vibración enérgica que se siente muy vital y moderna: el final es electrizantemente climático, resolviendo un breve momento de tensión con una contundencia decisiva. Todo ha empezado muy bien y va a seguir mejorando durante el transcurso del disco, y si no estamos dispuestos a ponernos tan optimistas cuando solo hemos escuchado por más de siete minutos del disco, ‘Marejada’ irrumpe para invitarnos a cambiar de actitud y disfrutar de su aureola envolvente y brumosa, la cual nos transporta hacia una atmósfera muy diferente a las de los dos primeros temas. Durante el desarrollo del cuerpo central, los oyentes nos hacemos cómplices de una actitud de contemplación basada en un manejo psicodélico de pistas musicales emergidas sobre un compás de 7/8 desde una confluencia entre crimsonismo suave y jazz-fusión relajante. Tras un interludio en el que la serenidad parece ahondarse, la pieza llega a una coda absorbentemente enérgica que, de alguna manera, se hace eco del espíritu esencial del cuerpo central. Los dos siguientes temas, ‘Consecuencia Natural’ y ‘Colapso’, son los más extensos del disco. ‘Consecuencia Natural’ se basa en un jam consistentemente inundado de cadencias jazz-rockeras, pero no se trata de una estrategia monocorde, sino más bien de una nueva exhibición de la soltura y solvencia que siempre muestra ÁBRETE GANDUL en sus excursiones instrumentales. El interludio en clave space-rock y los neuróticos retazos de guitarra que entran a tallar desde los márgenes para colaborar con los recursos de tensión aportados por el saxo permiten a la idea extenderse sólidamente sin agotarse de buenas a primeras. Por su parte, ‘Colapso’ establece una especie de recapitulación bien armonizada de las huellas sónicas de ‘Necro Sistema’ y ‘Marejada’, llegando incluso a superar en vigor al primero en sus pasajes más densos: el compás en 9/8 proporciona una vitalidad bizarra al bloque sonoro. En su ecuador, la pieza baja un poco su nivel de vigor para permitir que la flauta se erija como núcleo focalizador de la instrumentación durante poco menos de dos minutos y medio; de ahí en adelante, el grupo empieza a armar un nuevo momento de intensidad que habrá de redondear el concepto de la pieza con una poderosa iluminación épica donde los pesados guitarreos (entre crimsonianos y presentianos) se hermanan con los teclados cósmicos sobre una base rítmica tan compacta como ágil. ‘Colapso’ es un cénit indiscutible del disco.
Todavía quedan 23 minutos y pico hasta que concluya este enjambre progresivo de sonoridades sísmicas, y ‘Convergencia Caótica’ es la pieza a cargo de iniciar el resto de este viaje musical. Lo hace a las mil maravillas, por cierto, pues su manejo tan versátil de los momentos marcados por gráciles vibraciones funk-rockeras junto con otros signados por una sofisticación psicodélica y otros más de tenor reposado la convierte en una especie de contraparte dinámica de ‘Colapso’. Cuando el teclado asume el rol protagónico, el grupo pasa a explorar matices refrescantes de tendencia introspectiva, una actitud que se resalta peculiarmente en el cierre del piano. ‘Intangible’, el tema siguiente, empieza con un prólogo que se hace eco de la introspección con la que se cerró la pieza precedente, pero no tarda en reubicarse sobre un compás más exultante... aunque no precisamente para plasmar un talante optimista, sino más bien portando una tensa espiritualidad, patentemente emparentada con ‘Hacia La Nada’ y ‘Colapso’. O lo que es lo mismo, realizando una nueva operación de exorcismo celebratorio del paradigma Crimsoniano. La pieza de cierre lleva un título tan cínicamente apropiado como ‘...Y Ahora Qué?’, lo cual nos motiva a preguntarnos: ¿qué hay ahora? La respuesta es: un motivo recurrente de base jazz-rockera con un swing alegre pero con su optimismo implícito lo suficientemente contenido a fin de que el lirismo no se vuelva frívolo. Una vez más, el saxo asume un rol crucial en el destaque de los ambientes sobre el esquema central del perpetuo viaje musical en el que se embarca el grupo.
Ésta fue la experiencia íntegra y completa con el disco “Enjambre Sísmico”, una obra donde ÁBRETE GANDUL vuelve a dignificar y engrandecer magníficamente el lugar de la escena latinoamericana dentro del ámbito progresivo mundial. Siendo como es un disco que cuenta con una gama de matices variopintos encuadrada en una razonable coherencia sonora, resulta… ¡¡un gran disco de un gran grupo!!
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