HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR MENDOZA.
Hoy
nos toca hablar de nuestra primera aproximación a una estupenda banda
finlandesa llamada TAIPUVA LUOTISUORA, la misma que combina space-rock, stoner
y rock duro de vieja escuela dentro de un esquema progresivo muy vitalista y
tremendamente atractivo. “8” es el título de su más reciente disco, pero no
pensemos que se trata de su octavo trabajo fonográfico (es el quinto), solo que
contiene ocho piezas en su repertorio. Después de algunos cambios ligeros de
formación a través de los 11 años que tienen de fundada la banda, sus integrantes
hoy por hoy son la dupla guitarrera de Ville Eriksson y Jani Puistovaara, el
bajista Juha Eriksson, el teclista Esko Grundström (que también se encarga del
kantele), el violinista Tero Pajunen y el baterista Taneli Korpinen. El grupo
surgió en la localidad de Rauma, logrando debutar discográficamente con un EP
homónimo en el año 2003. Apoyándose en las influencias de OZRIC TENTACLES, HIDRIA SPACEFOLK y QUANTUM FANTAY, el esquema
musical de TAIPUVA LUOTISUORA aporta una frescura especial al actual escenario
space-rockero merced a su empleo de estructuras firmes para orientar el camino
y las expansiones de los jams básicos y melodías.
Los primeros 13 minutos del álbum están sucesivamente ocupados por
‘Volantum Machina’ y ‘Kajaani’… y valgan verdades, suponen ambos temas un
entremés consistente y contundente. ‘Volantum Machina’ despliega un vigor
fantástico que sabe ornamentarse con bien calculadas variantes rítmicas y
realces épicos en momentos estratégicos mientras mantiene incólume el groove
que se impone desde el primer segundo. Por su parte, ‘Kajaani’ se explaya en
sonoridades rockeras más frontales, haciendo guiños claros al rock duro clásico
y el stoner haciendo gala de una intrepidez propia de HAWKWIND pero con la fineza
de sus compatriotas de HIDRIA SPACEFOLK. El empleo de un breve interludio de
piano eléctrico antes del clímax final es solo una primera muestra del aura de
refinamiento que Grundström es capaz de invocar a la hora de enriquecer desde
una perspectiva genuinamente progresiva el bloque sonoro que habitualmente está
centrado en los guitarreos duales. ‘Adversarius’ prosigue por las exploraciones
frontales en el estándar del stoner de vieja escuela a través de su filtro
esencial space-rockero durante su primera mitad. La presencia siguiente de ‘Volucris
Orbita’ fomenta el enriquecimiento de las coordenadas dentro de las cuales el
grupo se ha estado moviendo a la hora de plasmar sus ideas: retomando algunas
de las atmósferas centrales de ‘Volantum Machina’, acentúa los ornamentos cósmicos de su
contorno sónico para explotar más a fondo el trabajo de colorido estructurado
al cual el grupo es tan afecto.
La dupla de ‘Eventa’ e ‘Infinitum’ está a cargo de suavizar un poco la
cuestión, pues en estos temas se desarrolla una notoria matización de las
labores de los dos guitarristas mientras que se la dupla rítmica desarrolla una
dimensionalidad importante por el lado del jazz-rock. En ambos temas, la
irrupción de cálidos pasajes de guitarras acústicas en algunos momentos ayuda a
realzar el lirismo en torno al cual la labor grupal se concentra de manera
especial. ‘Muovia Tehdään Öljystä’ se vuelve a remontar hacia las facetas más
extrovertidas del ensamble, y lo hace desarrollando niveles de complejidad compositiva
en base a una inteligente y dinámica síntesis de muchas de las atmósferas
dominantes en varios temas precedentes… e incluso se da un coqueteo abierto con
el modelo clásico del prog sinfónico en ciertos parajes fastuosos. Durando casi
7 minutos, ‘Evomere’ emerge para cerrar el álbum, y lo hace aprovechando el
impacto del vigor sinfónicamente fastuoso del tema precedente en confluencia
con la delicadeza melódica que antes se había explayado en la dupla de ‘Eventa’
e ‘Infinitum’: el violín se hace notar como guía de los demás instrumentos en
varios parajes.
Una vez completado nuestro recorrido de “8”, podemos notar que su
primera mitaD está concentrada en declarar el posicionamiento del grupo como
fuerza space-rockera y la segunda mitad está concentrada en reformular dicha
fuerza con una persistente intuición de sofisticación. Para concluir, éste es un
disco agradable y marchoso que se hace notar por su manera tan particularmente
refinada de estructurar la dinámica propia del estándar del space-rock. Son 46
minutos y pico de deleite progresivo lo que nos brinda la gente de TAIPUVA
LUOTISUORA: vale la pena explorar en lo que este grupo ha venido aportando a la
avanzada psicodélica de los últimos años, y definitivamente, “8” es un lugar
correcto desde donde comenzar la exploración melómana en cuestión.
Muestra de “8”.-
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