Thursday, May 10, 2018

JUZZ: jazz-rock ecléctico desde Galicia, España


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

¿Pero de dónde ha salido esta gente de JUZZ? Esta pregunta producto de cuán perplejos estamos ante lo que acabamos de descubrir en la música de este grupo español llamado JUZZ nos impide comenzar la redacción de la presente reseña con la usual retórica de cordial bienvenida que se emplea aquí. Pero es que la música creada por este ensamble pontevedrés conformado por Rosolino Marinelo [saxo tenor], Virxilio da Silva [guitarra], Álex Salgueiro [órgano Hammond B3], Xan Campos [piano eléctrico Rhodes], Iago Fernández [batería] y Félix Barth [bajo]. Da Silva es el autor de todo el material de JUZZ, fungiendo también como líder del ensamble, el cual pretende ser un proyecto con un esquema  de trabajo fijo a pesar de que las actuaciones son bastante esporádicas (de hecho, por poner un ejemplo, uno de los teclistas forma parte de un ensamble llamado ESD del cual él es el director y donde también participa Da Silva). El disco debut de este grupo es homónimo y fue grabado en los días 10 y 11 de marzo del año 2016 en los Estúdios Sá de Bandeira, en la localidad portuguesa de Porto, siendo luego mezclado en Laboratorio Soyuz, estudio ubicado en la localidad coruñesa de Trazo. En fin, “Juzz” pasó a ser una realidad fáctica en el mercado musical a mediados del pasado mes de abril a través de la página de Bandcamp del grupo: pasemos ahora a revisar los detalles del repertorio contenido en este disco en cuestión.



‘Rathenow Towers’ abre el repertorio y comienza con una andanada de gritos rituales y neuróticos empellones instrumentales a modo de un salvaje preludio para un viaje musical que promete ser explosivo. Una vez instaurado el cuerpo central, nos topamos con un ejercicio de robusta musicalidad donde confluyen los mundos de WEATHER REPORT, el estándar del punk-jazz y la bizarra hidalguía de unos GUTBUCKET. A veces hay ciertos pasajes reposados para el groove básico pero, por lo general, todo el armazón sónico va fluyendo por parajes signados por la extroversión y el nervio. Los sucesivos solos de guitarra y de saxofón añaden sus oportunas cuotas de colorido al asunto mientras la dupla rítmica ornamenta con convincente colorido el tremendo y absolutista swing. En los momentos finales se abre un recurso de señorial parsimonia, el cual sirve para realzar el empuje omnisciente de la pieza por vía de una sofisticación patente e irrebatible. ¡Qué gran inicio de álbum!, ¡qué bien aprovechados han sido los poco más de 9 minutos que se han otorgado a la pieza de entrada! También durando poco más de 9 minutos, la siguiente pieza que se titula ‘Lamento Fuzz’ se encarga de explorar las dimensiones más grisáceas del ideario estético de la banda. Transitando con soltura y fuerza de carácter por senderos melancólicos signados por esquemas melódicos bien trazados y otros caóticos a través del empleo de varios recursos propios de los discursos de aquel viejo free-jazz y del avant-jazz contemporáneo, el grupo crea y gestiona un cúmulo de densidades sonoras con muy buen pulso. El invitado especial João Mortágua añade el saxo alto al bloque instrumental de esta pieza y con ello adquiere el imperio de la  densidad mayores recursos de afilado expresionismo: el encuadre temático termina metiéndose de lleno en las dimensiones más aguerridas del discurso jazz-progresivo, manejando la aureola de imponente sofisticación que entra a tallar con inspirado nervio. Lo que se arma, a fin de cuentas, en los momentos más rotundos de este tema es una especie de cruza entre KING CRIMSON y el aspecto más filudo del amplio universo musical de JOHN ZORN. 


  

‘Outro Tempo’ es la pieza más extensa del repertorio de “Juzz” con sus 10 minutos de duración. Centrándose cabalmente en lo melancólico y lo contemplativo a lo largo del generoso desarrollo de su motif central, el tema en cuestión suena a una mezcla de ALGERNON y GUTBUCKET en torno a una pieza perdida de TORTOISE, incluso añadiéndose al esquema sonoro algunas atmósferas progresivas de tangible inspiración post-rockera. Son muy efectivas las cortinas armadas por los dos teclados y los diálogos entre guitarra y saxofón arman un muy interesante punto álgido a mitad del camino. La coda etérea es el convincente golpe de efecto final que la pieza exigía... ¡y con ello se completa un cénit decisivo del álbum! Si ‘Rathenow Towers’ signaba el ímpetu climático de la mañana, ‘Outro Tempo’ encarna la majestuosidad crepuscular de un noble y taciturno  atardecer. Los últimos 7 ½ minutos del disco están ocupados por ‘Dead Water’, pieza que rescata solventemente el vitalismo fiero y señorial del primer tema del álbum aunque con una dosis un poco más (solo un poco más) controlada de fiereza expresionista. El empuje del punk-jazz está allí incólume, como también verazmente efectivo está el influjo de la escuela norteamericana del jazz-rock de los 70s así como algunos ribetes progresivos que entran a tallar en algunos de los pasajes más coloridos dentro de la ingeniería integral de la pieza. Dicho sea de paso, tal vez tenemos aquí las mejores intervenciones del piano eléctrico de todo el disco. Todo esto es lo que se nos ha ofrecido en “Juzz” y eso ha servido para que el quinteto JUZZ pueda imponer una magnífica primera impresión ante nuestros oídos atentos. La verdad es que el nombre del grupo y el de este disco merecen ser anotados y subrayados en nuestras agendas melómanas y no solo eso, también estamos a plena disposición de espera por los futuros trabajos fonográficos que el grupo pueda brindarnos en el horizonte temprano. ¡Felicidades a estos chicos por una labor tan bien hecha!


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