HOLA, AMIGOS DE
AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy tenemos la agradable y
excelente ocasión de presentar a “Impala”, el nuevo trabajo fonográfico del talentoso
ensamble español EL TUBO ELÁSTICO. El colectivo encargado de crear, arreglar y
grabar el material incluido en este disco está compuesto por Daniel González [guitarras,
teclados y programaciones], Vizen Rivas [guitarras y programaciones], Carlos
Cabrera [batería y percusiones] y Alfonso Romero [bajo, teclados y
programaciones]. En cuanto a su edición física, el disco en cuestión está tenéis disponible en formato de CD digisleeve y en edición deluxe de vinilo de 180 gr. translúcido en carperta doble de gatefold + CD (¡una belleza!). En uno de los temas del disco, el magistral y prestigioso Stickista argentino
Guillermo Cides apoyó a incrementar el entramado sonoro de la banda, mientras
que en otro colaboró Ant Romero con percusiones exóticas (dohola, darbukas y
req). Todo lo que escuchamos en ”Impala” fue grabado en el Estudio 33 de Musicaworkshop,
en Jerez de la Frontera, siendo así que las percusiones exóticas antes mencionadas
fueron registradas en la Ant’s House de Londres. Los subsiguientes procesos de
mzcla y masterización se realizaron respectivamente en Estudio79 (Jerez) y Kadifornia
Mastering (El Puerto de Santa María), un quehacer muy pero que muy gaditano. El cuarteto ha labrado una cosecha musical alucinante desde la excelente siembre instaurada por su homónimo disco de debut del año 2015: tras este ímpetu inicial que supuso “El Tubo Elástico” y que fue bastante bien recibido por el público progresivo de España y otros países a través de las redes sociales melómanas, ahora los de EL TUBO ELÁSTICO han gestado en “Impala” un manifiesto del agigantamiento y la capitalización de su fuerza expresiva. Veamos ahora los detalles de este manifiesto.
El viaje de este segundo
disco gestado por el colectivo de EL TUBO ELÁSTICO comienza con ‘Ingrávido’,
pieza que dura poco más de 9 ½ minutos. Durante casi 4 minutos, la pieza instaura un groove fenomenal cuya cadencia parcialmente ceremoniosa es, en realidad, expresión de un vigor elegante y estilizado. Los esquemas rítmicos son sofisticados y las interacciones entre las dos guitarras se sitúan en escenarios fehacientes bajo el perfecto pulso establecido por la dupla rítmica, todo ello mientras las capas de los sintetizadores establecen un aura misteriosa. Ya a partir del traspaso de la frontera del cuarto minuto, el grupo está listo para ir afilando las uñas y mostrar variantes mas agresivas para el desarrollo temático, siendo así que en algunos pasajes estratégicos también se da un rol particularmente relevante a ornamentos armónicos de los sintetizadores. La mezcla de post-rock, space-rock, post-metal y ribetes Floydianos propios de la época 1973-5 ha generado enormes resultados en esta primera pieza, dueña de una magia lo suficientemente solvente como para capturar las expectativas del oyente sobre lo que ha de seguir en adelante. Luego sigue ‘Antihéroe’, tema que en
sus 8 ¾ minutos de duración se pone en un plan más extrovertido y luminoso que el de entrada desde el mismo punto de arranque. También es verdad que muy pronto llega un interludio tranquilo centrado en la triangulación entre espartanos arpegios de guitarra acústica y flotantes fraseos de guitarra eléctrica, pero es que se trata en realidad de un puente hacia un cuerpo central majestuoso que nos remite a una confluencia entre los modelos de GORDIAN KNOT y de AT WAR WITH SELF, todo ello con su apropiado matiz de post-metal domesticado. La vitalidad general goza de una soltura muy vivaz pero sin generar un cuadro de coloridos desmedidos: todo está muy bien medido en medio de la musculatura reinante. Con el arribo de ‘Turritopsis Nutricula’, el grupo
se dispone a explorar variantes dentro de su estrategia musical: es aquí donde el cuarteto recibe la colaboración amiga del maestro Guillermo Cides y es aquí donde se notan afinidades con el esquema de trabajo de unos STICK MEN. Lo que esto significa para este grupo que siempre se mueve en los pasadizos conectores entre el post-rock, el space-rock y la tradición progresiva psicodélica es que se acentúan las cadencias rítmicas a la hora de instaurar y focalizar el muy ágil motif central. Ello exige a la dupla rítmica incorporar masivos elementos jazzeros a su labor, la cual, como siempre, se porta con precisión ingenieril.
Ya se completó nuestro repaso de la primera mitad del repertorio y ahora vamos a por la otra mitad... y la cosa está muy difícil pues con la primera tríada del disco se había elaborado un culmen continuo y creciente, pero, como veremos a continuación, el cuarteto sale bastante airoso de la difícil faena inmediata. El cuarto tema del disco es
también el más largo del mismo: nos referimos a ‘El Acelerador De Picotas’,
cuya duración se extiende hasta los 12 ½ minutos, nos muestra al ensamble bien dispuesto a darle u ngiro aún más arquitectónico a su vigorosa expresividad y a su ecléctica sistematicidad sónica. Este
ítem contiene dos secciones con títulos autónomos, los cuales son ‘Ignición’ y ‘Colisión’,
respectivamente. En vez de tomarse su tiempo para desarrollar un preámbulo misterioso o etéreo, la pieza raudamente impulsa un enérgico primer cuerpo central bien metido en un híbrido entre jazz-rock y prog-metal situado sobre un complejo compás de base y alimentado por una oportuna gracilidad melódica, la misma que se preserva cautelosamente al pasar a una sección más calmada a partir de la frontera de los 3 ¾ minutos. Mientras se desarrolla esta segunda sección, se inserta una serie de sutiles ornamentos space-rockeros antes de que el asunto concluya sorprendentemente con un pasaje bastante filudo donde se exorciza a factores propios del post-metal. Así las cosas, la secuencia anterior se remodela para proseguir con las ambiciones específicamente planteadas para la presente pieza. Si la musculatura se incrementa contundentemente en el mismo núcleo de la coda, los cósmicos ornamentos de sintetizador que allí operan arman un contrapunto mágico frente a los fieramente inteligentes riffs de las dos guitarras. La dupla de ‘La Avispoteca’ e
‘Impala Formidable’ se encarga de completar los últimos 13 ¾ minutos del
repertorio. En el caso de ‘La Avispoteca’, tenemos un trayecto space-rockero con fibra fusionesca que, en gran medida, reposa sobre los hombros de los aditamentos percusivos provistos por Ant Romero. La cosa suena muy al estilo de los OZRIC TENTACLES del nuevo milenio con elementos de HIDRIA SPACEFOLK y algunos parajes intermedios en los que el grupo se retrotrae a los estándares del post-rock, siempre bajo sus propios patrones. En ciertas ocasiones, la gente de EL TUBO ELÁSTICO parece tender puentes con sus compatriotas de EL CÍRCULO DE WILLIS. También merece una mención especial esa serie de solos de guitarra que surgen a mitad de camino con tonalidades aflamencadas que muy bien podrían pasar como un homenaje a la inolvidable tradición del rock andaluz.
Muestras de “Impala”.-
Turritopsis Nutricula: https://eltuboelastico.bandcamp.com/track/turritopsis-nutricula
Impala Formidable: https://eltuboelastico.bandcamp.com/track/impala-formidable
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