Saturday, July 28, 2018

La estupenda aventura neoyorquina de WEINBERG, LEGUÍA y WALTER


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy es el momento de presentar un disco muy especial, uno que recoge una actividad de improvisaciones experimentales por medio de la triple asociación de los músicos SAM WEINBERG [saxofón tenor], TETÉ LEGUÍA [bajo preparado] y WEASEL WALTER [batería]: dos estadounidenses y un peruano. Esta actividad que se realizó en el mes de julio del 2017 durante un viaje de LEGUÍA a Nueva York, en el Brooklyn Navy Yard. El sello peruano Buh Records se hizo cargo de la producción física del CD en la segunda mitad del pasado mes de mayo, titulándolo simplemente “Weinberg / Leguía / Walter”. El propio WEINBERG se hizo cargo del arte gráfica del disco. Las tres piezas contenidas aquí tienen también títulos muy sencillos: ‘1’, ‘2’ y ‘3’, ocupando en total un espacio de 39 minutos. WEINBERG es un veterano del free jazz, la musique concrète y la improvisación de formas libres, mientras que su compatriota WALTER es un multi-instrumentista que se mueve versátilmente en las áreas del punk-jazz, el avant-metal, el free jazz y el noise rock a través de su paso por bandas como THE FLYING LUTTENBACHERS, CELLULAR CHAOS, BEHOLD... THE ARCHTOPUS, además de haber colaborado con una miríada de figuras de la avanzadas jazzera y rockera. Aquí, él se centra en la batería. Por su parte, LEGUÍA es un joven prodigio bastante curtido en las escenas del jazz, la fusión contemporánea (como parte de la banda de MANONGO MUJICA, por ejemplo), la improvisación y la musique concrète, siendo así que buena parte de su trayectoria como bajista consiste en explorar sus diversos formatos preparados con el empleo de utensilios y efectos ruidistas. Es una combinación totalmente natural la que se produce en el encuentro de estas tres mentes creativas, sin duda alguna... y vamos ahora a los detalles de lo que se nos muestra en “Weinberg / Leguía / Walter”.

‘1’ dura poco menos de 14 ¾ minutos, resultando ser el viaje musical más extenso de este repertorio. Todo empieza de inmediato respecto a los efluvios dramáticamente histéricos del saxofón, los no menos dramáticos estallidos caóticos de la batería y los flotantes efectos cósmicos del bajo: es como una tormenta que emerge de la nada, sin una causa gradual como sustento, simplemente imponiéndose brutal y robustamente sin un mecanismo arquitectónico de por medio. A partir de la frontera del cuarto minuto y medio, el tropel empieza a encontrar una especie de foco a través del irrefrenable ímpetu deconstructivo que impone sin piedad su autoridad sónica: el bajo se focaliza particularmente en explorar las alteraciones más agudas de sus cuerdas, llegando incluso a conquistar un breve momento de protagonismo cuando el saxofón se echa momentáneamente hacia atrás. Poco antes de llegar a la frontera del noveno minuto y medio, el ensamble crea un momento de expectante solipsismo mientras la batería se queda provisionalmente detenida: eso no es sino el preámbulo de un último ataque signado por el fragor deconstructivo de siempre, pero esta vez la cosa parece adquirir un tono extravagantemente celebratorio, lo cual se debe principalmente al modo en que el bajo incrementa su punche con la finalidad de hacerle frente ladinamente al saxofón. Cuando llega el turno de ‘2’, el ensamble remodela el nervio deconstructivo y agitado de la primera pieza para llevarlo a extremos mayores de talante surrealista. Esta vez, la batería asume la iniciativa de tantear la primera estrategia sonora del momento para el bloque general, el cual solo tarda unos pocos segundos en desplegar incendiarios síntomas de histeria sonora atravesados por un belicoso dadaísmo. En una firmemente instalada combinación de cerebral vehemencia y aleatoria aspereza, los instrumentistas van desarrollando juegos de desafíos interconectados con reglas libres; cada instrumento está concentrado en una labor de acecho de algún fuego interior mientras se mantiene atento a los enérgicos efluvios emanados por los otros dos. Poco antes de llegar a la frontera del sexto minuto, el fragor desciende un poco aunque la tensión permanece imbatible. El asunto se va encaminando hacia lo etéreo hasta el punto de que el enfoque abstracto en curso se va tornando cada vez más nebuloso: todo concluye en un ambiente de neurótico reposo y un golpe final al borde de uno de los tambores. 

Ocupando los últimos 11 minutos y pico del repertorio, ‘3’ se orienta hacia una recapitulación de la garra implacable que había signado a la segunda mitad de ‘1’, dándole incluso una consistencia más combativa. Esta vez se nota que el saxofón es el instrumento protagónico dentro de la belicosa parafernalia que hace del caos su oxígeno que le permite sobrevivir en medio de las crueles llamas que consumen y reconstruyen imparablemente el incendio sonoro en curso. Bien se puede bautizar a esta última pieza del disco como la que más enérgicamente encarna la mezcla de free jazz y vanguardia deconstructiva que el trío ha proyectado para este disco. Así concluye esta compleja y vitalista aventura musical de los Sres. WEINBERG, LEGUÍA y WALTER, una estupenda aventura neoyorquina cuyo registro físico sabrán apreciar con sumo deleite los amantes del ideario posmoderno de la música contemporánea y, en general, los apreciadores de la idea de música como esquema cerebralmente abierto a la incertidumbre creativa.


Muestra de “Weinberg / Leguía / Walter”.-
‘1’: https://buhrecords.bandcamp.com/track/01-2

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