FAR CORNER: el arte de correr riesgos y volver a lo grande al escenario avant-progresivo
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Una de las más gratas sorpresas para el público progresivo en el pasado año 2018 fue el regreso de la banda avant-progresiva estadounidense FAR CORNER al mercado fonográfico con el disco titulado “Risk”, uno de los más celebrados en las redes progresivas. Qué maravilla que este grupo asentado en Wisconsin (Milwaukee), que en su momento fue elogiado como una nueva gran figura dentro del legado del rock-in-opposition de inspiración francófona, se haya dado abasto para volver al ruedo fonográfico después de 11 años de ausencia: su segundo álbum “Endangered Species” data del año 2007, sucediendo al homónimo disco debut del año 2004. El disco que ahora reseñamos fue publicado en el día 9 de noviembre del 2018 por vía del sello Cuneiform Records (al igual que los dos anteriores) y desde ya adelantamos que muestra una frescura y una grandilocuencia muy peculiares, las mismas que reconocemos de sus inolvidables primeros discos. “Risk” fue grabado en diversas sesiones que tuvieron lugar entre los años 2008 y 2011, lo cual demuestra que el grupo se ha mantenido escondido, no se disolvió. Se grabó material extra en otras sesiones entre los años 2013 y 2015, todo ello bajo la responsabilidad principal de Maske en lo referente a la producción y la ingeniería de sonido. También colaboraron en la ingeniería de sonido y la posterior masterización de este nuevo material Jim Reith y Justin Perkins. Con la alineación conformada por William Kopecky [bajos], Dan Maske [teclados, percusión, trompeta y trombón], Angela Schmidt [cello] y Craig Walkner [batería], los FAR CORNER vuelven al ruedo con todo. El cuarteto contó con la colaboración del violinista Jerry Loughney en varias instancias del álbum. Todos los temas de“Risk” fueron compuestos por Maske con la excepción de ‘Laboratory Missteps’, que es de la coautoría de Schmidt y Kopecky.
Vamos al material del disco en sí. La relativamente breve pieza ‘Unapproachable’ (dura poco más de 2 minutos) pone en marcha las cosas con una aureola de expectativa plenamente terrorífica, valiéndose de los falsos inicios de la dupla rítmica para instaurar una atmósfera cortante, eso sí, muy estilizada en el sentido de que establece una abierta lealtad a los paradigmas de UNIVERS ZÉRO y de PRESENT. Todo termina con el sonido de los pasos de alguien en un bosque, pues es obvio que está pisando hierba. ¡Qué inicio tan impactante! Pues bueno, el segundo tema del álbum se titula ‘Fork’ y cumple con la función de dejar soltar la extroversión magníficamente tensa que el grupo siempre ha ostentado como su leitmotiv. Mientras los teclados asumen su rol protagónico dentro del inquietante armazón melódico en curso la par que llena los espacios propios del groove de la dupla rítmica, el cello se da abasto solventemente para encontrar espacios para su lucimiento dentro de la muy rígida y ágil arquitectura musical. Este insólito hermanamiento entre lo Emersoniano, el paradigma de GOBLIN y la rudeza señorial de unos PRESENT rinde excelentes frutos en esta pieza que, a su manera, se erige en el verdadero punto de arranque del disco. Con la dupla de ‘Flim Flam Man’ y ‘Myopia’, el ensamble se dedica a seguir sacando lustre a su sistemático oscurantismo alimentado por una extraña mezcla de vitalismo y angustia. En el caso de ‘Flim Flam Man’, disfrutamos de un realce del factor Emersoniano mientras se da también una aproximación seria al elemento Crimsoniano (en una suerte de combinación de su esencia de la fase 73-74 con la del nuevo milenio). Si bien esta pieza hereda directamente el nervio del segundo tema del álbum y se sustenta sobre un swing más intenso y más sofisticado, la expresión de fortaleza sónica tiene algo de comedido a fin de no ahogar los muy relevantes aportes del cello. Casi podríamos afirmar que la ilación de ‘Fork’ y ‘Flim Flam Man’ constituye un cénit continuado para la primera mitad de este álbum. Por su parte, ‘Myopia’ exhibe un ágil ejercicio de hibridización entre las dos piezas precedentes mientras observa la realización de una ingeniería musical crecientemente señorial. De hecho, el aumentado protagonismo del cello y el vigor tan majestuosamente árido mostrado por la dupla rítmica permiten al talante obviamente siniestro del esquema melódico en curso adquirir algo de fulgor... por paradójico que suene. Su final rotundo y tajante ayuda mucho a reforzar esta percepción.
‘Past Deeds, Present Treacheries’, tema que dura poco menos de 8 minutos, se caracteriza por afianzar y reforzar los recursos de grisáceo misterio y crepuscular enigma que el ensamble tiene bien metidos dentro de su esencia estilística. Los predominantes aires oscurantistas que habían adquirido diversos matices de musculatura y extroversión en los tres temas precedentes ceden ahora el paso a una actitud contemplativa y comedida, que no a lo oscuro en sí mismo. Ello sigue latiendo con inquietante vigor como una fuerza dispuesta a eclosionar en cualquier momento pero los colores y retazos pintados por los teclados y las cuerdas crean un paisaje musical donde se asegura que lo latente habrá de permanecer escondido e inactivo. Sin duda, tenemos aquí otra cima creativa dentro del álbum. ‘The Chickening’, por su parte, añade algunos acentos jazz-rockeros al retornado vitalismo oscurantista que el grupo perpetra en esta ocasión. Algunos detalles jazz-progresivos ya se habían hecho notar en ‘Past Deeds, Present Treacheries’, pero ahora éstos tienen una presencia más fuerte. La dupla de la miniatura ‘Fireplay’ y ‘Laboratory Missteps’ nos lleva desde un simple efecto ambiental de alguien sirviéndose un trago en medio de un entorno maquinista donde parece que se está gestando una hecatombe hacia un esquema musical bastante extrovertido cuya aureola de siniestro jolgorio da la impresión de que estamos siendo testigos de un momento particularmente risueño dentro de un gozoso aquelarre. El talante modernista de la pieza está realzado por el machacón groove elaborado por la batería mientras los teclados crean unos trucos y efectos más cercanos al space-rock que a lo que se suele esperar del RIO. Otra pieza particularmente ambiciosa dentro del repertorio de este disco es ‘Summit’, la cual comienza ostentando una prestancia lírica bastante envolvente, muy cercana al discurso del jazz mientras preserva el ropaje progresivo. En la manera en que el cello llena los espacios señalados por el piano y en la manera en que la dupla rítmica se asocia con señorial sobriedad están las claves para que esta pieza, llena de misterio en su armazón melódico, se mantenga firme sobre un suelo reflexivo. A mitad de camino, bajo la guía del bajo, el grupo hace virar la pieza hacia un temperamento inquietante y sórdido, realmente sórdido. El crescento que arrastra al bloque instrumental hacia un clímax maligno, y de allí a una coda engañosamente serena, completa la labor con adecuada precisión y rigurosa determinación. ‘SolonEye’ es un hermoso aunque inocultablemente trágico dueto de piano y cello que bien puede servir como la coda para la coda de la pieza precedente: hay un nexo lógico entre los enfoques expresivos de ambas secciones del álbum.
‘Oracular Intent’, pieza que dura poco más de 6 ½ minutos, se encarga de devolvernos a las estepas más ágiles y esferas más gráciles del ideario estético de los FAR CORNER. Una vez más ocupa el bajo un lugar especialmente protagónico dentro del bloque general, y una vez más, la energía expresiva que se expande en la triangulación de bajo, teclados y batería sirve de eficaz sustento para imprimir una notable fuerza de carácter al desarrollo temático en curso. Hay algunos aires arábigos en ciertos pasajes de piano; también cabe notar el uso de acentuaciones marciales en algunas labores del baterista, lo cual ayuda a crear un poco de tensión a lo que en realidad es un muy predominante colorido. Sí, aquí tenemos el tema más alegre del disco. Los últimos 10 minutos y pico del disco están ocupados por la dupla de la miniatura ‘Night Of Odds’ (otro juego de efectos de sonido donde se plasma algo de misterio en un ambiente mecánico) y ‘Alea Ludere’, y con eso recibe el repertorio su apropiado broche de oro. ‘Alea Ludere’ sintetiza los aspectos más directamente densos y siniestros de la voz grupal con la convicción y la elegancia de siempre. UNIVERS ZÉRO sigue siendo un referente vital para la inspiración musical de la banda, y teniendo en cuenta también los elementos de avant-jazz que hay en juego aquí, podemos notar también afinidades con ARANIS y KRONOS QUARTET. Los contundentes golpes finales del ensamble y el efecto en reversa de cierra redondean a la perfección el aura de exquisita extravagancia destilada a lo largo y ancho de esta pieza. Fueron un lote de más de 62 minutos de grandeza avant-progresiva lo que nos brindó la talentosa gente de FAR CORNER: el grupo dio un gran salto hacia esta fase de resurrección, o mejor dicho, el fin de la hibernación para su sendero musical, una apuesta de alto riesgo que rindió grandiosos frutos. “Risk” es uno de los discos más intensos e inspirados que han emergido de la producción art-rockera que tuvo lugar en el pasado año 2018.
Muestras de “Risk”.-
Fork: https://cuneiformrecords.bandcamp.com/track/fork
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