Friday, January 18, 2019

Música progresiva para las estrellas de parte de ARMONITE




HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión se da el turno para comentar “And The Stars Above”, la más reciente entrega fonográfica del dúo italiano ARMONITE, conformado por Jacopo Bigi [violines acústico y eléctrico, viola, ukulele y flautines] y Paolo Fosso [piano y teclados]. Su publicación tuvo lugar en la última semana de mayo del pasado año 2018 por vía del sello Purple Pyramid. Se trata de la tercera placa fonográfica del grupo tras “Inuit y “The Sun Is New Each Day”, que datan de los años 2000 y 2015, respectivamente. Como vemos, han pasado muchos años entre el primer disco y el segundo, pero bueno, son cosas de la vida. Con s uactual conformación, y bajo el liderazgo de Fosso como compositor principal, los ARMONITE de hoy en día están concetrados en potenciar su propuesta prog-sinfónica ecléctica a todo dar, y tras un segundo disco que fue muy elogiado en su momento, nos brinda este disco tercer que también ha tenido muy buena recepción en las redes progresivas, incluso mayor. Nos hacemos eco de este entusiasmo, lo declaramos pro adelantado. Para el repertorio contenido en este disco que tenemos en nuestras manos, el dúo ha contado con una abundante cantidad de colaboradores como son los bajistas Colin Edwin (sí, el mismo de PORCUPINE TREE) y Alberto Fiorani, los contrabajistas Giacomo Lampugnani y Gianmarco Straniero, los bateristas Corrado Bertonazzi, Emiliano Cava y Jasper Barendregt, y los cellistas Marcello Rosa y Gabriele Montanari. Además, también han aportado labores al canto Maria Chiara Montagnari y la niña Diletta Fosso. Para los conciertos, el dúo debe ampliarse a cuarteto con la adición de una dupla rítmica a fin de que sea viable llevar las ideas del disco al contexto de un escenario. A propósito, el nombre tan particular de la banda procede de un dragón de un vídeo-juego llamado “Panzer Dragoon”. Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio contenido en “And The Stars Above”, ¿vale?



Con la dupla inicial de ‘The March Of The Stars’ y ‘Next Ride’ disfrutamos de una pletórica exhibición de radiantes musicales por un espacio de 7 ¼ minutos. ‘The March Of The Stars’ comienza con una breve cantata cuyos gráciles efluvios se sostienen sobre un vitalista dueto de piano y violín, pasando luego a un cuerpo central muy intenso y, a la vez, muy festivo, el mismo que nos remite a una especie de cruza entre THE ENID e ISILDURS BANE. Por su parte, ‘Next Ride’ despliega una brillante excursión sinfónica sustentada sobre un groove de cercanía jazz-rockera mientras el guitarreo desarrolla un poderoso punche rockero (un poco al estilo de STEVE HACKETT) y los arreglos de los teclados y el violín apelan a una mezcla de claridad lírica y vibraciones psicodélicas. Con la emergencia de ‘District Red’, el ensamble se dedica a explorar ambientes fusionescos de inspiración mediterránea con afinidades electrónicas que emanan tanto de los teclados como de la secuencia rítmica. Volvemos al terreno de los ISILDURS BANE en clave más futurista, pero como si se tratara de la  remodelación de un interludio perdido de la época de los tres últimos discos de los PORCUPINE TREE. ‘Plaza De España’, como bien sugiere su nombre, apela a aires hispánicos para desarrollar su núcleo temático. A medio camino entre el legado académico de ISAAC ALBÉNIZ y el sinfonismo estilizado de XII ALFONSO, la pieza utiliza elementos de los folclores castellano y flamenco para diseñar su muy atractiva y señorial ingeniería melódica. El piano es el instrumento protagonista dentro del bien nutrido armazón instrumental. Cuando llega el turno de ‘Clouds Collide’, el oyente empático se encuentra hechizado por la encrucijada sónica entre AFTER CRYING (etapa 1992-6) y KATE BUSH (etapa 1985-9). Las ágiles irradiaciones del pizzicato del violín y de los ornamentos percusivos empapan de refrescantes gotas de rocío al motif dibujado por el piano. Llega el turno de ‘Blue Curaçao’ y el ensamble vuelve a explorar su faceta más muscular dentro de un sinfonismo que combina a las mil maravillas lo envolvente y lo extravagante. El esquema rítmico es lo suficientemente sofisticado como para adquirir una agilidad majestuosa mientras la garra rockera y el vigor del violín garantizan que se preserve el gancho de principio a fin. 

‘By Heart’ se caracteriza por instaurar un señorial bloque armónico sesudamente inspirado por estándares románticos e impresionistas donde el violín (casi siempre, duplicado por la guitarra eléctrica) asume la labor líder del desarrollo temático. El asunto es que el bloque rítmico es programado, y eso ayuda a darle un aspecto tecno-ambient al asunto: algo así como si ANTHONY PHILLIPS hubiese creado una partitura de fondo para un drama televisivo utilizando músicos de cámara junto a teclados y una caja de ritmos propios de los discos de PETER GABRIEL de los 90s. ‘Freaks’ es, en lo esencial, una pieza donde los ecos y los fantasmas  de AFTER CRYING e ISILDURS BANE vuelven a imponer su ley, esta vez para recrear un ámbito sombrío y ceremonioso, aunque para nada falto de energía. Funciona no como fondo para un amorfo espectáculo circense sino como una observación abstracta de lo que significa ser un freak desde la óptica de la cámara impresionista. La dupla de ‘By The Waters Of Babylon’ y ‘The Usual Drink’ sirve para  que el dúo y sus compañeros de viaje sigan regodeándose en sus polivalentes recursos estilísticos mientras incorporan matices renovadores. En el caso de ‘By The Waters Of Babylon’ tenemos la que tal vez sea la pieza más hermosa del repertorio, absorta en una espiritualidad reflexiva desde la que se proyecta una dulce calidez. Por su parte, ‘The Usual Drink’ se adentra en rincones aún más profundos de la psique para retratar la aureola misteriosa y desconcertante de sus recovecos más ocultos, aunque no con un talante inquietante sino intimista. Las partes en las que se destaca el violín nos suenan a esos momentos en que este viaje se hace a paso firme mientras que aquellos donde se luce el piano en solitario se reflejan los momentos en los que detenemos a pensar sobre lo que hemos estado viendo. ‘What’s The Rush?’ ofrece un abierto contraste frente a la serie de las dos piezas precedentes para exhibir un robusto ejercicio de sinfonismo moderno, haciendo gala de una peculiar estilización en lo referente a los desarrollos melódicos en curso. ‘Ghosts’ pone el broche de oro al repertorio oficial de “And The Stars Above haciendo una especie de síntesis de los climas predominantes de las tres primeras piezas del álbum, haciéndolo en torno a un bloque temático que parece heredar algo del particular legado de GOBLIN. Hay algo de fantasmal en algunos sonidos de teclado y arreglos corales, pero la pieza es más misteriosa que terrorífica en sí; ante todo, se hace sentir una claridad melódica  bien llevada por un punche rockero revestido de imponente exquisitez.



Tras el repertorio oficial disponemos de dos bonus tracks: ‘A Playful Day (For String Quartet)’ y ‘The Fire Dancer (For Piano Solo)’. Ambas piezas están diseñadas para mostrar la faceta académica de la visión musical de ARMONITE de una forma más desnuda: la primera de ellas se caracteriza por una disposición otoñal mientras que la segunda despliega una vivacidad otoñal con ribetes de calor veraniego. Un tránsito de lo contemplativo a lo festivo. Todo esto es lo que nos ha ofrecido en este bellísimo disco que es “And The Stars Above”, un excelso muestrario de prog sinfónico con ambiciosos fulgores eclécticos y bien definidos vestigios caleidoscópicos. ¡De lo mejor que ha brindado Italia a la escena progresiva internacional! El colorido de la oferta progresiva de ARMONITE expresa un generoso derroche de creatividad melódica: es realmente música para las estrellas y para todo el cosmos que nos acoge y protege desde toda su inmensidad.


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