Sunday, June 16, 2019

Afirmación de la vitalidad musical de TEAR LIGHT FROM MATTER



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión nos complacemos en presentar el disco “In Statu Nascendi” del cuarteto estadounidense TEAR LIGHT FROM MATTER, el mismo que fue publicado en el 25 de enero pasado. Este ensamble conformado por el saxofonista Andrew Sullivan, el guitarrista Matt Sousa, el baterista Tobias Ellis y el bajista Brian Applebee, Jr. cultiva una robusta y aguerrida modalidad avant-jazzera donde se conjugan el jazz-metal, la psicodelia, la fusión contemporánea y el progresivo de vertiente RIO. “In Statu Nascendi” es su segunda obra fonográfica, sucediendo a “Fœtal Præyers”, ítem que data de agosto del año 2015. El material contenido en este nuevo disco está acreditado a todos los integrantes de TEAR LIGHT FROM MATTER y proviene de sesiones de grabación que tuvieron lugar en el último cuarto del año 2018; el proceso de ingeniería y mezcla tuvo lugar en el estudio Odd Fellows Recording, a cargo de Jerry macDonald. A lo largo de sus años de actividad, este cuarteto ha sembrado un público de culto en el underground de su país, el mismo que seguramente sigue creciendo mientras publicamos estas palabras sobre “In Statu Nascendi”, palabras que son necesariamente de admiración porque nos parece un disco excelente. Veamos los detalles del mismo. 


Los 11 primeros minutos del disco están ocupados por la dupla de ‘Circling Dunes Under A Beating Sun’ y ‘Vibrio Transfusion’, una díada sonora diseñada para poner bien en claro las cosas. ‘Circling Dunes Under A Beating Sun’ ensalza una fiereza oscurantista bajo un meticulosamente refinado armazón donde las vibraciones siniestras de unos PRESENT y la musculatura de unos KING CRIMSON de la etapa 73-74 se entrelazan en una danza mística en el contexto de la celebración del matrimonio entre NAKED CITY y LED BIB. Las modificaciones de atmósferas y grooves están articuladas con impoluta compacidad. Un gran inicio del álbum que deja a ‘Vibrio Transfusion’ con la misión de recibir los ecos más inquietantes de la pieza precedente y trabajar una ambientación más neurótiva con ellos. Eso de lo neurótico se refiere a que hay una labor más meticulosa de contrastes y tensiones entre los pasajes más electrizantes y los más recogidos. Definitivamente, el saxofón tiene un lucimiento más notable dentro del bloque sonoro; también es de destacar un elegante solo de baj oque entra a tallar durante el último cuarto. Los aires de familia con GUTBUCKET y LED BIB persisten mientras el cuarteto edifica recursos de incrementado nervio durante el desarrollo temático. Así las cosas, ‘Shrike’ emerge para renovar el enfoque estilístico que ya ha quedado bien instaurado. Comenzando con un swing jazzero bastante llamativo, las cosas pronto se ponen más densas y expansivas cuando el cuarteto arma un cuerpo central bastante vitalista, el cual está signado por una majestuosidad voraz. ‘Jungian Poppies’, la pieza más extensa del repertorio con sus más de 7 ½ minutos de duración, ostenta una capitalización fundamental de las dimensiones más misteriosas del ideario estético de la banda. Tras un prólogo flotante de connotaciones oníricamente psicodélicas (y con un monólogo cinematográfico incluido), el cuerpo central elabora un parco y bien articulado motif que se sitúa entre lo relajado y lo adusto. La neurosis sistemática de la banda adquiere una prestancia renovadora. Las instancias finales están dirigidas por un diálogo exclusivo entre el bajo y la batería. ‘Seal Song’ recibe buena parte de la elegancia exquisita de la pieza precedente pero su núcle osonoro y su satmósferas centrales están más emparentadas con la garra implacable de los temas #2 y #3. A veces nos parece que nos hemos perdido y nos hemos metido sin querer en el jardín de las remodelaciones post-metaleras de estándares Crimsonianos. El primer solo de saxofón resulta bastante exultante... ¡y es una pena que no sea más extenso! Con un interludio lacónico que raya con lo minimalista, el grupo prepara una segunda erupción de lava musical: ahora el asunto ha dejado de ser simplemente enérgico y ha pasado a ser abiertamente belicoso. Un cénit del álbum, no nos cabe duda al respecto.

Arbitrary Catalogue No. 46’ es el segundo tema más largo del disco, quedándose corto por solo 20 segundos ante ‘Jungian Poppies’. Su pasaje prologar nos toma totalmente por sorpresa al exhibir unas vibraciones barrocas bajo la guía de la guitarra acústica y el saxo mientras la dupla rítmica establece un compás palaciego. Mientras esto dura, se impone una aura de cálida majestuosidad, pero aún cuando no ha concluido la atmósfera sigilosa y calmada, la irrupción de un viraje de motif en clave disonante nos anuncia que es hora de renunciar a la calidez por la densidad. Dicho y hecho, poco antes de llegar a la frontera del segundo minuto y medio, el cuarteto arma un jam prog-psicodélico que bien puede definirse como un retorcimiento Crimsoniano de una idea originada en los cuarteles de BLACK SABBATH. Cuando llega el momento del solo de guitarra, ésta nos brinda uno de sus más espectaculares lucimientos de todo el disco. Todo culimna con un breve reprise del motif inicial. Bajo el perturbador título de ‘I’m In Love With A Dead Gorilla’ surge una nueva expansión de sonoridades robustas y aguerridas a través de un swing complejo e impetuoso: punk-jazz en estado químicamente puro. mención especial para el bajo, cuyo solo es literalmente incendiario. ‘Life Machine’ es otro momento culminante del disco, un clímax de neurótico vitalismo y garra exquisita donde confluyen la psicodelia, el avant-jazz y el metal experimental dentro de un esquema compositivo que hace de su propia grandilocuencia una mágica e inaudita mezcla de gracilidad y densidad. Con la secuencia de ‘Fleshy’ y ‘The Ballad Of Henry Winkler’ llegamos al punto final del disco, 7 ¾ minutos que servirán para redondear la faena con el esplendor desafiante que merece el disco. ‘Fleshy’ instaura un cuerpo central que gira en torno a una amenazante parsimonia (un híbrido de UNIVERS ZERO, BRIAN! y GUTBUCKET con ciertas trazas post-rockeras): el motivo sencillo se enriquece instintivamente con la creciente morosidad que se arma para el extenso epílogo. ‘The Ballad Of Henry Winkler’, por su parte, establece un ejercicio de psicodelia con connotaciones space-rockeras. Los ornamentos de la batería se destacan en medio de las inquietantes vibraciones de la guitarra y el bajo, y los comedidos ornamentos del saxo. En este caso, el epílogo está signado por la lógica de la paulatina desestructuración. 



Esto es todo lo que se nos ocurre decir sobre “In Statu Nascendi”, un disco que, a despecho de su título, no es un manifiesto de la gestación de la vitalidad musical de TEAR LIGHT FROM MATTER sino una expresión acabada de su afirmación decisiva dentro de las actuales escenas vanguardistas del jazz y el rock de los EE.UU. Como recién hemos descubierto a este talentoso y vigoroso grupo hace un par de meses, no solo recomendamos al 100% este disco en particular sino también seguir toda la obra fonográfica que tiene publicada hasta ahora este grupo protagonista hoy en nuestro blog. 


Muestras de “In Statu Nascendi”.-

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