Tuesday, June 04, 2019

El eterno femenino desde la óptica progresiva de SYNDONE




HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.


Hoy se da la ocasión de presentar, no sin cierta demora por la que solo nos culpamos a nosotros mismos, el disco “Mysoginia” del muy celebrado ensamble italiano SYNDONE, uno de los discos más coloridos e intensos que dio la movida progresiva sinfónica en el pasado año 2018. Este disco del que ahora hablaremos fue publicado en la segunda mitad de setiembre del 2018, tanto en CD como en vinilo, por el sello Ma.Ra.Cash Records, siendo así que la gente de AltrOck Productions ayudó con la difusión del disco en cuestión. SYNDONE tiene la estructura de sexteto con la asociación de Nick Comoglio [órgano Hammond y sintetizadores], Riccardo Ruggeri [voz y vocoder], Marta Caldara [vibráfono, xilofón y percusión], Gigi Rivetti [pianos acústico y eléctrico, sintetizador Moog y clavinet], Maurino Dellacqua [bajo y pedales Moog Taurus] y Martino Malacrida [batería]. A lo largo del disco, apreciamos las intervenciones ocasionales de invitados tales como Vittorio De Scalzi (a la flauta), Gigi Venegoni (a la guitarra eléctrica) y Viola Nocenzi (al canto), además del Coro dei Piccoli Cantori di Torino (bajo la dirección de Carlo Pavese) y la Orquesta Sinfónica de Budapest (bajo la dirección del mismísimo Francesco Zago, el líder de YUGEN y también partícipe en SKE y NOT A GOOD SIGN). El material contenido en “Mysoginia” fue grabado entre los meses de noviembre del 2017 y abril del 2018 en dos estudios de Turín (Puntorec Studios y Discodarte Rec. Studio) y uno de Boloña (Fonoprint). En este último también se dieron los procesos posteriors de mezcla y masterización. Bueno, veamos ahora la música misma de “Mysoginia”, ¿vale?



Con la dupla de ‘Medea’ y ‘Red Shoes’, el grupo saca el juego a los primeros 7 ½ minutos del disco. ‘Medea’ es un instrumental que fluidamente combina músculo y refinamiento dentro de una confluencia bien empalmada de estándares sinfónicos filudos (al modo del paradigma de EMERSON, LAKE & PALMER) y apelaciones manieristas polícromas (al modo del paradigma del sinfonismo pesado italiano a lo METAMORFOSI). De hecho, rasgos tan contrastados como lo impositivo y lo etéreo son los que aportan las intervenciones de las cuerdas en ciertos pasajes estratégicos. Un gran inicio del álbum. Así las cosas, el camino está apropiadamente cimentado para que ‘Red Shoes’ edifique su gancho rockero dentro los parámetros de estilización melódica y diversidad de ambientes que son tan comunes dentro del ideario progresivo y que la gente de SYNDONE siempre ha manejado con impoluta precisión. Hay algo de cinematográfico latiendo en el encuadre básico de teclados, bajo y batería, así como en el canto de Ruggeri. Los desarrollos instrumentales hacen sentir los respectivos recursos de garra expresiva de todos los instrumentos intercomunicados sin chocar entre sí, y ello se debe a que el despliegue de fuerza es manejado sin faltar a la elegancia. Tras todo esto llega el turno de ‘Caterina’, una pieza de más 6 ½ minutos de duración cuya atmósfera comedida permite al ensamble explayarse en un contexto de espiritualidades contemplativas que están sugerentemente adornadas con elementos dramáticos. Esto último se nota a leguas en el canto desgarrado de Ruggeri, pero también en los retorcidos desarrollos armónicos de los arreglos orquestales que acompañan al piano. Los momentos más introspectivos están marcados por el armazón de percusiones tonales y flotantes capas de sintetizador que emergen y se asientan durante el último tercio de la pieza. ‘12 Minuti’ (que solo dura seis… cosas de la vida) se caracteriza por ahondar en modismos clasicistas y lo hace apostando en su primera parte por el esquema de vals sinfónico. El carácter ceremonioso del bloque instrumental y el talante teatral del canto de Ruggeri ayudan bastante a crear un entorno solemne que se sitúa en una mezcla de teatralidad y misticismo. A mitad de camino, las cosas viran brevemente hacia un recurso de aguerrida explosividad progresiva claramente inspirada en una mezcla de lo Emersoniano y lo Wakemaniano, siendo así que la dupla rítmica ostenta un estilizado aire frenético a la hora de sustentar las cosas durante ese pasaje explícitamente explosivo: aunque no dura mucho, resulta muy determinante para el refuerzo del diverso esquema temático de la canción. El epílogo realiza un viraje conclusivo hacia lo introspectivo bajo un ropaje nocturno donde el vibráfono, el bajo y el sintetizador se conectan dentro de un flotante entramado misterioso.  

Casi como siguiendo algunas pautas del epílogo de la canción precedente, ‘Evelyn’ impone un romanticismo etéreo, centrándose en un dueto de voz y piano que se engarza con el eco de la última nota de vibráfono de ‘12 Minuti’. Con los ornamentos de flauta primero, y luego con la final emergencia del bloque instrumental íntegro, el predominante clima de tensa ensoñación va abriéndose paso para expandirse de una manera muy natural. Un breve epílogo marcado por un jolgorio en clave jazz-progresiva nos sorprende gratamente. La sexta pieza del disco es la que justamente le da título y dura menos de 3 minutos: su misión es la de hacer directo contrapeso a la canción precedente por vía de un retorno convincente a las facetas más fastuosas y filudas del ideario grupal. Comenzando con un arreglo coral, al poco rato se abren las puertas para el arribo y la instalación de un muy vitalista esquema prog-sinfónico cuyas herencias de METAMORFOSI y BANCO DEL MUTUO SOCCORSO son evidentes, siempre con ese aire propio de la banda. ‘Women’ persiste por esta línea pero lo hace utilizando un groove un poco menos urgente y explorando alternancias equilibradas entre pasajes enérgicos y otros más sutiles a través de su muy inspirada ingeniería melódica. Nos vamos acercando al final del repertorio cuando llega el turno de ‘No Sin’, pieza que se focaliza en un medio tiempo para seguir apuntillando en la faceta más solemne del grupo. Básicamente, se trata de una balada sinfónica cuyo empuje emotivo y su vitalista expresionismo quedan debidamente apuntalados con complejos arreglos musicales. Una mención especial va para el intermedio instrumental, el cual nos recuerda a una especie de híbrido entre GENTLE GIANT y AFTER CRYING; otra mención especial debe ir para el fantástico solo de guitarra en torno al cual gira el esquema de la segunda mitad de la canción... tal vez es el mejor solo de guitarra de todo el disco. ‘Amalia’ pone punto final a las cosas ocupando un espacio de casi 6 minutos. Las líneas de violín y escalas de piano que arman sucesivamente el fastuoso y razonablemente extenso prólogo marcan la pauta para lo que ha de venir en lo sucesivo: un despliegue de emotividades incendiarias donde la vulnerabilidad y la furia se funden en un solo fulgor emocional bajo un enclave ceremonioso. El bloque instrumental elabora una mecánica sonora al modo de una cruza entre PROCOL HARUM y LE ORME: las bases armónicas de órgano sustentan cabalmente las alternancias entre los flotantes solos de sintetizador y los ceremoniosos arreglos de cuerda. La coda de piano marca una efectiva contraparte a la suntuosidad que signó al cuerpo central.


Muy rotundo y muy redondo nos parece este disco “Mysoginia”, el cual encarnó una de las expresiones más acabadas de la producción prog-sinfónica italiana del pasado año 2018. Un disco como éste solo puede lograr que SYNDONE permanezca en un sitial firme dentro de la primera fila del parnaso progresivo italiano de nuestros tiempos. Un disco muy hermoso, sin duda, y que recomendamos a todos los que aún no lo conocen. 


Muestras de “Mysoginia”.-
Amalia: https://altrockproductions.bandcamp.com/track/amalia  

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