Thursday, December 17, 2020

Una expedición muy personal de LOST IN KIEV


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se da la ocasión de presentar al cuarteto francés LOST IN KIEV, cultor del post-rock, so pretexto del lanzamiento de su disco “Persona”, publicado a fines de abril del pasado año 2019: se trata de su tercer trabajo de larga duración, y fue publicado por Pelagic Records tanto en CD como en vinilo (negro, transparente y con manchas doradas). El disco de debut de LOST IN KIEV “Motions” data del año 2012 y tiene al grupo como quinteto, pero desde hace varios años opera con el cuarteto de Yoann Vermeulen [batería y sampleos], Maxime Ingrand [guitarra y sintetizador], Jean Christophe Condette [bajo y sintetizador] y Dimitri Denat [guitarra]. Muy tarde llega esta reseña, es cierto, y de entrada pedimos perdón por eso. Centrándonos específicamente en este trabajo fonográfico, se trata de un álbum conceptual sobre el rol de lo humano en nuestras vidas en esta sociedad contemporánea, tan moldeada y controlada por la tecnología como está, desde una mirada futurista y distópica. El enfoque de este concepto no es tan político como existencialista, y los viajes instrumentales contenidos aquí tienen la función de retratar las sensaciones e ideas de personajes ficticios que la gente de LOST IN KIEV imaginó dentro del contexto arriba descrito. El material contenido en “Persona” fue producido, grabado y mezclado por Antony Josse en el Telemaque Studio, siendo después masterizado por Jean-François Di Rienzo en su estudio The Office. Veamos ahora los detalles estrictamente musicales de este disco, ¿vale?

   

Ocupando los primeros 4 ½ minutos y medio del álbum, la pieza homónima comienza con unos enclaves cósmicos de sintetizador que asientan las bases para un ejercicio de robusta parsimonia, el mismo que se estructura dentro de una ingeniería del crescendo. La presencia de los diversos pasajes aguerridos está bastante acomodada a momentos estratégicos, los cuales finalmente empujan a una intensificación del groove general para las instancias finales. Tras este interesante inicios de álbum sigue ‘Lifelooper®’, pieza que se inicia apenas termina el soliloquio que sirvió como coda para el tema de entrada, y que desde el primer momento da muestras de su intensión de establecer un nervio más afilado y un esquema rítmico agitado por juegos de síncopas a través de su inherente vivacidad. Los riffs y trazos armónicos que constituyen el desarrollo temático son manejados fluidamente por las dos guitarras mientras la dupla rítmica se enfila hacia un mecanicismo ágil arrollador en los últimos minutos. Tenemos aquí un cénit del repertorio. Con la dupla de ‘The Incomplete’ y ‘XM3216’, el grupo sigue explorando diversos recursos expresivos. El primero de estos temas ostenta unos ciertos coqueteos con compases inusuales para darle un impulso tan evocador como contundente al motif central, el mismo que nos remite tanto a OCEANIC como a la faceta más ligera de PAPIR. O sea, algo de space-rock se mete dentro de la ingeniería sonora del ensamble. Por su parte, el segundo tema vira hacia unas vibraciones introvertidas que son manejadas con una actitud cinematográfica. Las secuencias de acordes con las que se arman los núcleos centrales de la pieza exudan un aura de añoranza a través de la ceremoniosa pesadez del bloque sonoro. La breve pieza ‘Pygmalion’ – dura menos de 2 ¼ minutos – consiste en una atmósfera cibernética gestada a partir de una envolvente y gentil secuencia electrónica a lo TANGERINE DREAM, pero con una densidad que parece esconder ecos dramáticos cerrados en su propio misterio. De este modo, se prepara el terreno para el arribo de ‘Mindfiles’, pieza que va a contrapelo de la anterior con su groove llamativo y mesuradamente contundente. Con algunas partes cantadas, el asunto adquiere un nivel de tensión emocional que pronto es reemplazado por un interludio ceremoniosamente lánguido. El regreso final al motif inicial marca un refuerzo del colorido predominante de la pieza. Algo muy afín al patrón de GOD IS AN ASTRONAUT.             

   

‘Psyche’ vuelve a lo introvertido, pero esta vez con una gracilidad envolvente que se articula a partir de un lirismo electrónico que impulsa un colorido flemático para la interconexión entre los guitarreos y los diversos ornamentos cibernéticos. Los aires de familia con OCEANIC volvieron a surgir y lo hicieron a lo grande. ‘Thumos’ y ‘Mecasocialis’ son las dos únicas piezas del álbum que sobrepasan los seis minutos de duración y también son las que completan la dupla final del mismo. En el caso de ‘Thumos’, tenemos un regreso de lleno a la dimensión más extrovertida e intensa del grupo, siendo así que los ornamentos cibernéticos le añaden un matiz space-rockero al asunto al mismo tiempo que el tenor machacón de la dupla rítmica nos remite a una psicodelia muscular y enfurecida. Más adelante, tanto el esquema rítmico como las marañas de los guitarreos se tornan un poco más dispersas, lo cual permite a la pieza asumir un poco de frescura y otro poco de sobriedad contemplativa. Este intermedio sirve para que el grupo coja fuerzas suficientes para edificar convincentemente un final atractivo y frenético. Por su parte, ‘Mecasocialis’ regresa al espíritu central del primer tema del álbum con una musculatura aumentada y un fulgor sonoro más poderoso. También notamos en algunos pasajes ciertos ecos del dinamismo machacón que estuvo presente en la pieza anterior. Los ornamentos de guitarra distorsionada y los entrecortados soliloquios femeninos que se explayan en la coda cierran el álbum con un talante inescrutable. La verdad que estas dos últimas piezas han instaurado la culminación perfecta para un disco realmente estupendo. Ha sido para nosotros una muy agradable sorpresa descubrir a LOST IN KIEV a través de “Persona”, por lo cual recomendamos a cualquier amante del post-rock y del rock experimental en general que investigue en toda la discografía que tiene el susodicho grupo por ahora. Esperamos noticias de producciones fonográfica futuras de su parte muy pronto. 


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