Saturday, December 19, 2020

El tercer desafío progresivo de ELLESMERE



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se da la ocasión de presentar el nuevo disco del proyecto italiano ELLESMERE, el cual expone uno de los momentos más notables de la escena internacional progresiva a fines del año 2020. El disco en cuestión se titula “Wyrd” y fue publicado en el cuarto día del presente mes de diciembre. Este proyecto progresivo fue fundado y dirigido por el músico y compositor italiano Roberto Vitelli desde inicios del segundo milenio del presente milenio, como una alternativa creativa a su presencia en TAPROBAN. Él se hace cargo de los bajos, las guitarras y los pedales bajos. El disco en cuestión sucede a “Les Châteaux De La Loire” (2015) y “From Sea And Beyond” (2018). La élite de ilustres invitados que acompañan a Vitelli a lo largo del repertorio de “Wyrd” está conformado por el baterista-percusionista Mattias Olsson, los teclistas Tomas Bodin, Fabio Liberatori, Fabio Bonuglia y Tony Pagliuca, el violinista David Cross, el flautista John Hackett, el saxofonista David Jackson; también aparecen los vocalistas y Giorgio Pizzala. Como vemos, aquí aparecen nombres asociados a THE FLOWER KINGS, VAN DER GRAAF GENERATOR, KING CRIMSON, ÄNGLAGÅRD, LE ORME, RACCOMANDATA RICEVUTA RITORNO... una estupenda pléyade. Además, para añadir más aires de leyenda al asunto, el mismísimo Rodney Matthews (ELOY, ASIA, THIN LIZZY, MAGNUM, RICK WAKEMAN, HAWKWIND, etc.) se hizo cargo del arte gráfica de la portada. En fin, cabe acotar que Bonuglia es el teclista permanente y que Olsson es el otro colaborador presente en todas las cinco canciones que forman parte del disco aquí reseñado. El sello AMS se encargó de la publicación de este disco tanto en formato de CD como de descarga digital desde el blog de Bandcamp de ELLESMERE. La propuesta de este proyecto está bien metida en el paradigma del prog sinfónico.  Al igual que los dos discos que le precedieron, “Wyrd” prosigue por el concepto de las exploraciones y los viajes que enriquecen el espíritu y nos invitan a abrir nuestras mentes a perspectivas nuevas. Permítasenos adelantar que este disco es impactante y exultante en lo instrumental, aunque en la parte vocal está su punto más flojo... aunque no importa mucho porque no es predominante. Veamos ahora el repertorio mismo de este disco.  


Durando poco menos de 7 minutos y medio, ‘Challenge’ funge como obertura del disco y lo hace con un esplendor arrebatado que comienza con una aureola extrañamente mágica, mezclando lo romántico con lo gótico bajo la guía del piano. Ya sobre la frontera del segundo minuto, se impulsa un cuerpo central majestuosamente ubicado sobre una muy compleja arquitectura rítmica y una densa ilación de motivos claroscuros que nos remiten a una cruza ideal entre los universos de GOBLIN, KING CRIMSON, YES y EMERSON, LAKE & PALMER. En este sentido, la clave esencial de esta pieza se centra en la alternancia entre pasajes de explosivo tenor tenebroso con otros signados por una fastuosidad explícitamente fulgurosa. Hay un bello pasaje lírico donde se permite al violín invitado añadir oportunas florituras en medio de las siempre ampulosas orquestaciones de los teclados. Cuando llega el turno para el arribo de ‘The Eerie Manor’, Vitelli y sus compinches preparan para una nueva manifestación de magnificencia progresiva con miras a acentuar y apuntalar los contrastes entre lo tenso y lo relajado, entre lo oscurantista y lo luminoso. En lo referente a la comparación con la pieza de entrada, la soltura de este segundo tema del álbum es más o menos la misma, su agilidad es más llevadera, su ímpetu aumenta sin perder de vista la meticulosidad melódica. Una mención va para las ocasionales florituras de flauta que emergen en pasajes estratégicos, pues ayudan bastante a reforzar la vivaz y altanera pomposidad a los que se arroja el desarrollo temático en tales momentos. Con la dupla de ‘Endeavour’ y ‘Ajar’, el colectivo de ELLESMERE sigue explorando recursos musicales exquisitos y explosivamente preciosistas. El primero de estos temas comienza con climas un poco más introspectivos y serenos que los desarrollados en los dos temas anteriores. En esta situación, el ensamble se acerca más al discurso retro-progresivo de inspiraciones Genesianas y Yessianas. Más adelante, el asunto vira hacia una explosividad de raigambre disonante (muy a lo VDGG) en un exorbitante interludio que deja una huella muy fuerte aún en el regreso a los climas serenos precedentes. Todo se torna más muscular irremediablemente, y cómo no, la puerta sigue abierta para que en cualquier momento resurja otro pasaje de tenor disonante... lo cual efectivamente ocurre en el epílogo. 

‘Ajar’, por su parte, regresa presta y deliciosamente a la fastuosidad explosiva de los dos primeros temas, aunque esta vez es la lógica del esplendor augusto y grandilocuente lo que predomina. Aires de familia con los paradigmas de KARFAGEN y el PÄR LINDH PROJECT hay, así como con los primeros álbumes de THE FLOWER KINGS. Las orquestaciones y desarrollos temáticos destilan un inmenso espesor que parece proyectarse hacia serpenteos infinitos e inagotables. El tema más extenso del disco supera el espacio de 13 minutos se titula ‘Endless’; también está a cargo de darle el broche final y, claro está, con todo lo que ha venido anteriormente, está a cargo de establecer la revelación definitiva de la estrategia musical diseñada para el álbum. La ambiciosa secuencia multitemática de esta maratón se centra inicialmente en una absorción de los legados de YES y ELP con una contundente exploración de esquemas melódicos imperiales (en afinidad con nombres veteranos como los de GLASS HAMMER, LOGOS y los propios TAPROBAN). Cuando toda esta fastuosidad integra una ilación de ida y vuelta entre momentos serenos y otros más impetuosos, también entra a tallar el legado de los CAMEL de la fase 78-81. He aquí la faceta lírica de ELLESMERE exhibiéndose desnuda como un nutrido grupo de ninfas que va danzando por el bosque mientras lo ilumina con su luminosa alegría. A poco de pasada la frontera del octavo minuto y medio, el asunto se pone un poco más agresivo y explosivo, pero siguiendo lealmente la senda sinfónica al modo del PAR LINDH PROJECT. El epílogo inserta un recurso de atmósferas cósmicas al modo de un WAKEMAN filtrado por el óleo sacramental de VANGELIS mientras algunos retazos flotantes de guitarra añaden algunos matices colaterales al asunto. Todo esto fue “Wyrd”, un gran disco que sirve para mantener a la escena italiana como parte importante del centro neurálgico de la más notable música progresiva hecha en el año 2020. En las postrimerías de este año, el colectivo de ELLESMERE ha concretado su obra más notable hasta la fecha: muchas gracias al maestro Vitelli por componer todo esto y a sus compañeros de viaje por terminar de articularlo.


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