Thursday, January 05, 2023

REFUGEE: el credo de los maestros Patrick Moraz, Lee Jackson y Brian Davison



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos una retrospectiva muy especial, una centrada en el efímero pero contundente legado del power-trío REFUGEE, el cual estuvo conformado por el maestro suizo Patrick Moraz y los británicos Lee Jackson y Brian Davison, los excompañeros de Keith Emerson en THE NICE. Este ensamble enérgico y talentoso alcanzó a publicar un disco homónimo en el año 1974 y realizar varios conciertos en el circuito británico antes de que el grupo no tuviese más opción que disolverse tras la aceptación de Moraz de unirse a las filas de YES como reemplazante de Rick Wakeman. La logística del trío estaba organizada de la siguiente manera: Moraz [órgano Hammond, pianos de cola y eléctrico, sintetizadores Moog y AKS, clavinet, mellotrón, órgano de fuelles, corno alpino, marimbáfono, efectos electrónicos de slinky y algún canto ocasional], Jackson [bajo, guitarras eléctrica y acústica de 12 cuerdas, cello eléctrico y voz principal] y Davison [batería, tímpanos, gong, campanas tibetanas, cabasa, tambores africanos, algunas percusiones menores y efectos de sonido de cristales rotos].* Entre la disolución de THE NICE en 1970 y la formación de REFUGEE en 1973, Lee Jackson (que en realidad se llama Keith) formó el grupo JACKSON HEIGHTS mientras que Brian Davison fundó su propia banda EVERY EACH WAY; por su parte, Patrick Moraz estaba pugnando por hacerse de un lugar dentro de la escena anglosajona, siendo así que llegó a postular por una membrecía en el grupo FLASH para la época de su segundo álbum (Banks y sus compinches quedaron muy impresionados con él pero decidieron seguir como cuarteto, algo que lamentaron después) y, sobre todo, ya tenía un disco de rock progresivo en su CV, el homónimo del cuarteto MAINHORSE, el cual tenía dos integrantes suizos y otros dos ingleses, en 1971. Todo este asunto de REFUGEE comenzó cuando Jackson propuso a Moraz unirse a JACKSON HEIGHTS para tocar en una gira, y éste más bien le hizo la sabia contrapropuesta de armar un grupo nuevo con Davison. Claro que el bajista-guitarrista zurdo aceptó la inclusión de su amigo apodado Blinky y claro que esto supuso un intento de retomar la vieja senda de THE NICE, al menos, en una primera impresión.** De todos modos, Moraz tiene su propio estilo y, además, en comparación con el legendario Keith Emerson, es dueño de un enfoque más virtuoso, versátil y presto del tipo de eclecticismo valiente que exige un power trio de música progresiva centrado en los teclados. De hecho, consideramos, hablando en broma, que lo mejor que hizo THE NICE fue después de Emerson. Pero hablando más en serio, desde nuestra perspectiva, fue en esta breve temporada entre 1973 y 1974 con la existencia de REFUGEE cuando la mancuerna de Davison y Jackson dio lo mejor de sí para la leyenda del rock progresivo, teniendo en cuenta el estímulo renovador que implicaba la presencia de Moraz. A propósito, el nombre del grupo fue propuesto por Gail, la esposa de Fred Munt, el mánager del trío.***



Tras tomarse un poco de tiempo para crear un lote íntegro de composiciones propias y ensayando varias horas al día (básicamente, con ideas ya compuestas por Moraz y letras a ser añadidas por Jackson), la gente de REFUGEE se lució en su debut en el Roundhouse de Londres, el 2 de diciembre de 1973. El sello Charisma se dispuso naturalmente a acoger al trío porque el mánager era miembro del mismo, brindándole un oportuno contrato de grabación para lo que iba a ser “Refugee”, el álbum publicado en marzo de 1973. Las sesiones de grabación habían tenido lugar en los estudios Island en el mes previo, bajo la producción conjunta de John Burns y el trío. El suizo Jean Ristori, quien fue compañero de Moraz en MAINHORSE tocando el bajo y el violoncello, fue el principal ingeniero de sonido. Yendo concretamente al repertorio contenido en este único álbum de REFUGEE, la apertura corre a cargo de ‘Papillon’, una pieza electrizante que sabe agitar las vibraciones esenciales de su propio dinamismo para hacerlas explícitas con llameante intensidad: sinfonismo, jazz-rock y psicodelia se fusionan dentro de un engranaje rotundo que es ágilmente sustentado por la dupla rítmica. Los diversos teclados que entran a tallar se prodigan en diversos matices que van desde lo estructurado hasta lo aleatorio hasta construir un mundo intermedio entre los universos de EMERSON, LAKE & PALMER y YES, además de establecer alguna sintonía con la gran entidad neerlandesa TRACE. Esta pieza inaugural no tenía título cuando se grabó: la sensación de que los efectos iniciales de sintetizador sonaban como el aleteo de un mariposa inspiraron el título definitivo. ‘Someday’ emerge para cambiar de registro y elaborar una balada reflexiva, la cual tiene una letra inspirada en el divorcio por el que entonces pasaba Jackson: algunas líneas amargas destilan una cierta ansia de venganza emocional. El tenor principal de la canción es bastante ceremonioso, siendo así que el lento compás es inteligentemente ornamentado por Moraz; en varias instancias emergen sucesivos solos de piano eléctrico y sintetizador que ayudan a aportar un colorido especial al núcleo melódico. Hasta el día de hoy, Jackson no quiere ahondar en este asunto, él deja que la letra de la canción sea su versión definitiva de tan triste y truculento entuerto sentimental. 


Encargada de cerrar el lado A, ‘Grand Canyon Suite’ es la primera maratón mastodóntica del álbum, ocupando un espacio de casi 17 minutos y dividiéndose en los Movimientos ‘The Source’, ‘Theme For The Canyon’, ‘The Journey’, ‘The Rapids’ y ‘The Great Colorado’.**** Todo comienza con un paisaje etéreo armado con capas de teclado, ornamentos percusivos y matices de cello eléctrico, bajo y corno alpino, siendo así que este tapiz sonoro nos guía fluidamente hasta el solo de sintetizador que instaura el motif central. Con un aura de majestuosa expectativa, el trío se toma unos minutos para definir de una vez por todas la estructura y el swing del primer cuerpo central. La sección cantada emerge con un talante solemne, introduciéndose con un piano para, poco a poco, elevarse hacia una esfera fulgurosa. Una vez concluida esta sección, alrededor de la frontera del noveno minuto y medio, una serie de golpes establece las bases para el exultante y sofisticado despliegue de explosiones sónicas con las que el trío refleja el frenesí natural de los Rápidos del Gran Cañón. La vitalidad emanada de la instrumentación organizada por el trío casi se puede palpar, así de íntimamente agita las conciencias de quienes escuchan esto. Otra sección intrépida armada al estilo de un rondó Emersoniano retoma el primer motif principal mientras le añade una dosis extra de musculatura. Ahora, el trío ha transitado de lo acuático a lo rocoso: la música se metamorfosea mágicamente con los cauces, rocas y montes a los que homenajea. El final orquestal (con su explosión fluvial incorporada) es el cierre que merece esta genialidad progresiva de gran calibre. La dupla de la miniatura ‘Gatecrasher’ y ‘Ritt Mickley’ abre el lado B del disco. La mencionada miniatura es un leve ejercicio de grooves psicodélicos centrados en un diálogo entre el clavinet y el bajo. Un ruido de una ventana rompiéndose abre el camino a ‘Ritt Mickley’, un ameno y muy estilizado ejercicio de jazz-fusion al estilo de WEATHER REPORT y de RETURN TO FOREVER al cual se añade algunas tonalidades prog-sinfónicas al asunto (curiosamente, más afines al paradigma de GREENSLADE que al de YES o ELP). Hay un fabuloso solo de sintetizador que emerge a mitad de camino que sirve para realzar eficazmente el llamativo swing armado por Jackson y Davison. Las capas de mellotrón, que ocupan un rol secundario, se acomodan muy bien al paisaje general pintado por el órgano, el clavinet y los sintetizadores. A propósito, el título de esta pieza tiene un origen muy gracioso. Resulta que el trío tuvo a esta pieza como una de sus primeras composiciones y, si bien Moraz estaba satisfecho con los primeros ensayos, él pidió a sus compañeros que tocaran este pieza más rítmicamente, more rhythmically. Debido al fuerte dejo francófono del buen Patrick, Lee y Brian entendieron que lo que Moraz quería es que ellos la tocaran al estilo de un tal Ritt Mickley, por lo que se pasaron unos días buscando en tiendas de discos algún disco de ese personaje. Una vez aclarado el misterio, quedó como una broma recurrente del trío y, bueno, pasó a titular el que nos parece el mejor instrumental del álbum. No vemos ningún defecto en  ‘Papillon’, que conste, pero es que ‘Ritt Mickley’ tiene un esquema musical más redondo y un engranaje mejor acabado.


“Refugee” se cierra con ‘Credo’, la otra suite, una maratón que se explaya por poco más de 18 minutos y consta de ocho Movimientos: ‘Prelude’, ‘I Believe, Pt. 1’, ‘Credo Theme’, ‘Credo Toccata & Song “The Lost Cause”’, ‘Agitato’, ‘I Believe, Pt. 2’, ‘Variation’ y ‘Main Theme & Finale’. No nos dejemos engañar por su título, se trata de un himno ateo: “From near times far / We come and here we are, we stay / To play a while upon this earthly stage and leave / To half-remembered tales.” - “I believe in midnight madness / And ships that pass in the night / And I believe in love / Like a child in Santa Claus. / The king who wore no clothes / Wasnt the only one exposed. / The queue forms beside me / As I sing my credo to a lost cause.”Todo comienza con unos pasajes solemnes de piano a los que poco después se suman el mellotrón, siendo así que el campo está listo para que el trío se amalgame en una nueva exhibición de extroversiones preciosistas. Tras una primera sección cantada siguen un pequeño jam jazz-rockero con matices psicodélicos, un sugerente solo de cello eléctrico y un pequeño delirio de órgano de fuelles; este último instrumento impulsa el resurgimiento del motif cantado, el mismo que ve reforzada su gravedad expresiva hasta el punto de elaborar otra magnífica balada prog-sinfónica. En medio de todo esto, las adiciones de piano eléctrico aportan más suntuosidad al asunto. Luego sigue un ejercicio de imposibles recovecos musicales que se asientan sobre unos tormentosos cimientos rítmicos, un ejercicio robusto que tiene sus propios méritos estéticos pero cuya principal función es la de ser un puente hacia una tercera sección cantada; ésta lleva la pasión asertiva de las otras dos hacia un nuevo momentum de frenesí que se remonta a una cruza entre lo gótico y lo expresionista. Así las cosas, una vez que el trío decide acometer otro viaje instrumental, lo hace en base a una nueva mezcla de jazz-rock y sinfonismo que sabe sacar provecho a la incendiaria ingeniería que brota, al unísono, del sofisticado groove de Davison, las punzantes líneas de bajo de Jackson y la extrema fuerza de carácter inherente a las ambiciosas orquestaciones de múltiples teclados que desarrolla Moraz. Él canaliza a Jan Hammer, Keith Emerson y Rick Wakeman al unísono mientras plasma su propia suntuosa personalidad estética valiéndose de su inmenso ingenio creativo tanto como de su pulcrísimo virtuosismo. A la par que el trío suena muy orgánico a lo largo y ancho de este jam, Moraz sabe hacer lucir sus galones como máximo general del ensamble. Un gran final para un gran disco, una obra maestra que tuvo aceptable suerte en el mercado fonográfico (más allá de la cuestionable calidad del canto del buen Lee Jackson), aunque la recepción de la crítica fue realmente sobresaliente tanto respecto al disco como a las actuaciones del grupo. Los REFUGEE conquistaron, de hecho, un público fiel dentro del underground británico. 


Como ya se sabe, Moraz recibió a fines de julio de 1974 una oferta de parte de YES (que había estado tratando de encontrar a un reemplazante de Rick Wakeman desde el mes de mayo) para realizar una audición, algo que él aceptó y que le llevó prontamente a ser el nuevo quinto integrante de la susodicha banda. Lo curioso es que Davison se las olía desde el mismo momento que vio en la prensa musical la noticia de que Wakeman había dejado YES y le señaló a Moraz que él estaba seguro de que iba a recibir alguna oferta de parte de Jon Anderson y co., pero Moraz le dijo a su colega que rechazaría esa hipotética oferta. Como siempre ocurre y siempre ocurrirá en la historia de la humanidad, una cosa es la que uno piensa que quiere y otra es la que realmente desea desde el fondo de sus entrañas. La gente de YES tanteó varios candidatos y tras unas frustradas sesiones de ensayo con el maestro griego Vangelis que explicitaron la certeza de que no eran compatibles, se hizo esa oferta al buen Patrick y éste dio su visto bueno. Siendo tan emotivo e impetuoso como es, Moraz contó la noticia a sus compañeros de REFUGEE con lágrimas en los ojos e invadido por un sentimiento de culpa; por supuesto, los Sres. Jackson y Davison aceptaron de buena gana la situación y le dieron su bendición. El trío organizó su concierto de despedida en el mismo lugar donde brindó su primer concierto, el Roundhouse, un evento que cerró el círculo de su vigencia en el día 11 de agosto de 1974. No era, obviamente, el final esperado: el grupo había compuesto alguna pieza nueva con miras a un siguiente disco de estudio, además de tener en mente hacer una gira estadounidense teloneando a ERIC CLAPTON, pero toda la experiencia internacional de REFUGEE se limitó a un puñado de conciertos en Suiza. Bueno, al menos, Moraz se hizo profeta progresivo en su tierra. Al poco tiempo de la disolución, Davison se unió al elenco de GONG por una breve temporada mientras que Jackson se dedicó a otros proyectos con un perfil mucho más bajo, habiéndose mudado a los EE.UU. Tras su estadía en YES, Moraz, además de realizar varios discos solistas, bandas sonoras y proyectos compartidos de corta duración (con maestros como Syrinx y Bill Bruford), fue integrante de THE MOODY BLUES durante más de una década.  
  
  

Por mucho tiempo, el homónimo disco de estudio había sido el único testimonio oficial de su aporte a la escena progresiva británica y mundial, pero, en el 2007, el sello Voiceprint sorpresivamente publicó el ítem “Live In Concert (Newcastle City Hall 1974)”, un bootleg que recoge la mayor parte de la actuación que el trío brindó en el salón municipal mencionado en el título el 16 de junio de 1974. Aunque este documento comienza tardíamente al mostrar solamente la segunda mitad de ‘Ritt Mickley’, contiene otras cosas muy interesantes: la nueva composición ‘One Left Handed Peter Pan’; dos reminiscencias de THE NICE, a saber, ‘The Diamond Hard Blue Apples Of The Moon’ y la versión rockera de la balada de Bob Dylan ‘She Belongs To Me’, y; un jam fusionesco para el cierre simplemente titulado ‘Refugee Jam’. ¿Y qué tal es ‘One Left Handed Peter Pan’? Es una pieza aguerrida y sofisticada que, hasta cierto punto, nos recuerda a ese sonido poderoso y ágil que Moraz ya había impulsado en MAINHORSE (una vez más, qué horrible es el canto de Jackson). Su letra tiene tientes autobiográficos, además de algunos reproches a la industria del rock. También hay un solo de batería bastante fresco que permite a Davison darle una vivaz soltura al asunto en medio de todo el boato. ‘Refugee Jam’, por su parte, es un alegre ejercicio de jazz-rock diseñado para exhibir la faceta más juguetona del grupo, algo así como una cruza entre WEATHER REPORT, COLOSSEUM y RARE BIRD, prácticamente un hermano menor de ‘Ritt Mickley’. A pesar de su talante mayormente ligero, este tema sirve para mostrar el nuevo giro que había adquirido la mancuerna de Davison y Jackson bajo la guía de Moraz a estas alturas del partido. ‘The Diamond Hard Blue Apples Of The Moon’ se extiende con la inclusión de unos solos de sintetizador y algunas ornamentos de mellotrón, mientras que ‘Papillon’ es interpretada más velozmente y también con más amplitud. Hasta aquí, todo bien para los coleccionistas, pero el sello Esoteric Recordings las pondrá aún mejor en 2019 con la triple y definitiva edición que contiene el disco de estudio, el bootleg antes mencionado y un concierto hecho para la BBC Radio One el 9 de mayo de 1974 donde el grupo ejecuta ‘Ritt Mickley’, ‘Someday’ y ‘Grand Canyon Suite’. Este registro tiene una calidad de audio más consistente que el bootleg del Newcastle City Hall y no había sido publicado antes de la existencia de esta reedición de lujo. Menos mal que ‘Ritt Mickley’ aparece completo y, sobre todo, tenemos una versión aún más rotunda de ‘Grand Canyon Suite’ en todo su esplendor. A pesar de no contar con el beneficio de las sobregrabaciones en un estudio, sí se nota que el trío tenía totalmente domesticado a este furioso mamut musical. Esta reedición triple es el ítem definitivo de REFUGEE para cualquier colección de rock progresivo. 


Estas son las impresiones que nos deja el pequeño pero impresionante legado de REFUGEE para la historia inmortal del rock progresivo, una parte muy significativa de lo que era el ideal concretizado del rock prog-sinfónico dentro de la avanzada británica durante la primera mitad de los 70s. Es entrañable la anécdota de que el propio Keith Emerson quedó altamente impresionado con la banda al escuchar el disco y ver un vídeo de una de sus actuaciones en The Marquee: incluso acotó que no sabía que Davison podía tocar así de rápido. En fin, solo nos queda dedicar esta humilde retrospectiva de REFUGEE a la memoria de Brian Davison (Leicester, 25 de mayo de 1942 - Horns Cross, 15 de abril de 2008), además de agradecer infinitamente al trío entero por toda la riqueza musical que fue capaz de generar en honor al ideal del rock progresivo durante su tan corto tiempo de vigencia.


Muestras de REFUGEE:
One Left Handed Peter Pan [en vivo en el Newcastle City Hall, 16 de junio de 1974]: 
Papillon [en vivo en el Newcastle City Hall, 16 de junio de 1974]: 


* El slinky es un pequeño juguete con forma de resorte helicoidal que Moraz golpeaba con unos martillos mientras el juguete de marras estaba conectado a un amplificador. El maestro suizo llegó a utilizar este implemento en recitales en algunas ocasiones hasta que Jackson le indicó que no se veía realmente bien en el contexto de un concierto de rock.

** ¿Y cómo sabía Jackson el teléfono de Moraz? Pues resulta que ambos intercambiaron contactos en Suiza algunos años atrás cuando THE NICE dio uno de sus últimos conciertos allí. Incluso, tras bambalinas, Emerson y Moraz hicieron un dueto de piano; de todas formas, la camaradería se dio entre el entonces joven prodigio suizo y los ya curtidos integrantes de la dupla rítmica del grupo británico.  ¡Qué suerte que el número de Moraz seguía siendo el mismo!

*** Ella misma, usando su apellido de soltera Coulson, fue mánager de luminarias tales como Peter Gabriel y Peter Hammill, nada menos. De hecho, ella co-fundó el sello Charisma Records junto a Tony Stratton-Smith.

**** Moraz siempre tuvo la fantasía de hacer una gran composición progresiva sobre los Rápidos del Gran Cañón. Jackson fue religiosamente a la biblioteca por varios días para empaparse de los datos geográficos requeridos para inspirarse. Una vez se quedó dormido junto a los libros consultados y se despertó a mitad de la noche con suficiente inspiración como para hacer casi toda la letra completa.   
  

2 comments:

Anonymous said...

Impresionante todo lo que nos comenta Sr Cesar Inca, no hay duda que es una gran obra la que Ud describe y alabo la manera suya de trasladar la emoción de la escucha vivencial a un articulo que sin duda está a la altura del sujeto descrito. Buscaré el triple álbum y pondré su reseña como perfecto acompañante. Saludos desde El Salvador, en América Central.

César Inca Mendoza Loyola said...

Muchas gracias por tu interés y tu comentario.

César Inca