Friday, November 05, 2021

Segundo brote musical en el criadero progresivo de los MYTHOPOEIC MIND

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Es con gran gusto que hoy presentamos esta novedad procedente del criadero progresivo de la banda noruega MYTHOPOEIC MIND, la cual se titula “Hatchling” y salió al mercado el pasado 20 de agosto. La alineación responsable de gestar este disco está conformada por Pål Selsjord Bjørseth [teclados y trompeta], Ola Mile Bruland [bajo sin trastes, contrabajo y eufonio], Steinar Børve [saxofones, sintetizador de viento EWI, teclados, coros y programaciones], Trond Gjellum [batería, percusión y programaciones], Veronika Hørven Jensen [voz y coros] y Anders K. Krabberød [guitarras eléctricas y acústicas]. Para este disco que sucede por dos años y medio al muy interesante álbum debut titulado “Mythopoetry”, el grupo ha decidido expandir su paleta sonora con un uso más meticuloso de los contrastes entre los momentos enérgicos y los más reposados. También la inclusión de Veronika Hørven como vocalista (a quien conocemos del segundo disco de los ya extintos GENTLE KNIFE) ayuda a realzar el lirismo y la elegancia que son partes fundamentales de la propuesta musical de la banda. El material de “Hatchling” fue grabado durante la temporada de pandemia en varios lugares de Oslo y Bergen entre junio de 2020 y marzo de 2021. Todos los temas del disco están compuestos por Børve con la excepción de uno donde comparte la autoría con Bruland. Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio en cuestión. 

Con una duración cercana a los ocho minutos, ‘Fear Fiesta’ abre el repertorio y lo hace con un vigor grácil y llamativo, estructurando su desarrollo temático en torno a un híbrido de YES, GENTLE GIANT y algunos detalles extrovertidos de los últimos trabajos de WHITE WILLOW. Desde el inicio con esa fanfarria claroscura hasta el empleo de ornamentos jazz-rockeros en varios pasajes del animado y fresco groove sobre el cual se sostiene consistentemente la canción, todos los arreglos instrumentales y vocales van fluyendo con un fulgor entusiasta que se enriquece bastante con los diversos solos de sintetizador que emergen a lo largo del camino. Tras este estupendo arranque llega el turno de ‘Winter Of 73’, un tema penetrado por atmósferas etéreas que se asientan plácidamente sobre un swing fusionesco de tenor cuasi-tribal. Así las cosas, el terreno está preparado para que el ensamble se acerque más a los paradigmas de banas como HOOFFOOT y PANZERPAPPA, aunque cabe señalar que en este entramado late un punche rockero particularmente convincente. Los guitarreos que entran en acción poco antes de que el tema arribe a su ecuador ayudan al bloque sonoro a asumir una garra renovadora; por su parte, los vientos se encargan de guiar el lirismo esencial de la composición con una soltura bien articulada que encaja bien con el señorío general de la arquitectura musical. Dos cúlmenes sucesivos para iniciar el álbum. Las dos piezas siguientes, respectivamente tituladas ‘Fog Vision’ y ‘Cottage Of Lost Play’ coinciden en ocupar un espacio de alrededor de ocho minutos y medio. La primera de ellas se enfoca en atmósferas cósmicas dentro de un esquema modernista que se sitúa a medio camino entre lo misterioso y lo solipsista. El solo introductorio de saxo, el canto solemne y las florituras de bajo se van sucediendo mientras las capas sintetizadas y los efectos de guitarra arman y sostienen la ambientación general de la canción, la cual nos remite a una cruza entre el último disco de TALK TALK, la faceta melódica de los TANGERINE DREAM de fines de los 70s y el minimalismo académico.* De este modo, ‘Cottage Of Lost Play’ aprovecha su turno para seguir por este sendero de serenidad expresiva y darle un giro un poco más colorido, apoyándose en una ingeniería rítmica moderadamente compleja. Aires de familia hay con NECROMONKEY y SUBURBAN SAVAGES, y también se notan algunos dejos del paradigma de MARILLION (sus primeros discos del nuevo milenio). 

La canción homónima es la más extensa del disco con sus poco más de 11 minutos y medio de duración, los cuales son bien aprovechados para que el grupo concrete las resoluciones más épicas de su visión musical. En efecto, ‘Hatchling’ comienza con una evocadora parsimonia pastoral que en no poca medida establece aires de familia con los primeros discos de WHITE WILLOW. La ensoñadora calidez del canto de Hørven brilla mientras se deja arropar por las bases de guitarra clásica y las ocasionales líneas de los vientos. Alrededor de la frontera del cuarto minuto, el groove de la canción se intensifica y el boque instrumental se completa a través de un ejercicio de puro lirismo progresivo, el mismo que está encuadrado dentro de un enclave donde el predominante tenor sinfónico se deja empapar por gotas de rocío folclóricas en varios pasajes estratégicos. Cuando éstos se vuelven predominantes, el grupo vuelve a exhibir su faceta contemplativa. Tras un epílogo solventemente expresivo, la breve coda retorna al primer motif, esta vez con una actitud un poco más adusta. Notamos confluencias con los patrones de CICCADA y de AGUSA. Cierra el repertorio ‘Supreme Vision’, pieza que con sus poco más de cuatro minutos y medio de duración expone un clima sonoro envolvente que evoca el inicio de una gran iluminación, el esplendor creciente de un nuevo grácil amanecer. Las serenas y hermosas líneas del saxo se acomodan bien dentro de la atmósfera ensoñadora y volátil que sirve de fondo para esta enunciación conclusiva. Así concluye la labor creativa que los MYTHOPOEIC MIND volcaron en “Hatchling” para brindarnos uno de los discos más coloridos que han emergido dentro de la provincia escandinava dentro del gran escenario mundial del rock progresivo. Nos complació bastante lo que hemos escuchado aquí y esperamos que este proyecto siga vigente por varios años más.




‘Fog Vision’ está dedicada a la memoria de la maestra Lindsay Cooper, quien nos dejó en el año 2013.


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