Sunday, June 23, 2024

ANTHONY PHILLIPS: memorias de una danza del año 1990

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy echamos la mirada atrás al legado del maestro ANTHONY PHILLIPS, más precisamente, al año 1990, cuando publicó ese hermoso disco titulado “Slow Dance”. Éste contiene la suite mencionada en dos partes, siendo la música contenida en ellas una cruza entre prog sinfónico y new age con un claro enfoque de suntuosidad y preciosismo a través de sus numerosas ilaciones melódicas. A lo largo del material compuesto íntegramente por el propio PHILLIPS, éste toca los sintetizadores, Roland Jupiter-8, E-mu Emax y Casio CZ-5000, las guitarras acústicas de 6 cuerdas Ovation y 12 cuerdas Alvarez, la eléctrica Fender Stratocaster y la clásica Yari, el bajo sin trastes Gretsch, y los secuenciadores de ritmos Roland TR-808, TOM y Yamaha QX5. Adicionalmente, también aparecen Martin Robertson (clarinete), Ian Hardwick (oboe), Michael Cox (flauta y pícolo), Tjborn Holtmark (trompeta), Julie Allis (arpa), Ian Thomas (batería) y Frank Ricotti (percusión), además del Speachi Quartet bajo la conducción de Ralph Bernascone, y algunos arreglos de cuerdas bajo la conducción de John Owen-Edwards. Las sesiones de grabación de esta magna obra tuvieron lugar en Vic’s Place, los Clapham Studios y los CBS Studios (los arreglos de cuerda dirigidos por Owen-Edwards), todos ellos situados en Londres, entre junio de 1988 y marzo de 1989. PHILLIPS y Simon Heyworth se repartieron las labores de ingeniería de sonido, con aportes de John Gibbons. Publicado por el sello Virgin el 24 de setiembre de 1990, tanto en CD como en vinilo y en casete, tiene la distinción de ser la última obra fonográfica de este maestro que fue publicada en estos tres formatos. Tras una reedición de dos CD y un DVD por el sello Esoteric Recordings del año 2017, “Slow Dance” ha vuelto a ser reeditado por el mismo sello en este año 2024 como un doble CD con el álbum original y otro volumen de maquetas (‘Vignettes’), y para esta ocasión, Heyworth volvió al ruedo para dirigir el proceso de remasterización en el estudio Super Audio Mastering, en Chagford, Devon. 


Este disco resultó ser uno de los más exitosos dentro de la carrera de ANTHONY PHILLIPS, pero el tiempo de su ideación y subsiguiente gestación estaba lleno de incertidumbre y descentramiento debido a que este maestro, a pesar de llamar la atención en el marcado de la new age con el Volumen VII de “Private Parts & Pieces” y la pronta culminación de “Tarka” en asociación con HARRY WILLIAMSON, el sello Passport Records dejó de actuar como difusor del material de PHILLIPS en mayo de 1988. Eso no sólo significaba que él se quedaba sin un contrato de grabación y estaba privado de cualquier adelanto económico para empezar a financiar futuras grabaciones, sino que se veía incapaz de pagar su reciente deuda con el management de Hit & Run en la compra de nuevos sintetizadores. PHILLIPS ya había estado escribiendo la mayor proporción de los centros temáticos para lo que habría de ser “Slow Dance” y ahora estaba en una situación en la que consideróa la idea de dejar de pensar en cualquier disco futuro y buscar trabajo componiendo música para documentales y demás, pero... al final decidió concentrarse en el plan inicial mientras esperaba que la logística laboral mejorara, y así fue que la composición del nuevo material se desarrolló hasta su forma final, pensada como una suite en dos partes de forma semejante a la de “1984” (1981). Una ventaja para la relativamente pronta compleción de la Parte 1 fue la disponibilidad de músicos de sesión que aparecieron en discos anteriores de PHILLIPS y, ante todo, la presencia de Simon Heyworth al frente de la ingeniería de sonido. Ya para fines del verano de 1989, el título provisional del proyecto había cambiado de “Album 88” a “Project 2”, y fue en esta instancia que cierta gente de Virgin Publishing conoció esta maqueta y mostró interés en contratar a PHILLIPS como compositor para el departamento de Filmes y TV. Las negociaciones de rigor llegaron a buen puerto y el buen ANT pudo obtener un adelanto financiero que, entre otras cosas, le permitió saldar su deuda con Hit & Run. Esta bendición no vino sola, pues también llegó el turno de Virgin Records para brindarle un contrato de grabación, y además de eso, un contrato de reedición de toda su discografía precedente. Lo primero que se concretó de este nuevo contrato fue el primer volumen de “Missing Links”, titulado “Finger Painting”, en diciembre de 1989.* Con estos múltiples beneficios derivados de este nuevo giro positivo de la rueda de la fortuna y los vientos del azar del negocio musical, PHILLIPS contaba con recursos para terminar el disco y sacarlo al mercado, pero... ¿con cuál título? Se barajaron nombres tales como “Time & Tide” y “Field Day” (a la postre, títulos de discos posteriores del buen ANT), pero “Slow Dance” fue el que quedó por sugerencia de un ejecutivo de Virgin Records llamado Declan Colgan, quien señaló que la música sonaba a algo para ballet.


Repasemos de una vez los detalles de este disco. La Parte 1 comienza con una breve introducción marcada por nebulosas cortinas de teclado acompañadas de efectos de viento, hasta que surge el arpa, seguida de la flauta y oboe, para instalar una cautivadoramente hermosa melodía y sus correspondientes variaciones, en consonancia con los sintetizadores y el ensamble de cuerdas. Todo lo que ocurre hasta ahora es como el paisaje sonoro de un oasis donde se cruzan sensaciones de elevación contemplativa y plácidas visiones de esplendores delicados; estos últimos se matizan momentáneamente con capas graves que parecen aludir a algo misterioso. Las siguientes dos secciones son notoriamente más sutiles, trabajando con orquestaciones y contrapuntos delicados: a veces se insertan algunas líneas del esquema melódico inicial. Lo que suena aquí nos remite, a veces, a los elementos sinfónicos del Vol. VII de la serie “Private Parts & Pieces”. En la frontera del minuto 12 emerge sorpresivamente una sección más rápida, la cual ostenta un tenor exótico, donde las marimbas marcan la base y la guitarra eléctrica emite unas texturas bastante efectivas. Su irrupción es poderosa, aunque no totalmente abrupta, pues acoge el mismo lirismo meticulosamente perfilado de antes. Es notable el acento mesurado que aportan las líneas de guitarra dentro de esta inesperada celebración; esto se nos antoja muy similar a los aspectos más ambiciosamente telúricos del OLDFIELD de “Crises”, “The Killing Fields” y “Islands”, valgan verdades. Con el breve regreso del motivo inicial se crea un puente a una sección celestial, la cual está centrada en una coral sintetizada desde la que se focalizan los demás instrumentos actuantes. Los últimos ocho minutos exhiben secuencias amables que se suceden con total fluidez, siempre marcadas por el suave protagonismo de los teclados, y contando con ocasionales toques de guitarra eléctrica y acústica que aportan matices eficaces al cristalinamente fastuoso paisaje sónico. Así las cosas, el terreno está preparado para la emergencia de un hermoso epílogo cuya claridad melódica está signada por una cristalina placidez que también es parte de los paradigmas de CAMEL, GENESIS y THE ENID. La obediente estructura rítmica de la batería y los sobrios fraseos de la guitarra eléctrica rodean cabalmente a la orquestación central, la cual se vale de sí misma para elaborar la coda. 

Manteniéndose fiel al sistemáticamente flotante lirismo sinfónico que signa al disco como un todo, la Parte 2 porta un carácter un poco más juguetón que la Parte 1, siendo así que inicia su aserción específica con un pasaje prologar elaborado al modo de una danza china dirigida por armonías de una cajita musical sintética. Con un golpe de gong pasamos a otra sección más patentemente intimista, la cual está marcada por cortinas de teclado y evocadoras líneas de clarinete. El mismo intimismo se disfraza de amable simplicidad con una posterior ilación de motivos fluidamente conectados bajo un signo similar; en uno de ellos reemerge el motivo introductorio, esta vez operando como un ornamento dentro de la base armónica general mientras un loop sintetizado opera como impulsor de una renovada aura extrovertida. En la frontera del minuto 12 surge un golpe de ruptura que da inicio a un interludio envolvente y textural, un cautivador ejercicio de minimalismo cinematográfico que, a su vez, funge como puente hacia un pasaje más extrovertido que refleja una bien perfilada organicidad sobre un compás realmente veloz. Es en este momento que emergen orquestaciones rebosantes y entusiastas, las mismas que, a veces, gestan unos giros un tanto exóticos donde se vuelven a asentar algunos motivos inmediatamente precedentes. Mientras estamos en un territorio afín a los TANGERINE DREAM de 1982-85, este recurso de constantes retornos a viejos motivos funciona para crear una unidad dentro de la obra. De hecho, otro golpe de ruptura posterior supone la vuelta de unas capas absorbentemente solemnes; una vez más, el cuerpo melódico se sustenta en un regreso de algunos motivos utilizados anteriormente, y a estas alturas del partido, PHILLIPS pone sobre la mesa la estrategia para empezar a cerrar el círculo trazado por este opus. En este momento, la ilación del motivo inicial de esta Parte 2 y el introductorio de la Parte 1 se elabora con una poco escondida suntuosidad que está trazada por vibraciones ceremoniosas, siendo así que ambos núcleos melódicos van confluyendo en un armazón contrapuntístico etéreo y sumamente refinado. Una idónea expresión de intensidad romántica para una composición que merecía un cierre a lo grande.


El volumen 2, titulado ‘Vignettes’, contiene varias maquetas preparatorias de esta magna obra. La primera es ‘Theme From Slow Dance’, el cual contiene la sucesión de tres motivos recurrentes en un marco de poco más de 3 ½ minutos, una síntesis compositiva pensada como posible single. Después sigue una mezcla alternativa de ‘No Way Out’, la cual realza las vibraciones orquestales de la composición central mientras aligera un poco la dimensión progresiva de su lugar original dentro de la suite. Más adelante encontraremos una mezcla original de esta sección con la batería de Ian Thomas, así como una versión abreviada y un poco más lenta de una de las secciones de la Parte 1, pensada como single, pero que permaneció inédita hasta esta reedición. En medio de todo esto encontramos unas joyas bien definidas como ‘A Slower Dance’, ‘Guitar Adagio From Slow Dance’ y la maqueta de ‘Touch Me Deeply’. La primera de estas piezas se enfila hacia un reordenamiento de uno de los motivos recurrentes de la suite en clave de ambientación cinematográfica, apelando a un esquema sonoro que reconocemos como uno muy común en los tiempos de la segunda mitad de los 80 y la primera mitad de los 90: gran bloque de armonías y melodías que se asocian a través de un pulcro enfoque digital. En cuanto al ‘Adagio’, se trata de un realce de la espiritualidad cálidamente primaveral que se impuso en el último tramo de la Parte 1. El preciosismo mágico ínsito en el modo en que la guitarra guía la estructura melódica es un estándar atemporal del maestro PHILLIPS. La tercera pieza mencionada es una composición independiente que, en base a la guía del piano, articula una estructura melódica evocadora y bastante agradable, muy motivada por esquemas románticos dentro del discurso de la new age. ‘Clarinet Sleigh Rides’ es otra composición nueva que se posiciona más cercanamente al paradigma de MANNHEIM STEAMROLLER con algunos matices heredados de las exploraciones en la electrónica lírica de algunas piezas de “Private Parts & Pieces VII: Slow Waves, Soft Stars”. La viñeta que cierra la reedición es ‘Lenta Chorum’, que es el arreglo orquestal para la penúltima sección de la Parte 2. 


En palabras de ANTHONY PHILLIPS, fue todo un riesgo apostar por la grabación de una composición de tal envergadura en un tiempo en que no contaba con un contrato de grabación concreto y mientras seguía pendiente la publicación efectiva de “Tarka”, pero el riesgo de gestar “Slow Dance” se retribuyó con creces al convertirse en uno de sus discos más exitosos. Cedemos la palabra al propio autor: “Ahora se ve como algo sabio y sagaz, pero en ese momento era como ser un funambulista sobre una cuerda de alambre en medio de una tormenta; muy fácilmente pudo haber salido mal este asunto. […] «Slow Dance» es algo que, en retrospectiva, tiene mucho sentido, pero en ese momento fue como un gran salto al vacío. Más allá de sus posibles fallas, este álbum tiene estructura, tiene estructura y tiene mucho significado para mucha gente. Creo que lo que más me gusta del álbum es que, durante su evolución, se podía ver cómo los temas se iban usando y entretejiendo. Cuando llegué al final, tenía la sensación de que era como el fin de un viaje mientras entendía que algo que funcionaba al comienzo también funcionaba en la conclusión.” Palabras muy elocuentes que complementan (o incluso podrían reemplazar) a lo que hemos aspirado a explicar en esta retrospectiva. En resumen, “Slow Dance” es una obra cumbre del maestro ANTHONY PHILLIPS, la cual le permitió cerrar una década a lo grande y alumbrar nuevas energías creativas para las siguientes (incluyendo un nuevo disco a dúo con HARRY WILLIAMSON un par de años después). Aunque se insertó en aquel momento en el mercado de la new age, en realidad, se trata de una joya inmortal de la música progresiva británica desde los 80 en adelante que merece un lugar destacado en cualquier colección mínimamente buena.



[Esta retrospectiva está parcialmente inspirada en una reseña publicada en la página web de La Caja De Música. Aquí está el enlace de la misma: https://www.dlsi.ua.es/~inesta/LCDM/Discos/anthonyphillips_slowdance.html]


* La serie de discos “Missing Links” recoge composiciones de música de librería, jingles, fondos para documentales y comerciales televisivos. En el año 2020, el sello Esoteric Recordings publicó una caja con los cuatro volúmenes de dicha serie, 

Friday, June 21, 2024

UPPSALA: un excelso referente de la música avant-progresiva francesa de los 70 y los 80



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy viajamos a la escena vanguardista francesa de los 70 y los 80 para toparnos con UPPSALA, un grupo que llegó a legar para la posteridad un disco homónimo en 1984 antes de desaparecer del mapa. La alineación de UPPSALA a la hora de gestar “Uppsala” estaba conformada por el trío permanente de Philippe Cauvin [guitarras eléctricas de 6 y 12 cuerdas, guitarra clásica y canto], Dany Marcombe [bajo sin trastes] y Didier Lamarque [batería y percusiones], la misma alineación original que inició sus operaciones allá en el año 1976. Contemos con más detalles la prehistoria y la historia de este estupendo ensamble francés. Hubo un tiempo en que el guitarrista Philippe Cauvin, con tan sólo 17 años de edad, pasó la banda PAPOOSE y luego formó parte de ABSINTHE, cuya última alineación incluía al bajista Dany Lacombe en el año 1974. Una vez disuelto este grupo, Lacombe ingresó a XALPH, un grupo que tenía un proyecto paralelo denominado MUSIQUE D’ICI ET MAINTENANT, el cual acogió a Cauvin y al percusionista Didier Lamarque. Cauvin, Lacombe y Lamarque no tardaron mucho en congeniar y armar el trío UPPSALA con la intención de crear música vanguardista donde convergieran el rock y el jazz-fusion. Siendo fans de SAMLA MAMMAS MANNA y, encima, habiendo tenido el placer de conocer a un integrante de la susodicha banda sueca emblemática de la primera generación de avant-prog (a la sazón, Costa Apetrea) y a Jukka Tolonen, del grupo finlandés TASAVALLAN PRESIDENTTI, escoger la ciudad del primer grupo mencionado como su nombre. A lo largo de la segunda mitad de los 70, el trío logró cautivar a un público de culto con varias giras nacionales y ocasionales participaciones en festivales y conciertos sueltos en el extranjero. El año 1979 fue de mala suerte, pues en marzo de ese año, el grupo sufrió un accidente en Bélgica mientras giraba allí. Lamarque sufrió algunos daños serios, pero Lacombe estuvo peor con su impedimento de usar las piernas, por lo que Cauvin, mientras esperaba a que sus compañeros se recuperasen, se puso a grabar su primer álbum solista y algunas piezas para recopilaciones de rock experimental francés. Llegó el año 1981 y con él, un nuevo amanecer para UPPSALA: el trío estaba recuperado y listo para hacer una gira por 15 ciudades. Esta fuerza de voluntad se terminó traduciendo en la grabación de su disco homónimo en el año 1983 en el Studio Carat de Burdeos, bajo los auspicios del sello KI Records. Philippe Ravon y Jean-Marie Avisse fueron los ingenieros de sonido. “Uppsala” se publicó al año siguiente, conteniendo composiciones de los tres músicos: ahora pasamos a revisar sus detalles.


Durando 4 ½ minutos, ‘Algarade’ abre el disco instaurando un ambiente vivaz y tenso, logrando crear una atmósfera de traviesa neurosis. Con las sofisticadas pulsiones de la batería y las virtuosas líneas del bajo armando una ingeniería saltarina, los laberínticos guitarreos van ubicando sus diversos focos a lo largo del camino: es como si los HENRY COW del primer álbum hibiesen sido domesticados por los MAHAVISHNU ORCHESTRA del segundo. La labor del baterista, más bien, se halla ligada al paradigma de RETURN TO FOREVER. Con todo el refinamiento del que hacen gala los tres músicos en sus vitalistas interacciones, se deja sentir también un filo recio. El segundo tema del disco, que justamente se titula ‘Coste And Jukka’, permite que el jolgorio se perpetúe y remodele con proactivo lirismo hasta llevarlo hacia una senda de inocente dadaísmo. El título no es caprichoso ni engañoso: acusa bastantes influencias del paradigma de SAMLA MAMMAS MANNA con sus añadidos toques del modelo de ZAO (los tres primeros álbumes). Como ya dijimos más arriba, los músicos de UPPSALA eran fervientes admiradores de la avanzada progresiva escandinava y aunque ya se podía notar esa admiración en el primer tema, el segundo es la confesión sin atenuantes. La plasmación de un lirismo más sereno para este tema permite al groove armado por la dupla rítmica jugar con algunos espacios vacíos. ‘Les Nouvelles’ elabora una saltarina síntesis de los climas y grooves recurrentes en los dos temas precedentes mientras permite al bajo abrise espacios de lucimiento dentro del encuadre general. Los falsetes son más definidos y parcos, por lo que su función es más cándida que satírica; esta faceta se hace presente en el cántico final. Cuando llega el turno de ‘Boucle Aux Oiseaux D’En Face’, la pieza más breve del disco con sus 2 ½ minutos de duración, el grupo se dispone a dejarse llevar por un swing más reposado a fin de dejar que la guitarra clásica guíe grácilmente la eficiente concreción del talante gentil de la composición misma. ‘Coup De Folie’ abre el lado B del long play y lo hace asentando una especie de cruza entre los TALKING HEADS del tercer álbum y los KING CRIMSON de 1981, añadiéndose algunas piruetas burlonamente ceremoniosas que resuenan convincentemente a la manera de un Zeuhl Zappianamente dislocado. He aquí lo más cercano que se sitúa la gente de UPPSALA a la faceta aventurera de la new wave de aquel entonces... Y, de paso, crear una momentánea afinidad con sus compatriotas de ETRON FOU LELOUBLAN.  


‘Etude N° 1’ es un hermoso y cautivador ejercicio de jazz-rock a lo WEATHER REPORT con ágiles ornamentaciones progresivas, destacándose principalmente las extravagantes florituras del bajo en los cimientos del terreno donde la guitarra despliega sus estupendos solos.* También hay algo mágico y potente en la exultante labor de la batería, que regresa de lleno al exquisito refinamiento del que hizo gala en los tres primeros temas del repertorio. Por su parte, los cánticos en falsete que emergen en las secciones inicial y final nos remiten de nuevo al paradigma de SAMLA MAMMAS MANNA, añadiendo acentos de perverso surrealismo al inocente dadaísmo de siempre. Durando más de 12 ½ minutos, la pieza que justamente se titula ‘Uppsala’ cierra el disco con excelsa grandilocuencia. Comienza con una calidez semejante a la del tema #4, pero pronto anuncia el componente de garra contenida con el que se irá elevando de a pocos la dosis de fulgor sonoro en el persistente dinamismo jazz-progresivo. Poco antes de la frontera del cuarto minuto, tras una efímera parada estratégica, el ensamble arma un nuevo motif sobre una ingeniería rítmica razonablemente compleja; mostrando unos parcialmente disimulados recursos de aspereza, el jam sigue avanzando a paso firme, sin negar su majestuosidad esencial. Por enésima vez, los falsetes son utilizados en algunos pasajes para insertar travesuras metafísicas dentro de la maraña instrumental. En general, lo que suena en este momento suena lo que parece el eslabón perdido entre ESKATON, SMM y ZAO. Tras un final reposado, la coda se explaya en una explosividad cuasi-caótica. La edición en CD de “Uppsala” que produjo Musea Records en el año 2001 añade tres bonus tracks tomados de un concierto de reunión y despedida que tuvo lugar en Burdeos el 11 de mayo de 1995: ‘Antrada’, ‘Chant De Nuit’ y ‘Entrechocs’. En ellos, el grupo opera como cuarteto con la presencia de Freddy Buzon a los sintetizadores y la trompeta. El primero de estos temas mencionados se explaya ágilmente por las arenas del jazz-rock con una base progresiva a lo Canterbury que se deja contaminar por el estereotipo de ESKATON. ‘Chant De Nuit’, por su parte, gesta un viaje sereno y sutilmente crepuscular en poco más de 3 minutos, logrando combinar eficientemente lirismo y posicionamientos deconstructivos. Finalmente, ‘Entrechocs’ despliega un vitalismo soberbio cuya primera mitad consiste en un electrizante solo de batería para luego ampliarse en un trayecto grupal al estilo de un híbrido entre la MAHAVISHNU ORCHESTRA y la banda de ALLAN HOLDSWORTH. El fade-out indica que esto duró más de los casi 6 minutos que se le otorga en este ítem fonográfico.  

  

Todo esto fue lo que el colectivo de UPPSALA nos brindó en su disco homónimo, el único trabajo fonográfico en formato de LP que llegó a registrar en el mercado a lo largo de su no tan breve existencia. También existe el casete homónimo de 1986 que incluye una nueva versión de un tema del LP y otros nuevos, estando UPPSALA aumentado con la presencia de Serge Korjanevski a los sintetizadores y el saxofón alto. No sólo eso, además hay un CD publicado en el año 2022 que se titula “Live In Bordeaux 1982”, el cual fue coproducido por Aqui Label Musique y Musea Records: este ítem es una muestra de la vitalidad y creatividad que destilaba el trío en esos tiempos previos a su disco de estudio. El sonido no es de lo mejor, a decir verdades, pero hay un tema como ‘Décorum’ que refleja una ingeniosa cruza entre la visceralidad jazz-rockera, la deconstrucción avant--progresiva y el oscurantismo Crimsoniano. También aparece ‘Uppsala’ durando 16 minutos. Tras la disolución de UPPSALA a fines de los 80, Cauvin se concentró en su carrera solista, grabando a veces discos bajo la firma del PHILIPPE CAUVIN GROUPE, mientras que el baterista Lamarque pasó a ser sesionista, apoyar en algunos de los primeros discos de MINIMUM VITAL y formar parte ocasionalmente de POST IMAGE. Marcombe también ha sido sesionista e integrante de POST IMAGE, además de XALPH. El teclista-vientista de la última época Korjanevski tiene una larga trayectoria haciendo música para eventos multimedia, documentales y un puñado de discos de música experimental. Todo esto fue lo que se legó para la posteridad desde la fábrica de hacer buena música progresiva del grupo francés UPPSALA en los 70 y más allá. Nuestras palabras de gratitud para con esta gente por haber sido un excelso referente para la escena avant-progresiva de la Europa de los 80 y habernos brindado un disco que es totalmente recomendable en cualquier colección mínimamente buena de rock artístico. 


Muestras de “Uppsala”.-
Les Nouvelles: https://www.youtube.com/watch?v=wNkBJcNE4JA
Etude N° 1: https://www.youtube.com/watch?v=azOsVI-eCD4

* Aprovechamos la ocasión para señalar que este tema, así como ‘Boucle Aux Oiseaux D’En Face’, ya formaban parte del primer álbum solista de Philippe Cauvin “Climage”, publicado en 1982 por el mismo sello KI Records.

Wednesday, June 19, 2024

ARS DE ER: la lucha de contrarios en clave de chamber-rock



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Llega un poco tarde esta reseña, pero lo bueno es que llega, porque la obra del proyecto bielorruso de chamber-rock ARS DE ER siempre vale la pena de ser revisada, y más aún, cuando se va renovando con el paso del tiempo. Hoy nos referimos específicamente al disco de agosto del pasado año titulado “Contraires”, lo más reciente que se ha creado en el taller musical de ARS DE ER, proyecto individual del compositor y multiinstrumentista Arseny Ershov. Este trabajo data de la primera mitad de agosto del pasado año 2023, habiendo tenido como antecedentes a 
“Ataca Suubito” y al EP “Ladieu Au Monde”, del año 2022. Lo que se muestra en “Contraires” es una serie de piezas compuestas por Ershov donde él funge como único operador de los instrumentos y programaciones que hacen sus respectivos actos de presencia. Por supuesto, también es el responsable de la producción y la mezcla de todo el material aquí contenido. 
 
Los primeros tres minutos del repertorio están ocupados por ‘Rêveur’, una pieza evocadora y crepuscular que nos transporta, al unísono, a los mundos de GOBLIN e ISILDURS BANE mientras usa un esquema rítmico bastante vitalista para articular su patentemente grisáceo motif central. Acto seguido, se da la conexión con la ambiciosa composición ‘Nostalgie’, la cual se extiende por un generoso espacio de 17 ½ minutos. El ímpetu fulguroso de su sección inicial ostenta un fulgor extrovertido que no había sido muy común en el esquema de trabajo de ARS DE ER, pero aquí  tenemos lo que está  patente: un ejercicio de ágiles  musicalidades prog-sinfónicas armadas con mesuradas dosis de densidad tenebrosa. Más bien, es en unas secciones posteriores donde el potencial tenebroso empieza a revelarse más directamente, aunque se trata, en lo esencial, de un viraje del permanente lirismo hacia un terreno crepuscular. De hecho, la puerta sigue abierta para que emerjan nuevas directrices melódicas de linaje romántico en ciertos pasajes estratégicos. Todo ello se traduce en una lógica de alternancias sólidamente articuladas entre expansiones de espiritualidad ceremoniosa con otras de aguerrida tensión emparentadas con el paradigma de PRESENT. Los últimos minutos de la sección intermedia movilizan una suntuosidad preciosista que no es ajena a las confluencias con los patrones de RICK WAKEMAN y el PÄR LINDH PROJECT. Tras ello, emerge otro interludio ceremonioso que permite una nueva exploración en climas serenos y misteriosos, el cual sirve para realzar el empuje conclusivo del factor fulguroso para el majestuoso epílogo. Monumental cénit del disco y reveladora muestra de aires novedosos en el cosmos musical de ARS DE ER. ‘Éveil’ es otra pieza de holgada duración, poco más de 10 ¼ minutos. Ya desde su sección prologar, marcada por un swing ceremonioso sobre el que se destacan unos fraseos oscurantistas y filudos de guitarra, se nota que la dimensión más robusta del ideario típico del chamber-rock continental se va a imponer aquí. Si bien es verdad que hay algunos parajes signados por una agilidad melódica en algunas instancias del laberinto multitemático, es la robustez muscular quien domina la logística instrumental y es la densidad señorial quien organiza el delineamiento del laberinto musical en curso. Hay momentos en los que se nos muestra una peculiar cruza entre los PRESENT de los 80, los KING CRIMSON de 1974 y ENSEMBLE NIMBUS.  
 
‘Réalité Ou Cauchemar’ es una tercera pieza de ambiciosa duración: poco más de 13 minutos y está decidida a ostentar su particular grandilocuencia con la misma fuerza de carácter exhibida por los dos temas precedentes. Específicamente, percibimos aquí los ecos de los antecedentes más lóbregos y tensamente sombríos de ARS DE ER (etapa 2017-2020) con ese vigor agitado y lacerante de 
“Other Side” (2021). De este modo, la concreción de la asociación entre un armazón multitemático inquietante y un esquema de trabajo en los arreglos donde confluyen lo pomposo y lo aguerrido permite la revelación sistemática de diversos recursos de estilizado oscurantismo. El clímax expresivo que se cocina desde poco antes de la frontera del sexto minuto permite un breve momentum de luminosidad antes del inminente regreso a un oscurantismo perturbado y absorbente. Las ocasionales excursiones en el área del avant-metal posibilitan un foco macizo para el continuo predominio de la industria tenebrosa. Poco después de pasada la frontera del noveno minuto, el asunto se torna realmente psicótico, al modo de una maquinaria revuelta en torno a su propia mecánica terroríficamente dadaísta. Para la sección final se da un retrotracción hacia una solemnidad crepuscular que se corta abruptamente para abrir campo a la pieza siguiente, titulada ‘Dernier Train’. Recibiendo buena parte de las huellas oscurantistamente vanguardistas de la pieza precedente, aquí se da una dosificación de sus vibraciones punzantes. Para concretar esto, los arreglos estructuran con impoluta claridad los contrastes entre los diversos parajes temáticos que se van hilando a lo largo del camino. Los sonidos orquestales que amulan bronces ocupan un rol tan importante como los de las capas de teclados y los fraseos de guitarra. ‘Un Endroit Pour Se Calmer’ trae consigo el cierre del repertorio, exhibiendo seductores aires exóticos de inspiración oriental al modo de unos JADE WARRIOR filtrados a través de la faceta más etérea de MASAL. La naturaleza reflexiva de este final del álbum nos hace pensar que se trata de una mirada hacia la variedad de paisajes que se plasmó a lo largo de la secuencia de los cinco temas precedentes, una vez que la catarsis se terminó. Posiblemente, una mirada hacia la mirada misma una vez que ésta puede ser un objeto más definido para la reflexión final. 

Toda esta fue la experiencia de “Contraires”, un manifiesto de la continua creatividad de ARS DE ER que, en este momento particular de su reciente producción fonográfica, decidió inspirarse en las muchas luchas de contrarios que se dan en la vida humana. Un disco totalmente recomendable en cualquier colección progresiva con especial afinidad por las áreas más aventureras del género.
 
 
Muestras de “Contraires”.-
Nostalgie: https://ars-de-er.bandcamp.com/track/nostalgie
Réalité Ou Cauchemar: https://ars-de-er.bandcamp.com/track/r-alit-ou-cauchemar

Sunday, June 16, 2024

Novedosa normalidad del excelente trío TRIFECTA



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión tenemos el enorme agrado de presentar “The New Normal”, el nuevo trabajo fonográfico del excelente súper-trío británico-estadounidense TRIFECTA, conformado por Nick Beggs [bajos con y sin trastes, Chapman Stick, guitarra, teclados, didyeridú, programaciones y canto], Adam Holzman [pianos acústico y eléctrico Korg SV-1, órgano Hammond XM2, sintetizadores Minimoog Voyager, Moog DFAM, Korg Karma, Memotron y Modal Electronics Argon, moduladores y efectos] y Craig Blundell [batería, recursos electrónicos y programaciones]. El disco fue publicado el pasado 12 de abril por rl sello Kscope, tanto en CD como en doble vinilo (formatos negro y blanco). Este colectivo nos brinda una nueva expresión de su ecléctica normalidad: jazz-fusion, prog, psicodelia y jazz-rock amalgamas en una serie de composiciones no muy extensas donde reinan la convergencia y el sentido de aventura. Los ilustres Alex Lifeson y Theo Travis aparecen en un tema cada uno, a la guitarra y el saxofón, respectivamente. La autoría de todos los temas y la responsabilidad por la producción del disco corren por cuenta del trío, mientras que Holzman se hizo cargo de la mezcla de los 19 temas aquí contenidos. Las sesiones de grabación se dieron en varios lugares de Inglaterra y Nueva York. La masterización fue realizada por Andy VanDette. Bueno, repasemos el copioso repertorio de “The New Normal”.
 

Durando poco más de 2 ½ minutos, ‘Beck And Call’ abre el álbum con autoridad, logrando gestar y sustentar un vigor llamativo sin imponer una garra desaforada. Es básicamente un ejercicio de retrotraimiento al patrón de RETURN TO FOREVER bajo la guía de los cautivadores solos de sintetizador. En menos de un minuto, ‘Dot Are You Wooing?’ exhibe un ejercicio de fluctuaciones delicadas a lo free jazz, lo cual anuncia la emergencia de ‘Stroboscopic Fennel’, una pieza cuyo enfoque sónico está centrado en un manejo cibernético del lenguaje del jazz-rock. El pseudo-rap de Beggs se siente un tanto Zappiano mientras la labor grupal se dedica a reforzar la consistencia del groove creado para la ocasión. ‘Just Feel It Karen’ es el simpático título del cuarto tema del disco, el cual despliega una vivaz muestra de modernismo propio del nu-jazz en una grácil confluencia entre las bases relajadas del piano y el órgano, por un lado, y los ornamentos sintetizados que emergen en pasajes estratégicos, por el otro. Mientras tanto, Blundell exorciza su Colaiuta interior con excelsa prestancia. ‘Sibling Rivalry’ comienza con una rabieta de Beggs que emula la rivalidad entre dos hermanos sobre cómo tocar el didyeridú. Tras una nota bastante extensa de tan peculiar instrumento aborigen australiano, se abre paso un jam nu-jazzero a medio tiempo donde las cadencias surrealistamente ceremoniosas permiten al mencionado instrumento elaborar texturas junto a las creadas por los sintetizadores y las percusiones electrónicas. ‘Ornamental Lettuce’ es otro ejercicio de fineza jazz-progresiva sobre un tempo inusual que permite a la banda explorar, en simultáneo, los paradigmas de ELP y de RETURN TO FOREVER. ‘Daddy Long Legs’ es la pieza más larga del repertorio con su espacio de poco menos de  4 ¼ minutos; se apoya sobre un groove cadencioso que algo tiene de sensual bajo su grisácea atmósfera al modo de un híbrido entre WEATHER REPORT y NIACIN. El saxo de Travis añade un espectro interesante a la paleta sonora diseñada para la ocasión. 
 

‘What Are You Doing?’ es otra miniatura en clave de free jazz con otro diálogo actuado de Beggs, el cual concluye con una mención a... KAJAGOOGOO. Sí, ese mismo grupo donde el buen Nick tuvo su momento de estrellato en la new wave de la primera mitad de los 80. Se abre así la puerta a ‘Stupid Pop Song’, una pieza de talante popero, que no estúpida: su llamativo dinamismo ostenta unos aires burlones que, una vez más, se nos antojan un tanto Zappianos. El elemento de fusión latina está asegurado por la fluida agilidad de la dupla rítmica, mientras los suaves falsetes de Beggs y los solos de sintetizador aportan una amena y humorística frivolidad al asunto. ‘Crime Spree’ (¡Qué contraste con el título de la pieza anterior!) es un regreso claro y directo al jazz-rock serio con una base centrada en un swing tremendamente sofisticado mientras los teclados y el bajo se hermanan en una estrategia de llenado de espacios tan contundente como elegante. Una pieza así no hubiera desentonado en cualquiera de los mejores discos de WEATHER REPORT de la segunda mitad de los 70. ‘Bach Stabber’ y ‘Kleptocrat’ duran poco más de 2 minutos y poco más de 2 ½ minutos, respectivamente. El primero de estos temas mencionados apunta a acentos Canterburyanos al estilo de los SOFT MACHINE de nuestros días cuando se explaya en una secuencia armónica con una aristocrática serenidad que muestra, con calculada reserva, su brillo inherente. Bajo la dirección de las escalas del magistral Holzman, el trío íntegro encuentra pronto su eje para hacer tornar el motif central. En cuanto al segundo, se trata de un regreso sistemático al esquema temático y el swing de ‘Crime Spree’, pero con una espiritualidad un poco más calmada, que no menos suntuosa. Gran secuencia de estos tres temas. ‘Once Around The Sun With You’ manifiesta un recurso de lirismo al modo de una balada progresiva en 3/4 que se deja ornamentar por sobrias florituras del piano. ¿Cómo sonaría una semi-balada de STEVEN WILSON de ser transportada en una máquina del tiempo a los estudios de ensayo y grabación del primer disco de GENESIS como trío? Escuchar atentamente esta evocadora canción (donde Lifeson toca las guitarras) nos brinda la respuesta a esta pregunta contrafáctica. ‘Chinese Fire Drill’ es, en lo esencial, una celebración de la extroversión y la luminosidad en clave jazz-progresiva, expandiéndose en su propio fulgor hasta que llega el momento del epílogo, donde todo se vuelve instantáneamente melancólico. Un epílogo muy bello, dicho sea de paso. 

 
‘Ouch! My OCD’ es una tercera miniatura humorística con enunciaciones teatrales de Beggs donde el grupo realiza un ejercicio de abstracciones modernistas (incluyendo efectos de llamadas de celular y anuncios de mensajes virtuales). El sonido de un teléfono de vieja usanza da inicio a ‘Wake Up Call’, una pieza de talante jazz-funky cuyo sencillo cuerpo central adquiere recursos de sofisticación gracias a la instauración de un swing complejo y los virtuosos solos de diversos teclados. Mención especial para el último solo de sintetizador, una maravilla en sí misma. El antipenúltimo tema del repertorio ostenta el cuasi-Zappiano título de ‘Wacky Tobaccy’ y su línea de trabajo parece inspirada en sus discos de 1972-73, pero con ese toque extra a lo WEATHER REPORT que ya hemos advertido en varias piezas precedentes. Otra estupenda secuencia de dos temas excelentes. 
La dupla de ‘Canary In A Five And Dime’ y ‘On The Spectrum’ se encarga de cerrar el disco, y lo hace sintetizando grooves y ambientes que se hicieron presentes en varios de los temas precedentes. ‘Canary In A Five And Dime’ regresa al área del nu-jazz con un talante progresivo que tira hacia lo contemplativo. El cautivador centro melódico se beneficia del sereno canto de Beggs en esta canción que, hasta cierto punto, se emparenta con la línea de trabajo de su proyecto THE MUTE GODS. En fin, ‘On The Spectrum’ se explaya a través de un clima de contemplativa placidez bajo la guía de unas hermosas frases de piano; el compás de 5/4 es manejado por Blundell con suficiente boato mientras el bajo asegura la ingeniería rítmica y un flotante sintetizador gesta mágicos ornamentos etéreos. Éstos llegan a impulsar un mesurado aumento de la densidad expresiva en algún momento del último tercio, lo cual capitaliza los colores de este bello paisaje sonoro. Un muy efectivo cierre para un repertorio tan abundante. A fin de cuentas, siendo ésta la experiencia de la novedosa normalidad del excelente trío TRIFECTA que se nos brinda para esta primera mitad del año 2023, sólo nos queda concluir que “The New Normal” es un disco entretenido y pletórico de creatividad musical. Recomendable al 300% (un % por cada integrante).

Friday, June 14, 2024

Los legendarios URIAH HEEP y el colorido de su orden vigente

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy hacemos una pequeña caminata dentro del mundo de los legendarios URIAH HEEP, quienes publicaron el 27 de enero del pasado año 2023, por vía del sello Silver Lining Music, su disco “Chaos & Colour”. Se trata del vigesimoséptimo trabajo de estudio de su trayectoria. La publicación se hizo tanto en CD como en vinilo (negro y lima transparente). La vigente alineación de Bernie Shaw [voz principal], Mick Box [guitarras y coros], Phil Lanzon [teclados y coros], Dave Rimmer [bajo y coros] y Russel Gilbrook [batería y percusión] hizo un buen trabajo aquí a la hora de reactivar los recursos de garra rockera, meticulosidad melódica y grandilocuencia de prestancia heavy-progresiva que ha marcado a su esencia histórica desde aquellos ya lejanos fines de los 60. Muchas es la agua que corrió bajo el puente y muchos han sido los que han integrado la membrecía de URIAH HEEP desde aquel año 1970 en que se gestó el álbum debut “Very ‘Eavy, Very ‘Umble...”, y la trilogía de “Look At Yourself”, “Demons And Wizards” y “The Magician’s Birthday” forjada entre los años 1971 y 1972 queda establecida como la hora cúspide de la banda. Tras las sucesivas muertes de Lee Kerslake, John Lawton, Trevor Bolder y Ken Hensley en diversos años del nuevo milenio, el único sobreviviente de todas las fases gloriosas por las que pasó el colectivo de URIAH HEEP a lo largo de los 70 es el guitarrista Box, siendo así que Shaw y Lanzon ya son veteranos personajes de la banda por derecho propio desde fines de la también lejana década de los 80. Lo que se nos brinda en 
“Chaos & Colour” es una firme continuación del enfoque concretado en los dos discos precedentes “Outsider” (2014) y “Living The Dream” (2018), teniendo como punto de referencia a “Sea Of Light” (1995), un auténtico disco de resurreción. Para ser más concretos, tenemos aquí rock potente y meticulosamente melódico que obedece, en proporciones iguales, a sus coqueteos progresivos de la fase 1970-73 y a las inquietudes frontalmente heavy que se instauraron en su canon de los 80. También, cómo no, están los roles del canto principal y los arreglos corales que tienen tanta relevancia como los aportes instrumentales a la hora de apuntalar el espíritu expresivo de cada canción. El material aquí contenido fue grabado en los Chapel Studios de Lincolnshire, Reino Unido, para luego ser mezclado en The Recording Studio West de Sherman Oaks, California (EE.UU.) La masterización estuvo en manos de Paul Logus mientras que la producción fue realizada por Jay Ruston. Repasemos ahora el repertorio mismo del disco.
 

Los primeros 3 ½ minutos del album están ocupados por ‘Save Me Tonight’, un tema con bastante poderío y con un gancho convincentemente aguerrido. Ostentando orgullosamente sus devaneos neoclásicos, la canción permite a la banda dejarse llevar por su preciosista músculo. La dupla de ‘Silver Sunlight’ y ‘Hail The Sunrise’ sigue a continuación para seguir elaborando sonoridades típicas de la tradición de URIAH HEEP. El primero de estos temas mencionados sigue de cerca las pautas de estilizado nervio rockero de la canción de apertura, aunque esta vez se advierte una mayor dosis de refinamiento en la ingeniería rítmica. Se da una prestancia extra cuando entra a tallar el explosivo solo de guitarra. El segundo de ellos cuenta con un mayor protagonismo de los teclados, un factor que insufla recursos cuasi-barrocos a este nuevo ejercicio de hard rock melódico. El desarrollo temático se asienta ceremoniosamente sobre un medio tiempo que es manejado con una pomposa garra muy útil para abrir campo al gancho esencial de la pieza. ‘Age Of Changes’ retoma la grandeza guerrera de la primera canción y le brinda una renovadora sofisticación: el pequeño prólogo de teclado es intrigante, abriendo paso a un cuerpo central donde los diálogos entre la guitarra y el órgano son eficazmente suntuosos. Mientras tanto, la labor del dúo rítmico gesta un groove bastante contundente y los arreglos vocales obedecen fielmente a la tradición de la banda. ‘Hurricane’ es todavía más marchosa, sucediendo a la ilación de las canciones #2-#4 con un despliegue de metódica explosividad. Hard rock frontal que exhibe sus galones  de oro veterano en clara afinidad con DEEP PURPLE. ‘One Nation, One Sun’ dura poco más de 7 ½ minutos y se hace notar como una balada pacifista cuya ceremoniosa espiritualidad es bien manejada por el recurrente vigor grupal. El dueto inicial de piano y voz porta un tenor contemplativo con una dosis adecuada de dramatismo, algo que ayuda bastante al realce del fulgor heavy-progresivo que habrá de sustentar el inminente esquema melódico del núcleo temático. Las capas y bases armónicas de los teclados impulsan la solemnidad palaciega de esta hermosa y conmovedora canción. 
 
‘Golden Light’ regresa a la elocuente fortaleza del hard rock clásico con matices progresivos que esta banda convirtió en su propia voz en aquella inolvidable fase 1970-73... y que también salió a relucir en los mejores momentos de la fase con John Lawton. Es como una capitalización del esplendor de las canciones #2 y #3, concretando un nuevo cénit para el disco. Explayándose por un espacio de casi 8 minutos, ‘You’ll Never Be Alone’ juega con variantes temáticas y cambios de ritmo en un resoluto retorno a las ambiciones progresivas, a la vez que va perpetuando la incendiaria exquisitez concretada en la canción precedente. El cuerpo central se mueve sobre un medio tiempo articulado con elegantes juegos de síncopas; la sección intermedia impulsa una explosión de distinguida pesadez donde el órgano establece un duelo triunfante sobre los guitarreos, un anticipo del delineamiento del venidero epílogo. Un culmen más de un disco que mantiene un excitante nivel de vigor rockero. ‘Fly Like An Eagle’ regresa al hard rock melódico e introduce un cautivador solo de sintetizador en el intermedio instrumental. Cierra el repertorio oficial de “Chaos & Colour” su tema más largo, el cual se llama ‘Freedom To Be Free’ y tiene una duración de poco menos de 8 ¼ minutos. Su esquema compositivo y sus consiguientes arreglos se estructuran con una robustez consistente y, a la vez, maleable a las variantes de groove que arma la batería a lo largo del camino: la más convincente confluencia entre los tiempos de “Look At Yourself” y “The Magician’s Birthday”. Los parajes instrumentales brillan con un exquisito brío, especialmente, un rotundo intercambio que abre paso al lucimiento del filudo bajo en medio del electrizante entramado en curso. Hay un garbo muy especial en la función que cumplen estos viajes instrumentales dentro de la arquitectura íntegra de la canción, lo cual ayuda bastante a reforzar la expresividad de las secciones cantadas, funcionando todo con una incendiaria integralidad. ‘Closer To Your Dreams’ es un bonus track en la versión deluxe del CD: se trata de una canción muy terrenal con un punche hermanado con el de la primera canción del disco, y, de paso, también con ese inmortal hit de 1972 llamado ‘Easy Livin. Otro bonus track es la versión en maqueta de la primera canción, donde canta Jeff Scott Soto: él es el coautor junto al bajista Rimmer, por lo que podemos apreciar el testimonio de este germen, ya signado por una identidad bien definida.

 
Toda esta fue la experiencia de “Chaos & Colour”, disco que nos muestra a unos URIAH HEEP muy entusiastas y lejos de estar agotados en creatividad musical. Se recomienda en cualquier buena fonoteca de rock de todos los tiempos, más allá de la nostalgia, como una entidad valiosa por sus propios méritos.

 
Muestras de “Chaos & Colour”.-
Silver Sunlight: https://www.youtube.com/watch?v=J7Ok9jHEBoo
Hail The Sunrise: https://www.youtube.com/watch?v=IGZeM9yLgt0  
Youll Never Be Alone: https://www.youtube.com/watch?v=yzmfK29ct90  
 

Tuesday, June 11, 2024

AGUSA: unión de rock progresivo y film noir



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy pasamos revista a la más reciente publicación fonográfica del excelente grupo sueco AGUSA, la misma que une el mundo musical del rock progresivo y el mundo cinematográfico del film noir. El nuevo disco de este quinteto conformado por Mikael Ödesjö [guitarras], Nicolas Difonis [batería, percusión y voz], Jenny Puertas [flautas y voz], Simon Ström [bajo] y Román Andrén [teclados] se titula Noir y fue publicado el pasado 10 de mayo, tanto en CD como en vinilo, por el sello Kommun 2. Roman Andrén fungió como productor, mientras que Sebastián Acosta Moreno estuvo a cargo de la masterización. La música aquí contenida es la banda sonora de la película de estilo film noir Malmö Noir, dirigida por AUGUSTIN SJÖBERG.* La historia de cómo llegó esta asociación fílmico-musical a concretarse es muy curiosa. Resulta que el guitarrista de la banda trabaja como cartero y un día, durante la pandemia, se topó con un colega de trabajo que estaba en el proceso de realizar la susodicha película. En base a la propuesta de que la gente de AGUSA hiciera la banda sonora, el grupo se sintió inspirado y llegó a componer la pieza ‘Uppenbarelser’, que formó parte del álbum “En annan värld” (2021), cuando el baterista-percusionista Tim Wallander todavía era parte del grupo. El proyecto se quedó estancado por un rato tras la partida de Wallander, pero en el año 2023, contando con Nicolas Difonis, volvió la inspiración creativa junto a la energía inherente a la misma. De alguna manera, AGUSA, como grupo, había passado por tiempos oscuros mientras el mundo se abatía a su alrededor con epidemias y guerras, pero esto tuvo, como lado positivo, la creación de atmósferas idóneas para “Noir”, las cuales son esporádicamente realzadas con la inclusión de algunos parlamentos. Veamos ahora los detalles del repertorio.


Durando poco más de 2 ½ minutos, ‘Tunnelseende’ abre el repertorio con un grandilocuente despliegue de vibraciones psicodelias que coquetean abiertamente con el stoner. Su señorial vitalismo hace gala de una flamante densidad que se va intensificando con el correr de los segundos. De esta manera, ‘Skottet I Parken’ se abre paso para prolongar esta línea de trabajo con añadidos toques de acid folk. Tras una primera sección guiada por la flauta en consonancia con las bases percusivas, el ensamble retoma ese nervio que conformó el núcleo central de la pieza de apertura. Cuando llega el turno de ‘Ljusglimtar’, el quinteto da un convincente giro hacia la placidez de lo sinfónico con una grácil confluencia entre los GENESIS de 1970, el BO HANSSON de 1972 y los RAGNARÖK de 1976. Los dos últimos temas de esta tríada inicial conforman un primer cénit de la banda sonora. Con la dupla de ‘Den Försvunne Brevbäraren’ y Skånsk Rapsodi Nr:1, el colectivo de AGUSA sigue abriéndose paso en esta aventura musical. El primero de estos temas apela a la psicodelia contemplativa cuya fuerza contenida se adapta muy bien a las delicadas cadencias de corte fusionesco que se arman desde la batería. Los elegantes fraseos de la guitarra llevan sobre sus espaldas el impacto del encanto inherente al motif central, el cual, en sus instancias finales, es transportado al área del jazz. En cuanto a ‘Skånsk Rapsodi Nr:1’, se trata de una miniatura de 107 segundos que completa el lirismo introspectivo que signó a la pieza precedente: hay una inspiración directa en la Rapsodia Húngara del maestro FRANZ LISZT. ‘Vind För Våg’ decide virar hacia un nuevo registro: el del así llamado krautrock. La banda utiliza recursos de ASH RA TEMPEL y TANGERINE DREAM para crear un paisaje sonoro frontalmente lisérgico cuya patente musculatura se centra más en lo punzante que en lo aguerrido. La precisa amalgama de bajo y batería permite que la ingeniería pulsátil armada para la ocasión se revele con una contundente soltura. ‘Svart På Vitt’ dice mucho en su espacio de poco más de 2 minutos y cuarto. Se trata de un ejercicio de rock progresivo con elementos folklóricos que se complace en dejarse llevar por su frenético compás, proveyendo una sensación de falsa alegría para un núcleo temático que es, en realidad, urgente y tenebroso.

‘Stad I Mörker’ se sitúa en la arena opuesta de la psique humana al evocar, en sus momentos iniciales. una aureola de relajada introspección. Ya con la instauración de una emporada interacción grupal, los sucesivos solos de órgano y flauta, en conjunto con la suntuosa labor de la batería, se genera un clímax expresivo en una exquisita clave jazz-progresiva, eso sí, preservando la espiritualidad melancólica efectiva desde el primer instante. Otro cénit del álbum. ‘Emporia’ abre señorialmente la segunda mitad del repertorio por vía de una sesuda exploración de los índices líricos de la pieza precedente, esta vez en clave de un ceremonioso prog-folk con un fuerte componente lisérgico. He aquí una fusión entre lo ensoñador y lo inquietante, una cruza entre JADE WARRIOR y GOBLIN que, gracias a sus coqueteos con los TANGERINE DREAM de 1977-79, funciona muy bien a la hora de alimentar su aura fantástica con un vitalismo grisáceo. ‘Pusselbitar’ se enfila a paso firme a través de un ambiente ensoñador con amplios indicios tenebrosos. La calidez propia de la flauta no oculta el air de latente amenaza que se manifiesta en el sutil desarrollo temático. ‘Kalkbrottets Hemlighet’ ahonda aún más en las vibraciones grisáceas, creando una auténtica tensión en base a las deconstrucciones de la guitarra, aunque en la última sección entran a tallar unos matices bucólicos. Éstos justamente preparan el camino para el arribo de ‘Bön För Öresund’, una propulsión suntuosa de las atmósferas ahora predominantes con penetrantes aires exóticos. Las dos miniaturas que siguen a continuación, durando 56 y 73 segundos, respectivamente, son ‘Upp I Rök’ y ‘Skånsk Rapsodi Nr:2’. Aquélla establece un epílogo para ‘Bön För Öresund’, mientras que aquélla abre un hermoso y envolvente prólogo para la última pieza del álbum. Ésta es ‘Stad I Mörker (Repris)’ y su misión consiste en permitir a la idea básica del ‘Stad I Mörker’ original adquirir una dosis extra de majestuosidad al tornarse más parsimoniosa. Es en este contexto que la potencial musculatura del núcleo temático, además de tornarse más densa, asume una aureola místicamente lóbrega. Las líneas de bajo empujan eficazmente a la soltura de la guitarra durante el cuerpo central de esta magnificencia sonora. Gran final para el disco, sin duda. 

Todo esto fue Noir”, una nueva joya en la corona de AGUSA, banda monarca dentro del reino de la música progresiva sueca de nuestros tiempos. Sin duda, este disco supone otro momento alto de calidad creativa y fuerza expresiva para un grupo que tiene por costumbre hacer disco muy bordados. ¡¡Totalmente recomendable!!




* Hay información más detallada sobre esta película en el enlace https://www.imdb.com/title/tt22888822/

Saturday, June 08, 2024

El tarot progresivo de MAGICK BROTHER & MYSTIC SISTER



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión hablaremos del más reciente trabajo de larga duración de la banda española MAGICK BROTHER & MYSTIC SISTER, el cual se titula “Tarot, Part 1” y fue publicado el pasado 29 de marzo. Ya por el título se ve que es un disco conceptual sobre las cartas del Tarot y que vendrán más discos con esta base conceptual en el futuro próximo; como sea, mientras tanto, este disco se defiende solo y amenaza con erigirse como una de las obras más notables dentro de la producción progresiva española del año 2024. Su edición se hizo en CD y en vinilo (opciones de color negro, rojo y blanco con manchas rojas). El núcleo triangular de Eva Muntada [piano, sintetizadores, órgano, mellotrón y voz], Xavi Sandoval [bajo, guitarras, mandolina, sitar y voz] y Alejandro Carmona [batería] recibe las colaboraciones Tony Jagwar al sitar, Didac Ruiz a las percusiones, Maya Fernández a la flauta y Glenn Brigman al canto, además de Maddy Gray y Dominic ODair en algunas recitaciones. Las sesiones de grabación de este disco tuvieron lugar durante el periodo de distanciamiento social sistemático. Veamos ahora los detalles de su repertorio. 


Todo se inicia con ‘The Fool’, que es el tema más extenso del álbum con sus casi 5 ¾ minutos de duración. Tras unas iniciales capas cósmicas, surge un jam jazz-rockero con claros tintes espaciales, el mismo que nos remite al STEVE HILLAGE de 1976-77 con unos toques extra del paradigma del jazz-fusion estadounidense de los 70. Los flotantes retazos de la guitarra y el firmemente exuberante posicionamiento de la dupla rítmica concatenan al unísono los hilos del telar sónico en curso. Estupendo inicio de álbum tras el cual sigue ‘The Wizard’, una pieza que sigue una senda más exuberante y serena que la anterior, lo cual obliga al ensamble a explorar su faceta más ensoñadora. Ahora lo que suena parece una cruza entre los PINK FLOYD de 1971 y los legendarios YATHA SIDDHRA, siendo así que la batería y los ornamentos percusivos se encargan de dibujar un perfil sutil para el desarrollo temático. Teniendo en cuenta su atractivo, tal vez habría valido la pena extender un poco más este segundo tema del álbum, pero es que llega el turno de la dupla de ‘The Hight Priestess’ y ‘The Empress’ para que impulse la expansión de la paleta sonora del grupo. El primero de estos temas mencionados le da un envolvente y etéreo giro folk-rockero a la explanada espacial donde el ensamble parece querer quedarse por más tiempo. En cuanto a ‘The Empress’, se trata de una combinación de la languidez señorial del tema #2 y la magia evocadora del tema #3, siendo así que las texturas aportadas por la flauta (de mellotrón) ayudan a resaltar las delicadas líneas de la guitarra. Las sigilosas florituras del piano logran añadir matices majestuosos al sonido colectivo. ‘The Emperor’ se mete de lleno dentro del área jazz-progresivo de es que usualmente se denomina Canterbury: pensemos en un hermanamiento entre los SOFT MACHINE del segundo álbum, los CARAVAN del tercero y los GONG de 1973-74 para hacernos una clara idea de lo que tiene lugar en este tema. También se puede advertir alguna conexión con los italianos HOMUNCULUS RES. ‘The Hierophant’ comienza con unos poderosos fraseos de sitar; no es el primer tema donde aparece este instrumento, pero sí hace notar su presencia tanto en el breve pasaje prologar como en el transcurso del ágil jam que emerge para asentar el cuerpo central de la pieza.
 
  

‘The Lover’ es una composición mística y crepuscular que se emparenta parcialmente con GOBLIN aunque todavía preserva su conexión con la tradición space-rockera, acomodándose en un lugar intermedio entre la faceta acústica de HAWKWIND y el garbo más plácido de un HILLAGE o unos AMON DÜÜL II. Cuando llega el turno de ‘The Chariot’, el grupo vuelve a explorar el encanto del swing jazz-rockero en clave Canterburyana con un razonable sentido de la agilidad. El gancho y la agilidad se muestran por sí solas mientras la banda enfatiza continuamente los bien perfilados índices del jam en curso. ‘The Justice’ sigue por una senda muy similar aunque con un ímpetu menos intenso, aprovechando esta circunstancia para explorar grooves más sueltos sobre el asidero de un compás inusual. La misma vitalidad de la pieza precedente pero con un enfoque más aristocrático. La dupla de ‘The Hermit’ y ‘The Wheel Of Fortune’ ocupa los últimos 7 ½ minutos del repertorio. El primero de estos temas mencionados se inmersa en un coqueteo con el minimalismo en clave psicodélica que se siente muy cercana a la faceta introspectiva de los ASH RA TEMPEL del primer álbum y las vibraciones cósmicas de los TANGERINE DREAM del segundo. En cuanto a ‘The Wheel Of Fortune’, se trata de una exploración en el acid-folk con proyecciones space-rockeras sobre un compás de vals circense. Permanecen varias huellas de la introversión sistemática de ‘The Hermit’, pero aquí opera un preciosismo progresivo que, al entrar a tallar la batería, añade vestigios jazzeros al asunto. El lirismo inherente a la canción conquista un crescendo hechicero por vía de un encantamiento evanescente; el hecho de que el fade-out esté guiado por una solitaria batería tras la disolución de las últimas capas de sintetizador aluden a una persistencia del hechizo. Todo esto fue “Tarot, Part 1”, un disco cautivador y mágico de unos MAGICK BROTHER & MYSTIC SISTER que se hallan en estado de gracia renovadora para su visión retro-progresiva. Hay que esperar más entregas de esta misión conceptual que el grupo decidió acometer, pero, por lo pronto, nos consta que el disco de ahora es muy recomendable para cualquier buena fonoteca de rock artístico. 
 
 
Muestras de “Tarot, Part 1”.-
The Fool: https://magicbrothermysticsister.bandcamp.com/track/the-fool
The Empress: https://magicbrothermysticsister.bandcamp.com/track/the-empress
The Hierophant: 
https://magicbrothermysticsister.bandcamp.com/track/the-hierophant-2