Hoy es el turno de ocuparnos del nuevo trabajo de la
banda mexicana CABEZAS DE CERA “Hermandad”: esta banda puntera de la vanguardia
progresiva de su país cumple a plena cabalidad con la misión de seguir
sobreviviendo como dúo – en efecto, los hermanos Mauricio y Francisco Sotelo, a
las cuerdas y las percusiones, respectivamente, están a cargo de remodelar la
visión musical de CABEZAS DE CERA con este formato tras la partida de Ramsés
Luna (hoy por hoy, focalizado en LUZ DE RIADA). El esquema sonoro dual al que se
ve reducido el paradigma musical de CABEZAS DE CERA evoluciona hacia un
predominio de las dimensiones y matices más etéreos de sus andanzas fusionescas
y psicodélicas: los hermanos parecen sentirse muy cómodos ampliando las ideas
de turno, aplicando con solvencia sus destrezas individuales al servicio de los
calculados llenados y mutuas compenetraciones que brinda el arsenal
instrumental (guitarra, Stick, charrófono, percusiones electrónicas, étnicas y
concretas, etc.).
‘Danza De La Lluvia’ ocupa los primeros 4 ¾ minutos del
álbum con una fresca actitud fusionesca donde confluyen atmósferas arábigas y
cadencias latino-tropicales: la dinámica sonora está armada con solvencia,
generando una especial fuerza de carácter a través de su expresión razonablemente
contenida de colores musicales. Suficiente resulta esta vía de entrada para que
CABEZAS DE CERA dé pruebas de que puede funcionar eficazmente como dúo, pero
aún queda mucho disco por delante, y justamente surge a continuación ‘Mano A
Mano’ para explorar senderos de renovado vigor desde las entrañas del nuevo
formato. La sonoridad nuclear de esta pieza tiene muchos aires de familia con
las facetas de orientación jazz-rockera que otrora se manifestaron en el disco
“Hecho En México” (disco de fines de 2007), con un manejo fluido de los factores
psicodélicos que entran a tallar para capitalizar ciertos momentos estratégicamente
intensos en el transcurso del desarrollo temático. La forja del clímax
conclusivo es simplemente genial, conformando así un cénit decisivo del álbum. ‘Rock
Mahal’ regresa de lleno hacia esquemas y atmósferas propias del exotismo
oriental, esta vez mezclando influencias de lo indio y lo chinesco. A través de
su generosa expansión de casi 9 minutos, la banda desarrolla matices y
variaciones de un cuerpo básico marcado por una espiritualidad ensoñadora,
aunque lejos está esta pieza de ser cándida: por el contrario, el dúo imprime
un sello rotundo a sus expansiones sónicas, incluso atizando el fuego de lo
rockero en un pasaje que se inicia poco antes de pasar por la frontera del
sexto minuto. En resumen, se trata de otro cénit definitorio de las aristas más
elocuentes de la presencia actual de CABEZAS DE CERA. ‘Migrante’ es otra pieza
de considerable duración, extendiéndose por un espacio de 9 ¾ minutos. Su
esquema rítmico tiene algo de tango en su primera mitad, reforzándose esta
cadencia con plena soltura mientras el jam básico se va prolongando, aunque
luego la pauta rítmica deriva hacia vibraciones tropicales. La mágica suavidad
que se explaya a lo largo del desarrollo temático se alimenta de amables
matices vanguardistas semejantes a los que hallamos en discos solistas de TREY
GUNN, TONY LEVIN o en los momentos más líricos de GORDIAN KNOT.
‘Sonocosmonauta’ es el tema más largo del álbum, con una
duración de 10’21”. En muchos aspectos, su rol dentro del repertorio es el de
expandir los ambientes y atmósferas folclórico-vanguardistas predominantes en
‘Migrante’, pero también cumple con una misión estrictamente propia,
consistente en añadir aires tanto de la tradición arábiga como del discurso del
space-rock: este segundo factor no entra a tallar para añadir pulsátil
agresividad al asunto, sino para realzar los aspectos etéreos inherentes a la
base compositiva de la pieza. Los dos últimos temas, ‘Éxodo Desierto Adentro’ y
‘Día De Feria’, completan la faena de “Hermandad” con sus respectivas
exploraciones de evocativa belleza en los bosques de la vanguardia sonora: ambos
coinciden en la meta de explayarse a través de gráciles auras introspectivas,
las cuales son motivadas por sonoridades acústicas directamente herederas del
proyecto AVANT-FOLK que Mauricio Sotelo armó en su momento con el maestro EBLEN
MACARI. La atmósfera mística sobre la que gira la primera de estas piezas
mencionadas se sostiene sobre los ambientes flotantes y vibraciones mágicas que
se generan desde la refinada conexión entre los rasgueos de las cuerdas y los
golpes de las percusiones; por su parte, ‘Día De Feria’ ahonda un poco más en
la peculiaridad de los folclores orientales mientras enfatiza los contrastes
entre la predominante actitud de contemplación a través de los ojos del sonido
y los interludios de fiereza rockera a través del filtro de una psicodelia
domesticada.
Todo esto fue el producto de esta hermandad musical que
se afianza para darle nuevos cimientos al ideario de CABEZAS DE CERA, el cual
plantea una nueva óptica sobre su propia historia a fin de atravesar caminos
sobre nuevas aguas hacia nuevos horizontes. “Hermandad” confirma al dúo de Mauricio
y Francisco Sotelo como una fuerza creativa vital para entender y valorar la
esencia de la vanguardia mexicana de los últimos años.
Muestras de “Hermandad”.-
Mano a Mano: http://www.youtube.com/watch?v=EpCDv4jh1kg Rock Mahal: http://www.youtube.com/watch?v=DUtxvjrASGQ
[Dedico esta reseña a mis amigos prog-mexicanos Juanjo Salas y Lorena Martínez]
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