HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
El grupo peruano SUPAY vuelve a la carga resucitando su propuesta
folk-progresiva andina para ofrecernos su tercer disco de estudio “Señales”, un
trabajo que se ha venido cocinando por un periodo un tanto largo tras un
considerable periodo de hibernación: ahora, las señales de revitalización están
claras a lo largo del repertorio de este nuevo disco. Lucho Proaño,
guitarrista-quenista fundador de la banda, vuelve a asociarse con el teclista
Gustavo Valverde (pieza esencial en el renacimiento de este “diablo
prog-andino”) y el vientista Williams León, mientras que se unen las fuerzas
sónicas de Luis Medina (al bajo) y Carlos Palacios (a la batería). De todas
maneras, no ha faltado su cuota de drama en este proceso de renacimiento de
SUPAY. El encargado de los vientos en la fase inicial de germinación del nuevo
material era el ex-FLOR DE LOTO Johnny Pérez, pero las diferencias de enfoque
en cuanto a las concepciones musicales que debían desarrollarse llevaron a una
ruptura de la asociación inicial entre Pérez y Proaño; así pues, León retornó a
las filas de SUPAY para finiquitar la elaboración del nuevo material, el cual
fue presentado por primera vez en octubre de 2012 en el festival LIMA PROG
FEST. Pero con una segunda presentación del nuevo disco en febrero de 2013 en
el Auditorio del Centro Cultural Ricardo Palma, el público se topó con la
curiosa sorpresa de que Johnny Pérez era el nuevo vientista de la banda:
resulta que León y el resto de la banda tuvieron sus últimas discrepancias en
torno a la dirección estilística del grupo, por lo que se produjo un hiato
definitivo entre ambas partes, y así, el terreno estaba preparado para un nuevo
encuentro entre todos los músicos involucrados en el inicio del proyecto de
“Señales”.
En los primeros meses de 2013 se difundiò una primera versión de “Señales”, pero recién a inicios de diciembre se ha presentado al público la edición física definitiva: el fruto de un trabajo iniciado en 2011. Dentro del repertorio de este nuevo disco, SUPAY echa un par de miradas retrospectivas a sus dos placas anteriores, insptigando nuevas versiones de ‘Alma’ (original de “El Viaje”) y ‘En El Viento’ (original de “Confusión”): el rol de Valverde influye no poco en los resultados finales de ambas labores de repaso. En el caso de ‘Alma’, tenemos una expansión del potencial de fastuosidad progresiva de los motivos centrales merced al uso de una acrecentada dosis de magia musical que termina traduciéndose en cálida magnificencia; en el caso de ‘En El Viento’, el repaso se convierte en una auténtica reconstrucción merced a la energía extra invertida en las expansiones temáticas y el empleo de cadencias jazz-rockeras en los aspectos predominantes del swing armado por la dupla Medina-Palacios, un viento convertido en huracán de sonoridades exquisitas. Dado que esta nueva versión es justamente la pieza que cierra el disco, resulta tremendamente efectiva esta renovada fastuosidad a la hora de darle un colorido explícitamente intenso a los momentos finales de “Señales”.
Este disco es una magnífica fotografía sonora del nuevo día que surge para SUPAY, y justamente es el tema titulado ‘Un Día Vuelve A Empezar’ el que revela las primeras imágenes. Con aires de carnavalito andino se instauran las cadencias básicas del primer motivo, el cual prontamente se deriva hacia una fluida ilación de vibraciones blues-rockeras, psicodélicas y Santanescas dentro de una gloriosa arquitectura progresiva. El peculiar virtuosismo de Proaño y el ingenio vitalista de Valverde conforman el doble cimiento para el desarrollo instrumental integral: ¡qué gozada de viaje progresivo!... ¿y por qué no pudo ser un poco más largo? En fin, el disco sigue girando para que podamos toparnos con el siguiente tema, ‘La Fortaleza De Piedra’, el cual se encarga de ahondar en la exploración de los aspectos más filudos del ideario de la banda. La secuencia de estos dos temas nos muestra a un ensamble dispuesto a dejarse llevar por el entusiasmo de la resurrección, ostentando su colorido esencial con eficiente soltura. Lo que sigue a continuación es el momento de ‘Ancestral’, un momento donde el grupo se entrega a un ritual poético sobre la mágica convivencia de pasado y presente en el orden del mundo: percusiones y vientos amalgamados en un ritual de evocación a fuerzas trascendentales. Más adelante llegará el momento de ‘Visión De Eternidad’, que es uno de cándida introspección en clave blues-rockera, oportunamente remodelada y ornamentada bajo un esquema fusionesco andino que ya reconocemos como esencia pura de SUPAY. En este caso específico, los vientos pasan mayormente a un plano de acompañamiento de las orquestaciones de teclado ante la autoridad de la guitarra, pero sin duda resultan cruciales a la hora de aportar matices interesantes en momentos estratégicos.
El concepto de la pieza homónima se reparte en dos instancias a lo
largo del disco, lo cual la convierte en el nexo latente de todas las ideas y
emociones que el repertorio pretende recrear. La primera parte, que dura casi 8
¾ minutos, ofrece una espiritualidad a la vez relajada e introspectiva, el
primer cuerpo central transcurre en una mágica confluencia de místicos colores
de maderas autóctonas, etéreas orquestaciones y líneas de teclado y flotantes
fraseos de la guitarra a lo Blackmore, dentro de un ceremonioso esquema de
trabajo a lo PINK FLOYD-con-CAMEL, generosamente remozado de matices telúricos
incaicos. Luego, a poco de pasada la barrera del cuarto minuto y medio, la
pieza vira hacia un interludio netamente rockero donde la banda exorciza nuevos
arrebatos de luz, preparando así el terreno para el pasaje final, donde todo el
señorío espiritual del primer motivo se renueva en una coda esplendorosa. La
segunda parte, que consiste en una breve expansión sobre uno de los pasajes
suaves de la primera, es la primera ocasión en que SUPAY hace un tema cantado:
el motivo centrado en el núcleo compartido entre la voz y el piano brinda 2 ¾
minutos de serenidad reflexiva antes de la irrupción culminante de ‘En El
Viento’.
Indicando una conclusión final para la presente reseña, solo cabe
reiterar que “Señales” es un disco excelente tanto en la concepción musical de
su repertorio como en el derroche de ingenio en los arreglos de su ejecución.
Este disco es una señal indubitable de que SUPAY había estado manteniendo un
vigor inquebrantable durante su periodo de hibernación, un vigor que solo tenía
que esperar la hora idónea para resurgir autoritario e
imponente… ¡y ésta es la hora!
Muestras de “Señales”.-
Un Día Vuelve A Empezar: http://www.youtube.com/watch?v=TJ1Iw5txVjkSeñales [vídeo-clip]: https://www.youtube.com/watch?v=vIDLWAOeZg0
No comments:
Post a Comment