Friday, March 29, 2013

WILLIAM GRAY o cuando el silencio se manifiesta en sonidos progresivos

 
HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Esta ocasión es la de WILLIAM GRAY y su más reciente disco “Silentio”, el cual se publicó a fines del año 2012. Tras un largo proceso de creación y producción, 5 años y medio después de su aclamado disco debut “Living Fossils”, este extenso ensamble argentino resurge con esta nueva obra para refrescar su propuesta prog-sinfónica tan particular, ecléctica y a la vez bien enfocada en arquitecturas melódicas refinadas, limpias tanto en los momentos serenos como en los más electrizantes. Dijimos que se trataba de un ensamble extenso, y vaya si lo es: la formación  de WILLIAM GRAY está integrada por Fausto Manes [batería], Maximiliano Rago [bajo], Sebastián Medina [voz, guitarras acústicas y eléctricas], Federico Ferme [guitarras acústicas y eléctricas], Federico Zanzottera [piano, órgano Hammond, acordeón y sintetizadores], Juan Manuel Tavella [sitar, santur, acordeón, piano Rodhes y órgano Hammond] y Carolina Azcune [coros]. Por si fuera poco, este colectivo recibe varias asistencias instrumentales de parte de otros músicos al cello, violín, percusiones étnicas, bandoneón, flauta, mandolina, etc.
 
 
Al igual que “Living Fossils”, “Silentio” es una ópera-rock. En este caso particular, el hilo dramático se centra en la historia de Tomás, un niño tímido que se ve envuelto desgraciadamente en una travesura grupal que termina ocasionando un incendio en una vieja casona abandonada: a través de las canciones de “Silentio”, vemos cómo Tomás aprende a lidiar con los fantasmas existenciales y trastocamientos mentales que siguen a este suceso, adquiriendo finalmente el don de escuchar hablar a los objetos (un piano, un reloj de pared, una máquina de escribir, etc.). Plasmar esta obra en un escenario implica añadir elementos visuales idóneos para hacer justicia al concepto.
 
 
 
El repertorio empieza con la dupla de ‘Prelude’ y ‘Crisis’: el primero es un juego orquestal ceremonioso de poco más de un minuto de duración, mientras que el segundo se explaya en un dinamismo llamativo marcado por una genuina vibración rockera. ‘The Gift’ se perfila hacia senderos muy distintos, reflexivos, focalizados en torno a las guitarras acústicas, incidiendo en un calmo compás en 6/8. La presencia del acordeón y la inserción de ciertos elementos fusionescos durante el solo de piano añaden intereses matices al asunto, sin olvidar el bello pasaje de múltiples cellos que sale a colación para sazonar el último estribillo. Con ‘Medicine’ (que dura casi 8 ½ minutos, la pieza más larga del álbum) llega el primer cénit expresivo del disco. Su primer cuerpo es una semi-balada cantada con ligeros aires Floydianos que traslada el aura reflexiva de la canción precedente hacia una dimensión un poco más tensa, aunque ciertamente con una actitud equilibrada garantizada por la limpieza melódica elaborada por el ensamble. La segunda parte consiste en un clímax instrumental que se revela airado: el rol protagónico que asume la trompeta es esencial para plasmar esta importante intensificación emocional donde la arquitectura de los riffs guitarreros y el empleo de complejas estructuras rítmicas marcan la pauta general. ‘La Burla’ sigue a continuación para brindarnos un hermoso ejercicio de tango-jazz con ropajes orquestales mágicos, un momento de evocación criolla que sirve como sugerente viaje introspectivo después de la intensa luminosidad sonora desplegada por la canción precedente. ‘Precious’ es una balada donde la guitarra acústica lleva el peso de la melodía y las bases armónicas, un momento para dejarse llevar por la serena reflexividad: el solo de sintetizador al final redondea muy bien la idea global de la composición, la cual enfoca la melancolía desde una emotividad serena. 
   
 
Pasamos el ecuador del álbum con la dupla de ‘The Sorcerer’ y ‘Type Machinae’: el primer ítem es una pieza de piano signada por una grisácea emotividad crepuscular, mientras que el segundo se enfila por senderos hard-rockeros cuya energía queda elegantemente dosificada a través de su suelta expresividad, algo así como una cruza entre el YES de la etapa Rabin y el estándar de RAINBOW. La pieza tiene suficiente gancho como para explotarlo un poco más allá de sus 4 ¾ minutos de espacio otorgado, pero la canción ya es como es y tiene que hacer paso al arribo de ‘Auditorium’, una magnífica power-ballad sinfónica donde WILLIAM GRAY saca el jugo a sus inquietudes más épicas. Los fraseos manieristas del piano, la arquitectura fastuosa del desarrollo temático, el glorioso solo de guitarra que completa la consistente robustez de la sección rockera (un poco a lo SAVATAGE) y la oportuna intervención coral en un momento climático resultan virtudes saltantes de la pieza en cuestión. Aquí tenemos un segundo cénit decisivo del disco. ‘Dumb’ es una balada acústica signada por un temple sereno suavemente armonizado sobre la base de la guitarra acústica y el acordeón; la coda en clave arábiga (con sitar, santur y percusiones) sirve para preparar el arribo de ‘Cursed’, pieza que oscila entre la lenta parsimonia rockera y una estilizada psicodelia que saca provecho del factor arábigo. Respecto a esto último, vale la pena resaltar el majestuoso y extenso solo de guitarra que corona la sección final, a medio camino entre RUSH y LED ZEPPELIN. ‘The Betrayal’ es otra breve pieza de piano que sirve de antesala a la última canción, ‘The Search’, pieza diseñada para sintetizar las dimensiones épicas que ya se han revelado y desarrollado en algunos temas precedentes (especialmente, ‘Medicine’ y ‘Auditorium’), terminando con una bizarra exploración de los elementos tangueros que antes se expusieron en ‘La Burla’. De este modo, el concepto se redondea con eficaz precisión.
 

Sebastián Medina, Federico Zanzottera y co. se han tomado su tiempo para llevar al disco sucesor de “Living Fossils” a su concreción final, pero ha valido la pena esperar según lo que hemos escuchado en “Silentio”: no es silencio, sino exhibiciones de limpia musicalidad que dignifican el arte del ruido progresivo lo que aquí encontramos de la mano de WILLIAM GRAY.


 
Muestras de “Silentio”.-
Medicine: http://william-gray.bandcamp.com/track/medicine
La Burla: http://william-gray.bandcamp.com/track/la-burla
Auditorium:  http://william-gray.bandcamp.com/track/auditorium


[Gracias a la gente de Cabeza De Moog y a Víctor Spinelli por difundir información sobre el concepto dramático de “Silentio”, lo cual me ayudó mucho a entender y disfrutar de este disco desde mi fuero interno]

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