Hoy estamos aquí para echar un vistazo detallado al legado de una de las bandas más talentosas, alucinantes y amenas de esa vertiente progresiva que fue bautizada como Canterbury: HATFIELD AND THE NORTH. Este excelso ensamble conformado por el guitarrista Phil Miller, el teclista Dave Stewart, el bajista-cantante Richard Sinclair y el baterista-percusionista Pip Pyle nos dejó un pequeño y, a la vez, gigantesco legado fonográfico con dos brillantes discos de estudio: el homónimo del año 1974 y “The Rotters’ Club” de 1975. Se trataba de un auténtico supergrupo del Canterbury pues en él se congregaron expatriados de MATCHING MOLE, EGG, CARAVAN y GONG, aunque esta formación que acabamos de designar no fue la que existía desde el inicio. Los primeros pasos de HATFIELD AND THE NORTH tuvieron lugar a mediados del año 1972 por iniciativa de Pyle, Miller y Steve Miller (quienes habían sido colegas en DELIVERY, y de paso, se conocían desde los años escolares) junto al bajista Roy Babbington. Mientras el grupo se empeñaba en alejarse del idioma del blues-rock practicado por DELIVERY para entrar en el terreno jazz-progresivo, el primer cambio de alineación tuvo lugar cuando Richard Sinclair reemplazó a Babbington, y poco después tuvo lugar también el segundo cuando Dave Sinclair reemplazó a Steve Miller, quien decidió justamente volver a sus viejos fueros y reformar DELIVERY. La permanencia de Dave no duró mucho pues él se veía saturado (sin dejar de estar interesado) por la complejidad estilística a la cual aspiraba el cuarteto, siendo así que él mismo sugirió que convocaran a Stewart como su reemplazante en enero de 1973. Aunque el primer concierto del grupo tuvo lugar en julio de 1972, recién en octubre adoptaron el nombre de HATFIELD AND THE NORTH en base a un cartel en una de las carreteras de salida de Londres. La idea no fue de ninguno de los integrantes del recién nacido cuarteto sino de un amigo cantante llamado Mike Patto, quien primero quiso utilizarlo para una banda que estaba formando por aquel entonces, pero cuando prefirió el nombre DICK AND THE FIREMEN, se lo propuso a esta gente... ¡y así salió la cosa! Respecto a la experiencia musical de estar en este grupo, Stewart recuerda que al ingresar en él significó pasar por una muy marcada curva de aprendizaje pues tuvo que acomodarse en parte a las visiones jazzeras que Pyle y Miller habían cultivado por varios años mientras que él estaba enfocado mayormente en la música de cámara del siglo XX y las estructuras más firmes del rock sinfónico (una línea de trabajo que forjó durante sus años en el genial trío EGG). Por su parte, Sinclair se sentía muy feliz de tocar en un grupo mucho más ambicioso que CARAVAN: “la actividad de creación musical era mucho más grandiosa con los HATFIELD pues tiene más acordes, más ritmos, armonías inusuales, lo cual demandaba un mayor esfuerzo de mi parte, en especial en los momentos en que me tocaba cantar.” En nuestro repaso de los dos álbumes de estudio de los HATFIELD nos centraremos en las reediciones que publicó el sello Esoteric Recordings en el año 2009.
Las dos composiciones de Stewart ‘Lobster in Cleavage Probe’ y ‘Gigantic Land Crabs In Earth Takeover Bid’ cierran esta segunda serie de magníficas maniobras instrumentales del grupo. La primera de ellas comienza con un talante angelical con un rol protagónico de los cantos femeninos antes de que una segunda sección instrumental exponga un motif más ágil que resuena con una meticulosa ingeniería melódica en base a los meticulosos armazones y diálogos entre órgano y guitarra. Por su parte, la segunda de ellas se proyecta hacia un nuevo ejercicio de galante extravagancia progresiva donde predomina el gusto por la musculatura en un contexto jazz-progresivo bien dibujado. La ostentosa complejidad del esquema rítmico y las vigorosas variaciones de ambiente quedan sólidamente reforzadas hasta que todo desemboca en el segundo efecto stubbs. ¡Enorme disco de debut!, ¡enorme! La reedición de Esoteric Recordings trae tres bonus tracks, siendo los dos primeros ‘Let’s Eat (Real Soon)’ y ‘Fitter Stoke Has A Bath’, lados A y B de un single publicado por el grupo en noviembre de 1974. La primera de estas canciones goza de un plácido gancho melódico que curiosamente está emparentado con la línea de trabajo de CARAVAN, y decimos “curiosamente” pues la razón principal por la cual Sinclair dejó CARAVAN era la de alejarse del estancamiento musical que él notaba en el grupo desde los tiempos de la magna obra “In The Land Of Grey And Pink”. De todas maneras, se nota en el bloque instrumental que los HATFIELD sabían proporcionar un vigor renovado a todas su composiciones, incluso las más amables. De hecho, aquí toca por primera vez Stewart un sintetiador (no suyo, prestado). También hay bastante calidez en ‘Fitter Stoke Has A Bath’ (canción que luego será retomada y ampliada en el segundo LP) pero se nota que la sofisticación jazzera cumple un rol más relevante. El tercer bonus se titula ‘Your Majesty Is Like A Cream Donut (Incorporating Oh, What A Lonely Lifetime)’, primera versión de una pieza que habrá de reaparecer en el segundo álbum de una forma más acabada de acuerdo a los deseos del grupo; la versión aquí contenida es originaria de un disco recopilatorio que el sello Virgin Records publicó en enero de 1975, y de hecho, ya indica la línea de trabajo más sofisticada hacia la cual se dirigía el cuarteto sin renunciar a la exquisitez en la ingeniería melódica.
Más conciertos y minigiras siguieron a la salida al mercado de este asombroso disco de debut que obtuvo muy positivas reseñas de parte de la prensa musical que, en sí misma, se había mostrado muy receptiva a la osada y dinámica propuesta musical de los HATFIELD prácticamente desde el primer día. El grupo era incluso muy bien recibido en clubes franceses, italianos y holandeses por lo que estaba con buen ánimo mientras creaba nuevo material para un segundo disco, el cual habría de ser titulado “The Rotters’ Club”. Como el material de este disco fue compuesto y ejecutado durante sus miríadas
de conciertos de la segunda mitad del año 1974, por lo que el proceso de
grabación en sí mismo no requirió de muchos ensayos propiamente dichos. Eso sí,
adiós a la idea de grabar en un estudio profesional con enorme logística: la
gente de Virgin Records esperaba obtener ganancias de las ventas del primer
disco – fue, en verdad, un fracaso comercial – antes de seguir invirtiendo a lo
grande en las aventuras de HATFIELD AND THE NORTH. Ni siquiera estaba dispuesta
la gerencia de Virgin dispuesta a pagar un adelanto al grupo para que pudiera
manejar con solvencia los gastos de próximos conciertos en el primer cuarto del
año 1975 sino también ayudar a Sinclair y su esposa a mantener un hogar que ya
tenía a su primer vástago. En cuanto a la grabación de “The Rotters’ Club” en
el modesto Saturn Studio, en el barrio de Worthing, entre mediados de enero e
inicios de febrero de 1975, siendo publicado en marzo siguiente. Para este segundo disco, el grupo volvió a contar con un nutrido número de brillantes colaboradores: Jimmy Hastings [flauta y saxofones soprano y tenor], Tim Hodgkinson [clarinete], el excolega de Stewart en EGG Mott Campbell [corno francés], Lindsay Cooper [fagot y oboe] y, cómo no, el infaltable trío vocal femenino THE NORTHETTES.
El esquema sonoro que el grupo trabaja y trajina para su segundo álbum despliega mayores y más recurrentes dosis de agilidad y colorido mientras preserva su mágica combinación de virtuosismo, calidez y sentido del humor. Ya de entrada, la grácil y llamativa canción ‘Share It’ (que dura 3 minutos y segundos) nos brinda un alegre muestrario de dulce ironía que se apuntala sobre un esquema rítmico marchoso, muy al estilo de CARAVAN cabe añadir. La letra de Pyle es muy reveladora en estos pasajes que ponemos de ejemplos: “Tadpoles keep screaming in my ear: / «Hey there! Rotter's Club! / Explain the meaning of this song and share it!»” – “I won't trouble you with all that cheap philosophy, / it's better still to watch that on T.V. / Most especially adverts of some slinky hairspray / when the plastic actresses take off their clothes / just to demonstrate all their curves and cleavages / and subtleties quite forgetting their hair.” Los coloridos y el solo del sintetizador arman una estupenda contraparte al entusiasta swing armado por la dupla rítmica. Luego sigue la magnífica pieza ‘Lounging There Trying’, seguida por la secuencia de las miniaturas ‘(Big) John Wayne Socks Psychology On The Jaw’ y ‘Chaos At The Greasy Spoon’, ‘The Yes No Interlude’ y ‘Fitter Stoke Has A Bath’. ‘Lounging There Trying’ exhibe un envolvente lirismo bajo la guía de la guitarra, la cual cuenta con el piano eléctrico como cómplica perfecto en la instauración del motif y la atmósfera centrales: mientras la pieza ve incrementanda la intensidad de su groove constitutivo, el cuarteto en bloque gesta un ejemplo de cómo es el modelo del Canterbury en su dimensión más exquisita. ¡Qué belleza! ‘(Big) John Wayne’ es una exhibición de magnificencia atonal mientras que ‘Chaos’ establece una travesura grácil liderada por un poderoso destaque del bajo con mucho fuzz. Esto último resulta idóneo para que el vitalismo coqueto y filudo de ‘The Yes No Interlude’ pueda dar rienda suelta a su cándida extravagancia. El solo de órgano y los ornamentos de vientos parecen acercar a este grupo de caballeros ingleses al modelo de FRANK ZAPPA; por su parte, cuando llega el momento del solo de Miller, la pieza adquiere una dosis extra de vigor expresivo, un nervio que requiere de un revestimiento señorial para fluir sólidamente a través del complejo esquema rítmico que dirige Pyle. Cuando el cuarteto baja los decibelios llega la oportunidad para el lucimiento de un divinamente pérfido solo de saxo, el mismo que anuncia el crescendo intermedio y el subsiguiente jam final de la sección. ¡Un cénit definitivo del disco!
Luego sigue el opus de 20 ½ minutos compuesto por Stewart que se titula ‘Mumps’, una pieza diseñada para que el disco concluya con autoritaria imponencia. Sus secciones portan los títulos autónomos de ‘Your Majesty Is Like A Cream Donut (Quiet)’, ‘Lumps’, ‘Prenut’ y ‘Your Majesty Is Like a Cream Donut (Loud)’: la segunda de ellas es la más extensa con sus 12 ½ minutos de duración. La primera sección, fiel a su título, consiste en una etérea amalgama de teclado y coral femenina que tiene mucho de misticismo primaveral, siendo así que cuando irrumpe ‘Lumps’ con su exultante prólogo, se genera un efectivo choque para el oyente atento. Nada malo hay en esto dentro del discurso progresivo, y además, una vez que los vericuetos Stravinskianos guiados por la dupla de órgano y guitarra han terminado, volvemos a la lógica del jazz-rock contemplativo sobre un esquema rítmico tan llamativo como señorial. Tras un regreso a lo etéreo, a poco de llegar a la frontera del quinto minuto se pone el grupo a explorar nuevamente su faceta más aguerrida, siempre sobre un esquema rítmico exigente. La penúltima parte de ‘Lumps’ es cantada, lo cual da pie a que el esquema sonoro vuelva frontalmente a lo lírico, y de paso, se prepare el jam concluyente, el cual exhibe en un espacio de casi 4 minutos un equilibrio excelso entre lo vigoroso y lo melodioso. La cosa termina en un fade-out para el arribo de la tercera sección, la cual refleja un estupendo ejercicio de ricas musicalidades jazz-progresivas: el canto femenino y la flauta llenan permanentemente los espacios indicados por la triangulación de guitarra, teclado y dupla rítmica. El groove creado por la batería de Pyle exhibe una cadencia milimétricamente calculada a través del efectivo despliegue de complejidad musical. Todo termina con una atmósfera tranquila durante el engarce entre la parte final de la sección tercera y el desarrollo de la cuarta, la cual ostenta una solemne luminosidad.
Pero antes del asunto del libro de Coe, HATFIELD AND THE NORTH resucitó parcialmente en el año 1990 para ofrecer un único concierto de reencuentro donde se congregaban 3/4 del personal original más una integrante nueva a los teclados, concierto que tres años después sería publicado en el CD “Live 1990”. ¿Cómo fue posible eso? Resulta que el local de Central TV en Nottingham tenía una serie de conciertos programados para que fuesen filmados con miras a una ulterior transmisión televisiva y en medio de todo surgió la idea de que los HATFIELD AND THE NORTH se reunieran al menos por un día: eso ocurrió el 30 de mayo de 1990 con la alineación de Pyle, Miller, Sinclair y la teclista francesa Sophia Domancich. Cuando se supo de la oferta para este evento, Stewart declinó formar parte del mismo pues ya no tenía interés en volver a tocar música progresiva. Poco antes de esto, Miller ya tenía armado desde hacía varios años su proyecto IN CAHOOTS mientras Pyle hacía lo propio con L’EQUIP’OUT, siendo Domancich integrante (y de paso, también la pareja sentimental de Pyle por aquel entonces); elle era la persona idónea para ocupar el lugar de Stewart en este concierto. Sin tocar nada del primer disco y optar por rebrotar tres piezas del segundo álbum, algún tema viejo que no formó parte de ningún disco y algunas composiciones nuevas, el cuarteto iba a explorar más a fondo el elemento jazz-rockero de su visión musical originaria. El sello Code 90 publicó el CD “Live 1990” en el año 1993, siendo retomado el ítem por Classic Rock Productions en el año 2002 bajo el título de “Live In Nottingham” y en formato doble de CD y DVD bajo el simple título de “Hatfield And The North In Concert”; Edsel Records, a su vez, reeditará este doble formato en el año 2015 bajo el título de “Access All Areas”. Una simpática anécdota de este concierto es que, en palabras de Sinclair, parece ser que algunas personas creían que iban a asistir a un concierto de rock pesado, si no, no se explicaba la presencia de tanta gente con pinta de Hell‘s Angels que había en el público al inicio del evento; claro está, a mitad del mismo, el público se redujo considerablemente en cantidad pero quienes se quedaron quedaron muy complacidos con ello.
‘Share It’ abre el concierto con su vibrante extroversión alimentada por la refinada ironía de la letra: cumplía muy bien como inicio del segundo disco de la banda y cumple también como inicio de un concierto. Luego sigue una nueva composición de Pyle en aquel entonces, la cual se titula ‘Shipwrecked’ y cuyo sección prologar cantada se caracteriza por ostentar una atmósfera otoñal que se va desarrollando con una sobria y perfectamente equilibrada mezcla de densidad y placidez bajo un manto de nostálgico candor.* Cuando llega el momento de las largas proyecciones instrumentales bajo la sólida tutela del solo de piano, el asunto vira hacia un elegante frenesí jazz-rockero que se ve tremendamente beneficiado por los gráciles ornamentos del bajo de Sinclair y las exquisitas florituras imparables de la batería de Pyle. El alucinante viaje musical en curso se completa cuando llega la conexión con ‘Underdub’,un clásico del segundo álbum que aquí se remodela con una atmósfera más etérea que la que se plasmó en la versión original de 1975: acorde con ello, Miller (autor de la pieza en cuestión) elabora unos fulgurosos fraseos que hacen que estos 13 ½ minutos de insignes planteamientos sonoros aterricen en un clímax sumamente elegante. ‘Blott On The Landscape’ es el aporte compositivo que brinda Sophia Domancich a este evento especial: la pieza es serena y lírica, situada estilísticamente entre el paradigma de CHICK COREA y el de HERBIE HANCOCK.** El piano eléctrico lleva incuestionablemente la batuta del desarrollo temático pero en algún momento se abre una vía para que Miller nos obsequie un nuevo solo de guitarra (exquisito, como siempre). En su dos últimos minutos, el groove se torna más cadencioso y el bloque instrumental adquiere un talante más señorial bajo la guía del órgano. ‘Going For A Song’ reaviva el ingenio ligero y colorido de la primera canción mientras que la tríada de ‘Cauliflower Ears’, ‘Somewhere Between Heaven And Earth’ y
‘5/4 Intro’ nos lleva hacia el momento de culminante esplendor de este evento. El primero de estos temas nos lleva hacia un refinado y complejo ejercicio de jazz-rock que incluye flotantes florituras de la guitarra sintetizada y un electrizante solo dual de bajo y guitarra, mientras que el segundo nos devuelve a los tiempos intensos del segundo álbum de los HATFIELD con una nueva tonalidad. ¿Por qué subió Sinclair para cantar por el micrófono de Pyle a espaldas de éste? ¿Un momento de humor? No exactamente: simplemente se había callado el amplificador de su bajo y subió al monitor del baterista para escuchar apropiadamente a su instrumento. ‘5/4 Intro’ culmina la faena añadiendo un gozoso vigor a la explosión de vivo dinamismo que se había abierto en ‘Somewhere Between Heaven And Earth’. El repertorio del concierto se cierra con ‘Didn’t Matter Anyway’, creando una eficaz aura de dulce melancolía a través de su afectiva base melódica: el sintetizador de Domancich se dilata generosamente en fabulosas líneas que remodelan la labor que la flauta hacía en la versión original.
En el año 2005 se dio una segunda reunión de HATFIELD AND THE NORTH, esta vez con la mente puesta en tener mayor actividad en conciertos y elaborar con paciencia material para un nuevo disco. Los Sres. Pyle, Miller y Sinclair contaban en esta ocasión con Alex Maguire como el responsable de los teclados. Lamentablemente, cualesquiera planes para la resurrección plena del grupo quedaron truncos el día 28 de agosto del 2006, cuando murió Pyle a los 56 años de edad. Justamente falleció en su casa a pocas horas de volver de un concierto de HATFIELD AND THE NORTH en la localidad neerlandesa de Groninga. Como el cuarteto tenía ya pautadas unas presentaciones en octubre de ese mismo año, incluyendo el Canterbury Festival, los tres miembros sobrevivientes decidieron cumplir con estos compromisos con la asistencia del baterista Mark Fletcher: la idea de hacer esto fue planteada como homenaje a Pyle, y de paso, una despedida definitiva a la existencia y la persistencia de HATFIELD AND THE NORTH, una banda que transportó a nuestras mentes y espíritus en viajes mágicos por las autopistas y carreteras del movimiento Canterbury. Dedicamos esta retrospectiva a la memoria de Phillip Pyle (así aparecía su nombre en los registros públicos), quien en todo proyecto musical en el que estuvo involucrado demostró no solo ser un gran maestro del ritmo sino también una enorme figura creativa en el concepto integral de la música. ¡Gracias eternas por todo, maestro Pip!
Muestras de HATFIELD AND THE NORTH.-
Fol De Rol:
https://www.youtube.com/watch?v=2RwFVfLmJPo
Shaving Is Boring: https://www.youtube.com/watch?v=DFI6OgzGEPA
Lobster In Cleavage Probe: https://www.youtube.com/watch?v=OCGRt4iaM5g
Let’s Eat (Real Soon): https://www.youtube.com/watch?v=ooeQPo1TiWM
The Yes No Interlude: https://www.youtube.com/watch?v=URWxdCn0d5c
Halfway Between Heaven And Earth [en vivo, 1990]: https://www.youtube.com/watch?v=jCTnxhJPTR8
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It / Going For A Song / It Didn’t Matter Anyway [en vivo, 1990]: https://www.youtube.com/watch?v=RUoHEE5TJgk
* Esta pieza será más adelante incluida como tema de estudio en el disco solista de PIP PYLE “7 Year Itch”, el cual data del año 1998
** Este tema será publicado en versión de estudio en el año 1993 como parte del disco del SOPHIA DOMANCICH TRIO “Rêve De Singe”.
* Esta pieza será más adelante incluida como tema de estudio en el disco solista de PIP PYLE “7 Year Itch”, el cual data del año 1998
** Este tema será publicado en versión de estudio en el año 1993 como parte del disco del SOPHIA DOMANCICH TRIO “Rêve De Singe”.
[Algunas ideas de esta retrospectiva estuvieron inspiradas en esta
reseña originalmente publicada en La Caja De Música: https://www.dlsi.ua.es/~inesta/LCDM/Discos/hatfieldandthenorth_hatfield.html]
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