Friday, September 27, 2019

FINISTERRE: ritual de retorno celebratorio para las bodas de plata de su primer disco



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos una celebración progresivamente especial con el aniversario #25 del primer disco de FINISTERRE, una de las bandas fundamentales del revival progresivo de los 90s en su país y que se proyectó muy sólidamente para diversos públicos foráneos. El disco en cuestión era homónimo y lo sigue siendo en esta nueva versión realizada íntegramente por la misma alineación de aquel entonces: bueno, ahora recibe un título ligeramente modificado para la ocasión, el cual queda como “Finisterre XXV”. En ese año 1995, bajo la producción del sello Mellow Records, los FINISTERRE publicaron su histórico disco de debut contando con la alineación de Stefano Marelli [guitarras eléctrica, acústicas de 6 y 12 cuerdas y clásica, y voz], Sergio Grazia [flauta, guitarra eléctrica y coros], Boris Valle [piano, teclados eléctricos y sintetizadores Moog], Fabio Zuffanti [bajos de 4 y de 5 cuerdas, y voz] y Marco Cavani [batería y percusiones acústicas y electrónicas]. A su vez, el colectivo contó con las participaciones ocasionales de los siguientes invitados: Edmondo Romano (saxofones tenor y soprano, y flauta dulce), Osvaldo Loi (violín y viola), Claudio Castellini (canto), Francesca Biagini (canto), Paolo Carraffa (canto), Stefano Cabrera (cello) y Marcello Mazzocchi (batería). La edición de “Finisterre XXV” fue en CD y en doble vinilo, siendo así que esta última contó con dos canciones adicionales: una versión de ‘Harlequin’ de GENESIS y otra de ‘Refugees’ de VAN DER GRAAF GENERATOR. Esto fue todo un acontecimiento que sirvió como acicate primordial para impulsar hacia niveles estratosféricos a la ya existente generación del revivial progresivo italiano desde fines de los 80s. Un disco que mostraba una madurez y una osadía creativa únicas para una banda que recién se había formado un año antes de la compleción del disco en cuestión. Ahora, en el año 2019, más exactamente en el día 17 de mayo, el quinteto conformado por los tres integrantes fundadores Fabio Zuffanti, Stefano Marelli y Boris Valle se completa con el colega de hace varios años Agostino Macor [sintetizadores, mellotrón, órgano y glockenspiel] y el integrante de LA COSCIENZA DI ZENO Andrea Orlando [batería y percusiones]. Este quinteto remodelado se benefició de los aportes de varios invitados ocasionales, siendo dos de ellos el saxofonista Edmondo Romano y el violista-violinista Osvaldo Loi. Marco Moro colabora con partes de flauta mientras que Luca Scherani hace lo propio con el acordeón. También hay un espacio para arreglos corales de parte de una coral conformada por 4 sopranos, 4 contraltos, 3 tenores y 3 bajos. Todo empezó como una iniciativa de Zuffanti en el contexto del festival Z-Fest en la primavera del año 2017, siendo así que lo que se suponía que era una reunión parcial de los FINISTERRE originales tuvo un poco más de actividad en el año siguiente. Así las cosas, brotó la idea de volver a grabar el primer disco y retomar la esencia artística de un grupo que terminó desintegrándose a inicios del nuevo milenio.

  

Bueno, veamos ahora los detalles de este “Finisterre XXV”. La obertura ‘Aqua’ despliega una delicada serie de serpeantes bucles de piano y sintetizador al modo de un flujo acuático que se deja llevar por su propio ímpetu interior. Así las cosas, la atmósfera se asienta adecuadamente para que emerja el enérgico y polícromo tema ‘Asia’, el cual ostenta un gancho contagioso a través de sus bien calculados recovecos musicales. Los pasajes en los que se van destacando sucesivamente los armazones de los múltiples teclados, las líneas de flauta y el nervio de la guitarra eléctrica, van desarrollando una ingeniería melódica llamativa e irressistible al modo de un matrimonio entre PFM y los GENESIS de la fase 76-78. Los primeros tres minutos y pico exhiben un palaciego frenesí antes de derivar hacia una ambientación parsimoniosa de tenor cuasi-Floydiano, la cual también tendrá un espacio apropiado para su desarrollo. El fade-out del solitario piano es el final perfecto para esta pieza en tanto que se enfiló hacia lo contemplativo y lo melancólico. Cuando llega el turno de ‘Macinaacqua, Macinaluna’, el ensamble nos brinda una labor aún más profunda de explayamientos eclécticos durante un espacio de casi 8 ¼ minutos. Mientras el primer cuerpo central exhibe una muy inspirada confluencia de jazz-rock y prog sinfónico en clave aguerrida, el piano traviesamente elabora efímeros interludios con citas de los maestros MOZART y GERSHWIN. A mitad de camino, con base de piano, emerge una sección cantada en 3/4 que emite aires de vals sinfónico intercalados con otros aires cabareteros: lo ceremonioso se conjuga con lo satírico para crear un clima, a la vez, dramático y entrañable. De este modo, se arregla el campo para sembrar una amplia sección instrumental que ostenta una suntuosidad vigorosa y densa, alimentada con toques surrealistas, siempre situada dentro de un cristalino perfil melódico en las interacciones entre los instrumentos partícipes. ‘…Dal Caos’ es una pieza misteriosa de talante jazz-rockero donde el grupo juega con mecanismos de jazz experimental y ornamentos cósmicos de sintetizador, incorporando un solo de guitarra flotante al estilo Frippiano. Esta versión dura 2 minutos más que la original. 



‘ƩYN’ y ‘Cantoantico’ son los ítems más extensos del repertorio, durando el primero casi 16 ½ minutos y el segundo, poco más de 11 ¼ minutos. ‘ƩYN’ es un festín musical de gran envergadura cuya meticulosa ilación de diversos motivos y atmósferas llena nuestra cabeza de imágenes de catedrales, festivales campestres y momentos joviales en los lugares más relajados de una gran ciudad. Aquí, esta pieza se extiende un minuto más que en aquel disco de 1995. Es fácil advertir las influencias de BMS, PFM, GENESIS y PINK FLOYD, además de algunos factores jazzeros que coquetean abiertamente con el Canterbury, a través de toda esta versátil opulencia sonora. El desarrollo multitemático incluye ocasionales referencias a algunas piezas precedentes, y en cuanto al carácter orgánico de las interacciones entre los instrumentos, éste se basa en el impoluto pulso colectivo que fluye cabalmente a través de los diversos parajes de este sendero abundantemente versátil de ‘ƩYN’. Hay un pasaje coral que tiene algo de abrumador en su manera de ornamentar el pasaje de turno, pero la idea es esa misma, la de acentuar las dos últimas secciones con un fragor grandilocuente antes de que el acordeón elabore una coda cálida y envolvente. ‘Cantoantico’, el único tema cantado donde es Zuffanti y no Morelli el vocalista principal, comienza con una exhibición de pletórica ceremoniosidad donde se abre bastante campo a elementos pastoriles en medio del reinante sinfonismo. Una vez desarrollado un pequeño jam en 5/4, éste es seguido por un breve motif de tenor arábigo, algo que nos toma de sorpresa de una forma agradable, y así se instaura un enfoque renovador para el entusiasta pasaje que se desarrolla a continuación. la repetición de esta secuencia no solo permite que la idea en curso se refuerce sino también que el colorido inherente a este entramado pueda mostrar fehacientemente todos sus matices sin que nos quede la sensación de que todo pasó demasiado rápidamente. Otras secciones posteriores van alternando momentos de solemnidad otoñal con otros de grácil gozo. La lógica de la pomposidad prog-sinfónica que concretó en ‘ƩYN’ un imponente cénit vuelve a lograr lo mismo aquí. 


‘Isis’ se sitúa en medio de estas dos piezas monumentales y no pasa ni mucho menos desapercibida. Los matices etéreos elaborados por los teclados para que emerja el primer canto sustenta una atmósfera situada entre lo onírico y lo crepuscular. Tras este mágico preludio surge una sección extrovertida y colorida donde predomina el compás de 6/8 en un despliegue de vitalidad donde se cruzan el fulgor de YES y el garbo de PFM. La robustez de la dupla rítmica es manejada con suficiente soltura como para que los entramados de guitarra, flauta y teclados se desarrollen con fluida elocuencia. Una vez terminado este magnífico pasaje, el piano eléctrico, concentrado en flotantes cadencias de inspiración jazzera, emerge para crear de a pocos una atmósfera sosegada e introspectiva, la misma que ha de impulsar la gestación y el ulterior asentamiento de la última sección del tema. Ésta ostenta un tenor patentemente reflexivo, aunque todavía vibran en él destellos del delicioso vitalismo que antes había signado al entusiasta pasaje intermedio. Es como si la alegría antes predominante se apartara un poco del paisaje musical sin desaparecer del todo, dejando que el telar de la serenidad contemplativa elabore las capas con las que se ha de cubrir el cierra de la pieza. ‘Phaedra’ dura aquí poco menos de 8 ½ minutos (en el disco original, se ajustaba a los 7 minutos) da generosos espacios protagónicos a la guitarra, y de hecho, son sus electrizantes rasgueos los que inician la pieza. Tras un prólogo contagiosamente extrovertido, el tema transita a una atmósfera ceremoniosa que ya nos resulta familiar en cuanto a su enfoque estilístico: sinfonismo impregnado de detalles bucólicos y encuadrado en un diagrama académico donde cogobiernan el romanticismo y el impresionismo a través de los filtros de PFM y GENESIS. El inicial motif extrovertido vuelve con todo para los tres últimos minutos, creando así una aureola vitalista rotunda a través de la imponente elegancia grupal. El final del disco se inicia cuando todavía no se evapora el eco del último golpe de gracia del ensamble en pleno: el epílogo es una réplica de ‘Aqua’ de un minuto y medio de duración donde se incorpora texturas de guitarra y ornamentos percusivos a la inicial dupla de piano y sintetizador. En el disco original, ‘Phaedra’ no desembocaba en un reprise de ‘Aqua’, sino que terminaba con una sostenida orquestación de sintetizador y un efecto de explosión.
              

Esta labor de revalidación y remodelación del importante legado que nos dejó el primer álbum de FINISTERRE ha sido emocionante, efectivo y muy bien logrado. El próximo paso para Zuffanti y varios de sus colegas presentes en esta labor de aniversario musical es el de resucitar a LA MASCHERA DI CERA con miras a crear un nuevo álbum para el próximo año 2020: así está anunciado en las páginas de Facebook del grupo y del propio Zuffanti, quien también publicó su más reciente disco solista en la primera mitad del presente años 2019. Bueno, todo eso ya será materia de otros asuntos a ser tratados en algún momento futuro, así que nos constreñimos a lo que hemos escuchado y apreciado en “Finisterre XXV”, siendo así que este ítem recibe nuestro veredicto sumamente favorable del mismo modo que el “Finisterre” originario lo recibió en su tiempo. Este disco es, ante todo, una gloriosa y entrañable fiesta de aniversario para un clásico indiscutible del rock progresivo de las tres últimas décadas. ¡Aleluya a estos dioses de la escena progresiva italiana!


Muestras del “Finisterre” de ayer y hoy.-
Macinacqua, macinaluna [1995]: https://www.youtube.com/watch?v=uB_bzvQOMnk
Phaedra [2019]: https://finisterreprog.bandcamp.com/track/phaedra


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