Thursday, August 27, 2020

J.G. THIRLWELL y SIMON STEENSLAND: asociación para un chamber-rock vibrante y vitalista



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Aquí tenemos este disco a dúo de J.G. THIRLWELL y SIMON STEENSLAND titulado “Oscillospira”, el cual fue publicado el pasado 24 de abril, convirtiéndose instantáneamente en un clásico del prog de línea chamber-rock de nuestros tiempos. Este disco ha sido publicado en CD y en doble vinilo por el sello Ipecac Recordings (que tiene a Mike Patton como uno de sus cofundadores). Con un repertorio total que dura casi 70 minutos, éste contiene tres piezas que superan el espacio de 10 minutos y otra que casi lo completa. THIRLWELL es un cantante y compositor australiano de intereres eclécticos y que es principalmente conocido por su proyecto FOETUS (y FRANK WANT y CLINT RUIN); por su parte, STEENSLAND es un compositor y multiinstrumentista sueco especializado en las áreas progresivas del RIO y el chamber-rock, y en general, la vanguardia dentro de los mundos del rock y la cámara. En el disco que ahora reseñamos, ambos se hacen cargo de las composiciones y del encuadre conceptual para el repertorio contenido en este álbum; ellos se conocieron en 2017 en la ciudad de Estocolmo durante un taller organizado por la Great Learning Orchestra, un ensamble rotante de música experimental que explora nuevos caminos para la vanguardia de la música de cámara y para el jazz. THIRLWELL asumió el reto de desarrollar una misión musical para la GLO, y muy pronto se le unió STEENSLAND. Ambos personajes se repartieron las responsabilidades instrumentales (siendo STEENSLAND el más prolífico en las labores de teclados y percusiones tonales), y contaron, nada más ni nada menos, que con el maestro Morgan Ågren a la batería. Los demás músicos que aparecen aquí pertenecen a la GLO: Lisa Grotherus (clarinete bajo), Pelle Halvarsson (cello), Fredric Thurfjell (saxofones contrabajo y barítono), Simon Hanes (guitarra), Ossian Willén (guitarra), Scott Bartucca (oboe), Chris McIntyre (trombón), Joanna Mattrey (violín), y las cantantes Ellekari Sander, Eva Rexed y Sami Stevens. Para los procesos de grabación, THIRLWELL grabó sus registros en sus Self Immolation Studios, mientras que STEENSLAND hizo lo propio en su Studio No Klang. THIRLWELL es el autor del diseño gráfico de la portada de este hermoso y perturbador álbum; veamos ahora sus detalles. 


Los dos temas más extensos del disco duran más 11 ¼ minutos y son los que abren y cierran el repertorio, respectivamente: el primero de ellos porta el desafiante título de ‘Catholic Deceit’. Tras un breve epílogo de tenor flotante se instala el primer motif, el cual elabora un robusto ambiente de amenazante tensión oscurantista que gira en torno a su propio eje mientras se ensancha llenando espacios. El esquema rítmico es de corte avant-jazzero de tal manera que las síncopas conforman lo fundamental dentro del groove en curso. Tras un interludio etéreo que vibra con cierta aureola reposada tras la tensión antes reinante, un segundo cuerpo emerge para añadir densidad a la tensión, lo cual solo puede provocar que el oscurantismo aumente de manera rotunda. El vitalismo pulsátil del esquema rítmico acentúa la lógica de las síncopas, casi hasta dar un aire netamente marcial al nervio tenebrista en curso; el sonido de percusiones tonales añade colorido al asunto, aunque no alivia la tensión. Todo termina con un siniestro campaneo que anuncia no tanto un momento de necesario reposo sino un efímero silencio desde el cual habrá de germinar el próximo viaje musical hacia las cavernas ominosas del universo y del espíritu humano. En efecto, el esquema de trabajo seguido por el segundo tema del álbum, titulado ‘Heron’, consiste en una exploración ceremoniosa del perturbador y glorioso oscurantismo que había signado al ítem de apertura. Lo fúnebre se reviste de mayestática elegancia, lo tanático se torna relativamente etéreo por causa del señorío imperante en los arreglos musicales. Hemos testificado aquí el encuentro entre los paradigmas de UNIVERS ZERO, RATIONAL DIET y los SHUB-NIGGURATH de los dos primeros discos. ‘Night Shift’ comienza con una parsimonia pesada y grave, pero pronto deriva hacia un swing más ágil, lo cual da un aire de mágica distinción a la imponente neblina sonora. También hay algunos retazos grácilmente líricos en ciertos parajes donde lo misterioso reemplaza a lo fatalista, así como otros calmados que no nos confrontan con el Infierno sino el Purgatorio, especialmente en los fraseos finales de piano.     

‘Papal Stain’, pieza que dura casi 10 minutos, se centra en un esquema musical más cerebral y solipsista que cualquiera de las tres piezas precedentes, aunque notamos la presencia ocasional de algunos recursos líricos semejantes a los que aparecieron en algunos pasajes estratégicos de los temas #2 y #3. Su bien articulada alternancia de pasajes sigilosos con otros abrumadoramente densos da buena cuenta del combativo surrealismo que late bajo la superficie del abstracto oscurantismo que opera en la meticulosa orquestación de todos los instrumentos operantes. Tenemos aquí un ejercicio de resurgimiento del patrón de unos PRESENT revestido de una versión más muscular del paradigma que desarrollaron los UNIVERS ZERO en sus discos segundo al cuarto. Cuando llega el turno de ‘Heresy Flank’, se genera una hibridación entre los ambientes y grooves que hemos apreciado tanto en la pieza de entrada como en la inmediatamente precedente. La inclusión de abundantes y suntuosos ornamentos percusivos y el dinamismo renovador que traza el paso firme del desarrollo temático nos hace recordar un poco a los ISILDUR’S BANE en su faceta más notoriamente vanguardista. ‘Mare’ empieza con un centramiento pulsátil marcado por una inconfundible aura de procesión tanática para luego proyectarse a un ejercicio de minimalismo etéreo, el cual, a su vez, sirve de puente para un cuerpo avant-jazzero de inspiración cósmica sobre un trasfondo sutilmente enrarecido. La cosa permanece así hasta el momento final de la pieza con la inclusión de varios momentos en los que las orquestaciones explotan cuales fuegos artificiales dadaístas. ‘Crystal Night’ es la pieza más breve del álbum con sus poco menos de 4 minutos de duración, y su función es la de proyectar un juego de oscilaciones minimalistas que muy bien puede servir como fondo para un atardecer otoñal en un parque donde conviven vivos y espectros. He aquí el verdadero momento de mágica serenidad dentro del álbum. El final del repertorio viene de la mano de ‘Redbug’, pieza cuyo amplio cuerpo central está alimentado por un punche machacón y un motif repetitivo marcado por matices que, aunque parezca extraño en este contexto, irradian genuina calidez en medio del irrefrenable gobierno de la densidad. Es como un OLDFIELD deconstruido por YUGEN bajo la dirección de PRESENT. El epílogo está marcado por unos susurros herméticos y un arreglo orquestal retorcidamente abstracto. En estos dos últimos minutos vamos de regreso a la tensión oscurantista del primer tema del álbum.  

Debemos anotar con tinta muy gruesa el nombre de “Oscillospira”, así como el de este tándem creativo de J.G. THIRLWELL & SIMON STEENSLAND, en nuestras agendas melómanas del presente año 2020: nuestra experiencia con este chamber-rock vibrante y vitalista nos ha parecido totalmente satisfactoria, y por tanto, la recomendamos dentro de cualquier buena colección de música progresiva de vanguardia de hoy y de siempre.


Muestras de “Oscillospira”.-

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