Tuesday, August 04, 2020

SOLAR CORONA, el candelabro portugués de la nueva generación prog-psicodélica



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos al grupo prog-psicodélico portugués SOLAR CORONA, el cual está integrado por Rodrigo Carvalho [guitarras y sintetizadores], Julius Gabriel [saxofón y sintetizadores], José Roberto Gomes [bajo] y Peter Carvalho [batería]. Más exactamente, presentamos su disco “Saint-Jean-De-Luz”, el cual se publicó en el Día de Navidad del pasado año 2019... por lo que ya se evidencia cuán tardía es la presente reseña. El título del disco no es caprichoso, pues el grupo grabó este disco en el Drop’In Studio, realizando sesiones en vivo dentro del mencionado local de grabación a partir de ideas a medio definir, y resulta que dicho estudio está ubicado en San Juan de Luz, comuna francesa localizada en la región francesa de Nueva Aquitania, en los Pirineos Atlánticos. El material aquí registrado consiste en jams expandidos in situ en el mencionado estudio; más adelante, los procesos de edición y masterización tuvieron lugar en el estudio C-House de Barcelos, o sea, con el grupo de vuelta al hogar, dulce hogar. Toda la producción precedente de SOLAR CORONA consistía en tres EPs y un disco titulado “Lightning One”, publicados todos ellos entre julio de 2013 y mayo de 2019 con el formato del trío y con Rodrigo Carvalho como único integrante permanente (“Innerspace”, “Outerspace” y “Specimen Days”). Ahora, con este disco que dura poco más de 59 minutos, el grupo no solo ha expuesto un esquema de trabajo más expansivo sino que, además, ha focalizado fehacientemente la madurez de su camino musical prog-psicodélico. Repasemos los logros estéticos de “Saint-Jean-De-Luz” yendo a los detalles de los cuatro extensos temas que conforman su repertorio.                   


Durando poco menos de 13 minutos, ‘Watt’ da inicio al disco con generosos despliegues de ingenio sónico y de musculatura, dejando que las imponentemente flotantes capas de sintetizador y el robusto swing de la batería edifiquen las columnas sobre las que se ha de sostener el jam en curso. Hay que esperar hasta el traspaso de la frontera del quinto minuto para que el saxo asiente bien su lugar protagónico dentro del armazón instrumental y el bajo empiece a elaborar complejas líneas al más puro estilo de HAWKWIND. De hecho, se siente aquí la influencia del grupo mencionado (época 71-73), pero con un filtro modernizado que acerca al cuarteto a las líneas de trabajo de unos RED KITE o unos CAUSA SUI, además de un punche propio del krautrock de talante cósmico (a medio camino entre ASH RA TEMPEL y THE COSMIC JOKERS). Ya a pocos instantes de llegar a la frontera del octavo minuto, el groove se torna más mecánico, lo cual significa que el vitalismo nuclear de la pieza llega a un encuadre machacante. En sus instancias finales, el epílogo de la pieza se adentra en una llanura etérea donde la asociación de las gráciles armonías de guitarra y las capas de sintetizador anuncian a la dupla rítmica que es el momento de marcar un descenso paulatino a una parca nocturnidad. Muy buen tema para abrir el álbum, y acto seguido llega el turno de ‘Lux’. La misión principal de este tema consiste en establecer un juego de pulsaciones lánguidas desde el que se impulsa un bloque general absorto en una mezcla de lo rudo con lo sofisticado; de esta forma, el tenor contemplativo de la pieza asume el adusto calibre de lo terrenal junto al brío impalpable del aire. Con todo lo otoñal que hay en este jam, la fuerza de carácter del ensamble se hace notar sin disimulo: apreciamos aquí conexiones con la tradición de GURU GURU y AMON DÜÜL II, el modelo de los PINK FLOYD de fines de los 60s, al igual que con las voces contemporáneas de KUNGENS MÄN y AUTOMATISM. ‘Lúmen’ cambia totalmente de registro y nos lleva a un groove frenético e incendiario que combina la garra de HAWKWIND, el desenfado de los GONG de los dos primeros álbumes y la faceta más filuda del stoner. Incluso notamos algunas acentuaciones de tipo Motorik (a lo NEU!) en el modo que la batería decide sostener la densa garra del bajo y los sucesivos aportes solistas de la guitarra y del saxo. A veces, el bajo se adueña de la situación con su persistente nervio, alimentado éste por los efectos de fuzz, mientras se entromete en el entramado sonoro vibrando a través de recovecos que él mismo crea. En esta pieza apreciamos un ejemplo perfecto de combinación de inteligencia ingenieril y garra incendiaria.  


Cierra el repertorio la pieza más extensa del mismo, la cual se titula ‘Candela’ y dura casi 22 minutos. La sección prologar se extiende por casi 7 ½ minutos, estando marcada por capas cósmicas de sintetizador e insistentes pulsaciones de bajo, mientras el saxo se entromete en algunas zonas estratégicas para desarrollar largos procesos de empíreo exorcismo sideral.  Definitivamente, aquí la intención era la de cruzar lo inquietante con lo onírico, situando al oyente atento en una encrucijada entre la suspicaz tensión y la relajada ensoñación. Una vez que la batería instaura un groove reconocible, éste se asienta sobre un medio tiempo donde se combinan el aura misteriosa del post-rock y la faceta sigilosa del arquetipo psicodélico. Las evocadoras líneas del saxofón establecen un lirismo casi mágico mientras las líneas de la guitarra alternan utilizaciones de espirales flotantes con retazos abstractos; por su parte, el bajo se hace sentir como el instrumento que  aporta más punche rockero al bloque sonoro. Poco antes de atravesar la frontera del minuto 14, se da un ligero crescendo en la garra grupal, lo cual permite al jam renovar su expresividad (bien articulada de por sí desde hace rato) y, en particular, a la guitarra, aumentar su musculatura sin quebrantar la armonización de los instrumentos colectivamente actuantes. En los dos últimos minutos, se gesta un clímax contundente antes de que todo se finiquite con una breve coda serena. En líneas generales, el cuerpo central ha extendido cómodamente bajo la atmósfera que él mismo crea en torno a sí mismo, sonando a una cruza entre los paradigmas de SPACE DEBRIS y AUTOMATISM, con matices añadidos de MY SLEEPING KARMA más algunos implementos reiterativos de los inolvidables ASH RA TEMPEL. Todo esto fue lo que el colectivo de SOLAR CORONA concretó en “Saint-Jean-De-Luz”, el decisivo afianzamiento de su espacio propio dentro del gran escenario de música prog-psicodélica a nivel mundial. Aunque esta reseña llega un poco tarde, nuestro entusiasta diagnóstico sobre los méritos artísticos de este disco son muy sinceros. 



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