Monday, March 15, 2021

GAVIN HARRISON & ANTOINE FAFARD: un lúcida investigación dual en química musical vanguardista y ecléctica

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Con un poco de demora, pero, ante todo, con bastante entusiasmo, presentamos hoy el disco del proyecto del dúo GAVIN HARRISON & ANTOINE FAFARD, el cual se titula “Chemical Reactions” y fue publicado el 11 de diciembre del pasado año 2020 por el sello Harmonic Heresy. Este disco se centra en los aportes del maestro británico HARRISON a la batería y la marimba, y los del maestro canadiense FAFARD a los bajos con y sin trastes de 6 y 8 cuerdas, también. El esquema del trabajo de este dúo consiste en una combinación de progresivo de talante Crimsoniano, jazz-rock y chamber-rock, siendo así que la logística sonora apoyada sobre sus funciones rítmicas se completa con la masiva presencia de instrumentos de cuerda. Así, las colaboraciones de Maria Grig (violines y viola) y Jonathan Gerstner (cello) se hacen presentes en casi todo el álbum, pero también hay otros músicos como Reinaldo Ocando (marimba y vibráfono), Avigail Arad (cello), y el legendario Jerry Goodman (sí, el mismo de la MAHAVISHNU ORCHESTRA) a los violines acústico y eléctrico. Para los dos últimos temas del repertorio, la Janáček Philharmonic Orchestra bajo la dirección de Anthony Armoré se hace cargo de plasmar los enclaves melódicos y armónicos para cada ocasión. De hecho, las grabaciones realizadas por esta orquesta datan del año 2016, lo cual es un indicio claro de que este disco es un proyecto realizado a lo largo de un tiempo bastante extenso. El propio FAFARD se hizo cargo de la composición de todas estas piezas, así como del diseño gráfico del álbum. Bajo la guía productora de ambos maestros, la mezcla del material fue realizada en el Studio LaMorte de Cagliari (Italia) por Davide Sgualdini, quien suele colaborar con FAFARD. Ya es hora de ver los detalles del repertorio contenido en “Chemical Reactions”, el cual nos pareció uno de los ítems más exquisitos y majestuosos del año 2020.          
      

Durando 5 minutos y pico, ‘Transmutation Circle’ abre el álbum con un despliegue sobrio y, a la vez, convincente, de elegante ceremoniosidad, el cual se sustenta sobre una ágilmente compleja arquitectura rítmica desde la que se impulsa la excelsa expresividad de los arreglos de cuerdas que se apoderan del centro temático. Con un excelente solo de bajo inserto en el intermedio y un posterior despliegue de musculatura táctica de parte de la batería, la pieza adquiere un plus de vigor para el último minuto y medio del desarrollo temático. Una gran manera de iniciar el álbum, y las cosas siguen manteniéndose en un altísimo nivel con el arribo de ‘Atonic Water’, pieza que emerge para explorar matices más oscurantistas e inquietantes, a medio camino entre los paradigmas de KING CRIMSON y YUGEN, con algunos matices ocasionales a lo UNIVERS ZERO. Si el primer tema quería explorar recursos de esplendor con un leve toque de extravagancia, este segundo tema se mete más de lleno en la nocturnidad, manteniendo en buena medida la limpieza melódica, pero, principalmente, indicando vías expresivas un tanto lóbregos. Con la dupla de ‘Vision Of A Lost Orbit’ y ‘Pair Of A Perfect Four’, el dúo sigue explorando matices y colores que van continuamente expandiéndose en sus potencialidades. El primero de estos temas mencionados se centra en un lirismo majestuoso que, en parte replica la sobria opulencia de la primera pieza, mientras que se explaya en un desarrollo temático más complejo. El swing está apropiadamente ornamentado por la batería en algunos lugares estratégicos, pero impera aquí la lógica ingenieril a la hora de encuadrar el esquema temático en curso. En cuanto a ‘Pair Of A Perfect Four’, éste es abiertamente más tenso que el tema precedente en lo referente al dinamismo de la dupla rítmica y algunos pasajes orquestales que nos remiten a una inaudita cruza entre los maestros PROKOFIEV y GLASS. Por otro lado, también es verdad que hay otros pasajes orquestales que tienden hacia lo envolvente y lo cálido, pero es cierto que los otros tienen un mayor impacto en el oyente empático. Cerca del final, hay un incremento en el dinamismo de la batería, lo cual sostiene el florecimiento del estupendo clímax final que merece esta pieza en cuestión.

‘Proto Mundi’ es el quinto tema del álbum y también el más extenso del mismo con su espacio de casi 10 ¾ minutos. En líneas generales, para el ambicioso núcleo temático, el dúo y el ensamble de cuerdas se focalizan en una síntesis entre la majestuosidad fulgurosa del primer tema y la sofisticación sistemática del tercero. De hecho, queda claro que la extensión de esta pieza da pie a que la susodicha sofisticación encuentre fácilmente espacios para la expansión de su potencial cromatismo y la capitalización de su garra expresiva. A mitad de camino, un breve interludio puramente orquestal sirve para que la pieza vire hacia un clima otoñal, lo cual sirve como punto de impacto para la instauración de algunos recursos de elegancia jazzera que enriquecen el entrelazamiento entre lo sinfónico y el chamber-rock. Una nueva sección se orienta hacia sobrecogedores juegos de síncopas y contrapuntos en los que el ensamble entero se acerca al paradigma Crimsoniano a través del filtro de un OZONE QUARTET. En estas instancias, definitivamente, el dúo y sus compañeros de cámara están lejos de la luminosidad que atravesó a los primeros cuatro minutos y pico de la pieza, pero en el último minuto, se da una mezcla entre esa luminosidad y la tensión actual para brindar un espectacular cierre a este grandioso tema. He aquí el cénit definitivo del álbum... pero todavía queda más por disfrutar a lo grande. ‘Singular Quartz’ se presenta como una remodelación más ligera de varios de los recursos oscurantistas que tuvieron un rol protagónico en los esquemas temáticos de algunas piezas precedentes (especialmente, la #4). La presencia de un invitado tan insigne como el legendario Jerry Goodman (alternando solos de violines acústico y eléctrico) añade un toque extra de pedigrí a la concreción de esta fabulosa pieza. ‘Holding Back The Clock’, por su parte, ostenta una aureola más aristocrática y señorial, con una faceta jazz-progresiva meticulosamente explorada a través de las pulcramente fluidas alternancias entre los pasajes grandilocuentes y otros más contenidos. Hay un aura optimista que late constantemente a través de las diversas variantes de expresividad que tienen lugar. Otro momento álgido que resalta con luz propia dentro del bloque general del álbum. La pieza homónima dura 8 ½ minutos y es la encargada de cerrar el repertorio. ‘Chemical Reactions’ se caracteriza principalmente por un derroche de gracilidad tanto en el desarrollo temático como en la elaboración de la atmósfera predominante. Así las cosas, disponemos de la oportunidad idónea para prestar especial atención a la interacción entre los dos protagonistas.   

 

Toda esta fue nuestra experiencia con este hermoso disco que es “Chemical Reactions”, un despliegue de vigor, color y vibraciones aventureras que emergió de la genial química conjunta de estos dos maestros que son GAVIN HARRISON y ANTOINE FAFARD. Este disco exhibe su señorío imponente con rotunda prestancia, concretando un aporte especialmente hermoso para el actual escenario mundial de la música progresiva. ¡Totalmente recomendable al 200%! (Un 100% por cada músicos protagonista.)
 
 
Muestras de “Chemical Reactions”.-
Transmutation Circle: https://antoinefafard.bandcamp.com/track/transmutation-circle
Proto Mundi: https://antoinefafard.bandcamp.com/track/proto-mundi
Singular Quartz: https://antoinefafard.bandcamp.com/track/singular-quartz
Holding Back The Clock: https://antoinefafard.bandcamp.com/track/holding-back-the-clock


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