HOLA, AMIGOS DE
AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy tenemos el placer de
presentar el nuevo disco de la legendaria y reactivada banda italiana de rock
sinfónico pastoral CELESTE, la misma que, hoy por hoy, funciona como proyecto
del multiinstrumentista Ciro Perrino. El título de este nuevo trabajo es “Il
Principe Del Regno Perduto” y fue publicado en el blog de Bandcamp del maestro Perrino durante la primera mitad del último
mes del pasado año 2020. Las ediciones físicas, tanto en CD como en vinilo (colores negro y verde), estuvieron a cargo de Mellow Records en enero del presente año 2021. De hecho, este disco está registrado oficialmente como un lanzamiento de este año 2021. Todo este episodio de la publicación física en diversos formatos fue posible a los aportes de algunos fans, quienes de por sí se hicieron acreedores de ediciones especiales. Vayamos ahora al ensamble central de la formación vigente de CELESTE; éste está dirigido, como es natural, por Perrino, quien se hace cargo del mellotrón,
los sintetizadores Solina, Eminent, Elka Rhapsody, Mini Moog, ARP 2600 y
Odyssey, el piano, los órganos Farfisa y Hammond, las percusiones menores y la
voz. La alineación se completa con Francesco Bertone [bajo], Enzo Cioffi
[batería], Sergio Caputo [violín], Marco Moro [flautas traversas, saxofones
tenor y barítono, y flautas dulces] y Mauro Vero [guitarras acústicas y
eléctricas]. La arquitectura sonora del álbum se completa con los aportes ocasionales
de los siguientes invitados: Marco Canepa, al piano; Paolo Maffi, a los
saxofones alto, soprano y tenor; Anna Marra, al canto; Alessandro Serri,
también al canto, y; Edmondo Romano, al saxo soprano, el clarinete, el salmoé,
el duduk y el flautín bajo. En líneas generales, se puede advertir en “Il
Principe Del Regno Perduto” una sesuda labor de capitalización del esplendor
melódico desplegado en el disco de retorno de 2019 “Il Risveglio Del Principe”,
explayándose en unos recursos de fastuosidad más acabados. Podemos afirmar desde ya que se trata de la obra musical más fastuosa dentro del canon de CELESTE, un canon que existe como uno de los referentes más peculiares y coloridos dentro de la tradición progresiva italiana. De hecho, todo el colorido renovador desarrollado dentro de este catálogo de nuevo catálogo de siete piezas robustece el paso firme con el que la entidad de CELESTE ha reemergido en el nuevo milenio; veamos los detalles de este disco a continuación.
Durando 9 minutos y pico, ‘Baie
Distanti’ abre el álbum con una ceremoniosidad contemplativa a la que se le añaden algunos toques dramáticos. En efecto, un cántico femenino misterioso y embrujador inicia las cosas mientras los primeros ornamentos de teclados y de batería, absortos en su propio talante sigiloso, poco a poco asienta las bases para la próxima emergencia del cuerpo central. Éste se sitúa y asienta en un terreno de remanso sonoro donde las sobrias capas de teclados dirigen el desarrollo temático mientras los vientos ornamentan con meticulosa precisión el dinamismo contenido que alimenta al esquema melódico en curso. El epílogo retoma en parte el aura misteriosa del inicio, pero la presencia de la flauta aporta un fulgor un tanto diferente al asunto. Luego sigue la monumental suite de casi 24 ½ minutos de
duración que se titula ‘L’Ultimo Viaggio Del Principe’, pieza diseñada como el tour-de-force del álbum. Las evocadoras escalas de la guitarra acústica abren paso al sucesivo amalgamiento instrumental con el que se va a establecer fluidamente el primer motif central. Un segundo motif vira hacia una actitud más grave y un talante más solemne, lo cual permite al ensamble establecer recursos de señorío con los aportes de las maderas y los enmarañamientos delicados que se dan entre las capas de mellotrón y los ocasionales fraseos de la guitarra acústica. La presencia del sintetizador saca provecho de la situación para que la densidad latente se haga patente, y es allí que ha de surgir el tercer cuerpo central (poco antes de atravesar la frontera del octavo minuto), asentado sobre un compás de 3/4 y reforzado desde sus primeros instantes por un excelente solo de violín. La sección no es muy larga pero deja una huella muy importante, pues tras su conclusión, un golpe de gong anuncia el arribo de una fabulosa orquestación de órgano, mellotrón y sintetizador sobre la que un arreglo vocal asume un decisivo rol de opulenta magnificencia. Tras este pasaje llega otro que regresa a la atmósfera predominante en los dos primeros motivos, sucediéndose los solos de saxo, violín y guitarra eléctrica. Las dos últimas secciones transitan hacia un área más alegre, a veces sonando celebratoria: la primera de ellas se centra en un estándar prog-folk caracterizado por una gracilidad primaveral envolvente; la segunda de ellas es un poco más introspectiva, aunque todavía guarda, de forma muy sutil, una vivacidad cargada de genuina soltura. La coda consiste en una serie de vocalizaciones entrecruzadas, unas parecen recitar, otras parecen estar inmersas en un exorcismo, y tras todo ello, emergen unas flotantes texturas de mellotrón.
Tras el hermoso vendaval vertido en la suite precedente, ‘(Il) Ceruleo Sogno’ emerge con la misión de mantener viva su llama fastuosidad aunque a una escala menor. Tras unos efectos enigmáticos de sintetizador, surge un motivo pastoral donde los vientos y los teclados ayudan a completar el paisaje sonoro iniciado por la guitarra acústica; cuando la batería entra a tallar, el terreno resulta propicio para que el violín y el saxo soprano hagan gala de elegantes ejercicios de exuberancia. Las variantes melódicas que surgen en el camino se mueven bajo estas coordenadas, dando finalmente el predominio del factor sinfónico, el mismo que ha de marcar el camino hacia el hermoso epílogo de esta pieza. ‘Viola, Arancio E Topazio’ se
encarga de preservar solventemente este esquema de trabajo. Los solos de saxofón y los apoyos armónico de la galante guitarra eléctrica crean momentos de hermanamiento que se alternan con otros en los que el mellotrón guía al desarrollo temático. Mientras tanto, el bajo gesta varios ornamentos que añaden una oportuna sensación de agilidad al ensamble instrumental. Ya sin la presencia de la batería, el pasaje final se deja arropar por una atmósfera crepuscular que se enriquece con un cálido canto femenino. ‘Il Passaggio Di Un Gigante Gentile’ es un instrumental alegre y sereno que juega con una cruza entre sinfonismo pastoral y jazz-rock relajado. Hay, sin duda, cercanías relativas a los paradigmas de otras legendarias bandas compatriotas como PREMIATA FORNERIA MARCONI y QUELLA VECCHIA LOCANDA (el segundo álbum), además de algunas confluencias con THE ANCIENT VEIL. Otro cénit del álbum. La dupla final de ‘Tornerai
Tramonto’ y ‘Nora’ (esta última, una vieja composición que data de aquellos lejanos tiempos del primer álbum del grupo) redondea las cosas con lúcida coherencia. El primero de estos temas mencionados establece un interesante contrapunto frente al precedente con el talante melancólico que se despliega liberalmente a través de cada espacio que conforma su embrujador paisaje melódico. Una vez más, el bajo realiza una labor exuberante que permite que el groove ceremonioso en curso adquiera una dosis extra de fuerza expresiva. El epílogo es sin batería y se centra en una onírica orquestación de teclados completada por un canto y una recitación infantil. Por su parte, la canción final juega con cálidos y apacibles aires bucólicos sobre un suave swing jazzero. Los ornamentos de los diversos sintetizadores que entran a tallar comulgan muy bien con los diversos vientos que se adueñan del centro protagónico cuando no interviene el canto masculino. Los toques añadidos del violín también refuerzan el predominante tenor folclórico. Bellísimo despliegue de colores sónicos para cerrar el álbum.
El reinado resucitado de CELESTE no solo ha establecido un nuevo y más vivaz parámetro para el paradigma del prog sinfónico pastoral en esta etapa de retorno, sino además, ha establecido una nueva cumbre dentro de su carrera fonográfica con la gestación de “Il Principe Del Regno Perduto”, un disco cautivador y pletórico de color musical que da amplias muestras de la robusta magnificencia que caracteriza a este colectivo liderado por el maestro Ciro Perrino. Hoy por hoy, la categoría artística de CELESTE está más viva que nunca.
Tras el hermoso vendaval vertido en la suite precedente, ‘(Il) Ceruleo Sogno’ emerge con la misión de mantener viva su llama fastuosidad aunque a una escala menor. Tras unos efectos enigmáticos de sintetizador, surge un motivo pastoral donde los vientos y los teclados ayudan a completar el paisaje sonoro iniciado por la guitarra acústica; cuando la batería entra a tallar, el terreno resulta propicio para que el violín y el saxo soprano hagan gala de elegantes ejercicios de exuberancia. Las variantes melódicas que surgen en el camino se mueven bajo estas coordenadas, dando finalmente el predominio del factor sinfónico, el mismo que ha de marcar el camino hacia el hermoso epílogo de esta pieza. ‘Viola, Arancio E Topazio’ se encarga de preservar solventemente este esquema de trabajo. Los solos de saxofón y los apoyos armónico de la galante guitarra eléctrica crean momentos de hermanamiento que se alternan con otros en los que el mellotrón guía al desarrollo temático. Mientras tanto, el bajo gesta varios ornamentos que añaden una oportuna sensación de agilidad al ensamble instrumental. Ya sin la presencia de la batería, el pasaje final se deja arropar por una atmósfera crepuscular que se enriquece con un cálido canto femenino. ‘Il Passaggio Di Un Gigante Gentile’ es un instrumental alegre y sereno que juega con una cruza entre sinfonismo pastoral y jazz-rock relajado. Hay, sin duda, cercanías relativas a los paradigmas de otras legendarias bandas compatriotas como PREMIATA FORNERIA MARCONI y QUELLA VECCHIA LOCANDA (el segundo álbum), además de algunas confluencias con THE ANCIENT VEIL. Otro cénit del álbum. La dupla final de ‘Tornerai Tramonto’ y ‘Nora’ (esta última, una vieja composición que data de aquellos lejanos tiempos del primer álbum del grupo) redondea las cosas con lúcida coherencia. El primero de estos temas mencionados establece un interesante contrapunto frente al precedente con el talante melancólico que se despliega liberalmente a través de cada espacio que conforma su embrujador paisaje melódico. Una vez más, el bajo realiza una labor exuberante que permite que el groove ceremonioso en curso adquiera una dosis extra de fuerza expresiva. El epílogo es sin batería y se centra en una onírica orquestación de teclados completada por un canto y una recitación infantil. Por su parte, la canción final juega con cálidos y apacibles aires bucólicos sobre un suave swing jazzero. Los ornamentos de los diversos sintetizadores que entran a tallar comulgan muy bien con los diversos vientos que se adueñan del centro protagónico cuando no interviene el canto masculino. Los toques añadidos del violín también refuerzan el predominante tenor folclórico. Bellísimo despliegue de colores sónicos para cerrar el álbum.
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