Monday, July 11, 2022

Espacio de renovación para TANGERINE DREAM

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy es el turno de presentar un disco muy especial, un disco que cumple con la misión de reforzar la vigencia de un nombre veterano y esencial dentro de la larga tradición del krautrock electrónico desde la Escuela de Berlín: TANGERINE DREAM. El nuevo disco de esta entidad transgeneracional que actualmente opera con la alineación tripartita de Thorsten Quaeschning [sintetizadores y secuenciadores], Hoshiko Yamane [violín, violín y viola eléctricos] y Paul Frick [sintetizadores, secuenciadores y piano] se titula “Raum” y publicado por el sello londinense Kscope el pasado 25 de febrero, tanto en CD como en doble vinilo. El sello alemán Eastgate colaboró en esta producción y su difusión en el mercado europeo. Un factor entrañable que se plasma en parte del repertorio de este nuevo disco es la presencia póstuma de Edgar Froese, ni más ni menos. Este maestro que fue el único integrante constante en todas las obras fonográficas de TANGERINE DREAM hasta hace algunos años falleció el 20 de enero de 2015, pero dejó una serie de grabaciones de esquemas e ideas melódicas en un copioso archivo personal. El trío vigente usó unos cuantos de ellos para que formen parte del disco que ahora reseñamos, y no solo eso: también se usó algunas fotos hechas por el propio Froese para la portada y la contraportada de este álbum (recordemos que Froese, antes de embarcarse en la profesión musical, provenía de las canteras de las artes plásticas). O sea, tenemos aquí la peculiaridad de que este segundo álbum de estudio tras su muerte reactiva la presencia de Froese dentro de la propuesta musical expuesta en este disco. Pero bueno, hoy por hoy, Quaeschning, un prolífico músico y compositor experto en electrónica, es el líder de la etapa nueva que se abrió para TANGERINE DREAM tras el mencionado fallecimiento de Froese. Su primera presencia aquí tuvo lugar en el año 2005 como parte del trío completado por Edgar y su hijo Jerome Froese en el disco “Jeanne D’Arc – La Révolte Éternelle”, y tras la partida de Jerome, se erigió como lugarteniente perfecto del buen Edgar. Frick, por su lado, es un joven veterano y versátil que estudió piano y ha pasado por áreas musicales tan disímiles entre sí como la música de conservatorio, el metal, el hip-hop, el jazz y, claro está, la electrónica. Tras fungir como músico de apoyo en conciertos, se convirtió en miembro oficial de la banda a mediados del año 2020. En fin, Yamane, pasó de colaboradora a integrante de TANGERINE DREAM desde 2011; natural de Osaka, radica en Alemania desde que decidió estudiar allí la maestría en violín. El ámbito académico y el electrónico le son muy familiares por igual. “Raum” fue grabado en varias sesiones a lo largo del pasado año 2021 en Raum Studio y The Shoppe Studio, ambos situados en Berlín; la mezcla se realizó en el segundo de estos estudios mencionados, mientras que la masterización se realizó en Islandia, más específicamente, en el estudio Sundlaugin de Reikiavik. Bueno, vayamos ahora a los detalles del repertorio, ¿vale?


Todo comienza con una entusiasta y dinámica pieza titulada ‘Continuum’, cuyo breve preludio de densas capas cósmicas abre paso a un grácil swing computarizado sobre el cual se arma un entramado de secuencias y revestimientos armónicos que ostentan solventemente un espíritu de gentil agilidad. Solo en las instancias finales se da un impulso especial al potencial señorial de la estructura expresiva de esta pieza de apertura. Acto seguido, llega el turno de ‘Portico’, una de las composiciones impulsadas a partir de esos aportes póstumos de Froese a los que aludimos en el primer párrafo de la presente reseña. Desde la sección introductoria nos damos cuenta claramente de que el ensamble trabaja con una cruza entre las fases 74-75 y 1980 dentro del legado eterno del grupo. Hay un enfoque claro en ambientes minimalistas de tenor futurista y icho enfoque es mencionado con una musicalidad cristalina que hace de lo etéreo una exhibición de fulgor modernista. La arquitectura de grooves y secuencias repetitivas permite a la banda contar con un contante núcleo de apoyo para los sintetizadores actuantes. ‘In 265 Zeichen’ es el tema más extenso del álbum con sus 19 minutos y pico de duración. Su sección prologar es solemne sin dejar de tener conexiones estilísticas con la pieza precedente, siendo así que cuando las cosas se enfilen más sesudamente hacia un horizonte de sonoridades flotantes, el trío crea una poderosa y envolvente atmósfera donde las irrupciones de algunos elementos sintetizados operan como complementos vivaces del clima general. Antes de llegar a la frontera del quinto minuto, la pieza vira hacia un motif centrado en un señorío fastuoso, siguiendo la pauta trazada por el serpenteo temático del violín. Los matices futuristas de la electrónica progresiva se conectan muy bien dentro del esquema de trabajo operativo, el cual se centra en un esplendor fastuoso que se instituye como ingeniería directora del firme viaje musical en curso. Más adelante, tras un breve puente marcado por los ornamentos tribales en el groove computarizado, la banda explora otro campo de lirismo hasta el punto de darle un convincente recurso de exultante majestad a la dinámica vitalidad compartida por los instrumentos actuantes. El aterrizaje conclusivo sobre el motif inicial redondea la labor eficazmente. Tenemos aquí un cénit del álbum, no nos cabe duda. 
 

‘You’re Always On Time’ comienza con una secuencia rítmica que emula un mecanismo de relojería, lo cual resulta bastante idóneo para explorar cadencias renovadoras y refrescantes dentro del canon presente de TANGERINE DREAM. La naturaleza cuasi-robótica de varios elementos percusivos aquí presentes nos vuelven a hacer recordar esa fase 74-75. En cuanto al desarrollo temático en sí, el grupo sigue trabajando con atmósferas cósmicas de claro talante fastuoso. ‘Along The Canal’ comienza con una secuencia intrépida que pronto se emplaza en un swing más calmado, aunque siempre preservando esa cualidad acuática que ya están presentes en varios momentos incluidos en los repertorio de discos tan paradigmáticos como “Phaedra”, “Ricochet” Stratosfear”. De hecho, todas las texturas del violín eléctrico y todos los colores gestados por las capas de los sintetizadores giran en torno a las variables que va adoptando dicha secuencia: ésta es la columna vertebral de la composición misma y, con ello, impulsa un dinamismo abstracto que, a fin de cuentas, resulta bastante poderoso. Podemos considerar a esta pieza como otro cénit emblemático del disco. La dupla de ‘What You Should Know About Endings’ y la pieza homónima ocupa conjuntamente el espacio de los últimos 21 ¾ minutos del repertorio, y, de paso, contiene también aportes del inmortal Edgar Froese ‘What You Should Know About Endings’ tiene una estrategia relativamente similar a la de la pieza precedente, pero su espiritualidad es más intensa, lo cual le permite gestar y ostentar una pomposidad cibernética más contundente, incluso exhibiendo a veces un carácter más filudo. Si el empuje expresivo fundamental de ‘Along The Canal’ era lúdico y saltarin, el que define a ‘What You Should Know About Endings’ tiende a ser más tenso en varios pasajes de su sofisticada estructura. Por su parte, ‘Raum’ se enfila mayormente hacia algo relajado y contemplativo en una primera instancia, llevándonos hacia esa combinación de centelleo envolvente y minimalismo electrónico que signó al periodo 74-75 del clásico trío de los Sres. Froese, Franke y Baumann. Más adelante, el centro temático adquiere una densidad exuberante que se sitúa a medio camino entre la exaltación y el ensueño. Poco antes de llegar a la frontera del décimo minuto, el ambiente se apacigua un poco a fin de brindar un aura más explícitamente señorial a las vibraciones modernistamente exultantes que llevan varios minutos llenando espacios por doquier. El último minuto y medio se enfoca en una relajante atmósfera crepuscular.  


“Raum” es un disco interesante en sí mismo porque ostenta un vitalismo que, de manera muy eficaz, muestra que esta nueva generación de TANGERINE DREAM tiene mucho por ofrecer a la vanguardia musical de nuestros tiempos. Claro está, también está la circunstancia significativa y entrañable de que el inmortal maestro Edgar Froese se hace presente en algunas de las composiciones aquí contenidas. La palabra Raum significa espacio, lugar, habitación, confín, contexto... Y bien puede describirse este disco como una exploración de renovados confines para el actual trío mientras echa algunos vistazos a algunos de los lugares más notables de su extensa trayectoria pasada y heredada. Es un trabajo muy bueno, digno heredero de muchas de las orientaciones estilísticas plasmadas en lo más celebrado de la tradición particular de TANGERINE DREAM, por lo que lo recomendamos fehacientemente en cualquier fonoteca que se precie de ser, como mínimo, buena. De paso, dedicamos esta reseña a la memoria de Edgar Wilmar Froese (Tilsit, 6 de junio de 1944 - Viena, 20 de enero de 2015).



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